DIME QUE NO╏Parte única.
Taehyung era un romántico empedernido por naturaleza, pero las decisiones tomadas con anterioridad con respecto a sus relaciones lo habían vuelto alguien indeciso y reprimido con sus sentimientos.
Y es que el chico era muy dado en las relaciones; detallista, interesado en la otra persona, y acostumbraba a velar por el bienestar de su pareja, dedicando cada momento de su vida para que esta estuviese bien.
Podría decirse que Taehyung era la pareja perfecta que todos merecen. Entonces, ¿Por qué lo abandonaban con tanta facilidad?
Hoseok, —su primer novio de secundaria— lo había dejado por el hecho de que no le gustaban realmente los hombres, incluso cuando había sido él quien había buscado y cortejado a Taehyung. Quedaron en buenos términos, y Hoseok se ve bastante feliz con su esposa e hija.
Mark, —su segundo novio de universidad— lo había dejado por el hecho de que «Necesitaban darse un tiempo», celebrando a las semanas su primer año con su novio de ese entonces, —porque en la actualidad era su esposo— Jackson Wang, haciendo que la vida de Taehyung se volviera un caos total al saber que durante todo ese tiempo fue el otro.
Rosé, —su primera y única novia— lo había dejado porque, según ella, Taehyung era muy "blando". La chica soñaba con un hombre que fuese dominante en la relación, un poco posesivo y que la hiciese sentir como si fuese una delicada rosa que necesita protección constante. Sin embargo, Taehyung era todo lo contrario; le daba su espacio e intentaba no agobiarla con celos innecesarios, también creía fielmente en que ella podía lograr lo que fuese y no necesitaba depender de él.
Y finalmente estaba Bogum, —tercer y último novio de la vida adulta— quien estaba en proceso de terminar su relación de dos meses con Taehyung.
—¿En serio quieres terminar conmigo? —preguntó el joven sin poder creérselo.
—Taehyung, eres un chico increíble, pero no eres mi tipo —dijo Bogum encogiéndose de hombros—. Eres algo empalagoso y me fastidia tenerte encima siempre. Hay personas a las que les gusta eso, pero a mi no.
—¡Puedo cambiar! Digo, si lo que te molesta es que sea cariñoso, entonces evitaré serlo.
Bogum miró a Taehyung y negó tristemente. Lo había dicho, era un chico increíble, pero no lo que buscaba.
—Lo siento, Tae, pero es mejor terminar con todo esto —dijo y se levantó del asiento, posando una mano en el hombro de su, ahora, ex novio—. Ten buena vida, Taehyung. Espero que consigas a alguien que te sepa apreciar.
Asintió lentamente y sonrió resignado; tampoco odiaría a Bogum por eso, si no eran compatibles, no debía obligarlo a lo contrario.
Sacó un par de billetes para cubrir la cuenta de los café que pidió para ambos, y salió de la pequeña cafetería.
Metió sus manos en sus bolsillos y apretó sus labios; el clima en Corea estaba realmente frío. Caminó por la calle y cruzó en la siguiente cuadra, puesto que su departamento quedaba por esa zona.
Saludó al portero con una leve reverencia, y tomó el ascensor, presionando el número de piso en donde vivía.
—Bueno, Bogum, bienvenido a la lista de personas que abandonan a Taehyung a pesar de haber dado todo de sí mismo —murmuró en el elevador, empezando su soliloquio con desgano—. Tus pies hieden muy mal y lo soporté durante todo este tiempo para no hacerte sentir mal, ¡Pero hey! Ser empalagoso es una aberración, ¡Que pecado tan grande he cometido en tu contra!
Rodó los ojos y chasqueó la lengua, —Ispiri qui cinsiguis i ilguiin qui ti sipi ipriciir... maldito.
Las puertas del elevador se abrieron, y salió de este en dirección a su departamento, deteniendo sus pasos al ver todas las cajas que estaban al frente del apartamento siguiente al suyo; uno que estaba vacío y que, por lo que veía, había conseguido un dueño nuevo.
Como cosa del destino, un chico que aparentaba ser de su edad, salió del departamento en busca de una nueva caja, percatándose de la presencia de Taehyung en el lugar.
—Oh, hola —saludó el joven, sonriendo con amabilidad—. Creo que seremos vecinos ahora.
Taehyung llevó su mano hasta su brazo y lo pellizcó, queriendo asegurarse de que todo fuese jodidamente real, y no una falsa ilusión de su despechado corazón.
Frente a él se encontraba un joven un poco más alto que él, con cuerpo musculoso, cabello largo y negro, atado en una coleta desordenada, y un jodido brazo tatuado. Era una delicia el solo verlo, y aunque parecía ser un antisistema, —vamos, que el atuendo en su totalidad negro y las botas de niño rudo le daban el toque de delincuente— su sonrisa lograba el contraste exacto a todo esto.
¡Dientes de conejito! ¿Había algo más tierno que eso?
—Yo creo que sí —respondió luego de un rato de silencio y análisis del sujeto desconocido. Estiró su mano hacia él—. Soy Kim Taehyung.
El conejito rudo, —apodo mental— tomó la mano contraria y la sacudió, volviendo un poco loco a Taehyung por el agarre firme que poseía.
—Jeon Jungkook, un gusto.
Jungkook... sonaba como su nuevo desequilibrio mental. ¿Bogum? ¿Se come? ¿Qué se suponía que era?
Separaron sus manos y Taehyung apuntó la puerta de su departamento, —Ese es el mio. Si necesitas ayuda, puedes tocar.
—Gracias, te tomaré la palabra, bonito.
Tae sonrió y se encaminó hasta su departamento, apoyándose contra la puerta y tapando su rostro con ambas manos. ¿Qué clase de bendición era esta, Dios mio?
Alejó las manos de su cara y las elevó, —Señor, me has mirado a los ojos. Sonriendo, has dicho mi nombre.
Negó divertido y entró a su habitación, desvistiéndose y entrando al baño que se encontraba dentro de su dormitorio. Se miró al espejo, y todo rastro de alegría se esfumó de su cuerpo, recordando lo que había sucedido ese día.
La inseguridad lo atacó y suspiró desanimado.
—Mucha emoción por el nuevo vecino, y no me acordaba de que todos me terminan botando como si fuese mierda desechable —se dijo a si mismo en el espejo—. Pero esta vez será diferente, a partir de ahora seré un nuevo Taehyung y solo yo decidiré cuando terminar y cuando no una relación.
»Se acabó el Taehyung que lo da todo en las relaciones, de ahora en adelante todos lucharán por mi, todos buscarán mi aprobación.
Decidido a cambiar, Taehyung entró a la ducha y se tomó su tiempo, pensando en sus errores y lo que debía corregir de si mismo, llegando a la conclusión de que el fallo no estaba en él, sino en las personas con las que estaba.
—Es raro... —soliloquio otra vez—. Cuando me intentan conquistar, demuestran todo su interés en mi, y cuando ya me tienen se les va todo el interés, ¡Quién los entiende! ¿Acaso debo hacerme el difícil siempre? Que gente tan incomprensible.
Tomó el Shampoo y lo aplicó en su cabello, comenzando a lavarlo con dedicación, —Que raras son algunas personas; cuando se les pone fácil, el amor se hace frágil y paran de soñar —comentó con gracia y tristeza al mismo tiempo—. Pues ahora no diré que "sí", pero tampoco diré que "no". Los mantendré con la duda para que siempre estén interesados en mi.
Sonrió al encontrar la solución a sus problemas, y siguió con su baño.
—UN AÑO DESPUÉS—
Taehyung estiró su cuerpo con flojera, disfrutando del dolor corporal que sentía en sus músculos todos cansados.
Apartó el brazo tatuado de su cintura con poca delicadeza, importándole poco si despertaba a su acompañante o no, y se levantó para ir al baño.
Hizo sus necesidades, y tomó una ducha, para luego mirarse en el espejo y sonreír como un tonto cuando miró su cuello y pecho lleno de marcas de la noche anterior.
—El conejito rudo solo quiere marcar territorio... —murmuró, tocando la marca morada más grande de su cuello. Una que era imposible ocultar con ropa y que tendría que recurrir al maquillaje.
Cepilló sus dientes y salió del baño, encontrándose al pelinegro sentado en su cama con la expresión de recién levantado.
—¿Aún estás aquí? Pensé que te habrías ido ya —dijo y caminó hasta su armario para vestirse, dejando caer la toalla y sintiendo la intensa mirada de Jungkook recorrerle entero.
—Quería estar un poco más de tiempo contigo, si era posible.
Taehyung apretó sus labios, aguardando una sonrisa. La fachada de chico rudo de Jungkook era una gran estafa, puesto que el menor, —por un año a penas— era un chico bastante amable y dulce, derritiendo el corazón de Taehyung cada que pasaban tiempo juntos.
—Creo que no será posible —comentó, y se giró a ver al pelinegro—. Saldré con Jimin a desayunar.
Jungkook asintió, y movió su mano para restarle importancia, —No te preocupes, podemos desayunar juntos otro día —dijo e hizo una pequeña pausa—. ¿Pensaste en lo que te dije? Ya sabes, el cajón en tu closet.
—Ya hablamos de eso y dije que no, Jungkook. No es necesario desocupar un cajón en mi closet para que guardes algunas prendas tuyas. Tu departamento queda a un lado, puedes ir fácilmente hasta allá y buscar lo que necesitas —dijo y terminó de arreglarse. Se acercó a Jungkook y besó sus labios cortamente—. Ya me voy. Cierra todo antes de salir.
Jungkook sonrió de lado y miró a Taehyung salir de su habitación. Estiró sus músculos y miró aquel cajón que quería que fuese suyo.
Más allá de dejar sus pertenencias, quería algo más serio con Taehyung, no sólo ser vecinos que se acuestan y pasan tiempo juntos. Parecían novios, pero el mayor no le daba señales de que realmente quería hacer oficial su relación.
—Hyung, ¿Cuándo me aceptarás? —preguntó a la nada, con la mirada aún en el cajón—. Te gusta todo lo que hacemos, pero no quieres darme un espacio en tu vida como tu pareja. Me dices que no, pero luego compras mis dulces favoritos porque te acordaste de mi, ¡Ah! ¿Acaso quieres volverme loco?
Bufó frustrado y se levantó de la cama, en dirección al cajón, abriéndolo y llevándose una gran sorpresa al encontrarlo completamente vacío.
Rió y negó con la cabeza, —Dices que no es necesario desocupar un cajón para mi, pero ya lo tienes listo para que guarde mis cosas...
Con un poco más de ilusión, tomó una ducha y limpió un poco el lugar, para luego salir del departamento de Taehyung y volver al suyo para poder trabajar.
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—¿Me hiciste venir de urgencia para sólo desayunar? —preguntó Jimin con incredulidad—. Juro que pediré lo más caro para que te pese el haberme hecho venir corriendo hasta acá.
Taehyung rodó los ojos, —Deja el drama, Park. ¿Acaso te molesta venir a desayunar con tu mejor amigo?
—Taehyung, me enviaste un jodido mensaje donde prácticamente decía que te estabas muriendo y que era de suma importancia mi presencia —habló de forma sombría Jimin, apuntando al contrario con un tenedor—. Me asustaste, imbécil.
—Ou, que adorable eres cuando te preocupas por mi —halagó Taehyung, riendo cuando miró la cara molesta de su amigo—. Ya, necesitaba salir de mi departamento y tú fuiste mi vía de escape.
—Es que ni siquiera querías desayunar conmigo —se quejó—. A ver, ¿Qué fue lo que sucedió ahora?
Taehyung miró el menú con falso interés, leyendo por encima lo que pediría, —Jungkook quería quedarse a desayunar conmigo.
—¿Y el problema es...?
—Que ya hemos desayunado muchas veces en la semana, así que no puedo darle muchas ilusiones. Debía bajarlo de la nube.
—Yo de verdad no entiendo este nuevo cambio tuyo —comentó Jimin, frunciendo el ceño y mirando a Taehyung—. Es decir, el chico te ha demostrado su interés en ti, además de que está más bueno que el pan, y tú eres incapaz de ponerle nombre a lo que tienen.
—¿Qué me asegura que seguirá siendo así?
—¿A qué te refieres?
—Si acepto una relación con Jungkook, ¿Qué me asegura de que seguirá siendo el mismo? Estoy cansado de la mierda de "te conquistaré como a un príncipe y luego perderé el interés en ti cuando te tenga" —respondió Taehyung con algo de resentimiento—. Todas mis parejas anteriores fueron una maravilla al inicio, pero luego de un tiempo se aburrieron de mi y me dejaron sin importarles lo que sentía.
—No todos somos así, Tae... —interrumpió el contrario, al ver a su amigo decaído—. Existen personas por las que sí vale la pena arriesgarse e intentar nuevamente amar, pero si te cierras a nuevas experiencias, ¿Cómo las encontrarás?
Taehyung mordió su labio inferior y suspiró, —No te preocupes, lo que tengo con Kook está bien; no le he dicho que sí a sus propuestas, pero le dejo el camino libre para que siga intentando.
—¿Y si se cansa? —cuestionó Jimin y Taehyung lo miró con interés—. Me dices que no lo aceptas, pero tampoco lo rechazas; lo mantienes en un constante limbo de emociones... pero Taehyung, las personas a veces se cansan de esperar.
Taehyung negó, —Jungkook no me dejaría.
—¿Cómo estás tan seguro? Ustedes no tienen una relación, incluso él podría verse con alguien más y tú no tendrías porqué enojarte por ello.
—Imposible —respondió tajante y a la defensiva—. Desde que tengo lo que sea que es esto con Jungkook, no me he visto con nadie más.
—Tú, ¿Pero él?
El miedo se asentó en el pecho de Taehyung, haciendo que su cabeza comenzara a girar en torno a esa posibilidad que había tocado Jimin.
Si bien es cierto que se encargaba de darle ciertas esperanzas a Jungkook para mantenerlo interesado en él, aún no le había dicho para formalizar la relación, por lo que no había ese pacto exclusividad entre ellos.
—Voy al baño, pide por ambos —habló Tae y se levantó del asiento para ir en dirección al baño del lugar.
Una vez entró, apoyó sus manos en el lavabo y respiró con calma, contando hasta diez para que los pensamientos no lo abrumaran por completo.
—Debe ser una jodida broma... —murmuró y tomó su celular, comenzando a escribir un mensaje elaborado para Jungkook, el cual borró y solo envío un simple «Hey».
Se miró al espejo y se arregló un poco, dejando de hacerlo cuando su teléfono sonó por la llegada de un nuevo mensaje, aunque este era de voz y no escrito.
Sonrió al verlo, emocionado de escuchar la voz de Jungkook, así que presionó el botón y lo reprodujo, aniquilando por completo su alegría al escuchar una voz que no era la de su chico, sino la de una chica que no reconocía.
«Hola, ahm, Kookie se encuentra ocupado en este momento y por eso no te puede responder ahora —se hizo una pequeña pausa y el sonido de cosas cayéndose se escuchó con claridad, luego de una risa que reconocería a kilómetros; la de Jungkook— ¡Eres un desastre, bebé! Ah, le diré que te hable en cuanto termine, ¡Adiós~!»
Reprodujo el audio un millón de veces, grabando en su mente la manera tan cercana con la cual esa chica hablaba de Jungkook. Apretó sus labios en una línea recta y sus manos se volvieron puños.
Sin embargo, pese a la molestia que sentía, su corazón estaba herido. Había sido reemplazado de todas formas, siendo la misma mierda desechable de siempre.
Se sentía un idiota por creer que Jungkook, el chico de sonrisa dulce y de buenas cogidas, le sería fiel solamente a él. Maldición, es que a quién se le ocurre confiar en un tipo con apariencia de fuckboy.
Exacto, el idiota de Kim Taehyung.
Pero eso no se iba a quedar así, le reclamaría y luego, en la soledad de su habitación, lloraría desconsolado por haber perdido nuevamente a alguien.
🏵️✨🌺✨🏵️
Taehyung caminaba de un lado a otro por el departamento de Jungkook a esperas de que llegase al lugar. Ambos tenían la llave del otro, así que este tipo de cosas, como esperarse, eran normales entre ellos.
—Le preguntarás cómo fue su día, y muy discretamente le preguntarás quién era la perra que había contestado su teléfono —hizo una mueca con los labios y negó—. No, no, eso es muy agresivo.
Luego de "desayunar", —acribillar su hot cake con el tenedor— había decidido pasear un poco por el lugar para ganar tiempo. Estaba al día con su trabajo en la editorial, así que tomarse ese espacio para si mismo estaba bien.
Además de que no tenía cabeza para leer cómo los protagonistas lograban vivir felizmente con el amor de sus vidas, mientras él simplemente no podía establecerse con alguien sin que quisiesen correr antes de comprometerse en una relación duradera.
Luego de un corto paseo, mirar mal a parejas de enamorados, y patear piedras inocentes, llegó a su departamento, verificando antes que el pelinegro infiel no se encontraba en el suyo.
Estuvo al pendiente te la llegada de Jungkook, así que lo mejor era esperarlo en su propio hogar. Si lo encontraba en el acto, sería una cagada para su corazón, pero así se desilusionaría y entendería que con su conejito no habría oportunidad alguna.
—¿¡Dónde estás, Jeon!? —exclamó exasperado, golpeando el piso con su pie y mirando la puerta con impaciencia—. ¿¡Qué tanto haces con esa mujer!? ¡Voy a castrarte!
Respiró hondo, intentando calmarse. Jimin tenía razón en algo; no podía reclamarle algo a Jungkook porque sencillamente no eran nada, así que debía hablar como una persona civilizada y no como tipo celoso pidiendo explicaciones.
—Relajado, Taehyung. Si él no te ha valorado, se lo pierde —dijo de manera muy digna.
El sonido de las llaves introduciéndose en la puerta llamó su atención y miró en esa dirección con intensidad. Si estuviese en un anime, ya lo estaría rodeando una bruma oscura denotando su molestia.
Jungkook se descalzó y entró a su sala, sorprendiéndose de ver a Taehyung en el lugar. Sonrió sin poder evitarlo y se acercó hasta él con alegría.
—¡Taehyung! Que alegría ve-
—¿¡Quién era esa mujer, por qué contestó tu teléfono y te llama de "Kookie" y "Bebé"!?
Al diablo la decencia, la paz nunca fue una opción.
Jungkook parpadeó anonadado por la confrontación del mayor, y boqueó cual pez fuera del agua al no saber qué estaba sucediendo en ese momento.
—Te escribí un mensaje y una mujer fue la que me contestó —siguió el reclamo Taehyung al ver que Jungkook no iba a decir nada por el momento—. ¿Quién era ella, ah? ¿Cuáles son esas confianzas contigo? Quiero que me des una explicación a todo esto, infiel.
Jungkook levantó las cejas, ¿Infiel? ¿A qué se debía todo esto? Levantó las manos y respiró hondo, —¿Podrías calmarte?
—¿¡Me estás llamando histérico!?
—¡No, carajo! ¡Solo quiero hablar civilizadamente contigo!
—¿¡Ahora soy un salvaje!? ¡Vete a la mierda, Jungkook! —exclamó Taehyung, y caminó hasta la puerta, pero fue alcanzado antes por los fuertes brazos de Jungkook, quien lo alzó con facilidad y lo colocó sobre sus hombros, llevándolos a ambos a la habitación del pelinegro—. ¡Bájame ahora mismo, idiota! ¡Te estás aprovechando de que eres más fuerte que yo!
—No te bajaré —demandó Jungkook, sin inmutarse a los golpes en su espalda—. Hablaremos y aclararemos todo este malentendido.
—¡Já, malentendido! ¡Eres un infiel, falso, hipócrita, desleal, mentiroso, crue- ¡Ah!
Las palabras de Taehyung fueron cortadas cuando fue lanzado de forma brusca a la cama. En otra ocasión, y en otro contexto, la situación hubiese sido excitante, pero la molestia corría por su cuerpo y no tenía mente para otra cosa que no fuese el querer golpear a Jungkook.
Intentó levantarse de la cama, pero sus manos fueron tomadas con firmeza y posadas sobre su cabeza, a igual que su cuerpo fue aprisionado por el de Jungkook, dejando sus caras juntas y sus respiraciones aceleradas.
—Déjame ir —habló entre dientes, teniendo fuerza de voluntad y no dejarse llevar por la cercanía de sus labios, y lo apetitosos que estos se veían para una larga sesión de exquisitos besos.
—Vamos a hablar, Taehyung. No te dejaré ir hasta que solucionamos todos esto.
—¿Y qué quieres que te diga? Ya lo dije todo; te envié un mensaje y me contestó una mujer, demostrándome lo infiel que eres —escupió con molestia—. Y ni siquiera te dignaste a marcarme luego, ya veo que ni te importo.
—Taehyung, desde que te vi no he estado con alguien más porque solo tú ocupas toda mi mente. Y con respecto a lo de serte infiel... —tomó ambas manos de Taehyung con su mano izquierda, y con su derecha sacó su celular y marcó a un número.
—Cínico, la llamarás en mi cara...
—Tú cállate —habló Jungkook y atendieron la llamada—. Hola, Somin, ¿Cómo quedó tu nuevo estante?
—¡Kookie, hola~! —Taehyung rodó los ojos al escuchar la voz de la chica y se quejó bajito cuando Jungkook mordió su mejilla con suavidad—. El estante esta perfecto, bebé, ¡Gracias por ayudarme!
—De nada, Minie. Sabes que siempre cuentas con tu hermano menor.
Los ojos de Taehyung se abrieron por sorpresa, y Jungkook alzó una ceja burlona.
—Lo sé, eres el mejor hermano del mundo. Por cierto, habla con tu chico bonito, el que te envió el mensaje, no vaya a ser que te metas en problemas por haberle respondido su mensaje.
Jungkook miró a Taehyung, quien tenía las mejillas rojas de vergüenza, y sonrió de lado, dejando un beso en la punta de la nariz del mayor, —Creo que me lo estás diciendo un poco tarde, pero tranquila, ya solucionaré todo el inconveniente.
Ambos hermanos se despidieron, y Jungkook dejó su teléfono a un lado para mirar fijamente a Taehyung, quien tenía la mirada desviada a otro lugar que no eran los profundos ojos de Jungkook.
El pelinegro tomó la barbilla de Taehyung y lo hizo mirarlo a los ojos, detallando cada porción del rostro de su precioso vecino, quien con sólo verlo había puesto su mundo de cabeza.
—Ya aclaramos que no soy un infiel, pero tú eres un celoso, Taehyungie... —habló suavemente Jungkook, logrando que las mejillas del otro se volvieran más rojas—. Y quisiera sentirme feliz, pero tengo miedo, de que cuando pase todo esto vuelvas a ser el mismo de siempre.
—¿A qué te refieres?
—Al Taehyung que me da alas para volar, pero me encierra en una jaula. Al que me dice que no le gusta que lo siga, pero me deja la puerta abierta. Al que estaba en desacuerdo con el hecho de guardar mis cosas en su closet, pero que despejó una cajón para mi. Al que me mantiene con una duda constante si me quiere o no a su lado como algo más que una simple compañía.
Jungkook soltó las manos de Taehyung y se sentó en la cama, con el mayor copiando sus acciones y mirándolo con timidez. »¿Realmente te gusto, Taehyung? Porque cada día que paso a tu lado, vivo con el ferviente anhelo de ser algo más que tu vecino, pero no quiero enamorarme solo, así que si no tienes planes de estar conmigo, es mejor dejar esto hasta acá, porque cuando te dejan, inclusive dándolo todo, duele, y mucho.
La mirada del pelinegro derrochaba tristeza y un poco de resignación, haciendo que Taehyung se diese cuenta que todo este tiempo estuvo actuando como un idiota en busca de su propio bienestar, sin pensar en los sentimientos de Jungkook.
Tragó saliva y jugó con sus dedos, —Tú me gustas, Jungkook, mucho más de lo que piensas... pero tengo miedo, de que luego de conseguir lo que quieres simplemente pierdas el interés en mi y me dejes, como lo hacen todos.
Jungkook miró a Taehyung con interés, y el último respiró hondo antes de proseguir. »El día en que nos conocimos, estaba llegando de verme con mi ex novio. Justo ese día me había dejado, porque ya no era lo que le gustaba. Lo peor de todo es que no es la primera vez que me sucede, y es que todas mis relaciones terminan cuando mis parejas se aburren de mi, incluso si pongo todo mi empeño en ellos. Así que analicé la situación y me di cuenta del error; la falta de interés de las personas al lograr lo que querían.
»Cuando me quieren enamorar, todo es color de rosas, pero luego de tenerme dejan de soñar y se vuelven unos idiotas. Ahí es donde me abandonan sin importarles lo que que siento... lo pensé bien, y me dije que, si para tener la atención de alguien constantemente era hacerme el difícil, entonces los dejaría con la duda a todos y así se quedarían a mi lado.
—¿Es por eso que no me aceptabas? ¿Querías hacerme luchar por un "sí"? —preguntó Jungkook y Taehyung asintió—. Dios, Taehyung, yo nunca podría perder el interés en ti, si cada día me llamas más y más la atención.
—¿Cómo puedes asegurar de que seguirá siendo así? —cuestionó con inseguridad—. Si te digo que sí, y comenzamos una relación, ¿No me volveré aburrido para ti? Tengo miedo, Jungkook, no eres el primero que me demuestra amor eterno, y no serás el último en abandonarme en cuanto tenga la oportunidad.
—Yo también tengo miedo, Taehyung. He sido lastimado y abandonado al igual que tú. Se han aburrido de mi y me han cambiado por alguien "mejor", pero aquí estoy, intentando tener una oportunidad contigo, porque sé que no todos son iguales, y que a mi vida llegará alguien que me acepte tal cual soy —habló Jungkook, tomando las manos de Taehyung entre las suyas y mirándolo directamente a los ojos—. Tengo miedo, pero no puedo dejar que este me domine y me prive de cosas maravillosas; como el intentar estar a tu lado incondicionalmente.
Los ojos de Taehyung se llenaron de lágrimas y sonrió a penas, acercando su rostro al de Jungkook y juntando sus labios en un dulce beso. Uno que demostraba que sus palabras habían apaciguado su inseguridad, y que estaba dispuesto a darse una oportunidad con Jungkook.
—¿Eso es un sí? —preguntó Jungkook cuando separaron sus labios, y juntaron sus frentes.
—Es un tal vez... más cercano al sí.
El pelinegro sonrió y acarició la mejilla de Taehyung con cariño, —Mejor dime que no, y dame ese sí como un cuenta gotas. Dime que no, pensando en un sí, y déjame lo otro a mi.
Taehyung rió y negó con la cabeza, —No puedo decirte que no, cuando lo único que quiero es decirte que sí, Jungkook.
—Me parece perfecto... —dijo el menor y dejó otro beso en los labios de su ahora pareja—. Seré la persona más feliz del mundo al decir que este increíble chico por fin me dijo que sí.
Volvió a unir sus labios y se dedicaron a demostrarse lo que sentían mediante ese acto, sin miedo y con la felicidad de encontrar a alguien que los aceptara tal cual son, con la promesa de enamorarse mutuamente día con día.
Porque el amor se construye y se alimenta, para al final cosechar el sentimiento recíproco más bello que pueden experimentar los humanos.
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