10. París
https://youtu.be/65DZ9BYskdE
¿Dónde estás? Que yo te quiero aquí
Y me matan estas ganas de ir por ti,
Después de leer y releer los diez capítulos publicados del libro de Luca, decidí que debía parar por una razón muy simple: era demasiado caliente y yo estaba demasiado sola.
Mi habitación ardía, o bueno... quizás era yo.
Kai se encontraba más lejos que nunca, y Luca... con una chica —probablemente teniendo sexo— a solo metros de mí.
¿Cómo es que no tenía ningún amigo con ventaja?
¿Mi única opción era yo misma? No tenía ninguna ningún problema con eso más que... el pudor. Y la verdad, ni yo lo entendía, ¿por qué tocar mi propio cuerpo lo consideraba extraño?
Resoplé decepcionada.
Solo podía haber una persona más miserable que yo en ese momento. Me puse de pie y fui a tocar la puerta de Laura.
—Pasa —contestó, apenas me escuchó acercarme a su puerta. Estaba concentrada en su computadora, tecleando sin parar. Alzó una mano antes de que yo dijese alguna palabra—. Dame un minuto que no quiero perder la idea.
Me senté en su cama y la observé. ¿Cómo se podía ver tan... compuesta? Diego llevaba días afuera y ellos no se separaban nunca. Lo llevaban mejor de lo que imaginé, mejor que yo la verdad, que no paraba de pensar en que Kai estaba allá conociendo nuevas chicas, y constantemente me tenía que recordar que él no se encontraba de vacaciones sino visitando a su abuelo enfermo.
Resoplé y me dejé caer en la cama, aún con el cosquilleo de haber leído Samuel y no... hacer nada al respecto con las emociones que me provocó. Laura se giró en su silla y me quedó viendo.
—¿Te escuché llegar de la casa de Luca? —preguntó, abriendo los ojos tanto como pudo.
—Sí, me estaba pintando.
—A él le gustas, ¿lo sabes, cierto? —dijo, un poco más seria de lo que esperaba.
—Nop, estás equivocada. Tiene novia y... solo me está pintando. Porque... es pintor y necesitaba mi ayuda —meneé las cejas.
Laura alzó las suyas.
—Trajo la cena... y sí, te está pintando, ¿crees que pinta a cualquier persona al azar?
—Sí, ¿por qué siento que me estás regañando?
—Porque tiene novia, y si él no va a hacer las decisiones correctas, al menos que las hagas tú. No es que no vivas la vida, pero pasas de la persona menos responsable afectivamente, al vecino que tiene novia. —Su voz sonó más severa que sus mismas palabras. Volvió la vista a la computadora como si no hubiese tirado una bomba a mi tranquilidad mental.
Meneé la cabeza aunque ella no me viese.
—Está con otra chica en su departamento —resoplé y me quedé mirando el techo, ansiando poder estar de la misma forma con Kai—. Y también has cometido tus errores.
Dejó de teclear y se giró en la silla.
—No quiero verte sufrir, y llevo meses viéndote sufrir por Kai. Ahora que él se fue, tienes la oportunidad de liberarte de él y de tu toxicidad. Eres increíble: inteligente, bonita, divertida y mil otras cualidades, Luca tampoco está disponible emocionalmente.
—No todos los chicos con los que hable o pase tiempo, son mi crush. Salir con ellos, no implica que me estoy enamorando de ellos. ¿No puedo tener amigos?
Resopló.
—Tengo una corazonada.
—¿Qué corazonada?
—Que él te va a enamorar.
No pude evitar la risa.
—¿Por qué dices eso?
Se rio también.
—Luca parece de los chicos que se esmeran en lograr lo que quieren, siento que hará de todo hasta lograr acostarse contigo. —Tragó saliva antes de agregar—: como tu hermano. —Apretó los labios conteniendo la risa—. Lo siento, Luca me recuerda mucho a Oliver.
—Si no fueras mi amiga de toda la vida, te tiraría un zapato por loca. Además... no me des esa imagen. Gracias. —Agité la mano como si así disipase el tema—. ¿Podemos pasar a un tema más interesante que te venía a contar? —pregunté, sintiendo el celular vibrar en mi bolsillo. A esas alturas de mi solitaria vida, solo podía significar que Kai había respondido, o eso quería creer.
—Soy toda oídos.
—¿Qué dirías si te digo que encontré el libro de Luca?
Los ojos le brillaron.
—Dime que es un libro erótico —dijo a modo de súplica.
No me sorprendí. Esos eran los que nos gustaban. Mientras más duro contra la pared, mejor.
—Lo es... y bastante intenso la verdad. Más de lo que esperaría de Luca.
Se llevó los dedos al puente de la nariz.
—Y Diego está tan lejos, ¿cómo voy a leer eso? A ver... envíamelo, ¿él te lo dio? ¿Y de qué se trata?
—No me lo dio, estaba cambiando la música en su teléfono y le llegó una notificación de wattpad. Solo me costó unos minutos encontrar el libro y su cuenta. —Meneé las cejas, algo orgullosa de mí—. La CIA me podría contratar.
—Necesito leerlo. ¿Ya me lo enviaste? ¿Y lo podré mirar bien a la cara o me voy a imaginar que estoy amarrada a una cama o algo?
—Definitivamente amarrada a la cama.
—Ay, diosito. No me juzgues por mis lecturas. —Entornó los ojos—. ¡Envíamelo!
—¡En eso estooooy! —respondí, sacando mi celular del bolsillo. Mis sospechas eran reales: tenía un nuevo mensaje y era la respuesta de Kai.
¿Eso significaba que ya había leído que quería practicar Bondage?
Y apenas pensé eso, me arrepentí.
Me arrepentí por completo de la respuesta que le había escrito, ¿en qué estaba pensando? ¿Cómo le respondí eso a Kai? ¿Bondage? ¡Pero si yo con suerte soy capaz de ponerme lencería bonita!
¿Y si él encontraba que mi respuesta era demasiado? ¿Y si se daba cuenta de que esto que estaba haciendo era una locura para llamar su atención?
Tragué saliva y respiré profundamente.
Tomé una decisión con Laura observándome confundida: si me iba a volver loca con esto de las preguntas y respuestas, entonces no valía la pena. O lo disfrutaba o lo cortaba.
Así que abrí la respuesta y todas mis dudas se disiparon.
Respuesta nº 5 - Kai: Me gustaría probar todo :) La vida es muy corta para quedarse con dudas o ganas. Ahora, si es contigo Emma, si tu fantasía es que sea tu esclavo, lo haría.
Dejé de respirar por un momento.
¿Que sería mi qué?
¿Por qué esto me sucede cuando él está jodidamente lejos?
Mensaje de Kai:
Ok, ¿bondage? ¿Eso es lo que hacen en ese libro de los 50 algo? ¿Y tiene que ser con un empresario millonario y exitoso que tiene un jet privado, o puede ser con tu compañero de departamento? :P
Mensaje de Emma:
Sigo procesando que escribí bondage, ¿puedo decir que bebí vino antes de contestar?
Mensaje de Kai:
Puedes beber de nuevo antes de contestar la próxima pregunta, estoy alucinando con esa respuesta que no imaginé de ti.
Mensaje de Emma:
¿Tan aburrida luzco?
Mensaje de Kai:
No he dicho eso. No eres aburrida. Solo que no pensé que eras de tipo "amárrame contra la cama" :P
Ay dios
¿Qué he hecho?
Me quería derretir en la cama de Laura. Kai se burlaba de mí y yo no daba más de la emoción de nuestra nueva cercanía... aunque fuese gracias al proyecto de Michell.
Me emocioné como si un príncipe me estuviese pidiendo la mano.
Mensaje de Emma:
Qué pesado que eres. ¡No soy así!
Mensaje de Kai:
Ok, Anastasia Steele. Voy a dormir, que sueñes con corbatas y látigos :) (Sí, tuve que buscar el nombre)
Solté una carcajada que silencié cuando Laura se aclaró la garganta mientras tecleaba en su computadora.
—Más te vale que ya me hayas enviado ese libro... y, ¿puedes dejar de coquetear conmigo aquí mismo? Extraño a mi conejito.
La ignoré-
Mensaje de Emma:
Voy a empezar a pensar mejor las respuestas que doy...
Mensaje de Kai:
Por favor, no.
Laura resopló.
—¡Enviado! Necesito saber qué piensas cuando lo leas. ¿Es tan caliente como creo o es porque... no he tenido nada de acción?
—Si es por eso... me va a suceder lo mismo. —Cerró su computadora y puso su atención en mí—, ¿Cómo te fue hoy en la universidad?
—Bien, ¿y a ti? —respondí, algo confundida del cambio de tema repentino.
—Brandon me dijo que te había visto yéndote temprano y con los ojos llorosos.
Entorné los ojos.
—Maldito chismoso, solo me entró algo al ojo. —Cuando la expresión de Laura de preocupación no se suavizó, le conté lo sucedido.
Gruñó.
—Malditas perras estúpidas, deberían expulsarlas a todas. Dame sus nombres —exigió. Nunca la había visto así.
Rodé los ojos.
—¿Qué harás? ¿Hacerle creer a todos que sus penes miden 5 cm? No tienen...
Contrario a lo que imaginé, su expresión se iluminó.
—Necesitamos ayuda de Abril para esta situación, tiene que acabar.
—No las tomaré en cuenta. Dejémoslo así.
—Cariño, yo sé que intentas no tomarlas en cuenta, pero no es sano, te quedan años de carrera, y lo que están haciendo ellas es bullying, eso es grave. Se supone que deberías estar feliz estudiando lo que te gusta, no sufriendo.
—Hay una fiesta la próxima semana, irán todos. Ahí vas conmigo y demostraré que no estoy sola, ¿te parece?
—Ok, iré a patear traseros.
—Laura, eres adorable. No pateas traseros. —Arrugó la nariz y me sacó la lengua. Yo tenía razón—. ¿Cómo vas con tu entrega? ¿Has estado escribiendo todo el día?
Suspiró cansada.
—Sí, y aún me quedan al menos 2000 palabras por escribir. No es tanto, pero si no me concentro puedo estar muchas horas... y no las tengo. Debo leer un libro aún.
Me acerqué y la abracé.
—Te dejo para que estudies, yo iré a hacer lo mismo.
Antes de salir por la puerta, dijo:
—Perdón por lo de... Kai y Luca, no quiero añadirte más drama. Ya lo estás pasando mal con lo de las venenosas.
—Está bien, yo igual te di drama cuando no dejaba que tuvieses nada con Oliver.
Laura soltó una risita.
—¿Podríamos hacer como que eso nunca sucedió?
La quedé mirando con expresión de incredulidad.
—Nunca.
Chasqueó la lengua.
—Seguiré escribiendo. ¡Adiós!
Cerré su puerta y me fui a estudiar. Tenía que ser la mejor, sin importar las ratas que tenía como compañeras.
Al otro día, con bastantes ojeras por haberme quedado estudiando hasta tarde, salí de mi departamento con Laura, listas para ir a clases. Todo transcurría como una mañana cualquiera, hasta que abrimos la puerta y nos encontramos —o más bien chocamos— con Luca y su amiga.
Luca en bóxer, despeinado y con... ¿calcetines? Muchos tatuajes en lugares de su cuerpo que no había visto. Un piercing en un pezón... y... un bulto apretando su bóxer.
Se le marcaba.
La chica estaba con la sonrisa que le daba vuelta la cara.
Y nosotras... en shock, como si nos hubiésemos encontrado con el mismísimo ángel caído casi desnudo.
—¡Hola! —saludó un poco avergonzado. Las mejillas se le colorearon de inmediato y las de todas nosotras también. No sé muy bien las razones del resto, pero para mí fue porque... era mucha intimidad para conocernos desde hace tan poco.
—Hola Luca, ¿cuándo seguimos con la pintura? —pregunté para romper un poco el silencio incómodo que ni su saludo rompió.
Magnolia quedó en el limbo en el que tenía que despedirse de él, saludarnos a nosotras, ir al ascensor que mágicamente llegó al piso sin llamarlo; pero Luca ya estaba concentrado en mí.
—Mmm... el finde puedo, tengo que estudiar para la Uni. —Se apoyó en el marco de la puerta y Magno se inclinó para darle un beso en la boca, él en la mejilla... finalmente Luca terminó dándole un beso en el ojo.
—¿Bajan ustedes también? —preguntó Magno, como si nada incómodo hubiese sucedido.
—Sí, sí...—Laura me cogió del brazo—, ¡Nos vemos, Luca! —Me susurró al oído—: eso fue incómodo y no sé por qué tanto.
—Estamos hablando —dije, señalando mi celular e ignorando a Lau. Él me cerró un ojo y sonrió. Luego miró más allá de mí, y se despidió con la mano de Magnolia.
Una vez se cerraron las puertas del ascensor, me tocó el brazo.
—Me alegro mucho de que Luca tenga vecinas de la misma edad, así se pueden juntar y salir. Me contó que son cercanos, Emma. ¡Que suerte ha tenido después de todo lo que le pasó!
Todo lo que le pasó.
¿Qué le pasó?
No era algo que ella debía contarme.
—Sí, me ha estado pintando... porque lo ayudé a abrir su puerta.
—¡Claro! También me contó eso, debe haber sido muy difícil para él entrar a ese departamento. Yo estuve en muchas fiestas aquí, con su hermano también.
Las puertas del ascensor se abrieron y solo logré asentir, antes de que ella saliera rápido del edificio.
—No entiendo nada —murmuré.
—Yo tampoco —susurró Laura—, ¿No te ha contado la historia de ese departamento?
—No, me contará supuestamente luego de que termine de pintarme.
—¿Te está pintando desnuda? —preguntó, riendo.
—Sí.
Laura me dio un golpecito en el hombro.
—¿Hoy te toca laboratorio?
—Sí —gruñí—. Tengo que buscar nuevo compañero.
—Hablé con Abril anoche, y está más que de acuerdo que... hay que combatir la inmadurez con inmadurez. Así que... a ese idiota que dijo que no quería ser tu compañero por culpa de su novia, ¿cómo se llama? ¿Mark? Se merece un castigo.
Solté una carcajada.
—Estás loca, no quiero. Voy a ser madura en esto.
Resopló.
—Está bien. Sé madura.
Entré al laboratorio y me esperaba un escritorio... para mí sola. Lo que me hubiese resultado genial si fuese por algo circunstancial, no como resultado del rechazo. Aún así, con mi mejor sonrisa, me dirigí a mi espacio.
Mark al verme se rio.
Se rio.
Rachel
Georgina
Y todo ese grupo de imbéciles se rieron.
Tragué saliva.
El profesor entró y comenzó a dar las indicaciones, aunque de repente, al verme sola, arrugó la frente.
—¿Por qué estás sola?
Me aclaré la garganta, muy consciente del color fucsia de mi cara.
Porque mi compañero es una basura.
—Porque mi compañero decidió cambiar de pareja, profesor.
—Pero si las parejas estaban justas, ¿estás bien trabajando sola?
¿Acaso tengo otra opción?
—Sí, claro.
—Profesor, nosotras podríamos ser tres, para que no esté sola...—Dos chicas me miraron sonrientes. Detrás de ellas, los demonios.
El profesor asintió algo cansado y con las manos señaló que estaba de acuerdo. Caminé hacia mi nuevo grupo, sintiendo que todos me miraban.
—Hola Emma, me llamo Olga y ella —dijo señalando a la chica de melena verde—, es Casey.
Podría decir que Olga tenía el mismo estilo que Casey, pero invertido. Casey iba vestida con una pequeña falda tableada de color negro, medias y una blusa corta del mismo color; Olga vestía igual, pero de colores al azar que no combinaban entre sí.
Las dos se veían asombrosas, por supuesto que ya las había visto antes, pero nunca había tenido la oportunidad de conversar con ellas.
Luego de una hora de hablar, no solo del proyecto que estábamos haciendo, sino también de la vida —así fue como descubrí que eran novias—, por primera vez, me sentí cómoda en la universidad.
En un momento se miraron de forma cómplice y me hablaron bajito.
—Ayer, luego de lo que pasó en el salón... perdón, no dijimos nada, pero nos sentimos horrible por no habernos atrevido. No vamos a dejarnos atormentar por ellos.
—¿Atormentarse? —La palabra me quedó dando vueltas.
—Sí, Georgina y Rachel tienen... más o menos amenazados a todos para no acercarnos a ti.
—¿Qué? ¿Por qué?
—No tengo idea, pero todos le hacen caso porque... su padre, es un neurocirujano muy muy importante y es asesor de directorio de diversos hospitales.
Tragué saliva.
—¿Qué significa eso? —pregunté con la voz casi inaudible.
Ambas abrieron los ojos y sacudieron la cabeza.
—Oh, no... Emma, no te preocupes, no es dueño de todos los hospitales del país, no te preocupes.
Asentí, pero sí me preocupaba... si todo el resto era capaz de hacer como que yo no existía para no llevarle la contra a Georgina, entonces... si era importante. ¿Qué tanta influencia tenía su padre?
A pesar de saber esa nueva parte de la historia, la mayor parte del día estuve tranquila, sin tanto tiempo para pensar, ya que si no estábamos en las clases; con Olga y Casey no dejábamos de hablar.
En el último laboratorio del día, ya casi terminando y mientras el profesor proyectaba la página web dónde se subía todo el material del curso, abrio el último documento publicado.
Y allí, proyectándose en toda la pared, una imagen de Mark con la leyenda: no más de 6 cm de amor.
La venganza de mis amigas se había materializado y Mark se había ganado 6 cm.
Las risas nadie las aguantó ni con las miradas de odio de Mark y sus amigos.
Actúa normal.
Actúa normal.
Actúa normal.
Mark salió corriendo y Georgina tras él.
—Me lo imaginaba —murmuró Olga.
—¿Fuiste tú? —Rachel se acercó y me habló con la voz cargada de rabia.
—Por supuesto que no, he estado aquí todo el tiempo y tengo mi celular guardado. Además, no tenía idea que le medía 6 cm —agregué con la voz más fuerte que pude.
—No le...—gruñó desesperada y se dirigió a la puerta.
—¿Por eso es que siempre andas tan amargada? —preguntó Casey a toda voz cuando Rachel ya casi salía. Rachel le levantó el dedo corazón.
El profesor apagó su computadora y dio por terminada la clase.
Me fui riendo todo el camino a casa, hasta que me llegó un nuevo mensaje de un número desconocido.
De: desconocido.
Hey Emma, me enteré de lo que sucedió ayer con Georgina, lo siento mucho. También supe que tuviste problemas con Mark porque pidió no estar contigo por Rachel. Esto es por culpa de Kai Ragni.
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Hola chiquis!! Aquí apareciendo :P Lo prometido es deuda jiji!!
Capítulo dedicado con mucho amorcito a SusanaSilvaPerezTel y TonallyHernndezVidal <3
¿Qué les pareció el cap?
¿Les gustó?
Cuénteme qué quieren que pase en el siguiente jeje
Les mando muchos besitos y espero que lo hayan disfrutado!!! Si quieren que les dedique el próximo, solo tienen que comentar <3
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