5. Robarte un beso

[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]

Emma

Se acercó a mi oído

—De nuevo, gracias por quedarte conmigo anoche. —Se alejó sonriendo levemente, y percibí una sonrisa triste por lo que se venía para él. No iba a ser fácil.

—Tu abuelo estará feliz de verte —respondí, rozando su brazo—. Cualquier cosa, sabes que puedes contar conmigo. —Le di una sonrisa enorme, como si en ese momento no se me estuviese rompiendo el corazón. Quería que él se sintiera bien y que no supiese lo que me estaba pasando por dentro. Que no se me notara que me sentía incluso un poco tonta por quererlo tanto.

Y que creo... no, más bien estaba segura, de que nunca me había gustado alguien así. Se me perdió la mirada en su cara, sus labios gruesos y el verde de sus ojos. Toda la sangre se fue al centímetro de piel que tocaba la de él.

Asintió y tragó grueso.

Contuve la respiración cuando miró la puerta de entrada hacia los embarques internacionales. Apretó fuerte los dedos en la manilla de su maleta y me rodeó con un brazo, pegándome a su costado.

—Adiós, Emma. Estamos hablando.

—¿Me avisas cuando lleguen? —Sentí que me ruborizaba. ¿Qué preguntas son normales o no en una relación de amistad y quizás algo más, o que al menos yo quiero que sea algo más?—, para... para saber que está todo bien.

Cerró un ojo y nuevamente trató de esbozar una sonrisa.

—Apenas lleguemos.

—Cuida a Diego —susurré al ver a Laura y Diego abrazados con sus frentes unidas. Vi lágrimas en sus ojos—. La va a extrañar demasiado.

Chasqueó la lengua.

—Lo intentaré, pero soy pésimo con eso de los sentimientos. Ya va a volver, no es para tanto.

No pude evitar sentirme intranquila con ese comentario. Kai me confundía, a veces era un humano capaz de sentir y otras veces... un insensible.

—¡Hey! Yo pensé que me extrañarías —bromeé, pero me arrepentí de inmediato de mis palabras. Sobre todo cuando él se rio y no dijo nada.

Ok, golpéame con la maleta... va a doler menos que el silencio.

—Diego, ¿vamos? Estamos en la hora. —Se acercó de nuevo a mi oído—. Si usas ese vibrador del que hablabas... llámame. Me encantaría verlo.

Rodé los ojos.

—No te lo mostraría. —Sentí el rubor en mis mejillas.

Hizo un puchero y resopló frustrado.

—¿Por qué? No ves que allá estaré solo —susurró. Me dio una palmadita en el hombro que me sacó todas las esperanzas de una despedida romántica, de golpe—. Te aviso cuando llegue.

—Buen viaje. —Me acerqué a Diego y lo abracé rápidamente porque ya me quería ir. No podía llorar y dejarme en evidencia.

Habría sido como cavar mi propia tumba.

—Cuidaré a tu novia.

—Gracias Emma.

***

—Un late, por favor. Con bebida de almendra.

—¿Me das tu nombre? ¿Algo más? —La chica tras el mostrador parecía que no daba más de aburrida.

—Emma, y... mmm y una galleta de chocolate.

—Ya...—respondió, me miró de arriba a abajo antes de darme el ticket.

Nota mental: no venir nunca más.

—¿Quién se resistiría a una galleta de chocolate? —Reconocí de inmediato la voz a mi espalda y me giré feliz para abrazar a mi amiga. Lucía hermosa con un abrigo verde casi fluorescente, una chispa de color entre tanto gris y negro de los abrigos del resto.

—¡Michell! Pide lo que quieras, yo te invito.

—¡Ay! Yo... quiero lo mismo, por favor. —La sonrisa de Michell se desvaneció en el acto por la expresión de la chica y me hizo una mueca de desagrado.

—Nombre.

—Michell. —Se acercó más y me dijo de forma apenas audible para el oído humano—: Si así es la chica que atiende ni quiero ver la cara de trasero que debe tener el resto. Parece que un camión le pasó por encima...—Se giró cuando le entregan su ticket y me mira—. ¿Y a ti qué te pasó?

Abrí los ojos.

—¿Qué? ¿Se me nota?

Soltó una carcajada estruendosa que hizo que algunos se giraran y la miraran.

—No, pero tu mensaje era catastrófico. ¿Quieres que lo diga en voz alta? Me lo aprendí.

—No...

—Michell necesito urgente que nos veamos es de vida o muerte —repitió en voz alta mi mensaje.

Arrugo la nariz.

—No es tan de vida o muerte la verdad.

—Si es por un hombre, tú sabes que no se necesitas novio, ni nada para tener acción en tu vida. Acción —repitió de una forma apenas audible—. Bueno si tienes un poco de cara de... algo.

—¿Me estás diciendo que tengo cara de...—bajé la voz al mínimo—, de no tener sexo?

—Mmm puede ser. —Cogió nuestros cafés y una expresión de dolor cubrió su cara—. Me quemo, me quemo.

Recibí las galletas y la seguí a paso rápido a una mesa. Apenas me senté, alcé las cejas en su dirección.

—Que eres habladora, te equivocas.

Dio un sorbito mientras tenía los ojos entornados. Michell siempre parecía como si te estuviese leyendo el alma, como si supiera más que tú... de tu propia vida.

¿Y si es así?

—Ah, ¿sí? Ilumíname querida.

—Kai.

Escupió el trozo de galleta que acababa de morder y cayó directo a su plato.

—¿Ragni?

—Sí.

Resopló, emitiendo un ligero silbido con el aire.

—Era todo lo que quería oír. Sinceramente, te habría perdido el respeto por completo si a estas alturas no hubieses logrado acostarte con Kai. —La señora de al lado tosió fuerte y nos dio una mirada de desprecio —casi asesina— mientras señalaba a sus dos hijas pequeñas—. Señora, me refiero a dormir.

—No son temas para las dos de la tarde —replica molesta.

—Yo opinaría que la sexualidad es un tema para cada hora. —Michell sin pelos en la lengua me recordaba mucho a Abril—. ¿Tu qué opinas, Emma?

—Que necesito tu ayuda —dije, ignorando a la señora que estaba con ataque.

—¿Y te vas a saltar todos los detalles fogosos? No, no... necesito del chisme para funcionar. Eso tu lo sabes. —Le dio un sorbo a su café y luego se quedó esperando a que yo hablara.

—¿Detalles fogosos?

—Sí. Quiero número de veces, medidas... ancho y largo, es adorable o travieso. Asumo que solo me he perdido de estos detalles porque estuve ocupada con mi proyecto y no porque no me quisieras contar.

Solté una carcajada más por la cara de la señora que por las palabras de Michell.

—Desapareciste.

—Si no soy la mejor en periodismo, entonces mi vida no valdría nada... y para ser la mejor necesito estudiar demasiado. Así que asumo mi error.

—Ha pasado bastante... desde que llegó. Tiene el tamaño suficiente para que la primera vez sintiese que me iba a partir, es travieso... no es adorable como su hermano. Definitivamente Diego es un dulce, Kai es su versión malvada. Es como el chico que es capaz de desarmarte con un par de frases y luego te toca con la seguridad de un dios. A veces es muy amistoso, a veces está tan metido en su trabajo y estudios que no quiere que nadie le hable. —Suspiré y Michell le dio una mordida a su galleta.

—En pocas palabras, te tiene comiendo de su mano... por no decir de su p...

—¡Michell! —Solté una carcajada y la señora que estaba junto a nosotras se puso de pie con expresión de decepción por nosotras—. Pero sí, y ese es el gran problema. Él no está como yo.

Asintió y se reclinó en el asiento.

—He oído bastante de Kai. Sobre todo cuando íbamos en la escuela. Una especie de leyenda al igual que tu hermano. Aunque Kai... resultaba más difícil de alcanzar, una utopía. Solo algunas chicas lograron algo con él, antes de irse a Alemania. Todas historias de fiestas y alcohol. Si se sabía que él iba a una fiesta, entonces el lugar se llenaba de chicas. Después se supo que si tuvo novia pero que fue una pésima experiencia. Y sé algo más.

—¿Qué cosa?

—Primero dime lo que necesitas. Dependiendo de eso, te digo o no.

Rodé los ojos. Sí, Michell sabía mucho y quizás demasiado... pero eso no significaba que todo el mundo se enterara de lo que ella sabía.

—Bueno, creo que he tenido la suerte porque vivimos juntos. Aunque se ha vuelto mi peor pesadilla. —Me cogí la cabeza entre las manos—. ¿Leíste la segunda parte del libro de Sofía?

—Sí, está mucho más caliente que el primero —respondió, confundida de mi pregunta.

—Imagínate leerlo con Kai durmiendo en la misma casa. Se volvió una tortura. Si me miraba un segundo más o me rosaba la mano, era como que desde el centro de mi estómago se encendiese el fuego necesario para incendiarme... creo que él lo presintió, aunque me dejó claro que no quiere nada conmigo. Nada más que amistad —aclaré sintiéndome un poquito desdichada.

—¿Una relación de solo sexo? Eso es más antiguo que mi abuela, ¿cómo te metes en un embrollo así con un dios? ¿Con qué te pegaste? —Rodó los ojos y soltó una exhalación profunda. Tampoco se guardaba nada de lo que pensaba, para muchos eso la convertía en una persona desagradable, para mí... alguien que no tenía filtro y eso me encantaba.

De ella vas a recibir la opinión que nadie te daría aunque lo pensara.

—Y... tú has logrado cosas increíbles. —Me sonrió de forma perversa al entender para dónde iba yo.

—Tú quieres ser parte de un proyecto como el de Laura y Diego. ¿Quieres que Kai se enamore de ti? —preguntó, más sorprendida de lo que esperaba.

—Mmm quiero que al menos me conozca más... ¿profundamente? Me ha friendzoneado más veces de lo que podría soportar.

Soltó una risita.

—Profundamente ya te conoce. —Meneó las cejas—. ¿No es suficiente con que vivan juntos?

—No, si está en casa, está en su habitación y solo compartimos en la comida y a veces se une en las noches cuando bebemos o jugamos. Ha estado muy ocupado porque se ha dedicado a trabajar y estudiar. Y ahora volvió a Alemania por algunos meses, quizás decida quedarse allá.

—Uf... este es un caso difícil. Del uno al diez, ¿qué tanto te gusta?

Arrugué el entrecejo.

—¿Diez?

—¿Estás loca? ¿Qué le mide 30 cm acaso? Ahí si te creería, incluso te veneraría.

—¡Michell! Sí, estoy loca por él. ¿Acaso no lo has visto? Es desesperantemente hermoso Michelle, es sexy, simpático y de repente tiene esa mirada de que todo le importa una mierda, pero no es así. Lo he observado trabajar y es... increíble. —Reprimí la sonrisa y Michell también.

—Dios mío, eres igual a Laura, ¿cómo es que pierden la cabeza por chicos?

Meneé la cabeza.

—No he perdido la cabeza, solo quiero enamorarlo. ¿Tienes alguna idea?

—Claro, soy la experta en esas cosas.

—Necesito un secreto tuyo que no quieres que se sepa. O que no quieres que alguien en específico sepa.

—¿Secreto? —Arrugué la frente sin entender.

—Sip, necesito que después no te arrepientas a la mitad de mi proyecto. Para esto requiero seriedad porque será parte de mi nuevo proyecto. Con esto, esperaría ser la nueva ayudante del profesor Monic. —Me dio una sonrisa malvada—. ¿Cómo piensas que tuve a Diego amarrado? Lo tenía agarrado de los huevos.

Recordé los secretos de Laura y Diego. Laura una foto de un beso con mi hermano y Diego un audio donde admitía saber que el ex de Laura jugaba con ella.

—Tengo que pensarlo —dije, mirando por la ventana como si un secreto fuese a aparecer volando.

—Te voy a contar el proyecto en el que he estado trabajando y luego me dirás si quieres participar, pero si me dices que sí, entonces tienes que comprometerte. He pasado bastante tiempo pensándolo.

—¿No es lo que hicieron Diego y Laura?

—No, esa era la primera versión. En esta oportunidad... vamos a ver si funciona con personas que están a la distancia. Iba a ocupar a mi primo que está en España pero el secreto que tengo de él es muy aburrido.

—¿En qué consiste?

—Tú secreto primero. Necesito algo jugoso.

—Está bien. Pensaré en uno. ¿Y de Kai no necesitas uno?

—Ya lo tengo.

***

Llamé el ascensor con una mezcla de sensaciones: entre un ser desdichado y otra esperanzada. Y bueno... bastante estúpida pero eso era algo que venía sintiendo desde algunos días. O desde que existía Kai en mi vida. Él apareció y automáticamente se activo un botón de hacer cosas sin sentido y aniquiladoras de dignidad.

¿En qué me he convertido?

Apenas se abrió el ascensor, vi al amigo de Luca con una pañoleta en la cabeza y otra tapando su nariz y boca, sacando bolsas desde el departamento que lograron abrir... ¿bolsas de basura?

o...

—No me digas que ahí llevas un cuerpo —dije con una mueca de horror. Gabriel me quedó mirando divertido y luego se encogió de hombros.

—Pedacitos —respondió, como si no le importase realmente. Detrás apareció Luca con el mismo look y un pantalón deportivo arremangado hasta la rodilla. Tenía los ojos rojos y algo hinchados, probablemente debido al polvo. Se quedó mirando las bolsas en las manos de su amigo.

—Te dije que debíamos deshacernos de estas en la noche —murmuró con los dientes apretados como si yo no fuese a escuchar. Rodé los ojos y avancé hasta la puerta. El interior del departamento apenas estaba visible por la capa de polvo. El piso tenía algunas bolsas y un olor... horrible. Me tapé la nariz aguantando las ganas de vomitar la galleta y el café.

—Oh, dios. ¿Si hay un cuerpo, verdad? —Le di un golpecito en el hombro a mi nuevo vecino.

Luca soltó una carcajada y meneó la cabeza divertido.

—Lamento decepcionarte, solo es comida que se pudrió y no sacaron antes de clausurar el departamento.

Hice una mueca de asco.

—¿En el 1800? Huele horrible.

—Más o menos. Estuvimos pensando que quizás era peligroso pero... nos tapamos la nariz para botarlo. —Puso expresión como si se le hubiese ocurrido la mejor idea del mundo—. ¿No te sientes con ánimos de ayudar?

Meneé la cabeza.

—Lo siento, no es mi día —repliqué y de inmediato la imagen de Kai se vino a mi mente. Cada minuto más lejos de mí. Tragué saliva un poco incómoda.

—¿Sucede algo? —Gabriel dejó las bolsas en el suelo, como si estuviera por completo interesado en lo que yo fuese a responder y eso me pareció increíblemente adorable.

—Solo estoy un poco melancólica, con Laura nos quedamos viviendo sola por unos meses. —Creo que eso no lo debería haber dicho. Es algo que no le dices a dos desconocidos.

Pero besaste a uno de ellos, Emma.

Me atoré con mi propia saliva y comencé a toser desesperadamente.

—Acabamos de sacar un cuerpo, Emma. No podemos lidiar con otro más, no mueras, ¿ok? Porque ya no nos quedan bolsas, ¿o sí?

—Sí, queda una.

Entre tos y tos me largué a reír.

Gabriel y Luca tienen un humor parecido a mí. No siempre me siguen la corriente en las locuras que digo.

—Ya, ya pesado estoy bien.

Podría morir de amor, quizás... pero no... soy más fuerte que eso.

—Ufff —Gabriel se pasó la mano por la frente, notablemente aliviado—. Como experiencia propia, la melancolía hay que vivirla, la tristeza también, ¿si no cómo nos daríamos cuenta de cuando nos suceden cosas buenas? Aunque...—Se mordió el labio inferior por dentro—, a mí me sirve darme un plazo, para que no se extienda más de lo necesario.

—Hazle caso, han terminado con él como 10 veces —agregó Luca conteniendo la risa.

Gabriel entornó los ojos sin dejar de mirarme.

—Seis —corrigió.

Alcé las cejas.

—Igual es un número bastante alto —susurré, fingiendo preocupación.

—Es que he tenido bastantes... novios. Pero, ahora ya he sentado cabeza. Te caería bien mi novio. ¿Tu tienes novio?

—¿Yo? No... no. —Toqué su hombro—. Feliz de conocer al tuyo. Ahora chicos los dejos que tengo que ir a morir...perdón, dormir.

—¿A esta hora? —Luca miró hacia una ventana cercana—. ¿No es como super temprano?

—Pero anoche no dormí mucho.

—¿Te ruborizaste? —Gabriel me señaló las mejillas—. ¡Qué traviesa!

Solté una carcajada, y me tapé la cara mientras abría la puerta.

—¡Nada que ver! Suerte en el orden.

—Gracias vecinita.

—¿Emma?

Desperté con la mano de Laura tocando mi brazo. Tenía las cortinas cerradas pero noté que estaba más oscuro de lo que debería.

—¿Qué hora es?

—Las seis. No te quería despertar pero... está Luca en el comedor.

Abrí un ojo de golpe.

—¿Luca?

—Sí, el vecino nuevo. Nos trajo comida y huele delicioso, así que levanta ese trasero y vamos porque tengo hambre y mi alma necesita comida rica.

Recordé el trato que tenías y no pude evitar sonreír y... sorprenderme.

—Ok, tengo hambre. —Me senté y cogí el teléfono de la mesita de noche. Eran las 8 de la noche y no tenía ningún mensaje—, ¿aún no llegan?

—Sí, hace una media hora.

—Voy en cinco minutos, ¿le dices a Luca?

Laura dio un saltito de felicidad. La comida la hace feliz y a mí también.

Junto antes de salir de la habitación, me llegó un mensaje.

De: Kai.

Llegamoooooos. El vuelo estuvo como la mierda... y la comida también :) Espero que tu cena esté mejor. Besos.

—Así que eres nuestro nuevo vecino —escuché a Laura decirle a Luca, y luego agregó—: ¿Tienes novia?

Ay, no.

______

Para mis hermosita lectora: YherinlieRobles

Ay Laura qué estás haciendo jejejeje ¿será que tiene algún plan oculto?

¿Y qué opinan de la aparición de Michell? Creen que tendrá éxito o fallará en su proyecto :( Esto es lo más importante para ella...

¿Queremos un Kai travieso o romántico?

¿Qué les gustaría que sucediera en el próximo capítulo?

Si quieres que te dedique el próximo solo tienes que comentarme!! y si me propones canciones para nombres de capítulos... mejor jijiji

Besitooos!! Las adoro <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top