Capítulo XL: Nuevos Compañeros

     Nene se alegró cuando Kallen finalmente se retiró. Claro que no le agradaba ver a esa chica caminando y contoneándose con el cuerpo cubierto por la ropa de Lelouch. Tuvieron que cerrar todas las cortinas para evitar ver el desastre en la Ashford Academy. Podían escuchar las sirenas de los autos del cuerpo de bomberos y los chorros de agua a presión con los que intentaban controlar el incendio. Nunally no quería separarse de su hermano, Nene tuvo que hacer un esfuerzo para ignorarla olímpicamente cuando avanzó a grandes zancadas hasta el muchacho y lo miró con auténtico odio. Levantó una mano y le asestó una fuerte bofetada.

     El golpe resonó en las cuatro paredes de la habitación. Nunally hizo retroceder su silla y esbozó una mueca de angustia mientras Sayoko la conducía al pasillo. Lelouch ni siquiera se inmutó cuando sintió enrojecer su mejilla. Se mostraba apacible pero en sus ojos brillaba la culpa. Parecía intentar hacer armonía perfecta con las lágrimas que brotaban de los ojos de Nene.

     — ¿Viste a Shirley cuando…?

     — ¡Pues claro que lo vi!  —exclamó Nene enfurecida y con voz aguda—. ¡Y vi lo cariñosa que Fenette estaba contigo cuando te despedías de ella!

     —Nene, yo…

     — ¡Podías haberla rechazado!  —Seguía diciendo ella, el llanto le quebraba la voz y podía sentir un vacío en el pecho—. ¡Pero no lo hiciste!

     —Si piensas que le devolví el beso, te juro que…

     — ¡No digas nada, Lamperouge!  —le espetó ella—. ¡¿Y dónde estabas cuando caí de Sparrowmon?! ¡¿Por qué no me atrapaste?! ¡¿Creíste que no me importaría caer en los brazos de Suzaku Kururugi, a sabiendas de que tú estabas besuqueándote con Shirley Fenette?!

     — ¡Yo te amo, Nene!

     Los estridentes reclamos de la chica se apagaron en cuando el muchacho exclamó aquellas palabras. Tomó los brazos de la chica para evitar que ella escapara, afortunadamente no fue así, y siguió hablando para sacar todas esas palabras que jamás se había atrevido a decir:

     — ¡Estuve pensando en ti todo el tiempo! Sé que no podía evitar que pelearas, no me habrías escuchado si te hubiera ordenado que te ocultaras. Tienes que entender que tenía que proteger a Shirley, aunque sea sólo una vieja amiga. Yo te amo a ti, Nene. Me di cuenta cuando estuviste convaleciente en esa cama luego del primer ataque al colegio. No quiero perderte y mucho menos quiero herirte. Te amo —repitió—. Te amo y nunca me perdonaré si acaso llego a perderte.

     Sus palabras llegaron al corazón de Nene. Supuso que su reciente momento de crisis se debía a la terrible masacre que había presenciado. Esbozó una amplia sonrisa y envolvió a Lelouch en un fuerte abrazo. Aliviado, él le besó en la cabeza y ella le respondió con un beso en los labios. Tras un par de segundos, la chica levantó la mirada y colocó su frente junto a la de él. Se miraron fijamente a los ojos y acariciaron delicadamente la nariz del otro con la suya propia. Se dedicaron una tienda sonrisa y ella le respondió al muchacho sus anteriores palabras mientras entrelazaban sus dedos:

     —Te lo he dicho: nunca me perderás —tomó un breve respiro y añadió tras rozar delicadamente los labios de Lelouch con los suyos—: Sin importar lo que pase, yo siempre estaré contigo.

     Volvieron a fusionarse en un beso y Nene pensó, con descaro, que Shirley Fenette jamás conseguiría que Lelouch la amara de esa manera.

     El Xros Heart se encontraba oculto en su bodega. Cutemon ya había curado las heridas de todos y en ese momento se encontraba auxiliando a Dorulumon con su Kizunaol. Mientras tanto, Taiki intentaba asimilar las bajas.

     Psychemon y Ryouma habían caído.

     Al menos eso era lo que Taiki quería pensar ya que se percataron de la ausencia de Ryouma cuando ya estaban demasiado lejos del incendio. La culpa lo carcomía vivo así que intentaba convencerse de que Ryouma no había sido incinerado ni mucho menos.

     Tagiru estaba destrozado. Su mano ya estaba totalmente curada de la herida pero su corazón estaba roto en mil pedazos. Cuando llegaron y tuvieron que relatar lo que todos los ojos no habían visto, llegó su turno y explicó lo acontecido en la mansión Ashford. Dijo que tuvo que romper el cristal de una ventana para poder entrar ya que todas las puertas estaban cerradas con llave. Fue así como se hizo el corte. La propiedad era tan grande que pronto se separó de Kiriha y fue a dar a una habitación donde sólo había una niña en silla de ruedas acompañada por un ama de llaves. La niña, que tuvo los ojos cerrados en todo momento, esbozó una mueca de pánico cuando escuchó a Tagiru entrar a la habitación. El chico adivinó inmediatamente que ella carecía del sentido de la vista y, tras hacer una seña para que Sayoko permaneciera en silencio, se acercó a Nunally se colocó en cuclillas frente a ella para que sus rostros quedaran a la misma altura. La tomó de las manos y Nunally se sobresaltó en su silla.

     —Todo saldrá bien, no temas —le dijo Tagiru, Nunally respiraba agitadamente—. No te lastimaré, nos iremos pronto y no te haremos daño.

     —Tú… Tú eres… —balbuceaba Nunally aterrada—. ¿Eres un japonés…? ¿O eres uno de los Caballeros Negros de Zero…?

     —Soy japonés y no tengo nada que ver con Zero —aseguró Tagiru—. ¿Cómo te llamas?

     A Nunally no le pasó por alto la sangre que emanaba de la mano de Tagiru pero igualmente le dio un apretón.

     —Nunally —dijo—. Nunally Lamperouge.

     —Nunally —repitió Tagiru esbozando una sonrisa—. Tienes un hermoso nombre —dijo, Nunally esbozó media sonrisa—. Yo soy Tagiru Akashi.

     — ¿Estás armado?  —preguntó Nunally nerviosa.

     —No —respondió él—. No te haré daño y no te pasará nada si te quedas aquí hasta que venga algún amigo tuyo a buscarte. ¿Puedes hacer eso por mí, Nunally?

     —Sí —dijo ella.

     —Bien —respondió Tagiru y se levantó para correr a toda velocidad.

     Al terminar aquel episodio, continuó relatando cómo consiguió abrir las puertas que conducían al jardín. De Kiriha no había rastro alguno. Pretendía escapar cuando se fijó en la lápida rodeada de flores. El nombre de Akari pareció resplandecer como si el espíritu de su amiga lo estuviese llamando. Taiki enjugó un par de lágrimas cuando la historia llegó a ese punto.

     —Nene conservó su cuerpo —aseguró Tagiru aunque no estaba muy seguro de que aquella mansión fuera el escondite de Nene—. Sólo ella habría hecho un detalle así por Akari.

     Todos asintieron lentamente.

     La historia de Tagiru terminó cuando relató que Kallen le perdonó la vida.

     —Fue muy noble —comentó Yuu al escuchar aquello—. No ensuciar la tumba de Akari asesinando a alguien desprotegido ahí.

     —Creo que estamos cometiendo un grave error —exclamó Tagiru desesperado, las lágrimas escapaban de sus ojos sin poderlas controlar—. ¡Esa chica es de Britannia y me perdonó la vida sin siquiera conocerme! ¡Alguien así no puede ser tan malo!

     Taiki lo miró con auténtico odio en ese momento y Tagiru supo de inmediato el motivo.

     Una princesa de Britannia había asesinado a Akari.

     Sea como fuere, el Xros Heart tenía el ánimo decaído.

     Con dos caídos, falló la operación Llamar la Atención de Cornelia Atacando Directamente a Britannia.

     La camioneta blindada de Zero apareció en la zona industrial donde se encontraba el escondite de los Caballeros Negros. Tras el ataque a Tamaki, la seguridad se había triplicado. Ahora había guardias hasta donde alcanzaba la vista, armados hasta los dientes y unos pocos a bordo de sus Knightmares. Aunque todo se veía de lo más hosco, Nene se sentía protegida entre ellos. Y Zero, aunque no quería admitirlo, les agradecía que estuvieran ahí.

     La razón por la que se reunían era por una llamada recibida en el teléfono de Zero. Kallen había llamado para avisarle que tenía nuevos posibles reclutas para la Orden. Así que el enmascarado avanzaba a grandes zancadas. Nene iba a su derecha, no detrás de él como CC, para remarcar bien su cargo de mano derecha del líder. Fue Oggi quien abrió las puertas para ellos. Y al entrar en aquella zona de descanso con el minibar y la mesa de ajedrez, Zero y Nene se llevaron una enorme sorpresa.

     Lelouch tuvo que morderse la lengua para evitar llamar a los posibles reclutas por sus nombres de pila. Y es que era impresionante ver ahí al comité estudiantil de la Ashford Academy, acompañados por Kallen. Nene ocultaba la sorpresa detrás de su máscara.

     Como si fuera la líder del grupo, Milly se levantó de su asiento y avanzó un par de pasos hacia Zero tendiéndole una mano para estrecharla.

     —Milly Ashford —se presentó—. Es un placer conocernos oficialmente, Zero.

     Temeroso de que Milly pudiera detectar el timbre de su voz, el muchacho se limitó a asentir con la cabeza. Nene, en vista de que todos parecían tranquilos con que Kallen formara parte de la resistencia, se sacó la máscara y decidió hablar en lugar de Zero. El muchacho esbozó una sonrisa como agradecimiento.

     La chica esperaba que todos hicieran expresiones de asombro al verla sacarse la máscara pero fue todo lo contrario. Era casi como si…

     —Que no te sorprenda —se disculpó Milly con una tímida sonrisa—. Vimos tu rostro cuando estabas inconsciente y Zero te sacó la máscara.

     Shirley le dedicó una cálida sonrisa y Rivalz la imitó. Nene se sentía contenta de que el comité estudiantil tomara de la mejor manera la noticia de que ella pertenecía a la Resistencia.

     —Creo que deberíamos presentarnos antes —comentó Nina mientras se restregaba las manos con nerviosismo.

     Zero volvió a asentir.

     —Ellos son Nina Einstein, Shirley Fenette, Rivalz Cardemonde y Suzaku Kururugi —dijo Milly para ahorrarse las tediosas presentaciones.

     Suzaku fulminó a Zero con la mirada.

     — ¿Qué hacen aquí?  —preguntó Nene confundida.

     —Después de lo que pasó con el colegio, decidimos unirnos a la Resistencia para vengar a nuestros compañeros —explicó Milly—. Queremos que Zero nos permita unirnos a su ejército.

     —Es peligroso —dijo Nene con firmeza, tenía que convencer a Milly de cualquier forma para que desistiera de sus intenciones—. No deberían arriesgarse así.

     —Nosotros también estuvimos luchando contra esas bestias que destruyeron la academia —intervino Rivalz—. Estamos totalmente capacitados.

     —Estamos convencidos de que podríamos morir —continuó Milly antes de que Nene pudiera exclamar algo—. Y también estamos dispuestos a luchar antes de que nos maten injustamente como ocurrió con todos nuestros compañeros.

     Nene supo que tenían toda la razón. Tarde o temprano, Britannia comenzaría a cortar cabezas por igual. Elevens y personas de su propia patria. Miró de soslayo a Zero y él asintió. Milly bufó, habría querido que el hombre enmascarado dijera algo. Con todo, el grupo se alegró cuando Nene anunció:

     —Zero los admitirá en la Orden de los Caballeros Negros.

     Aunque hubo un intercambio de sonrisas de satisfacción, Nene no podía evitar sentirse perturbada. Entendía que ella y Lelouch corrían un mortal riesgo combatiendo al sacro imperio de Britannia desde el interior de su Gawain. Pero, ¿qué ocurriría si Cornelia se enteraba de que la propia gente del imperio decidía unirse a la Resistencia? ¿Lo permitiría o les daría caza como si fueran Elevens?

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