Bienvenidos sean ustedes.
Bienvenidos al país de las maravillas, que no pueden ser descubiertas por ningún motivo en absoluto.
¡Guarden el secreto curiosos!
¡Escondánlo, qué los rumores no lleguen hasta los oídos mezquinos!
Bienvenidos al país donde el amor es descubierto de la manera más maravillosa posible. De la manera más sublime posible en toda su plenitud.
Estén atentos a la maravilla de la naturaleza y al amor que nace en estos países ocultos por los ojos codiciosos de los presuntuosos y los prejuiciosos.
Estén atentos, estén escuchando y estén preparados para lo inimaginable.
Llegará en un segundo quizás, podrás ver el amor en su expresión más inocente y sublime.
Solo mira hacia adelante. Y no hagas ningún ruido cuando te dé un sobresalto al verlos.
A esos seres de mundos completamente distintos.
Aquel era un tritón, miren aquella criatura tan bella y elegante. Miren aquella criatura y verán la belleza de la naturaleza en él. Porque él era un regalo de la naturaleza. Él era un regalo del océano para maravillar los ojos mundanos simplemente.
Era como si el mar hubiera pintado sus ojos con su color aguamarina y como si la noche hubiera besado sus cabellos para dejarlo tan negro como el alquitrán. Con unos pectorales vigorosos, brazos cubiertos de escamas hasta las manos y una larga y poderosa cola que lo llevaba en cada misterioso recóndito del mar y hasta las tierras más lejanas.
Esa cola era su más fiel amiga para ayudarlo a reencontrarse con su amor cada mañana.
La esperaba sentado en una roca charlando distraídamente con los pecesillos nadando de a su alrededor tratando de calmar su ansiedad y a los propios pecesillos de su estómago.
Estaba nervioso. Todos los días la esperaba con miedo a no volver a verla jamás. ¡Tan terrorífico es este pensamiento! El propio mar se inquieta por su inquietud.
Esperaba la llegada de su ángel... Ella era un arcángel. El más alto puesto, por supuesto.
Ella era especial, qué no les cupé la menor duda. Ella era única y no había otra igual a ella. Ni habrá otra ni en miles de años.
El ángel era su amor prohibido. Su amor. Su secreto mejor guardado.
¡No lo digan tan fuerte! ¡Pueden oírlos!
¡Ni lo piensen tan fuerte, pueden percibirlos!
Por favor susurren solamente, por favor que sus corazones no hagan demasiado ruido. Ni el suspiró más ligero deben dejar que se escapen de sus labios.
Por favor no deseen con demasiada intensidad que el universo podría encapricharse con ellos.
¡Qué nadie los oiga! O alguien destruirá este amor. Esos envidiosos lo harán. Aquellos que no encontraron ni conocerán jamás la dicha de sentir amor.
En su amargura solo les queda destruir el amor de los otros. Y reciben un bizarro placer, más si es un amor especial.
Un amor tan especial y exclusivo como este que presenciamos justo ahora.
Aquellos ángeles divinos y egoístas se lo arrebatarán si se enteran de su amor. Lo harían sin una pizca de compasión.
Pues también pensaban que el tritón no era suficiente para el ángel más bello creado por Dios. Para el ángel creado con más perfección entre todas las criaturas de este oculto mundo de fantasía.
El ángel más hermoso e inteligente de todos había caído en aquel sentimiento que ella había jurado y proclamado que solo era una aberración más de los seres impuros. Había sido estúpida, había sido su primer error. Pero no pasaría tanto tiempo para un ángel tan sabia para encontrar la verdad inverosímil.
Ella cayó como si el tritón le hubiera cortado las alas de su corazón y había caído directo en sus ojos, ahogándose en esas profundidades ella supo que estaba pérdida pues ni deseos de volver a emerger de esos ojos no sentía ni por asomo.
¡Qué el ángel no pensará muy alto! ¡Qué el ángel omitiera lo más posible el aleteo de sus alas hasta compararse con el aleteo de un colibrí!
Sus ojos fueron los primeros en besarse entre ellos.
Se besaron con la mirada más gentil, que el corazón pudo regalarles.
El ángel de hebras de oro llegó hasta su amado, ella se acercó hasta él y sus labios inmediatamente se saludaron con desesperación y fogosidad por culpa del largo tiempo que habían pasado sin verse.
¡Besos, besos, dense besos hermosas criaturas!
¡¿Quién ha dicho lo que se supone que es normal y aberrante?!
Este amor era más puro que cualquiera de ellos incluso.
Ella, el ángel probo esos labios salados con deseo apenas contenido, esos que los demás ángeles proclamaban como impuros y sucios. ¡Esos idiotas, eso eran ellos! Ella había sido parte de ellos pero todos los días se disculpaba ante él y cumplía con su castigo al alejarse de él en cada atardecer.
Ella podría jurar que esos labios eran más divinos que una orda de ángeles enteras.
Esos labios eran salados y podría morir en el pecado una y otra vez son miedo alguno.
¡Qué le arrancarán las alas, pero que jamás le prohibieran no besar estos labios excepcionales!
El tritón sintió sus labios con los suyos. Y apenas podía contener una risa alegre y burbujeante en su pecho. Los labios de ella eran cálidos como el sol y suaves como algas marinas. Y su pelo dorado como el sol en su punto más alto, casi lo dejaron ciego de tanta belleza contenida en un solo ser.
Este es el mundo de las maravillas. El mundo de los sucesos más sorprendentes e inusuales para los ojos mundanos.
Guarden el secreto, por favor.
Donde suceden las cosas más maravillosas y asombrosas. Este país es donde lo prohibido se vuelve posible.
He incluso el amor más prohibido nace y florece en este lugar escondido.
Qué el mar guarde este secreto.
Qué el cielo finja no verlos.
Qué este amor les enseñé valorar aquel amor que pueden mostrar con orgullo y sin miedo ante la humanidad.
Qué Perseo y Annabeth conozcan el milagro del amor verdadero.
Fin.
Otro reto de mi querida amiga Here_4_U
No vi venir esa imagen jajajja. Creo que este libro quedará definitivamente pequeños oneshots y retos :3
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