Capítulo 14

-¿Y por qué ha decidido hacer acto de presencia ahora? - Intervino Mary.

-Porque es ahora cuando está preparado para atacar. Sacar vuestras armas muy despacio sin hacer movimientos que le pueden hacer abalanzarse sobre nosotros.

Mary y yo obedecimos en silencio. Yo me descolgué el arco de la espalda, saqué una flecha del carcaj y la coloqué en el arco sin tensar demasiado la cuerda, apuntado hacia el suelo con el arco paralelo a el. Y Mary desenfundó su espada, sin duda se le daba mejor la espada que el arco, tenía más fuerza para sujetarla. Ninguno de nosotros perdía de vista a la criatura, los cinco estábamos apiñados mirando con cautela.

De pronto la criatura se empezó a hundir en la copa del árbol hasta desaparecer. Ninguno movimos un solo músculo.

-¿Se ha ido? - Me atreví a preguntar.

Un ronroneo en un árbol más cercano a nosotros me dio la respuesta. Bajó un poco de la parte más alta de la copa del árbol dejando al descubierto su cuerpo. Era una criatura espantosa, del impacto mi posición rígida y preparada para reaccionar vaciló un poco, y eso al animal le sobró cómo motivo para saltar del árbol al suelo mirándome fijamente.

«Sabe que soy la más débil del grupo.» Pensé poniéndome un poco más nerviosa. «Soy su objetivo.»

Ahora que le veía entero no mejoraba demasiado mi impresión, todo lo contrario, me horrorizaba aún más. Su forma me recordaba mucho a un mono, solo que era tan alto como yo y las facciones de su cara era mucho más llamativas y extrañas. Sus ojos eran completamente negros, parecía que tenía cuencas vacías, por lo tanto su mirada era inquietante. Tenía una boca muy grande llena de dientes completamente afilados los cuales no le importaba mostrárnoslos frívolamente y de vez en cuando mostraba su lengua larga y peculiar.

-Kathleen, no dejes que te intimide. Mantente firme. - Me aconsejó Leky.

-Aquí puede que sea normal, pero esto es demasiado para mi.

-Kathleen, la mayoría de lo que estas viendo no es real. Ese animal entra en tu mente y hace que tu miedo se vuelva contra ti, así le es más fácil atraparte. No es más que un animal con capacidades especiales. No creas nada que lo que te pueda rodear o afectar. - Añadió Jordan.

El animal inclinó la cabeza y todo se volvió caótico. Veía sangre por todas partes, monstruos deformes rodeándome, serpientes y ratas enroscándose en mis zapatos y piernas. Estaba sola. ¿Dónde estaban los demás? ¡Habían desaparecido! Estaba sola.

De la nada un hombre sin rostro apareció frente a mi y me cogió de los hombros y me zarandeó cómo a una muñeca de trapo mientras hacía gemidos agonizantes incomprensibles. Yo gritaba desesperada y aterrada e intentaba librarme de sus brazos. Me puse a llorar. Ya no podía más.

Cuando las fuerzas ya me fallaban y estaba a punto de desmayarme un chillido animal resonó por toda mi mente y todo volvió a ser como antes. No había sangre, no habían monstruos, no habían ratas y serpientes... y el hombre sin cara era Jordan que intentaba hacerme volver a la realidad.

Estoy temblando cómo una hoja. Las piernas me fallan y caigo de rodillas al suelo aunque Jordan intente sujetarme. Me cuesta respirar con normalidad y tengo la cara empapada de lágrimas.

-Tranquila, ya ha pasado todo. Todo está bien. - Me intenta tranquilizar Jordan.

Unos metros más allá, la criatura yacía muerta atravesada por dos espadas en el suelo y varios cortes en el cuello. La de Mary, la más pequeña de Leky y Greesh también estaba cerca del monstruo.

-Kathleen, tranquilízate.

Le miro a los ojos y veo que sus brazos están llenos de arañazos y algunos de ellos están sangrando. Debo haberle arañado cuando me intentaba hacer volver a la realidad zarandeándome de los hombros.

-L-lo siento.

-Esto no es nada, no te preocupes. - Me dice mientras se mira los brazos.

-¡¿Qué tiene en los ojos?! - Grita Mary horrorizada.

Los miro a todos a los ojos. Todos parecen preocupados, incluso se pude leer la preocupación de Greesh en sus ojos.

-¿Q-Qué tengo?

Tiemblo tanto que no se si tartamudeo por los nervios o por la preocupación. Ninguno parece atreverse a decir nada. Me palpo los párpados, pero todo parece estar bien, lo único es que me escuecen los ojos. Será por la lágrimas.

-No está fuera, si no dentro. Son... el color de tus ojos. - Por fín me aclara algo Mary. - Ahora son... rojos. Pero no totalmente, la mitad inferior de tus ojos se han vuelto completamente rojos y la parte superior sigue marrón. Es como si el rojo hubiera ido subiendo por tus ojos.

No tengo palabras, me he quedado de piedra. Los miro a todos otra vez, y ninguno parece estar bromeando. Jordan desenfundó mi espada y me la tendió para usar su filo reluciente como espejo. Mis dos ojos tienen el color rojo hasta la mitad, y la mitad superior sigue teniendo su color original, como Mary había dicho.

-¿Por qué están así?

-Esas criaturas están relacionadas con los kathara, son los más débiles de toda esa raza, aunque son los únicos capaces de manejar la mente, y lo suelen hacer para que afloren tus miedos, te desorienten y confundan y así te conviertes en una presa fácil. Y, si sobrevives al ataque, los únicos rastros que deja permanentes son los ojos. Cuanto más rojo se extienda en el ojos, más cerca de la muerte quiere decir que has estado. - Me explicó Leky.

-¿Y que tiene que ver el color de los ojos con la muerte? - Preguntó Mary.

-Mientras está en tu mente, deja unas toxinas mortales, que afectan al color de los ojos físicamente, y te provoca las pesadillas para que se transmitan más rápido las toxinas con la adrenalina.

-¿Y si se queda el veneno dentro puede acabar muriendo?

-No, no suele pasar. De normal las toxinas se van eliminando, pero el color de los ojos no. Es permanente.

Yo seguía temblando mientras escuchaba la conversación que mantenían Leky y Mary. Jordan seguía a mi lado sujetándome y Greesh estaba quieta al lado de Leky y Mary mirándonos a Jordan y a mi.

***
«Aún estamos a tiempo de hacer que sus ojos vuelvan a la normalidad.»
«Jordan, ya sabes que no siempre funciona.» - Me intentaba disuadir Greesh.

«Pero aún así podemos intentarlo.»

«¿A quién piensas pedirle ayuda? Eso solo sabe hacerlo Nahala. Y ya sabes que se ha ido una temporada.»

«Tampoco entraba en mis planes volver a la aldea. ¿Ella no se había ido porque alguien le había pedido ayuda?»

«Sí, pero no recuerdo donde dijo que iba.»

«Por favor, intenta recordarlo. La llevaremos allí.»

«De momento no les digas nada. Tampoco estoy segura de si también vino por esta parte del bosque, aunque es lo más probable, ya que es la forma más segura de salir de la aldea y la más rápida.»

Para salir de la aldea hace falta atravesar el bosque de Honser, y Greesh tenía razón, es el mejor camino.

«Sigamos por aquí hasta salir del bosque, y después nos dirigiremos a la zona con población más cercana para preguntar por Nahala.»
«Espero que cuando la encontremos no sea demasiado tarde»

-¿Cómo puedo hacer que el veneno desaparezca antes? - Me susurró Kathleen, no tenía fuerzas para más.

-No te preocupes. - Le digo mientras le beso la frente. - Conozco unas plantas que te ayudarán. Lo único malo es que no tengo muy claro si por este bosque las hay.

-Lo mejor que podríamos hacer es descansar un poco, nos vendrá bien a todos. - Propuso Leky.

«Jordan, si se duerme lo más probable es que vuelva a tener las pesadillas. El veneno sigue dentro y los primeros días le provocará pesadillas»

«Lo sé.»

-Kathleen, es posible que los primeros días sufras pesadillas por el veneno. Si quieres puedo quedarme contigo.

-Gracias.

***

Jordan es todo un cielo. Me encanta que se haya ofrecido para calmarme cuando tenga pesadillas. Aunque lo hace por generosidad y lástima... me encantaría que lo hiciera por amor.

Nos sentamos en la orilla del camino y Mary y Leky limpian los filos de las espadas contra la hierba mientras yo estoy adormilada en las piernas de Jordan, y él me acaricia el pelo. Greesh está tumbada en la hierva cerca de mi.

Cada vez que cierro los ojos me vuelve a la mente las imágenes de la sangre, los animales trepando por mi cuerpo... Lucho con ahínco por mantenerme despierta, no quiero recordar nada de eso, aunque tampoco lo haya olvidado...

-Voy a buscar una planta que te hará dormir tranquila sin pesadillas. - Me dice Jordan muy dulcemente mientras me da un beso en la frente.

Es tan amable y dulce. No le importa cuidar de mi, aunque yo tampoco es que quiera que él esté constantemente pendiente de mi. No quiero ser una carga.

Greesh se acerca a mi y me lame la mejilla y frota su hocico húmedo contra mi cara, supongo que intenta hacerme sentir mejor mientras Jordan busca la planta.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top