14. Dañamos la amistad
https://youtu.be/2fby9mnAzcI
"Ya no sé si es amistad
Dan ganas de cogerlo"
Emma
—¡Auch! —Luca se puso de pie, llevándose las manos a la cabeza, mientras los golpes en la puerta no cesaban—. ¿Qué está pasando? Abre tú... voy a... —Se marchó corriendo y en un instante ya no estaba. Solo vi su espalda alejándose de mí.
No puedo creer que haya dormido con mi vecino.
—¡Pero es tu casa! —grité en voz alta.
—Tú puedes abrir, te doy el permiso oficial.
Bufé.
Cerré los ojos por un momento, con los índices a los lados de la cabeza. Sentía que estaba a punto de explotar y me levanté a regañadientes, ya que los golpes no cesaban y tenía el leve presentimiento de quién podía ser. No tenía ningún interés en abrir como si fuera la dueña del lugar, pero otro golpe más y vomitaría como Luca en el baño. Abrí sin pensar en las condiciones en las que estaba, pero la expresión en el rostro de Laura me indicó de inmediato que mi aspecto era nefasto.
—Emma Ross, te voy a golpear. Literalmente estabas frente a la casa y no fuiste capaz de decirme dónde estabas. —La mano de Laura iba desde la puerta de nuestro departamento hasta la de Luca una y otra vez. Sus ojos reflejaban furia total, y aunque me regañaba peor que mi madre, me dio risa. Tenía un peinado igual o peor que el mío. Sin embargo, mi risita se detuvo de inmediato cuando hizo un puchero enorme—. No te rías. No dormí nada... por tu culpa.
—Soy una idiota, debí avisarte. Solo se me pasó el tiempo. —Dije esas palabras y en el fondo de mi cerebro hubo un pequeño "click", una especie de advertencia quizás, o simplemente un aviso. ¿Desde cuándo se me pasaba así el tiempo? No, eso no me sucedía. Siempre tenía todo bastante calculado y mis tiempos distribuidos en lo que tenía que hacer. Había venido para terminar la pintura, ¿en qué momento desperté con Luca? Resoplé, la abracé y ella hizo lo mismo—. Eres la mejor amiga del mundo y perdóname por no avisarte. —Laura y yo siempre nos avisábamos dónde estábamos, desde que una amiga de una conocida fue secuestrada en una fiesta. Era nuestra promesa porque en esta ciudad estábamos solo las dos y debíamos cuidarnos. Así que ella tenía razón.
—Sí, eres una idiota, porque tú me dijiste que llegarías a casa. Te pregunté ayer y me dijiste que volverías temprano —gruñó, imitando mi voz—. Me da miedo dormir sola. —Su puchero volvió a aumentar de tamaño y sus ojos se volvieron llorosos. Eso era otra característica de Laura: no podía dormir si no había nadie en la casa, era increíblemente miedosa—. No dormí nada. En cambio, ¿tú dormiste con el vecino? —preguntó en voz baja y luego su expresión cambió por completo, mostrando una traviesa sonrisa. Su mente ya estaba imaginando todas las películas entre el nuevo vecino y yo.
Pensándolo bien... no suena tan mal.
Stop. Estás enamorada de Kai.
Luca tiene novia.
—No... ¿y pensaste en fantasmas?
—Oh, no cambies de tema... y por supuesto. Oh Dios. —Miró justo detrás de mí, con las manos sobre su boca—. ¿Qué es eso?
Me giré asustada y vi que Ron nos observaba atentamente. Detrás estaba Luca apoyado en la pared, con cara de haber tenido la peor noche de su vida.
—No quería interrumpirlas, pero... Laura, pasa. No quiero que Ron se escape.
—¿Ron? —Laura abrió la boca extasiada y su sonrisa se agrandó—. ¿Ron Weasley? ¿De Harry Potter? ¿Porque es naranja? —Dio un salto y me apartó para correr hacia Ron, que se escondió debajo de una silla y quedó en un lugar inalcanzable.
—Si te acercas como una loca, va a huir de ti —murmuré.
Me miró entornando los ojos.
—Aún estoy enojada contigo.
—Te presento a Ron Weasley. Es mi hijo, ¿no es adorable? —Luca lo sacó de su escondite y lo tomó en sus brazos. Tenía una imagen poco saludable frente a mis ojos: el chico guapo, todo despeinado, con cara de sueño y resaca... y con un gato entre sus brazos.
—Por supuesto que me gusta, soy una persona normal. No como ustedes que parecen haber sido atropellados por un camión... dos veces. —Nos miró de pies a cabeza y luego Luca y yo intercambiamos miradas. Él me sonrió y se encogió de hombros. Nota mental: el vino no es una buena compañía... al menos no dos botellas. Ni menos con el vecino.
—Yo siento lo mismo —gruñó Luca—. Estoy feliz de que se queden, pero yo me iré a dormir. Se acercó y me abrazó—. Gracias por venir.
—Gracias por pintarme tan bonita. Me voy a mi cama —murmuré, y Laura rodó los ojos. Noté un destello de malicia en su mirada. ¿Acaso creía que dormí con Luca? Sí, lo había hecho, pero no de la forma en que su mente perturbada podría imaginarlo.
—Volveré a ver a tu gatito, creo que se llevaría bien con Zanahoria —dijo Laura distraída mientras observaba la pintura sobre el atril.
—Claro, de hecho, haré una fiesta mañana. Están invitadas —le dijo Luca a Laura, pero ella estaba embelesada con el retrato que había pintado de mí—. Es Emma. Esto es lo que hicimos anoche.
—¿Lo pintaste tú? —preguntó Laura.
—Sí, ¿crees que se parece?
—Quedó increíble, ¿no crees? —Me acerqué para admirar mi retrato una vez más—. Luca me lo regalará una vez que lo presente en su clase.
De repente, Laura levantó la mirada y se encontró con la de Luca.
—Te admiro, y quedó más bonita de lo que es —bromeó.
—Pesada.
—Bueno, hice lo mejor que pude... —Luca se encogió de hombros y Laura me abrazó.
—Es preciosa, ¿verdad? —le preguntó a Luca. Tragué saliva y solté una fuerte carcajada, tratando de que la pregunta pasara desapercibida, pero antes de que yo dijera algo, él habló:
—¿Emma?
—Sí.
Luca me miró detenidamente con los ojos entrecerrados, apenas una fina línea percibía su mirada.
—¿Por qué me analizas tanto? —gruñí, caminando hacia la salida.
—Para poder responderle a Laura.
Rodé los ojos. Me hacía mucha gracia, pero no quería demostrarlo.
—Me iré a dormir, apenas dormí anoche —dije, despidiéndome de Luca con la mano.
—¡No quiero saber! —exclamó Laura, tapándose los ojos mientras se moría de risa.
—¡No pasó nada!
—Ah, ¿no? —Luca parecía confundido y le lancé una mirada asesina. No tenía nada cerca para lanzarle, excepto un florero. Pero tampoco quería asesinarlo. ¿O quizás sí?
—No, yo dormí en el sofá.
—Dormimos en el sofá, qué feo que me niegues así frente a tu amiga. —Meneó la cabeza fingiendo decepción. Los ojos de Laura brillaban de la emoción del chisme de la semana.
—El florero es lo único que tengo a mano y estoy pensando seriamente en lanzártelo.
Luca llevó una mano a su corazón y puso un puchero. No pude evitar sonreír.
—Tendré que aceptarlo. ¿Qué tienen que hacer mañana por la noche?
—No tienes nada que aceptar —murmuré entre dientes—. Y... mañana tengo que estudiar.
—Emma estudia todos los días, ¿no te habías dado cuenta? —Emma hizo una mueca.
—Sí, por eso quiero que vengan. Haré una fiesta... pequeña. Solo unos cuantos amigos.
—Yo vendré, creo que necesito despejarme un poco —dijo Laura soltando el aire lentamente. Percibí que algo no iba bien. Me miró, pidiéndome que también asistiera. No hizo falta decir nada, nuestras miradas lo decían todo.
—Claro, si no tengo nada mejor que hacer... —empecé a decir, pero Luca tenía algo a mano: un cojín que me golpeó en la cara. Caminé hacia la puerta con el cojín en la mano, lo lancé por el pasillo que separaba nuestras puertas hacia el ascensor y luego cerré, dirigiéndome a mi departamento.
—¡No! —escuché detrás de mí. Laura llegó un segundo después riendo.
—¿De verdad no pasó nada? —preguntó casi susurrando, como si él aún estuviera junto a nosotras.
—De verdad, no...
—¿Sigues pensando en Kai?
—Sí —respondí, pensando que Luca también estaba en mi mente, lo cual me desesperó un poco.
—Y Luca.
Arrugué la nariz.
—Lo encuentro guapo y me divierto mucho con él, pero no es una opción. Tiene novia y no... creo que tengamos ese tipo de conexión.
Laura parecía no creerme del todo, y yo... creo que tampoco ayudé con mis expresiones faciales.
—¿Segura?
—¿Sí? ¿Creo? —Me senté lentamente en el sofá, con la mirada perdida en mis pensamientos sobre la noche anterior y el leve cosquilleo que sentía al recordarla. No había sucedido nada entre nosotros, pero aún así... sentía que había sido mucho. Mucho para dos vecinos que se estaban conociendo.
Una llamada de Kai me sacó de mis pensamientos. Era una videollamada. Contesté con el estómago aún revuelto por las emociones y... el alcohol. Su hermoso rostro apareció en la pantalla. Sus ojos verdes inundaron mi vista y sus labios sexys... formaron un puchero encantador.
—¡Apareciste! —dijo con alegría—. Me tenías preocupado, bonita. Casi tomo un avión de vuelta a Nueva York. Laura tenía a Diego desesperado porque no aparecías.
—Mmm... tú también desapareciste algunos días.
Se rió y luego resopló.
—Sabía que me dirías eso. Perdón... estuve ocupado con algunas cosas.
—¿Está todo bien?
—Mmm, creo que el tiempo de mi abuelo se está agotando. Ayer estuve todo el día con él, a veces no me reconoce. Lo bueno es que ya no está en el hospital, así que podemos pasar más tiempo juntos.
—¿Está recibiendo tratamiento en casa?
—Algo así... pero no quiero hablar de eso. Me gustaría verte.
—A mí también.
—Ah, ¿sí?
—Sí... la casa está muy silenciosa sin ustedes.
—¿Sabes de qué tengo ganas?
—¿De qué?
—De escabullirme en tu habitación por la noche. Me vuelvo loco solo de pensarlo —dijo con entusiasmo y luego soltó una risa sexy que me dio escalofríos. Parecía que seguía ejercitando porque sus músculos se notaban bajo su camiseta.
Me sonrojé y solté una risita.
—Eso me gustaría también.
Kai se distrajo por algo y parecía que alguien le estaba hablando.
—Guapa, me tengo que ir. A propósito, ¿dónde estabas anoche?
—Estaba en la casa de Luca —respondí un tanto contrariada. ¿Podría dar lugar a malentendidos?
—¿El vecino? —preguntó confundido.
—Sí, estáb...
—¿Estás...? —se interrumpió a sí mismo y sacudió la cabeza—. Ok, me tengo que ir. Hablamos más tarde.
Vaya, le había insinuado prácticamente que había dormido con el vecino. ¿O no? Mal jugado, Emma, mal jugado.
Respuesta de Emma pregunta nº 8: Mi mayor locura de amor, fue que le pedí ayuda a una amiga para conquistar al chico que me gustaba.
Envié mi respuesta y me reí de mí misma. ¿Estaban ayudando estas preguntas? Definitivamente, creo que no habría hablado tanto con Kai si no fuera por ellas. La respuesta de Kai no tardó en llegar.
Respuesta de Kai pregunta nº 8: Responder preguntas con una chica que está al otro lado del mundo, lejos de mí :)
Su respuesta me hizo lanzarme a la cama de emoción. ¿Yo era su mayor locura de amor? Luego volví a la realidad: cuando estábamos en el mismo lugar, estaba claro que solo me quería para acostarse conmigo. ¿Podría ser posible que las preguntas estuvieran cambiando algo en él? Nunca habíamos hablado tanto como en esos momentos.
Llegó una nueva pregunta y la leí emocionada:
Pregunta número 9: ¿Qué es lo que más te molesta del otro?
—No saber qué quieres de mí —murmuré. No podía responder eso y me fui a dormir. Ya se me ocurriría una respuesta mejor.
***
—¿Qué te vas a poner? —Laura se quedó en la puerta de la habitación y me miró de pies a cabeza.
—¿Esto?
—¿Jeans y camiseta? Así vas a la universidad —meneó la cabeza—. Una vez me obligaste a ponerme un vestido diminuto para ir a una fiesta. Tienes que ir con algo sexy.
—¿Tú vas a ir con algo sexy?
—Si eso es lo que tengo que hacer para que tú lo hagas, entonces sí.
Solté una carcajada.
—Está bien, me cambiaré.
Toqué la puerta de Luca luciendo un vestido satinado verde, sintiéndome hermosa y feliz. Las cosas con el abuelo de los hermanos Ragni iban de mal en peor, por lo que casi no habíamos hablado durante el día, y Laura estaba pasando por lo mismo con Diego. Ambas necesitábamos despejarnos. La música ya se escuchaba desde nuestro departamento, y en cuanto Luca abrió la puerta, me entregó un vaso con un líquido azul de origen dudoso.
—Tienes que beber esto. Hola, Laura, ¡qué guapas están! Vengan... a Mike se le ocurrió jugar a verdad o reto. Me siento como en las fiestas de la escuela —bromeó.
Había alrededor de 15 personas sentadas en el suelo, rodeadas de vasos y botellas medio vacías.
—¡Chicos! Les presento a mis vecinas: Emma y Laura.
—Entonces, ¿son reales? Siéntense, chicas, estamos jugando. Lanzamos este dado, si sale uno o cinco, entonces tienen que hacer un reto o responder una verdad. Les toca a ustedes, acaban de llegar.
—Él es Mike —murmuró Luca a mi oído. Olía increíblemente bien—. Siéntate junto a mí.
Las primeras veces que tiré el dado no salió ningún uno ni cinco, y me reí demasiado con los retos que hicieron los demás.
Me puse de pie para ir al baño y me di cuenta de que ya estaba un poco mareada y tomé una decisión sin pensar: responder la pregunta de Kai.
Respuesta a la pregunta número 9 de Emma: No saber si te gusto o no.
Abrí la puerta del baño y Luca estaba afuera esperando para entrar.
—¿Todo bien? —preguntó acercándose. Di un paso atrás.
—Todo muy bien.
—Me tocó un reto —dijo en voz baja—. Y tengo que cumplirlo.
—¿Cuál es el reto? —Mi corazón empezó a latir más rápido ante sus palabras.
—Besarte. Solo si lo aceptas, claro. Pero ojalá aceptes porque sino harán que me tome tres vasos y no quiero quedar botado.
Meneé la cabeza. Un beso de ese chico y presentía que mi mundo se pondría patas arriba.
—Estás loco... —Intenté apartarlo para pasar, pero él me bloqueó el paso y se acercó peligrosamente a mi cara.
—¿Segura? Solo un beso. Te voy a ser honesto: muero por hacerlo —dijo Luca, sus palabras encendiéndome de pies a cabeza.
—Estás jugando —tomé aire y di un paso al frente.
—¿Te parece que estoy jugando? —Su mano se deslizó por mi cintura y me acercó a él—. Un beso de amigos.
—¿Para reforzar la amistad? —bromeé, sin intención de hacerlo.
Se acercó a mi boca. Olía a menta y hierbas, probablemente había bebido jagermeister. Me dio un beso corto con sus labios húmedos y retrocedió para mirarme.
Dios. ¿Qué clase de prueba es esta? ¿Qué debo hacer?
—No te alejaste, eso significa que puedo hacer esto.
¿Cómo me voy a alejar si estás... así? Besable y sexy. Ayuda.
Su mano se aferró a un lado de mi cuello y me besó con fuerza, torpeza y pasión. Sus besos eran eléctricos y sus manos, fuego ardiente. Pegada a la fría pared del baño, mi vecino me besaba con intensidad. Nuestras lenguas se rozaban una y otra vez, y cada vez que lo hacían, un hormigueo recorría mi cuerpo. Mis manos no se quedaron quietas y toqué su espalda y lo acerqué cada vez más a mí. La música estaba fuerte y aún así escuchaba nuestros besos y respiraciones. ¿Nos habíamos estado reprimiendo ese beso? La intensidad decía que sí.
Me pegó a su cuerpo y sentí lo excitado que estaba.
Nos separamos para tomar aire y nos quedamos mirándonos, con el pecho acelerado.
—Te cogería aquí mismo —susurró en mi oído.
Puse una mano en su pecho.
—Somos vecinos y amigos —dije, apenas respirando—. Y salí del baño, con las piernas a punto de fallarme. Me senté junto a Laura y un minuto después apareció Luca.
—Luca, te toca —dijo Mike. Luca cogió el dado y lo lanzó: uno.
—¿No le tocó recién? —pregunté a Laura. Ella me miró confundida.
—No, hace rato que no.
Y él pareció darse cuenta de mi descubrimiento. Alzó las cejas en mi dirección.
—Verdad —dijo.
—¿Tendrías algo serio con tu vecina?
Meneó la cabeza.
—No podría... ella es una amiga maravillosa y la quiero así. Además, ella está enamorada de otro.
Tragué saliva, sintiéndome un poco decepcionada con esa respuesta, cuando el sabor de su beso aún vibraba en mis labios.
Rayos, ¿afectará esto nuestra amistad?
Mi teléfono vibró.
Respuesta número 9 de Kai: Me molesta que me hace extrañarla y eso es nuevo para mí.
Mensaje de Kai: Sí, me gustas. No lo dudes.
_____
Capítulo dedicado especialmente a Fer0013 gracias bby por leerme <3
La conchadelaloraaaaaa!! Emma qué harás?
Perdón por el retraso, pero andaba de vacaciones jijij
Las amooo y gracias por leerme.
Necesito leerlas:
¿Qué les pareció el capítulo?
Por aquí #teamLuca
#TeamKai
#Teamloquediosquiera
¿Qué les gustaría ver en el próximo capítulo?
Si quieres que te dedique el próximo cap, escogeré entre quienes comenten <3 !!!
Muackkkk
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