Capítulo XVII: La Primera Confrontación
El Xros Heart se quedó sin palabras cuando escuchó aquello. Taiki dio un par de pasos para acercarse a su amiga pero se detuvo en seco cuando Kallen lo apuntó con su arma. El chico miró suplicante a Nene y ella asintió levemente.
—Libéralos —le dijo a Zero autoritariamente—. Al menos que los desaten y les quiten las mordazas.
— ¿Es seguro? —le preguntó Zero, a causa de la máscara nadie podía ver que mantenía su mirada fija en Taiki.
—No nos darán problemas, te lo juro —aseguró Nene.
Zero asintió y miró entonces a Oggi.
— ¡Oggi, desátalos!
Oggi obedeció al punto. Kallen no bajó la guardia en ningún momento, seguía lista para disparar en caso de que alguno de los amigos de Nene intentara acercarse demasiado a Zero. Cuando el Xros Heart fue liberado, Nene corrió con ellos y rodeó con sus brazos el cuello de Taiki. El chico respondió el abrazo y al gesto se unieron Kiriha, Akari y Zenjirou. Tagiru esperó unos segundos a que se separaran para darle una palmada en la espalda a la joven Idol, Ren y Ryouma se limitaron a dedicarle sonrisas.
Aunque Nene se alegraba de verlos, su reencuentro no había sido para nada lo que ella esperaba al principio. En otras circunstancias se habría mostrado en extremo cooperativa para escapar de Britania así tuvieran que acampar a la intemperie durante días hasta encontrar un modo de volver al DigiQuartz. Sin embargo, en aquél momento se limitó a mirar de vuelta a Zero y dijo, experimentando de nuevo su cambio de voz:
—Déjalos ir, no son espías.
Kallen la fulminó con la mirada.
— ¿Quiénes son? —preguntó Zero.
—Son mis… —comenzó a explicar Nene pero Zero la hizo callar con un ademán de la mano y repitió su pregunta.
— ¿Quiénes son?
Taiki intercambió una mirada con sus amigos y miró de nuevo a Zero. Dio un par de pasos al frente y se presentó.
—Soy Taiki Kudou, el general del Xros Heart —dijo—. Mis amigos y yo hemos venido por Nene.
La aludida se limitó a agachar la mirada, Akari alcanzó a notar el evidente rechazo de Nene hacia la idea de irse.
—Igual que su hermano —razonó Zero—. No permitiré que se la lleven sin antes asegurarme de que no están con Britania como ese muchacho, Yuu Amano.
— ¿Qué? —Intervino Kiriha—. ¿Dónde está Yuu?
— ¿En qué se metió ese idiota? —terció Tagiru.
Zero intercambió una mirada con Nene y ella asintió. El enmascarado soltó un pesado suspiro antes de responder.
—Les explicaré todo en un sitio más cómodo. Síganme —ordenó y miró a Oggi para añadir—: Vigílalos. No quiero que ninguno se acerque demasiado.
— ¿Qué hacemos con sus pertenencias? —Preguntó Oggi mientras avanzaba hacia el grupo de prisioneros—. ¿Quieres que se las devuelva?
—Que Tamaki se encargue de vigilar esos aparatos —fue la respuesta de Zero y echó a caminar para pasar a otro sitio de su guarida.
Nene apretó el paso para alcanzarlo, los seguían CC y Kallen. El Xros Heart iba detrás y Oggi cerraba la marcha. Nene no podía evitar sentirse incomoda mientras avanzaba a la derecha de Zero. No quería mirar hacia atrás, tenía que mantener esa actitud firme. Intentó convencerse a sí misma de que no podía ser una Digimon Hunter mientras fuera parte de la Orden de los Caballeros Negros. Era una elección difícil: ¿A quién debía serle leal? ¿Al Xros Heart o a Zero?
Zero los condujo hasta una sección de su guarida perfectamente iluminada. Era similar a una habitación de descanso. Había un par de alargados sofás, un minibar, un televisor de pantalla plana y una mesa de ajedrez. Zero y Nene entraron primero a la habitación y siguieron avanzando hasta sentarse en el sofá más pequeño, convenientemente sólo podía albergar a dos personas. Kallen y CC se quedaron a cada lado de la puerta. El Xros Heart entró después y Kallen entonces tomó a Taiki Kudou por el brazo, con fuerza deliberadamente excesiva, y lo lanzó en el sofá que debían ocupar. Taiki la fulminó con la mirada y Kallen, sin bajar su arma en ningún momento, esperó a que toda la comitiva se hubiera sentado. Eran tantos que Ryouma y Ren tuvieron que sentarse en los descansabrazos.
—Oggi, espera afuera —indicó Zero y el hombre obedeció sin rechistar.
CC permaneció vigilando la puerta y se hizo un momento de silencio. Taiki no podía evitar sentirse incomodo sin tener su Xros Loader en el bolsillo de sus pantalones. Sintió que Akari buscaba su mano y le dio un fuerte apretón. Finalmente, Nene habló al cabo de unos minutos.
—Zero no cree conveniente que me vaya con ustedes a sabiendas de que Yuu está refugiándose bajo las faldas de Britania —explicó la chica.
Aunque seguía sin entender la razón del odio irracional de Lelouch hacia Britania, prefirió simular que ella también los detestaba a muerte para seguir manteniendo su actitud firme. Pudo percibir la sonrisa de Zero.
— ¿Qué es Britania? —preguntó Ren.
—Sí, ¿dónde estamos? —Secundó Tagiru—. ¿Y qué haces vestida así, Nene?
—Se los expliqué ya —respondió Nene, Zero estaba más silencioso que de costumbre y eso molestaba a la chica—. Soy parte de la Orden de los Caballeros Negros, ellos me han cuidado y protegido desde que llegué a éste mundo.
—No entiendo cómo puedes serle tan leal a alguien que te obliga a acarrear un arma.
La voz de Taiki era fría y provocó que Zero se removiera en su asiento. Nene supo que él no se sentía abrumado. Al contrario, le molestaba que Taiki se comportara de esa forma.
El único en esa habitación con derecho a ser frío era Zero.
Nene, por su parte, actuó con una actitud defensiva.
—Es más de lo que se puede decir de ustedes —le respondió—. En caso de que no lo sepas, estuve herida tras mí llegada aquí y fue Zero quien cuidó de mí.
Tuvo que detenerse un poco al final de su última frase pues estuvo a poco de revelar la verdadera identidad del enmascarado. Sabía que había sido Lelouch y no Zero su protector.
—Te buscamos por todo el DigiQuartz antes de llegar aquí —respondió Kiriha con indiferencia.
— ¿Qué tan grande puede ser ese sitio como para no poder recorrerlo todo en un solo día? —inquirió Nene.
— ¿Cómo íbamos a saber que tú estabas aquí? —Le espetó Kiriha—. Desapareciste sin dejar rastro.
—De no ser por el Dobermon de Hideaki, no habríamos encontrado el portal que nos trajo aquí —intervino Tagiru levantando la voz—. ¿Podrías ser un poco más agradecida?
—Casi nos matan cuando esos dos sujetos nos encontraron —se quejó Kiriha.
—No debieron haber aparecido en nuestro escondite en primer lugar —le espetó Nene.
—Déjate de tonterías y vámonos, Nene —le ordenó Kiriha.
Nene lo fulminó con la mirada antes de responderle con voz lenta y fría:
—Las únicas órdenes que obedezco son las de Zero.
Se hizo un nuevo silencio incomodo. Taiki no dejaba de mirar a la chica con el ceño fruncido. Nene había cambiado considerablemente y se le dificultaba pensar en palabras que pudieran servir para hacerla razonar.
— ¿Dónde están Sparrowmon, Mervamon y el resto de tus…?
Se interrumpió cuando Mervamon salió del Xros Loader de Nene. Nadie en la habitación se sorprendió con su aparición. La mujer de los descomunales senos miró con indiferencia al Xros Heart y se mantuvo a la derecha de Nene. Era casi como si estuviese agradecida con Zero tras el exitoso rescate de Sparrowmon y la pelea contra el Lancelot.
— ¿Y Beelzebumon? —preguntó Taiki sin mudar su tono de voz.
—Debe estar perdido —explicó Mervamon—. No conocemos éste sitio después de todo.
—CC, llévate el Galahad y busca a Beelzebumon —ordenó Zero entonces—. Cuando lo encuentres, dile que Nene te ha enviado.
CC asintió y se retiró. Mervamon no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa.
— ¿Algo más que necesites saber, Kudou? —inquirió Zero.
Akari no podía evitar temblar cada vez que Kallen pasaba por detrás de ella con el arma en alto.
Taiki lo pensó por un momento aunque no hizo falta meditarlo demasiado pues las palabras escaparon de su boca sin poderlas controlar.
— ¿Qué le hiciste a Nene?
Nene no pudo evitar agachar la mirada al escuchar aquello. Zero, por su parte, respondió sin siquiera detenerse a pensar.
—Le di refugio —dijo—. Y como ya dije, no se la llevarán mientras no me asegure de que no están con Britania.
— ¡Ni siquiera sabemos qué es Britania! —Intervino Tagiru levantándose de un salto—. ¡Libera a Nene ahora mismo!
Deseó poder tener su Xros Loader en su poder. A falta de uno, adoptó una posición de pelea. Taiki tuvo que controlarlo.
—Siéntate, Tagiru —le ordenó sin dejar de mirar a Zero.
Tagiru bufó y volvió a tomar asiento.
—No sé porqué le ordenas que me libere —dijo Nene en voz baja—. No estoy con él contra mi voluntad —alzó un poco la voz y añadió amenazadora—: Y se las verán conmigo si se les ocurre hacer algo en contra de él.
—Escucha, Nene —dijo Taiki con firmeza—. Hemos venido aquí para salvarte. No permitiré que te quedes con un sujeto que está armado… Y que es tan cobarde que no puede mostrar su rostro —añadió con tono hiriente mirando a Zero.
— ¡No vuelvas a hablar así de Zero! —Estalló Nene—. Que él use una máscara no significa que tú seas mejor persona, general.
Aquella última la palabra la dijo en tono de burla. Taiki no pudo evitar sentirse ofendido.
—Parece que has olvidado ya que nosotros te ayudamos a rescatar a tu hermano hace ya mucho tiempo —intervino Kiriha con tono hiriente.
—Eso es el pasado —le respondió Nene—. Ya no soy más una Digimon Hunter. Ahora soy parte de los Caballeros Negros.
Fue casi como si hubiera anunciado que estaba esperando un hijo de Zero. El Xros Heart intercambió una mirada de angustia. Todos estaban anonadados con la noticia de que Nene había renunciado a ser parte de su grupo. Todos excepto Taiki.
El muchacho se levantó lentamente y Zero lo imitó, metió una mano entre los pliegues de su capa para tomar el mango del arma que llevaba oculta. Taiki, sin embargo, no se dirigió hacia él. Dio un par de pasos para acercarse a Nene. Se inclinó un poco y sin previo aviso le dio una fuerte bofetada. El golpe fue tan fuerte que resonó en las paredes de la habitación.
Todo ocurrió rápidamente.
Horrorizada, Nene llevó una mano a su mejilla herida que se había teñido de color rojo. Taiki separó los labios para decirle algo que rematara su agresión pero no pudo hacerlo ya que Zero sacó entonces su arma y apuntó con ella hacia la cabeza del muchacho.
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