Capítulo 8
Durante la semana en la escuela, Jungkook no pudo evitar notar que Taehyung se mostraba más cariñoso y pegajoso de lo habitual. Siempre encontraba la manera de estar cerca, ya fuera apoyando su cabeza en el hombro de Jungkook durante los descansos o tomando su mano al caminar por los pasillos. Aunque al principio esto lo sorprendió, pronto se dio cuenta de que disfrutaba de la calidez y el afecto constante que Taehyung le ofrecía.
Cada pequeño gesto, desde las caricias en su brazo hasta los abrazos repentinos, llenaba a Jungkook de una paz que nunca había experimentado. No era el tipo de atención a la que estaba acostumbrado, pero ahora no podía imaginarse sin ella. Ver a Taehyung tan abierto y afectuoso, incluso en público, lo hacía sentir especial, como si ambos existieran en su propio mundo.
Por otro lado, el padre de Taehyung tuvo que ausentarse por trabajo, dejando a Jungkook encargado de cuidar a su hijo durante su ausencia. Era un gesto de confianza que no pasó desapercibido, y Jungkook se sintió honrado de que el hombre confiara plenamente en él para velar por el bienestar de Taehyung. Sin embargo, lo que parecía ser una tarea sencilla pronto se convirtió en motivo de preocupación.
Durante el fin de semana, la falta de respuesta de Taehyung a los mensajes de Jungkook comenzó a generar una creciente ansiedad en él. A pesar de sus intentos de contactarlo—llamadas, mensajes e incluso preguntando a algunos conocidos—el silencio de Taehyung persistía. La confusión y la preocupación se arraigaban en el corazón de Jungkook, temiendo que algo estuviera mal.
Jungkook, normalmente tranquilo, no podía sacarse de la cabeza el temor de que le hubiera sucedido algo a su omega. Cada hora que pasaba sin respuesta aumentaba su desesperación, llenando su mente de posibilidades inquietantes. Era una mezcla de angustia e impotencia, y lo único que deseaba era escuchar la voz de Taehyung, saber que estaba bien y calmar el torbellino de emociones que lo consumía.
No soportando más la ansiedad, decidió ir directamente a la casa de Taehyung, usando la llave que su padre le había confiado. El silencio que lo recibió al entrar era desconcertante; cada paso que daba hacia la habitación de Taehyung hacía que su corazón latiera más rápido, con el miedo y la preocupación arremolinándose en su pecho. Algo no estaba bien, y los ruidos sutiles pero extraños que provenían de arriba solo aumentaban su intranquilidad.
Finalmente, llegó a la puerta de la habitación de Taehyung. La abrió de golpe, sintiendo que la anticipación lo envolvía. Sus ojos recorrieron el espacio rápidamente; cada rincón parecía impregnado de la esencia de su omega. Entonces, su mirada se detuvo en Taehyung.
El omega estaba allí, envuelto en un pijama de seda que abrazaba su figura con delicadeza, resaltando sus suaves contornos. La tela brillaba bajo la tenue luz de la habitación, proyectando un aura que fusionaba sensualidad y fragilidad cautivadora.
Las dulces y embriagadoras feromonas de Taehyung llenaron el aire, un aroma que encendió al instante los instintos más profundos de Jungkook. Era como si el aire mismo estuviera impregnado de una esencia que lo llamaba, invitándolo a dejarse llevar por el deseo. Su cuerpo reaccionó de inmediato al ambiente cargado de pasión; cada fibra de su ser clamaba por satisfacer las necesidades de su omega.
Cuando Taehyung notó su presencia, un gemido suave, cargado de anhelo, escapó de sus labios. "Jungkook..." susurró, su voz entrecortada, mientras sus ojos brillaban con un destello de deseo. Su cuerpo se movía con una sensualidad natural, buscando el contacto con su alfa, acercándose un poco más, como si una fuerza invisible los uniera.
Jungkook sintió su pulso acelerarse mientras la urgencia lo invadía, pero en un destello de razón comprendió que la situación requería algo más que solo instinto. Cerró la puerta con firmeza, intentando aislarse del embriagador aroma de las feromonas que lo tentaban, y rápidamente sacó su teléfono, buscando a la única persona que podía guiarlo en ese momento.
—Jimin... —murmuró apresuradamente cuando el mejor amigo de Taehyung respondió—. Taehyung está en celo... y yo... no sé qué hacer.
Al otro lado de la línea, Jimin permaneció en silencio por un segundo, sopesando sus palabras antes de hablar. Su voz, aunque calmada, tenía un tono serio que hizo que Jungkook sintiera un nudo en el estómago.
—Mantén la calma, Jungkook. Necesitas tener mucho control sobre ti mismo ahora. No dejes que tus instintos te dominen.
La frustración burbujeó dentro de Jungkook. —No entiendo por qué no me dijo nada antes —murmuró, su voz cargada de confusión y preocupación. Se pasó las manos por el cabello, intentando procesar la situación inesperada de Taehyung. La idea de que su omega estuviera lidiando con su ciclo de celo sin su apoyo lo inquietaba.
—Bueno, Taehyung siempre ha sido un poco desordenado con sus fechas de celo —reflexionó Jimin, buscando una posible explicación para el silencio de Taehyung—. Es un omega sensible, y a veces no sabe cómo manejarlo. Podría haber estado esperando el momento adecuado para decírtelo.
—Lo entiendo... pero, ¿qué debería hacer ahora? —preguntó Jungkook, su mente dando vueltas ante la incertidumbre.
—Solo mantén la calma. Lo más importante es que estés ahí para él. Es lo que más necesita en este momento.
Jungkook dudó un momento, sintiendo el peso de la incertidumbre en su pecho antes de hacer la pregunta que lo inquietaba.
—Jimin, ¿crees que debería... hacer algo más? —La vacilación en su voz era palpable mientras luchaba por comprender cómo manejar esta delicada situación. Su mente corría, preocupándose por las implicaciones de lo que significaba para Taehyung.
Jimin guardó un breve silencio, su tono tornándose reflexivo. —Bueno, Tae es virgen, así que eso cambia las cosas. Debes ser muy cuidadoso y respetar sus tiempos. Esto no es solo físico; es algo importante para él.
Jungkook se pasó una mano nerviosa por el cabello, intentando procesar lo que Jimin le decía. La idea de que Taehyung fuera virgen añadía una nueva capa de complejidad a la situación. No quería precipitarse ni forzar nada, y lo último que deseaba era que Taehyung se sintiera incómodo o vulnerable en su presencia.
—No sé, Jimin... No quiero hacer nada que pueda lastimarlo o que no esté listo —confesó Jungkook, su voz llena de incertidumbre—. Pero al mismo tiempo, él está... necesitando algo de mí. No sé qué es lo correcto.
Jimin suspiró al otro lado de la línea, entendiendo el dilema en el que estaba su amigo.
—Mira, lo más importante es que tú escuches a Taehyung y respetes lo que él necesita. Si quiere estar cerca de ti, dale ese consuelo. Pero si sientes que la situación se vuelve demasiado intensa, respira profundo y pon distancia. No tienes que hacer nada más de lo que ambos estén listos para hacer.
Jungkook asintió, aunque Jimin no podía verlo, agradeciendo el consejo.
—Gracias, Jimin. Intentaré mantenerme calmado y cuidar de él.
—Eso es lo mejor que puedes hacer. Recuerda que todo esto se trata de estar ahí para él emocionalmente, no solo físicamente. Y si necesitas más ayuda, solo llámame.
Jungkook colgó el teléfono y respiró hondo antes de dirigirse de nuevo hacia la puerta de la habitación. Sabía que lo más importante en ese momento era ser el apoyo que Taehyung necesitaba, sin importar qué tan difícil o confusa se volviera la situación.
Jungkook regresó a la habitación, sintiendo el peso de la situación. Las feromonas en el aire hacían que su cuerpo reaccionara instintivamente, pero él luchaba por mantener la claridad. Su preocupación por Taehyung superaba cualquier otro impulso. Con el corazón acelerado, decidió afrontar la situación con la delicadeza que sabía que su omega necesitaba.
Se acercó lentamente a Taehyung, quien yacía en la cama, visiblemente afectado. Las lágrimas se deslizaban por sus mejillas, y su piel sudorosa brillaba bajo la tenue luz, acentuando la delicadeza de su cuerpo envuelto en un pijama de seda. La fragilidad de su estado solo aumentaba la urgencia de Jungkook por ayudarlo.
—Cariño, lo siento mucho por lo de antes —comenzó, su voz suave y reconfortante—. Quiero estar aquí para ti, pero necesito que me hables, que me digas lo que necesitas. No tienes que pasar por esto solo.
Taehyung levantó la mirada, sus ojos llenos de frustración y vulnerabilidad. Se mordió el labio antes de responder, su voz temblando por el dolor que sentía.
—Lo siento, Jungkook. Es solo que... no puedo controlar esto. Me duele. —La desesperación en su tono era palpable, una mezcla de miedo y vulnerabilidad que lo dejaba expuesto—. No sé qué hacer... es más intenso que otras veces y eso me asusta.
La expresión de Taehyung, llena de desesperación, hizo que Jungkook sintiera una punzada en el pecho. Se inclinó hacia él, su mano rozando suavemente la mejilla húmeda del omega.
—No tienes que tener miedo —susurró Jungkook—. Estoy aquí.
—Mi alfa, por favor... Necesito tus feromonas, tus toques... Necesito sentir tu presencia cerca de mí —suplicó Taehyung, con la voz temblorosa. La necesidad en su tono era urgente, una súplica que resonaba con el anhelo instintivo de un omega en celo.
Jungkook lo miró con preocupación, sus manos temblaban ligeramente mientras luchaba contra sus propios instintos.
—¿Estás seguro de esto? —preguntó en un susurro, consciente de la intensidad del momento.
Taehyung asintió, mirándolo a los ojos con una mezcla de desesperación y confianza.
—Sí, confío en ti, Jungkook —respondió, su tono reflejando tanto su determinación como la vulnerabilidad que lo envolvía en ese momento.
Sin poder resistir la necesidad de estar cerca de él, Jungkook se acercó con cuidado, rodeando a Taehyung con sus brazos. El contacto era electrizante, y el aroma dulce y embriagador de Taehyung llenaba el aire, intensificando el deseo que palpitaba entre ellos. Con una ternura evidente, liberó sus feromonas de manera suave y controlada, impregnando el aire con un aroma tranquilizador que buscaba aliviar la ansiedad que consumía a su omega.
Mientras Jungkook bajaba lentamente su rostro, sus ojos fijos en los de Taehyung, el mundo a su alrededor se desvanecía. Cuando finalmente sus labios se encontraron, el beso fue suave al principio, cargado de emociones contenidas. Taehyung suspiró contra los labios de Jungkook, sintiendo cómo sus feromonas se entrelazaban con el calor de su propio cuerpo, uniendo sus deseos.
El beso, que comenzó tierno, pronto se volvió más intenso. Los dedos de Taehyung se aferraron al cuello de Jungkook, buscando más contacto mientras su cuerpo respondía instintivamente a la cercanía de su alfa.
—Mi amor, besarte se siente increíble —susurró Jungkook, acariciando suavemente las mejillas de Taehyung—. Tus labios son tan suaves y dulces.
La sensación de su aliento caliente llenaba la habitación, y Jungkook se inclinó sobre él, deslizando una mano hacia su cintura mientras depositaba un tierno beso en su frente, brindándole calma y protección. Sin embargo, Taehyung estaba en un estado de desesperación creciente, cada roce y cada beso lo sumían más en el anhelo.
—Está bien si te arrepientes... —susurró Jungkook, dejando espacio para que Taehyung pudiera expresar cualquier duda o inquietud que tuviera. Pero no había arrepentimiento en los ojos de Taehyung, solo una intensa necesidad.
Con un brillo de amor y deseo en los ojos, Taehyung se acercó para darle un suave y delicado beso en los labios. Luego, con un gesto juguetón y cargado de deseo, se giró ágilmente en la cama, empujando a Jungkook hasta dejarlo boca arriba. Con una sonrisa traviesa y provocadora, Taehyung se colocó encima de él, sus manos apoyándose en el pecho del alfa.
—Esto ha estado en mi mente desde el momento en que te conocí, alfa —confesó Taehyung, moviendo su cuerpo en un suave vaivén, la desesperación por la cercanía con su alfa reflejada en su expresión—. ¿Qué piensas ahora?
Jungkook sintió que la tensión en el aire se volvía eléctrica, la urgencia del deseo de Taehyung contagiándole. Sin pensarlo, lo recostó de nuevo sobre la cama, capturando sus labios con una pasión y un deseo intensos que hacían vibrar la habitación.
—Primero hay que deshacernos de la ropa —murmuró Jungkook contra los labios de Taehyung, su voz cargada de deseo. Con un suave tirón, comenzó a deslizar la tela del pijama de Taehyung, sintiendo la calidez de su piel a medida que la prenda caía. Cada centímetro expuesto intensificaba la conexión entre ellos, y Jungkook no pudo evitar dejar un beso delicado en la clavícula de Taehyung, inhalando su aroma dulce y embriagador.
—Tú también deberías desnudarte —sugirió Taehyung, su mirada llena de picardía mientras sus dedos jugueteaban con la parte superior de la camiseta de Jungkook, tirando de ella hacia arriba. La emoción vibraba en el aire, y la desesperación de Taehyung por la atención y el contacto de su alfa se hacía más evidente, convirtiendo cada roce en una chispa que encendía el deseo de Jungkook.
Jungkook dejó caer su camiseta al suelo, revelando su torso tonificado. Taehyung se quedó hipnotizado por la forma en que los músculos de Jungkook se movían con cada respiración, un recordatorio palpable del deseo que sentían el uno por el otro. El deseo de Taehyung lo envolvía, y Jungkook se sintió atraído a satisfacer la necesidad que ardía en su omega, dejando que su instinto tomara el control mientras se entregaban a la pasión que los unía.
Con una sonrisa traviesa, Jungkook se inclinó hacia Taehyung, tomando su rostro entre sus manos y besándolo profundamente. Sus labios se encontraron en un baile apasionado, mientras sus cuerpos se acercaban más, el calor de su piel brillando bajo la tenue luz de la habitación.
—No puedo esperar más —murmuró Jungkook entre besos, su voz grave y llena de necesidad—. Quiero sentirte, sentirnos juntos.
—Yo también —respondió Taehyung, su voz un susurro entre sus labios. Mientras se movían, sus cuerpos se entrelazaban, cada roce intensificando el deseo que ardía entre ellos.
Jungkook se posicionó sobre Taehyung en la cama, sintiendo la suavidad de las sábanas contra su piel. La conexión entre ellos era eléctrica, una corriente de deseo que recorría sus cuerpos. Jungkook comenzó a explorar cada rincón de Taehyung, dejando un rastro de besos ardientes a lo largo de su pecho, disfrutando de la forma en que el omega respondía a cada caricia.
—Tú eres todo lo que he querido —murmuró Jungkook, mientras sus labios recorrían la piel suave y delicada de Taehyung, provocando que éste arquease la espalda en un intento de acercar más su cuerpo al del alfa.
Cada contacto de los labios de Jungkook sobre su pezón enviaba oleadas de placer que lo recorrían de pies a cabeza, generando un estremecimiento que lo dejaba sin aliento. Los dedos de Taehyung se enredaban con fuerza en el cabello de Jungkook, tirando de él con necesidad.
El alfa alzó la mirada, encontrándose con los ojos de Taehyung, que reflejaban una mezcla de anhelo desesperado y pura pasión. Las marcas que había dejado en sus labios, fruto de su impulso de contener los gemidos, añadían una belleza cruda y casi salvaje a su expresión.
—¿Te gusta? —preguntó Jungkook, su voz cargada de deseo mientras sus ojos oscuros escudriñaban el rostro de su omega.
—Sí, lo disfruto... mucho —respondió Taehyung, su voz temblorosa entre el placer y la vulnerabilidad.
Con una sonrisa satisfecha, Jungkook se inclinó de nuevo, sus labios trazando un camino hacia el otro pezón, succionando con suavidad y jugando con su lengua en un movimiento lento y tentador que provocaba gemidos incontrolables en el omega.
Mientras su mano se deslizaba por el costado de Taehyung, explorando la suavidad de su piel y acariciando cada curva, encontró su cintura. Jungkook apretó levemente, reclamando a su omega de una manera tan íntima que hacía que el corazón de Taehyung latiera con fuerza.
—Eres perfecto —susurró Jungkook, su aliento caliente acariciando la piel de Taehyung mientras se movía hacia arriba, capturando sus labios nuevamente en un beso profundo, uno que parecía fusionar sus almas en un instante eterno.
El rostro de Taehyung se encendió en un rubor profundo, mientras las manos de Jungkook se deslizaban hacia su entrepierna. La sensación del toque firme y seguro del alfa lo tomó por sorpresa, provocando un gemido de placer que escapó involuntariamente de sus labios. Era un sonido que vibraba en la atmósfera, cargado de deseo y necesidad.
Jungkook sonrió contra sus labios, disfrutando de la respuesta de su omega. Sus dedos comenzaron a explorar, primero con suavidad, dibujando círculos lentos y provocativos que hacían que Taehyung se retorciera ligeramente, ansioso por más.
—¿Te gusta, cariño? —preguntó Jungkook, su voz suave y cargada de deseo, mientras su mirada se mantenía fija en la expresión de Taehyung.
—Sí... más, por favor —sollozó Taehyung, sintiendo su cuerpo reaccionar intensamente a cada toque.
—Eres tan sensible —murmuró Jungkook, admirando cómo cada caricia provocaba una respuesta en su omega.
Con una sonrisa traviesa, Jungkook disfrutaba del poder que tenía sobre los sentidos de Taehyung, quien yacía ante él, temblando de anticipación y deseo. La habitación estaba impregnada de una tensión eléctrica, palpable en el aire.
—Quiero probarte —susurró, su voz cargada de deseo y promesas, mientras se inclinaba para abrir delicadamente las piernas de su omega. Taehyung sintió cómo su corazón latía con fuerza, ansioso por lo que estaba a punto de suceder.
Se posicionó entre ellas, su aliento caliente acariciando la piel suave y sensible de Taehyung. El omega, con los ojos entrecerrados por el placer y la vergüenza, se dejó llevar por la sensación. Jungkook tomó un momento para observar el pequeño miembro rosado de Taehyung, la lubricación brillando en su entrada, un claro signo del deseo que lo consumía.
—Jungkook, esto es... —intentó protestar Taehyung, avergonzado por la intensidad del placer que lo invadía. Se esforzó por cerrar las piernas, pero Jungkook sonrió, disfrutando de la resistencia de su omega y sosteniendo firmemente su posición.
Con una mirada intensa y posesiva, Jungkook dejó que su lengua trazara un camino húmedo y lento a lo largo de la entrada de Taehyung, saboreando el dulce néctar que solo él podía ofrecer. El omega soltó un suspiro ahogado, su cuerpo reaccionando involuntariamente al toque.
—Eres tan delicioso —murmuró Jungkook, deleitándose en cada pequeño gemido que escapaba de los labios de Taehyung.
Sin embargo, Taehyung, abrumado por la intensidad de la experiencia, rápidamente tomó el cabello de Jungkook, separándolo con un gesto casi instintivo.
—No hagas eso, es sucio... —protestó, su voz temblorosa, llena de vergüenza y deseo.
Jungkook se detuvo un momento, mirándolo con una mezcla de diversión y deseo, y luego sonrió de manera traviesa.
—Es sucio, pero te encanta —dijo, su tono burlón provocando una oleada de rubor en las mejillas de Taehyung—. Déjame hacerte sentir bien, Tae. Quiero que disfrutes de esto tanto como yo.
Sin esperar respuesta, se inclinó de nuevo, decidido a llevar a su omega al límite del placer, ignorando cualquier protesta y abrazando la intimidad de este momento compartido.
Jungkook se dejó llevar por el momento, disfrutando de la vulnerabilidad de Taehyung, quien yacía a merced de sus deseos. Su lengua continuó su danza húmeda, explorando cada rincón de la entrada de Taehyung con una devoción que hacía que el omega se estremeciera de placer.
Cada toque, cada lamido, hacía que Taehyung se moviera involuntariamente, sus gemidos se mezclaban con el sonido húmedo de sus cuerpos. Jungkook sintió cómo la necesidad de su omega se intensificaba, y eso lo llenó de un deseo casi primordial.
—Jungkook... —gimió Taehyung, sus ojos cerrados, sintiendo cómo las olas de placer lo invadían—. No puedo... no sé cuánto más puedo soportar.
Jungkook levantó la mirada, encontrándose con los ojos entrecerrados de Taehyung, que reflejaban una mezcla de deseo y vulnerabilidad. Con una sonrisa juguetona, tomó el pequeño miembro del omega en su mano, acariciándolo suavemente.
—Quiero que sientas todo lo que te puedo dar —susurró, aumentando la presión y la velocidad de su mano, disfrutando del control que tenía sobre el placer de Taehyung. Cada movimiento estaba diseñado para llevar a su omega al borde, creando una sinfonía de gemidos que resonaban en la habitación.
El rostro de Taehyung se iluminó de rubor mientras sus caderas respondían al ritmo de Jungkook. Los dedos del alfa trabajaban en perfecta armonía con su lengua, mientras Taehyung se entregaba a la tormenta de sensaciones que lo consumía.
—Jungkook... esto es tan... —las palabras se escabullían de sus labios entre jadeos entrecortados, incapaz de articular lo que sentía.
Jungkook no dejó de mirarlo, los ojos llenos de lujuria y devoción. —Solo relájate, Tae. Déjame llevarte allí.
Con cada lamido y caricia, Jungkook se aseguraba de que Taehyung sintiera la conexión especial que compartían. El cuerpo del omega respondió rápidamente a la atención que su alfa le daba, hasta que, con un estremecimiento profundo, Taehyung alcanzó el clímax, viniéndose de forma repentina.
—Oh, Dios... No lo hice a propósito... Lo siento, Jungkookie, estaba tan... —trató de disculparse, pero su voz se entrecortó en un gemido cuando Jungkook, sin perder el ritmo, lamió sus labios, saboreando el rastro de su liberación.
—Realmente sabes tan dulce, Tae —murmuró Jungkook, su voz baja y cálida, mientras sus ojos se llenaban de una intensidad que iba más allá del simple deseo.
—¡No digas esas cosas! —replicó Taehyung con una sonrisa nerviosa.
Con la respiración entrecortada, Jungkook se desabrochó el pantalón, dejando caer su ropa interior y liberando su miembro. Taehyung se quedó sin aliento al ver la hermosa erección de Jungkook, un símbolo palpable del deseo que ambos compartían.
—¿Estás listo, Tae? —preguntó Jungkook, buscando aprobación en los ojos de su omega. Taehyung asintió, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza, nervioso pero decidido.
—Sí, quiero que me anudes —respondió Taehyung, su voz un susurro cargado de deseo y expectación.
—Voy a ser suave, te lo prometo —susurró Jungkook, manteniendo la mirada de Taehyung para calmar sus inquietudes. El omega asintió, dejando que el deseo en sus ojos ahogara cualquier duda.
Con una respiración profunda, Jungkook se alineó y empujó hacia adelante, sintiendo la calidez y suavidad de Taehyung envolviéndolo por completo. Un gemido bajo escapó de sus labios mientras se adentraba lentamente, disfrutando de la presión y la increíble intimidad de estar conectado a su omega.
—¡Oh, Jungkook! —gimió Taehyung, sus ojos abriéndose de par en par mientras una ola de placer lo invadía. El dolor inicial se transformaba en un placer abrumador, dejando su cuerpo temblando, ajustándose a la presencia del alfa que lo poseía.
Jungkook se quedó quieto un momento, permitiendo que Taehyung se acostumbrara a su tamaño, disfrutando de la forma en que el omega se apretaba a su alrededor. Era una sensación que lo llenaba de orgullo y deseo, un instinto primario que lo llevaba a querer proteger y deleitarse en la vulnerabilidad de su pareja.
—Eres tan perfecto —susurró Jungkook, comenzando a moverse con suavidad.
Con cada movimiento, Taehyung sentía cómo su cuerpo finalmente comenzaba a ceder ante el ritmo de Jungkook. El dolor que había sentido al principio se entrelazaba con una creciente oleada de placer, extendiéndose por su ser. Había escuchado a otros omegas hablar sobre su primera vez, sobre cómo ese momento marcaba un antes y un después en sus vidas, y ahora entendía por qué.
Era como si una parte de sí mismo se desprendiera, como si los últimos rastros de su infancia se disiparan, dando lugar a una versión más madura y conectada de sí mismo. Cada embestida de Jungkook no solo le traía nuevas sensaciones, sino que también reafirmaba esa entrega total, ese lazo invisible que los unía más allá de lo físico.
Los dedos de Taehyung se entrelazaron en el cuello de Jungkook, buscando su cercanía mientras lo atraía hacia un beso ardiente. La intensidad entre ellos crecía, y el contacto de sus labios desataba un fuego en su interior.
Jungkook respondió con un movimiento firme, guiando a Taehyung con pasión. El deseo los envolvía, cada roce era una promesa de lo que estaba por venir, dejándolos ansiosos por profundizar esa conexión.
Jungkook, sintiendo la tensión en el cuerpo de Taehyung, pudo notar que el omega estaba cerca. Los gemidos entrecortados que escapaban de sus labios solo confirmaban lo inevitable.
—Jungkook... —jadeó Taehyung, luchando por encontrar las palabras en medio del torrente de sensaciones que lo abrumaban—. Quiero sentirlo... por favor... —suplicó, su voz temblorosa por el deseo, necesitado de esa conexión total.
Finalmente, cuando Jungkook sintió que el nudo comenzaba a formarse, sus miradas se encontraron, cargadas de entendimiento. Taehyung soltó un gemido de entrega, envolviendo su cintura con más fuerza.
Jungkook, sintiendo la tensión del nudo, aumentó su ritmo, cada golpe un recordatorio de la conexión primal que compartían. Justo cuando el nudo alcanzó su punto máximo, Jungkook sintió la liberación que lo atravesaba. Un torrente de semen llenó a Taehyung, sellando su unión de manera irrevocable.
—¡Oh, Jungkook! —gimió Taehyung, viniéndose, su cuerpo temblando de placer.
El alfa se apoyó sobre el omega, ambos aún recuperando el aliento, sumidos en un éxtasis abrumador. La habitación se impregnaba con su mezcla de aromas, creando una sinfonía de deseo que llenaba cada rincón. El silencio que siguió era denso y profundo, como si el mundo exterior hubiera desaparecido, dejándolos atrapados en su burbuja de satisfacción y conexión.
—No puedo creer lo que acaba de pasar... —murmuró Taehyung, su voz apenas un susurro mientras acariciaba el suave cabello de Jungkook, buscando consuelo en el contacto.
—Yo tampoco, pero no cambiaría este momento por nada —respondió Jungkook, sintiendo cómo el calor de su conexión los envolvía en un manto de seguridad.
Con un movimiento suave, Jungkook giró la posición, permitiendo que Taehyung se acomodara sobre él, recostándose contra su pecho mientras permanecían unidos por el nudo. Disfrutó del calor de sus cuerpos entrelazados, una sensación reconfortante que marcaba el inicio de una nueva intimidad. Ambos sabían que su vínculo había cambiado para siempre, destinado a crecer y fortalecerse.
Después de unos minutos, Jungkook notó el nudo descendiendo, dejando escapar parte de su semen y la sangre de la entrada de Taehyung. Quiso separarse, pero el omega lo retuvo con firmeza, impidiendo que se alejara.
—Solo cinco minutos más, me gusta esta sensación —dijo Taehyung, recostándose más contra él, su voz cargada de deseo, deseando prolongar ese instante de intimidad, como si quisiera capturar cada segundo.
—¿Oh, sí? Entonces debería seguir anudándote por lo que queda del día, ¿mh? —sugirió Jungkook con un tono juguetón, disfrutando de la complicidad entre ellos mientras una sonrisa traviesa se dibujaba en su rostro.
—¡Sí, por favor! —exclamó Taehyung, su voz temblando de deseo—. No puedo soportar que esto se acabe. Necesito que me sigas anudando, que me llenes, que me hagas sentir todo lo que eres.
Mientras hablaba, empezó a moverse en un vaivén seductor, aún con el miembro de Jungkook dentro de él, buscando intensificar la conexión. Una sonrisa traviesa se dibujó en sus labios, y su mirada ardiente se encontró con la de Jungkook, como si compartieran un secreto electrizante.
...
Si te ha gustado este capítulo y quieres saber qué sucede a continuación, ¡no olvides dejar tu voto! Tu apoyo me ayuda a seguir creando y compartiendo más de esta historia. ✨
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top