Parada 503.

Cerca de la avenida Matta estaba la biblioteca pública de la ciudad. Exactamente una cuadra antes de toparse con la calle Giorgio. Era ahí la ubicación de la parada 503, donde pasaban los buses con dirección al centro que le servían a Ron.

Jamás entendí bien por qué se llamaba 503. No pasaba ningún bus que tuviese ese número por esa parada, ni tampoco concordaba con el nombre de la parada 207 tres cuadras abajo. Ron tenía un montón de suposiciones sobre el nombre de la parada, pero el más ingenioso por lejos era la suma de todos los números que daban un 8, y que si se acostaba el 8 quedaba el símbolo de infinito, así como nuestra amistad.

Pasamos muchos recuerdos allí. Gran parte de nuestra relación se basó en esa parada de buses. Fue por eso que se me rompió el corazón cuando pasé diez años más tarde por Av.Matta sólo para descubrir que la parada 503 había sido reemplazada por un local de comida rápida.

Ron odiaba el consumismo, y pasé meses preguntándome qué diría él de ver la parada 503 hecha un Burger King.

Aunque quizás no debió haberme dolido tanto ver la parada destrozada. Básicamente la mandé al diablo ese día que cité a Ron para "aclarar las cosas".

* * * *

Tomé los cuadernos que yacían bajo mi banco, mientras escuchaba atentamente la conversación animada de Leonor. Terminé de guardar mis cosas en mi bolso, y tras despedirme de mi amiga, caminé rumbo fuera de la escuela.

Fue cosa de avanzar dos pasos para ver a Ron esperándome a un lado de la vereda. Aún no le decía una palabra cuando me acerqué a él, pero sabía que nada terminaría bien.

Tres calles más abajo comencé a hablar, cuando aun faltaba una cuadra para llegar al paradero.

"¿Cómo has estado?" pregunté, sin realmente querer saber algo sobre él.

"Bien".

La sangre en mis venas me ebullia por decir lo que deseaba, pero me contuve y me ceñi a lo que tenía pensado.

"Necesito un mejor amigo, Ron". Escupi precipitadamente al ver el paradero a menos de un metro de nosotros.

"Tú sabes que yo soy ese mejor amigo" replicó él, fríamente.

《Jamás fuiste...》.

"¿Acaso eres mi amigo siquiera? ". Respondí, sin arrugar ni un gesto de mi cara

Claro. Lo mandé al diablo. Es curioso como cuando ves las cosas de más lejos, notas mejor cuánto la has cagado.

Digamos que para el final de ese día, tenía mierda hasta el cuello.

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