IX: Secretos ocultos

—¿Que fue lo que hiciste caballero de Escorpió?— Pregunto más que sorprendido e indignado el acompañante de Hilda.

Había obedecido las órdenes de la dama, empezando a vigilar de cerca al caballero de Escorpió, pero no sé espero encontrarlo en una situación comprometedora que involucraba al caballero de Acuario.

No era difícil deducir que ocurrió, pues el galo entre los brazos de Milo estaba casi desnudo y este último solo traía puesto sus pantalones. No quizo imaginar lo que ocurrió, así que solo espero una explicación del caballero.

—Que haces aquí Siegfried?— Milo ya tenía un problema entre sus brazos y la presencia del guerrero le sumaria más conflictos de los que ya tenía.—Puede que seas un invitado de Athena pero yo no te di permiso de pasar por mi templo.

—No me cambies el tema, que le hiciste al caballero de Acuario? Esta en un mal estado.—

Siegfried aún estaba algo sorprendido, ya que no había imaginado que algo así llegará a pasar, realmente no sabía que pensar o hacer.

—Lo que pasó no te involucra... Vete de aquí.—

—Si me involucra, es el prometido de la dama Hilda el que está mal y en este momento puedo simplemente ir con ella y decirle lo que le hiciste y lo más probable es que cancele su compromiso... Y eso no suena tan mal...— Pensando en sus propias palabras Siegfried se quedó callado, no sonaba tan mal decirle lo que había ocurrido.

—Espera! No le digas nada a Hilda... Camus desea este matrimonio, no lo arruines...— Dijo con dolor, todo lo había hecho mal, lo único que podía remediar su error era que esa boda no se cancelara, ya que Camus no se cansaba de repetir que solo con Hilda sería feliz.

—Pero este matrimonio es algo que yo no quiero! Camus no merece a Hilda!—

Aquella confesión sorprendió a Milo, se suponía que él guardián más fiel de Hilda debía asegurarse que en la boda no saliera nada mal, pero al parecer como el, tenía sus propios intereses personales.

—Hilda tampoco merece a Camus! Pero si eso garantiza su felicidad tiene que suceder!— De pronto Milo escucho la estruendosa carcajada de Siegfried, dejando al caballero confundido.

—Felicidad? Porfavor la dama Hilda no tiene tiempo para esos insignificantes sentimientos, ella se casa con Camus por la alianza y sobre todo para poder procrear un ser divino, tan poderoso que protegerá a todo Asgard, esa es el motivo de esta maldita boda...— Todo aquello lo dijo con una molestia notable, la unión solo tenía de por medio intereses personales, lo que dejaba de lado los sentimientos de muchos.

Al saber las verdaderas intenciones de Hilda, Milo también se molestó, Camus solo sería usado por un fin en particular y en todo ese plan no había nada de amor. Miro a su amigo con lástima, y lo abrazo con más fuerza, realmente Camus no merecía eso y debía protegerlo de esos planes.

—Y porque simplemente algunos de los dioses guerreros no tiene un hijo con Hilda si ese su principal objetivo!?— Pregunto con molestia, saber las verdaderas intenciones de Hilda le dejaba con un mal sabor en la boca.

—No es tan simple caballero, hace unos años la dama Hilda tuvo una visión, en la cual se revelaba el trágico final de Asgard, consumido por un hielo eterno. Pero entre todo el caos se veía una esperanza, un joven protegía Asgard con su cosmos... Ese joven sera el hijo de Hilda y Camus. Es por eso que desde entonces la dama Hilda procuro conquistar a Camus y conseguir un hijo suyo.— Se cruzó de brazos y se apoyo contra un pilar, al recordar porque estaban ahí se le fue la idea de romper el compromiso, debía asegurarse que la visión se cumpliera para que su querido pueblo no sufriera.

—Entonces Camus solo será un objeto de procreación y luego romperá con el!?— Cada vez las cosas sonaban peor, temia que al final Camus solo saliera lastimado.

—En realidad si, pero todo es por un bien mayor. Asgard perecerá sin el hijo de la dama Hilda. Y al parecer tu amante fue elegido para cumplir ese propósito.—

—No somos amantes... Pero si con esto se rompe el compromiso con gusto le diré a Hilda lo que ocurrió.—

—No escuchaste lo que dije!? Habrá desgracias si Hilda y Camus no se casan! Arregla lo que hiciste y deja que se casen!—

—No me interesa! Ve a decirle a tu señora que me acosté con su prometido, no voy dejar Camus sea utilizado de esa manera y me alegra que me dijeras la verdad, porque si tú no le dices a Hilda lo ocurrido, yo se lo diré.— Milo no quizo perder más tiempo, por lo que se dirigió a su habitación para poder atender a Camus.

—Maldito...— Siegfried también perdería su tiempo si se quedaba con Milo tratando de convencerle sobre lo que era correcto, así que se fue devuelta con Hilda, debía comunicarle lo que vio, pero como eso podía arruinar el compromiso se decidió en inventar una mentira.

Amaba a Hilda, era su amor imposible, pero antes que todo eso estaba el bien de su pueblo y cada ciudadano de Asgard. Así que debía ocultar sus verdaderos sentimientos.

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Mientras sucedia todo un problema en el templo de Escorpió, cerca del Coliseo estaba Lyfia, mirando como los caballeros entrenaban, tuvo lo esperanza de encontrar ahí al caballero de Leo, pero no había señal alguna de el.

Con la ausencia de Aioria, ella se daba cuenta que el no quería verla, lo que le dolía, ya que realmente debía tratar un asunto muy importante con el heleno. Pensó en irse, pero a lo lejos observó que al Coliseo llegaba el caballero de Capricornio, recordó que el era cercano a Aioria, así que se acerco a el.

—Caballero de Capricornio! Necesito hablar con usted porfavor...—

Shura se quedó algo confundido por la repentina solicitud de Lyfia, pero veía que la joven estaba desesperada y eso lo pudo notar en su mirada que aguantaba algunas lágrimas.

—Que sucede señorita Lyfia?—

—Usted es cercano al caballero de Leo, yo trate de buscarlo... Pero no lo encuentro, al parecer me está envitando. Yo realmente necesito hablar algo importante con el, así que podría hacerme usted el favor de trasmitirle lo que yo debía decirle?—La joven junto sus manos a la altura de su pecho y miro con suplica al caballero, esperando que accediera a su petición.

Shura se sintió incómodo al tratar el asunto de Aioria, pero la joven realmente estaba angustiada, así que dejando de lado todo sentimiento que tenía por Aioria, decidió ayudar a la doncella.

—Claro, pero si es algo importante no deberíamos discutirlo aquí, porfavor vayamos a mi templo para mayor privacidad.— Sugirió con amabilidad, la joven sonrió sintiendo gran tranquilidad al saber que obtendría la ayuda del caballero.

—Gracias caballero de Capricornio...—

Ambos se encaminaron al templo de Capricornio, y aunque Lyfia estaba más aliviada, no podía evitar sentirse nerviosa, era un verdadero asunto delicado lo que debía tratar, por lo que estaba insegura de la información que compartiría con el caballero.

Al llegar, amablemente Shura le invito a sentarse en la sala y por cordialidad le ofreció una copa de vino, que era la única bebida que tenía en ese momento.

—Digame, que es tan importante para que Aioria la evite?—

—Aioria no sabe nada de lo que diré, así que no se porque me evita... Pensé que estará feliz de verme de denuevo, pero creo que ya no compartimos los mismos sentimientos.—Menciono con una sonrisa deprimente, bebiendo un poco del vino, esperando tener el valor suficiente para que decirle la verdad a Shura.

—Aioria y usted son algo?— Shura apretó su puño ante sus propias palabras, sería un golpe duro si ahora se enteraba de un segundo romance que tuvo Aioria. Pero lo que le dijo Lyfia lo dejo sin palabras ya que era algo que no se esperaba.

—No, supongo que nuestra relación acabo cuando el volvió a morir. Pero lo único hermoso que quedó de nosotros es nuestro hijo, es por qué quiero hablar con el... Y decirle que desde hace tres años el ya es padre de un hermoso niño.—

Continuara...

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