Salieron del cuarto y vieron... una masacre gloinkal. Todo estaba lleno de gloinks; el suelo, las paredes... Hasta el aire estaba lleno de gloinks.

- ¿Qué rayos...?- dijo Ragatha.

- No te separes de mí muñeca- dijo Jax abrazándola fuertemente.

Los dos avanzaron a ciegas sin saber muy bien por cuál dirección iban. Jax chocó con algo y los dos frenaron.

- ¿Hola?- preguntó Ragatha.

- ¿Jax? ¿Ragatha?- la pareja oyó la voz de Ausgabe.

- ¿Ausgabe? ¿Qué haces acá?- quiso saber el conejo.

- Pues yo quisiera saber qué hacen abrazados- habló Ausgabe.

Los dos se soltaron rápidamente.

- Estábamos así porque no se ve nada con tanto Gloink flotando por ahí- gruñó Jax-. Y ahora responde, ¿qué haces aquí? ¿No estabas con tu amiguita la payasa?

- Para empezar, ¡Pomni no es una payasa!- exclamó Ausgabe-. Y segundo, nomás vine a por chismecito fresco.

- Ah- dijo Jax.

- ¿Y dónde está el resto?- quiso saber Ragatha.

- Están con la Reina Gloink- contestó Ausgabe.

- ¿Pero que esa no estaba muerta?- comentó Jax pero las chicas le ignoraron.

- Pues vamos con ellos- dijo Ragatha.

Los tres caminaron por el pasillo con cuidado de no matarse por los Gloinks que había en el suelo.

- ¿Tienen chisme?- preguntó de pronto Ausgabe.

- ¿Eh?- murmuró Ragatha.

- Chisme- repitió Ausgabe-. Ya os dije que vine a por chisme.

- Han pasado varios años desde que vine pero aún recuerdo chisme del mundo real- dijo Jax.

- Cuenta, cuenta- pidió Ausgabe.

- El marido de mi vecina le fue infiel con una de su trabajo. Y no solo eso, la embarazó.

- ¡Oh! ¡Chismeee! ¡Ahora tú Ragatha! ¿Hay chisme de la carpa?

- Er... bueno- pensó ella-. ¿Sabías que Kinger tenía una esposa que también acabo acá?

- Sigue contando.

- Se llamaba Queenie y era muy maja. Pero se abstrajo hace unos quince años más o menos.

- Ya entendí porqué Kinger es tan Kinger- razonó Ausgabe.

Llegaron a la sala principal y encontraron el agujero de los Gloinks. Se adentraron en su interior y vieron a Pomni, Kinger, Gangle, Zooble y una Reina Gloink muy enojada.

- ¡Yo soy Gloink, ustedes serán Gloinks!- gritaba la Reina Gloink.

- Ya anda gritando la vieja loca- dijo Jax acercándose a la Reina Gloink.-. Ya vine, tu súbdito preferido, loca vieja gritona.

- ¿Cómo te atreves?- gruñó la Reina Gloink.

- Me atrevo atreviendo- Jax se encogió de hombros.

'Durísimo hermano', pensó Ausgabe. 'Hermano... Ese chico...'.

- ¡Serás...!- masculló la Reina Gloink.

- ¡Bah!- dijo Jax indiferente-. Nomás vete, solo verte me da migraña.

- ¡Buenas, ¿cómo van?!- los siete oyeron la voz de Caine.

- Caine, todos opinamos que solo derrotar a la Reina Gloink acelera nuestras posibilidades para abstraernos- dijo el conejo.

- ¡Wow! ¿Enserio? ¡Pues ya lo siento! ¡Adiós Reina Gloink!- dijo Caine haciendo desaparecer a la Reina Gloink.

- Eres perezoso como yo Jax- dijo Ausgabe con los ojos brillantes.

- Lo sé Anabel- presumió Jax-. Los gloinks son una mier**.

- ¡Bueno, ahora disfruten de una merienda digital!- dijo Caine haciendo aparecer una mesa con aperitivitos digitales.

Mientras los siete comían, apareció alguien nuevo en la carpa.

- ¿Eh? ¿Dónde estoy?- dijo ese alguien.