El sonido de risas y pasos apresurados llenaba los pasillos de la academia, mezclándose con el eco de silbatos lejanos y gritos de ánimo desde el campo de entrenamiento. Era solo otro día en la prestigiosa escuela, donde las apariencias lo eran todo y los secretos se escondían tras sonrisas perfectas.

En medio del bullicio, Kim Taehyung cerró su casillero con un suave clic, ajustando la correa de su mochila mientras se perdía en sus propios pensamientos. No le gustaban los lugares abarrotados ni ser el centro de atención, pero eso nunca parecía importar. Sin importar cuánto intentara pasar desapercibido, siempre había miradas siguiéndolo... algunas curiosas, otras llenas de envidia o algo más difícil de descifrar.

Del otro lado del campus, el estruendo de un balón golpeando con fuerza interrumpió sus pensamientos. Desde su posición, podía ver el campo de entrenamiento y a los jugadores corriendo bajo el sol. Entre ellos, Jeon Jungkook, el alfa que dominaba el equipo de fútbol americano con una mezcla perfecta de fuerza y confianza arrolladora.

Sus mundos rara vez se cruzaban. Eran demasiado diferentes. Sin embargo, en ese instante, mientras Taehyung observaba a Jungkook desde la distancia, algo cambió.

Ninguno de los dos lo sabía aún, pero ese día marcaría el comienzo de una historia imposible de detener... una historia de atracción, mentiras y emociones que ni siquiera el más fuerte podría controlar.