Capítulo 6
Cuando la fiesta terminó el alcalde nos acompañó al lugar donde dormiríamos Mary y yo. Íbamos a dormir en un prado al lado de una de las casas más grandes de la aldea, de la cual salió una mujer con dos almohadas y un par de mantas por si pasábamos frío. Nos tumbamos en la hierva, que era suave y nos hacía cosquillas en la piel y estuvimos mirando las estrellas hasta que nos quedamos dormidas, nunca antes había visto tantísimas estrellas en una sola noche.
***
De repente me despierto en mitad de la noche. Mary sigue dormida. Serán las 04:00 a.m. aproximadamente. Me muevo y me tumbo de lado, y al hacerlo veo una figura tumbada a mi lado, no puedo reconocer que es o quién es, está demasiado oscuro, lo único que soy capaz de ver son sus ojos: color caramelo, brillantes, abiertos y mirándome fijamente a los míos. Nos quedamos así un par de segundos más, después se aparta y se incorpora, al hacerlo me doy cuenta que tiene forma humana.
-¿Será humano? - pensé para mis adentros.
Intento sentarme igual que él, pero estoy demasiado cansada cómo para moverme y tengo muchas agujetas de haber bailado tanto.
Se levanta y me mira, se queda así hasta que yo interrumpo sus pensamientos y el silencio.
-¿Quién eres? ¿Eres humano?
Nada más oírme hablar sale corriendo en dirección al bosque y detrás de él va un animal enorme que me recuerda a un lobo y su pelaje brilla a la luz de la luna. Cuando las dos figuras desaparecen en los límites del bosque vuelvo a mirar el cielo, y en pocos segundos me vuelvo a dormir.
***
Me sobresalto al notar agua fría caer sobre mi rostro. Abro los ojos de golpe y la luz del sol me ciega y me obliga a volver a cerrarlos.
-Buenos días chicas. No podemos perder más tiempo, hoy hay mucho por hacer.
Intento volver a abrir los ojos, esta vez más despacio, a la vez que me incorporo. Veo a Leky caminando entre nosotras mientras aplaude con sus manos para que no nos volvamos a dormir.
-Vamos, vamos, vamos. Arriba chicas, os tengo que explicar muchas cosas y tenemos que preparar muchas cosas más - nos dijo con un tono más fuerte de lo normal.
-Ya estamos despiertas, no hace falta que hables tan alto ni que hagas ruido - le respondió Mary dándose la vuelta y tapándose la cabeza con la almohada.
-Nos vamos a perder el desayuno como no os levantéis ya - respondió en el mismo tono ignorando a Mary.
-Antes de ir a ninguna parte me quiero lavar la cara y quitarme el mal aliento de dormir, ¿dónde hay un pozo o un riachuelo? - le pregunté.
-Detrás de esos árboles hay una roca de la que sale agua de una corriente subterránea, el agua está buena y es clara.
Me levanté y fui donde Leky me había indicado. Me lavé la cara y me aclaré la boca un par de veces, nunca antes había echado tanto de menos mi cepillo de dientes.
De pronto noto que me observan, y me acuerdo del chico de esta noche. ¿Será él o sería otro animal? Miro a mi alrededor con la esperanza de verlo, aunque todo lo que soy capaz de ver son árboles y arbustos. Sigo teniendo la sensación de que me miran, hasta que aparece Leky de entre los árboles.
-Kathleen, he encontrado estas hiervas aromáticas. Puedes masticarlas y así se te va el mal aliento.
-Muchas gracias.
Después de estar arregladas nos vamos a la plaza dónde todo el mundo esta reunido entorno a mesas charlando tranquilamente, este desayuno colectivo también debe de ser en nuestro honor. Mucha gente se nos acerca a darnos los buenos días, pero yo no les presto mucha atención, sigo pensando en el chico, y estoy empezando a pensar que no ha sido más que un sueño o una alucinación, que será lo más posible. Porque, ¿qué hace un chico humano aquí? No tiene ningún sentido, ¿y el animal que salió corriendo detrás de él?, no parecía tener ninguna intención de cazarlo, parecía acompañarlo. Eso no tiene ningún sentido, ¿y porque se había tumbado a mi lado? Sí, definitivamente no ha sido más que un sueño.
-Buenos días Mary, Kathleen y Leky - me sacó de mis pensamientos el alcalde Johnson.
-Buenos días - le respondieron al instante Mary y Leky, por lo visto habían dormido muy bien.
-Buenos días - le respondí distraída y sin ánimos.
-Siento mucho que hayáis tenido que dormir al aire libre, nadie tenía...
-No se preocupe más por eso alcalde.
-No parece que hayas descansado bien.
-No ha sido por dormir al aire libre, ha sido una experiencia magnífica. Estoy cansada por un sueño en el cual todavía sigo pensando.
-En ese caso no le des más vueltas y disfruta de este maravilloso desayuno. Que aproveche.
La verdad es que tenía bastante hambre, lo único que había cenado era el palbúh. Nos acercamos a la mesa y había muchos alimentos que pude identificar cómo leche, azúcar, huevos... Pero también había otras que, aunque me recordaran a la comida de casa, seguían siendo extrañas. Probé un poco de todo y todo sabía diferente y delicioso, incluso lo que creía conocer.
-Ahora que habéis terminado de desayunar vallamos a dar un paseo por los alrededores del bosque.
Antes de ir al bosque pasamos por una pequeña tienda en la que se vendían armas, no tenía letrero ni cartel. Me di cuenta de que lo era cuando entramos y vimos la cantidad anormal de espadas, arcos, flechas, escudos y armaduras que había por todas partes. Leky se acercó al mostrador y le susurró algo al dependiente, que desapareció de nuestra vista al pasar una cortina que daba, seguramente, a la parte de atrás de la tienda y volvió con dos arcos, dos carcajes, dos espadas y sus respectivas vainas, las dejó en el mostrador y volvió al interior a buscar dos pares de brazaletes de un metal brillante que no supe reconocer muy bien, supuse que sólo lo había aquí.
-Acercaros chicas - Mary y yo nos miramos confusas y nos aproximamos - Estas son todas las armas y protección que os podemos ofrecer, son similares a las que usaban los humanos cuando aún vivían aquí.
No se como se me puedo olvidar cual era nuestro propósito aquí, luchar para liberarlos de la amenaza de los Kathara. Aún no me lo podía creer, aunque preferí no decir nada en ese momento, esperaría ha estar en el bosque sin que nadie que no deseara estuviera delante. Nos atamos la vaina con la espada al cinturón, nos colocamos los brazaletes y nos colgamos a la espalda el carcaj.
-Ah, casi se me olvida - dijo el dependiente mientras volvía a la parte de atrás de la tienda.
Volvió con dos sacos de dormir negros y doce cuchillos.
-Ahora os explicaré un poco sobre todo lo que os he dado. Los brazaletes supongo que ya os imagináis para que sirven, para parar golpes o cualquier otra cosa sin que os duela; las fechas tienen veneno, con sólo un arañazo pueden matar a cualquier criatura, al igual que los cuchillos; los sacos de dormir son de vuestro tamaño, y dependido de la temperatura exterior, hacen que el calor corporal se quede en el interior o salga, así no pasareis frío en las noches frías ni calor en las cálidas, también cambia de color según la luz y su entorno; y sólo me queda la espada, esta forjada con el mismo metal de vuestros brazaletes, ambos son irrompibles, ambas espadas son ligeras y fáciles de manejar, no tendréis problema. ¿Alguna duda? - me quedo callada, ha dejado todo muy claro.
-Sí, ¿la espada no tiene veneno? - pregunta Mary.
-No, es lo único que no es venenoso. En su lugar es indestructible, creo que no es un mal cambio.
Salimos de la tienda y en lugar de dirigirnos al bosque, como yo esperaba, nos vamos a otra tienda, una zapatería.
-¿Una zapatería Leky?, ¿qué quieres hacer aquí?
-¿Pretendéis luchar con esos zapatos abiertos que no se sujetan al pie? - se estaba refiriendo a nuestras chanclas.
No decimos nada y dejamos que hable con el dependiente, que de debajo del mostrador saca un par de botas de cuero negras altas que se abrochan con unos cordones que van desde la punta hasta el límite.
-¿Cómo sabéis el número de pie que usamos? - pregunta Mary, no se me había ocurrido.
-Muy fácil, cuando os fuisteis a dormir cogí un zapato de cada una, se lo dí a Hutch - dijo Leky señalando al zapatero - y él hizo una suela con la medida.
-Adelante, por favor. Probarlas y decirme que os parecen.
A parte de bonitas, eran bastante cómodas. Me llegaban casi a la rodilla.
-¡Son perfectas! Me quedan muy bien de talla, son muy cómodas y el diseño es muy bonito - puede que hubiera exagerado un poco con la belleza del diseño, la verdad es que era muy básico, pero Hutch se había quedado toda la noche despierto solo para tener a tiempo las botas.
-Sí, coincido con ella -dijo Mary.
-En ese caso se las quedan - le dijo Leky a Hutch.
-¿Cuanto cuestan? - pregunté.
-No os preocupéis por el precio, el alcalde Johnson las ha dejado pagadas.
-Valla, que considerado.
Salimos y nos dirigimos a otra tienda.
-¿A cuantas tiendas más nos vas ha hacer ir? - preguntó Mary cansada.
-Esta es la última, lo prometo.
Era una tienda de ropa, en la que cogimos unos pantalones caqui largos que nos quedaban un poco anchos y otros negros iguales para cada una y tres camisetas cada una, una de color beige, otra marrón y otra negra. Nos tuvimos que conformar con esa poca ropa y que fuese igual. Metimos la ropa y el saco de dormir, que gracias a dios no ocupaba mucho, en una pequeña bolsa de tela que nos habían dado en la misma tienda. Y después de cambiarnos de ropa, por fin, nos fuimos al bosque.
Cuando llegamos Leky nos lleva a un árbol de tronco muy ancho.
-Hoy os voy a enseñar a disparar con el arco y a lanzar cuchillos. Y este árbol será vuestra diana de prueba. No creo que os cueste mucho, lleváis todas las habilidades que os voy a enseñar en la sangre, seguro que se os da bien y lo cogéis con facilidad.
Me puse frente al árbol y cogí el arco y una flecha, la coloqué en la cuerda y apunte al árbol.
-Intenta dar en el centro de ese nudo tan grande que está en el centro del árbol - me sugirió Leky.
Le hice caso y moví un par de centímetros el arco en la dirección. Recordé un par de consejos sobre cómo tirar con arco que aparecían en uno de mis libros favoritos e hice lo que indicaban, apuntar y mantener la respiración, al disparar expulsar el aire y adelantar el pie contrario a la mano con la que tensas la cuerda. La flecha salió disparada de mi arco y dio en el centro, aunque se me desplazó un par de milímetros a la izquierda.
Miro a Leky para preguntarle que opina y me encuentro con su cara de sorpresa e incredulidad.
-¿Es la primera vez que tiras con arco? - me pregunta Leky.
-Sí.
-¿Cómo has...? ¡Wow! - dice Mary.
-Sabía que se os daría bien. Prueba tu ahora Mary.
-No creo que pueda superar ni igualar a Kathleen.
-Inténtalo.
Me siento a su derecha para ver como tira. No lo hace nada mal, pero no le ha dado al centro, la ha dejado cerca. Seguimos practicando con el arco hasta que empezamos a estar cansadas y nos tomamos un descanso, que aprovecho para resolver mis dudas. Me explicó lo de el idioma, por lo visto todos los habitantes de Hinnmal hablan el mismo idioma y cuando expulsaron a los humanos y les borraron la memoria también les sacaron de la memoria el idioma, por lo tanto Mary y yo no deberíamos de entender a Leky ni a nadie. Aunque seguía sin entender porque habíamos llegado aquí y como los podíamos entender. Leky no me lo puedo explicar, él tampoco lo sabía.
Seguimos practicando pero esta vez con los cuchillos, definitivamente se me daba mejor el arco y me gustaba mucho más, apenas acertaba en el centro, siempre se clavaba por los límites de la diana o a mitad del centro.
-Se acerca la hora de comer, ¿intentamos cazar algo? - sugirió Leky.
-Buena idea.
Dejamos las cosas enganchadas en las ramas del árbol y nos adentramos un poco más en el bosque. Yo llevo el arco y Mary sus cuchillos, que se le dan mejor que el arco, y Leky mis cuchillos.
Vuelvo a tener la sensación de que me observan, agudizo mi oído para intentar escuchar algún ruido, pero no consigo oír nada. Puede que me lo este imaginando. Y sin venir a cuento vuelvo a acordarme del chico de mi sueño y empiezo a repasar el sueño.
De pronto oigo un crujido y salgo disparada en dirección a la copa de los árboles y me quedo colgada cabeza abajo. Miro mis pies y veo una cuerda que me tiene enganchada por los tobillos y me aprieta y me hace daño. Miro al suelo y descubro que estoy a mucha altura, unos 3 o 4 metros del suelo. He caído en una trampa de cazadores por no haber estado atenta.
-¡Kathleen! ¿estas bien?
-Sí, pero no estoy muy segura de que deba soltar la cuerda, desde esta altura podría romperme algo.
-No te muevas, vamos a pensar como bajarte.
Empiezo a oír un aleteo cerca de mi, miro en todas direcciones y a mi derecha veo una bandada de pájaros que viene en mi dirección, cuanto más cerca están empiezo a darme cuenta que no son pájaros normales, tienen cuatro ojos rojos, un pico largo y afilado, dos pares de alas y un aguijón donde debería estar la cola.
-¡Leky! ¿Qué son esos pájaros? - le pregunto con una mala sensación.
-Son beerys, son unos animales muy agresivos. Mantén la calma, vamos a sacarte de ahí enseguida.
-¡¿Agresivos?!, ¿pretendes calmarme así? ¿Pueden hacerme daño?
-Digamos que en estos momentos eres su presa.
-¡Bajarme ya, rápido! - respondo histérica.
Los beerys empiezan a volar en torno a mi, algunos pasan tan cerca que incluso me tocan. Cada segundo que pasa me pongo más nerviosa y ellos vuelan en círculos más rápidos y cercanos a mi e incluso me rasgan la camiseta y los pantalones. Intento espantarlos con los brazos, porque el arco y las flechas se me cayeron al suelo.
-¡Cortar la cuerda!
Me están empezando a arañar la cara, los brazos, el torso y las piernas. Algunos de ellos intentan apoyarse en mi cuerpo, pero no les dejo conseguirlo. Me estoy empezando a cansar de tanto moverme y empiezo a tener sueño. Lucho por mantener los ojos abiertos, pero ya no puedo más y los cierro. Noto cómo se apoyan en mi cuerpo los animales que acabarán con mi vida y me clavan las garras en la piel.
Se acabó. Espero a las imágenes que me enseñarán como debería haber sido mi vida, pero no llegan.
Noto una pequeña brisa de aire en la cara y un golpe. Y en ese momento pierdo el conocimiento del todo.
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