Capítulo 15

En la estación de policía, Taehyung fue recibido por un oficial que lo guió hacia una sala de entrevistas. El ambiente era tenso, como si el aire estuviera cargado por el peso de los recuerdos que estaba a punto de revivir. Se sentó frente al oficial, sus manos temblorosas sobre las rodillas, tratando de encontrar las palabras para describir lo que había soportado.

—Cuéntame qué sucedió, Taehyung —dijo el oficial, con un tono firme pero comprensivo.

Tomando aire, Taehyung apretó los puños. La opresión en su pecho se intensificó al recordar esos momentos. Bogum siempre había sido una sombra en su vida, alguien que aparecía sin previo aviso para arrebatarle cualquier atisbo de paz. Desvió la mirada, sus ojos brillando con el esfuerzo de contener las lágrimas.

—Todo empezó de manera sutil en la escuela —empezó a decir, su voz baja, como si aún estuviera atrapado en esos recuerdos—. Park Bogum se acercaba, al principio solo para intimidarme. Comentarios sobre cómo yo "encajaba" con su tipo de omega. Lo ignoré, pero cada día se volvía peor.

El oficial tomó nota, pero no interrumpió. Taehyung continuó, su voz temblorosa.

—Un día, en los pasillos... me agarró del brazo, me empujó contra la pared. Me dijo que debería sentirme afortunado de que un alfa como él se interesara por mí. Antes de que pudiera reaccionar, me besó. —Taehyung hizo una pausa, su pecho subiendo y bajando rápidamente, luchando por mantener la compostura—. No fue un beso normal... fue violento, asqueroso. Me sostuvo la cara tan fuerte que no podía moverme.

—¿Intentaste defenderte? —preguntó el oficial con suavidad.

Taehyung asintió con la cabeza, recordando lo desesperado que se había sentido en ese momento.

—Le empujé, le dije que se detuviera, pero él solo se rió. Me decía que yo no tenía elección, que ningún otro alfa me miraría como él lo hacía. Fue como si mi voz no importara, como si no fuera más que su juguete.

El silencio en la sala era opresivo, y el oficial continuó tomando notas, asegurándose de que cada detalle quedara registrado.

—Esto sucedió más de una vez, ¿verdad? —preguntó el oficial.

Taehyung cerró los ojos por un momento, intentando no revivir todas las veces que Bogum lo había acorralado, empujado, besado a la fuerza. Sabía que si no hacía algo ahora, Bogum seguiría intimidando a otros, quizás de maneras aún peores.

—Sí —respondió en voz baja—. Y lo peor es que... siempre me decía que debía callarme. Que si hablaba, haría que todos pensaran que yo lo había buscado. Que era solo un omega desesperado por atención. Yo... nunca tuve el valor de enfrentarlo antes. Hasta ahora.

El oficial levantó la vista, con una expresión seria pero empática.

—Hiciste lo correcto viniendo aquí hoy, Taehyung. Vamos a tomar tu denuncia en serio. Necesitamos recopilar toda la información posible para iniciar una investigación sobre Park Bogum y su comportamiento.

Taehyung sintió una mezcla de alivio y ansiedad; la idea de que finalmente podría hacer algo al respecto le proporcionaba un rayo de esperanza. El oficial continuó:

—Es importante que sepas que no estás solo en esto. También podemos ofrecerte recursos para el apoyo emocional, y si decides presentar cargos, estaremos a tu lado en todo el proceso.

Con un leve asentimiento, Taehyung sintió que, aunque el camino sería largo y difícil, finalmente estaba tomando el control de su vida. El peso de sus experiencias aún pesaba en su pecho, pero la posibilidad de un futuro sin el miedo de Bogum lo impulsaba a seguir adelante.

Al terminar de dar su declaración y presentar los cargos, Taehyung sintió que un peso inmenso se desvanecía de sus hombros; aunque sabía que el camino hacia la justicia sería largo y lleno de obstáculos, por primera vez en mucho tiempo, experimentó un renovado sentido de control sobre su vida.

Al salir de la estación, el aire fresco le golpeó el rostro, despejando un poco su mente. Su teléfono vibró en el bolsillo. Al ver el nombre de Jungkook, lo contestó, ansioso por escuchar la voz de su alfa.

—Hola, quería asegurarme de que llegaste bien a casa —dijo Jungkook, su tono lleno de preocupación.

Taehyung suspiró antes de responder.

—Estoy saliendo de la estación de policía. Presenté cargos por lo de Bogum... por todo. Por el acoso que me hizo pasar, por las veces que me acorraló y me besó sin mi consentimiento.

Taehyung se dio cuenta de que había revelado nueva información. Un largo silencio se estableció en la línea, y la tensión era palpable hasta que Jungkook rompió el silencio.

—¿Ese hijo de puta de Bogum hizo qué?

La intensidad de la reacción de Jungkook hizo que el corazón de Taehyung latiera más rápido; podía sentir su preocupación a través del teléfono.

—Sí... —respondió Taehyung, esforzándose por mantener la calma—. No quería decirte esto, pero ya no podía seguir guardándolo. Cada vez que lo veía, revivía esos momentos.

—¿Por qué no me lo dijiste? —la voz de Jungkook temblaba, cargada de ira y dolor.

El corazón de Taehyung se apretó al escuchar la angustia en el tono de Jungkook.

—Basta... No quiero preocuparte más por hoy. Ya tienes suficiente con lo que estás enfrentando. Te prometo que cuando estés mejor, hablaremos de todo, incluso del accidente de tu hermano mayor... —su voz se quebró al final, el peso de sus palabras dificultando su capacidad de continuar—. Lo importante es que sigamos adelante.

Un silencio pesado se instaló en la línea, cargado de emociones no expresadas.

—Te prometo que mejoraré y estaré contigo en todo momento. Nadie más te hará daño. No mientras yo esté aquí —mencionó Jungkook, con la voz entrecortada.

Las palabras de Jungkook ofrecieron un consuelo inesperado a Taehyung. Al colgar la llamada, comprendió que el dolor del pasado no se desvanecería de inmediato, pero al menos ahora contaba con alguien que lo acompañaba en su camino hacia la sanación.

El sol brillaba en el horizonte cuando Taehyung se despertó al día siguiente, sintiendo una renovada determinación. Se levantó de la cama, la luz del día filtrándose a través de la ventana, iluminando su habitación con un cálido resplandor. Después de preparar un desayuno ligero, se sentó a la mesa con su padre, quien lo miró con curiosidad.

—¿Cómo te sientes hoy? —preguntó su padre, tomando un sorbo de café.

Taehyung dudó un momento antes de responder, sintiendo que las palabras pesaban en su pecho. Finalmente, decidió compartir lo que había estado pensando.

—Ayer vi a Jungkook —dijo, manteniendo la mirada fija en su plato—. Estaba mal, y tuvimos una buena conversación. He decidido perdonarlo.

Su padre frunció el ceño, la preocupación dibujándose en su rostro.

—¿Perdonarlo? ¿Estás seguro de que es lo que quieres? —preguntó, su voz denotando escepticismo.

—Sí —respondió Taehyung, sintiendo cómo la determinación crecía dentro de él—. Hablamos sobre lo que pasó, y creo que necesita una segunda oportunidad. Es lo mejor para ambos.

Su padre lo observó con seriedad, reflexionando sobre sus palabras.

—No estoy seguro de que sea tan simple, Taehyung —dijo, aunque su tono suavizaba un poco su preocupación.

—Lo sé —dijo el omega, una chispa de resolución en sus ojos—. Pero tengo que intentarlo. Hoy igual iré a verlo y quiero entender lo que somos el uno para el otro.

Finalmente, el padre de Taehyung suspiró, resignándose a su decisión.

—Si realmente crees que es lo mejor, entonces te apoyo. Pero recuerda cuidar de ti mismo en el proceso.

Con un último asentimiento, Taehyung terminó su desayuno, sintiéndose más ligero. Se vistió con firmeza y se dirigió hacia la casa de Jungkook, decidido a obtener respuestas claras sobre lo que realmente significaban el uno para el otro.

Cuando llegó, la madre de Jungkook le abrió la puerta con una cálida sonrisa.

—¡Tae! Qué sorpresa volver a verte. ¿Cómo estás? —preguntó.

Taehyung le devolvió la sonrisa, aunque con una ligera tensión en los labios.

—Estoy bien, gracias. ¿Jungkook está en su cuarto?

Ella asintió, invitándolo a entrar.

—Sí, sube. Está descansando un poco.

Taehyung subió las escaleras, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza en su pecho. Al llegar a la puerta del cuarto de Jungkook, llamó suavemente y, tras un breve silencio, oyó la voz de Jungkook desde adentro.

—Adelante.

Al abrir la puerta, Taehyung se encontró con Jungkook recostado en la cama, su rostro iluminándose al verlo.

—Hola —saludó Taehyung, cerrando la puerta tras de sí.

—Hola —respondió Jungkook, sentándose en la cama, su mirada intensa fija en él—. No esperaba que vinieras. Debiste avisarme; tal vez podría haber intentado levantarme.

Taehyung se acercó y se sentó al borde de la cama, acariciando suavemente su mejilla, sintiendo que el peso de su decisión se hacía más real.

—Quería hablar contigo —comenzó, su voz firme pero suave—. Ayer, después de lo que pasó, reflexioné mucho sobre nosotros... y decidí que para empezar de nuevo, necesitamos ser completamente honestos el uno con el otro.

—Yo también he estado pensando mucho en nosotros —murmuró Jungkook, bajando la mirada hacia sus manos, incapaz de sostener la mirada de Taehyung.

El omega lo observó en silencio, notando la tensión en sus hombros y la culpa que se asomaba en su voz. Jungkook rompió el silencio con un suspiro, sus palabras cargadas de pesar.

—Taehyung, lo siento mucho por todo lo que ha pasado. No puedo imaginar lo difícil que fue para ti, especialmente de la manera en que te enteraste.

Taehyung lo miró, buscando en sus ojos alguna respuesta que le diera claridad.

—Necesito entender, Jungkook. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué jugaste así con mis sentimientos?

Jungkook bajó la mirada, su voz temblando ligeramente.

—Cuando captaste mi atención aquella vez, quedé fascinado de inmediato —admitió, tragando saliva mientras luchaba por contener su vergüenza—. Luego, cuando me reuní con el equipo, el imbécil de Bogum, junto con Yoongi, propusieron una apuesta. Dijeron que debía hacer que te enamoraras de mí. Al principio, no me interesaba.

Cerrando los ojos por un momento, Jungkook recordó la presión constante de querer encajar y demostrar su valía.

—Pero estaba tan enfocado en eso, en sentirme parte de algo... que terminé aceptando. Quería probar que era digno de estar en el equipo, y lo lamento tanto.

Taehyung respiró hondo, tratando de contener las emociones que amenazaban con desbordarse.

—¿Entonces aceptaste solo porque Bogum te presionó? —preguntó, su voz temblorosa.

—No solo eso... —respondió Jungkook, pasándose la mano por el cabello en un gesto de agitación—. Bogum prometió ayudarme a llegar a las grandes ligas. En ese momento, no te conocía bien... pensé que no sería tan difícil seguir con el plan.

Taehyung sintió un nudo en la garganta al escuchar esto. Cada palabra era como una puñalada, pero algo en la expresión de Jungkook lo detuvo de reaccionar.

—Mi tío falleció en un accidente —continuó Jungkook, su voz baja y cargada de dolor—. Él siempre creyó en mí, me motivaba, y soñábamos con verme llegar a las grandes ligas. Desde entonces, todo lo que hago es por él. Pero... me equivoqué al poner mis metas por encima de ti, de lo que sentíamos. Me arrepiento desde el primer momento en que empezamos a acercarnos.

Taehyung sintió que su corazón se apretaba al escuchar la sinceridad en las palabras de Jungkook. La culpa y la tristeza que emanaban de él eran palpables, y por un instante, las heridas de su propia experiencia se sentían un poco más ligeras.

—Siempre que estábamos juntos, el peso de la apuesta estaba sobre mis hombros —dijo Jungkook, la voz entrecortada por la emoción—. Pero te juro, Kim Taehyung, que nunca fingí nada. De verdad me enamoré.

Taehyung se quedó en silencio, procesando lo que Jungkook acababa de confesar. La sinceridad en sus ojos y la vulnerabilidad de su voz lo golpearon con fuerza.

—¿Por qué no me dijiste la verdad desde el principio? —preguntó Taehyung, su voz un susurro, aunque la angustia aún era palpable en sus palabras.

—Tenía miedo —admitió Jungkook, pasando la mano por su cabello con frustración—. Miedo de que al contarte todo, perdería la oportunidad de estar contigo.

—¿Y ahora? —preguntó Taehyung, buscando la mirada de Jungkook—. ¿Qué esperas de mí?

—Quiero luchar por nosotros —respondió Jungkook, su mirada intensa—. Estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para demostrarte que mis sentimientos son reales. He estado lidiando con mi propia culpa y quiero enmendarlo.

Taehyung sonrió al escuchar lo que quería, sintiendo una mezcla de alivio y esperanza. Se acercó y, con delicadeza, besó los labios de su alfa. Era un beso suave, cargado de emociones contenidas, mientras lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas.

Jungkook respondió al instante, envolviendo a Taehyung en un abrazo, como si temiera que al separarse, todo pudiera desvanecerse nuevamente.

—Te amo tanto, Tae —murmuró Jungkook entre besos, su voz temblando por la emoción—. Prometo que haré lo posible para que esto funcione.

Taehyung se apartó un poco, mirándolo a los ojos, deseando que cada palabra fuera un compromiso genuino.

—Quiero creer en ti, Jungkook —dijo, su tono firme pero vulnerable.

Durante la semana, la noticia de los cargos que Taehyung presentó contra Bogum resonó rápidamente en toda la escuela. El rumor se extendió como un incendio forestal, dejando a Bogum en el centro de un escrutinio público repentino.

Al principio, Bogum intentó minimizar la situación, desestimando las acusaciones como simples malentendidos. "No pueden tomar en serio lo que dice ese idiota," murmuró a sus amigos, pero su risa sonaba forzada.

Sin embargo, a medida que la gravedad de la situación se hizo evidente, su actitud comenzó a cambiar. Las miradas de desaprobación y los murmullos se convirtieron en un eco constante que lo seguía a donde fuera.

—¿Te diste cuenta de lo que está pasando? —preguntó uno de sus amigos en la cafetería, mirando a su alrededor con preocupación—. La gente está hablando.

—No importa lo que digan, ¡no hay pruebas! —respondió Bogum, pero su voz carecía de confianza.

Los amigos que antes lo apoyaban comenzaron a distanciarse, temerosos de ser arrastrados por la controversia. "No quiero involucrarme en esto," se escuchó decir a uno de ellos mientras se alejaba, dejando a Bogum solo.

Aquellos que habían dudado de la veracidad de las acusaciones se encontraron atrapados en una marea creciente de indignación y desconfianza. "No puedo creer que lo haya hecho," susurró una chica mientras miraba a Bogum pasar, y sus palabras resonaron en el aire.

Las redes sociales se convirtieron en un campo de batalla, donde algunos defendían a Taehyung y otros cuestionaban sus motivos.

Sin embargo, el apoyo que antes disfrutaba se fue desvaneciendo, dejando a Bogum cada vez más aislado. La realidad de sus acciones comenzó a hundirse en su conciencia. "No puedo creer que esto esté pasando," murmuró para sí mismo, sintiendo cómo la culpa lo consumía. La fachada de seguridad y confianza que había construido se desmoronó, y se vio obligado a enfrentar las consecuencias de sus actos de una manera que nunca había imaginado.

La noticia de su expulsión del equipo de fútbol americano llegó como un trueno en un día soleado.

—¿Has oído? Bogum fue expulsado del equipo —dijo una chica en el pasillo, con una mezcla de sorpresa y satisfacción en su voz.

—Me parece justo —respondió su amiga—. Se lo merece por lo que le hizo a Taehyung. Nadie debería salirse con la suya.

La conmoción se extendió por el campus; algunos lo veían como un castigo merecido, mientras que otros se mostraban escépticos ante la situación. Para Bogum, la expulsión fue un golpe devastador. Sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor al darse cuenta de que había perdido algo vital por su propio comportamiento imprudente.

El impacto de su conducta se convirtió en una lección dolorosa. A medida que enfrentaba el rechazo de sus compañeros y la creciente hostilidad, Bogum comenzó a comprender que sus acciones tenían consecuencias que no podía ignorar. La soledad se convirtió en su compañera constante, y, por primera vez, se vio obligado a reflexionar sobre el daño que había causado, no solo a Taehyung, sino también a sí mismo.

...

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