Capítulo XIX: La Confesión

     El Xros Heart volvió a la habitación de hotel a pesar de que Euphemia había fallecido. Taiki se preguntaba cuánto tiempo tardaría la Gobernadora General Cornelia en culparlos por su deceso así que no podían ocultarse ahí para siempre. Tenían que pensar en una manera de conseguir volver a su mundo, con Nene o sin ella.

     Atrancaron la puerta, sólo para sentirse seguros, y Kiriha tomó a Yuu por los hombros para lanzarlo sobre la cama. Taiki se recargó con los brazos cruzados en la estantería que usaron para bloquea la puerta y miró a Yuu con severidad.

     —Habla —ordenó el chico—. ¿En qué te has metido?

     —Y será mejor que te ahorres el monólogo de que somos Elevens —secundó Kiriha adoptando la misma posición.

     Yuu tomó un profundo respiro y lo explicó todo con lujo de detalles. Fue difícil al principio pues no sabía cómo explicar el hecho de que había intentado incrustar una bala en el cráneo de Zero. Dijo que la frustración al no poder conducir un Gloucester lo había enloquecido tanto que buscó un arma en el único sitio donde estaba seguro de que la encontraría rápidamente. Con descaro, admitió que su intención era cometer un homicidio con tal de recuperar a su hermana. Mientras lo explicaba, no pudo evitar sentirse estúpido. ¿Qué había pasado con él? ¿Por qué había hecho semejante atrocidad? ¿Qué hubiera sucedido si su plan hubiera funcionado?

     De pronto comenzó a llorar y pudo sentir los brazos de Akari rodeándole los hombros.

     Kiriha y Taiki intercambiaron una mirada y asintieron lentamente para acercarse al muchacho y formar un corro con el resto de sus amigos alrededor de Yuu. El llanto del pobre chico se volvió más abundante cuando sintió las palmadas en la espalda y cuando escuchó las palabras de aliento. Incluso sintió sobe su mejilla un beso que Airu le dedicó.

     Jamás se había sentido tan despreciable.

     — ¿Qué haremos ahora, Taiki?  —preguntó Akari una vez que terminó la sesión de consuelo.

     La chica aún abrazaba a Yuu. Taiki soltó un bufido y permaneció en silencio mientras pensaba en un plan. Tagiru intervino y rompió el silencio dando un chasquido.

     —Deberíamos sabotear sus máquinas y luego retar a Zero a una pelea —propuso—. No podrá defenderse y se rendirá. Entonces podremos llevarnos a…

     —Amano no es un objeto por el cual debamos pelear —lo interrumpió Nene—. ¿No se dan cuenta de que todas las peleas se han causado por querer obligar a Amano a venir con nosotros?

     —Ren tiene razón —comentó Akari con pesar—. No podemos obligar a Nene a venir con nosotros. Mucho menos podemos involucrarla en peleas que se originan por la misma razón.

     —Nene no pertenece aquí —les recordó Kiriha—. Éste no es nuestro mundo y ella no puede quedarse aquí.

     —Pues no vendrá con nosotros de buena manera —rebatió Akari—. ¿Qué quieren hacer? ¿Meterla en un costal y llevársela a la fuerza?

     Ryouma reprimió una carcajada.

     —El problema ahora no sólo es Nene —continuó Akari—. Euphemia está muerta, ¿lo olvidan? Y nosotros estuvimos ahí.

     —Y Euphemia fue a buscar a Yuu —aportó Airu—. Cornelia podría culparnos de todo.

     Taiki asintió ante aquello, estaba convencido de que Airu tenía razón.

     —Además, somos japoneses —continuó Airu—. Lo único que nos protegía era Euphemia. Ahora, habiendo presenciado su muerte y siendo directamente responsables, corremos más peligro que nunca por ser Elevens.

     — ¡Pero no era nuestra obligación protegerla!  —Estalló Tagiru—. ¿Qué no tiene sirvientes y guardaespaldas? ¿Por qué tendríamos que cuidarla nosotros?

     —No hay mucho que podamos hacer —dijo Taiki finalmente y todos guardaron silencio para prestarle atención—. Por ahora, nos quedaremos aquí dentro. Si salimos, podría ser que nunca regresemos. Pensaremos más tarde en cómo hacer para volver al DigiQuartz, con o sin Nene. Ahora, creo que Yuu necesita dormir para descansar de todo lo ocurrido hoy.

     —Muero de hambre —se quejó Tagiru.

     Todos lo fulminaron con la mirada aunque al chico pareció no importarle.

     —Tendremos que sobrevivir con lo que hay en el minibar —fue la respuesta que dio Kiriha y todos estuvieron de acuerdo—. Taiki tiene razón, puede ser que éste sea el único sitio donde estamos a salvo.

     La comitiva asintió lentamente y Airu condujo a Yuu al cuarto de baño para que pudiera relajase con una ducha agradable. Taiki se desplomó en una de las camas individuales y resopló mientras se cubría el rostro con ambas manos. Tan sólo podía preguntarse: ¿en qué momento las cosas se habían torcido tanto? Lo único que quería en ese momento era poder volver a casa pero no quería abandonar a Nene en aquél extraño mundo. Escuchó la caída del agua en la ducha y Airu salió del cuarto de baño esbozando una mueca de angustia. El chico entonces se sintió un poco aliviado. Al menos le tranquilizaba saber que Yuu volvía a ser parte de ellos.

     Aunque no era parte de sus obligaciones, Diethard se encargó de revisar todas las heridas de Nene para asegurase de que ninguna requería atención médica profesional. Aunque era preocupante el sangrado en su cabeza, todos acordaron que no podían llevarla a un hospital pues tendrían que dar muchas explicaciones. Kallen, por orden de Zero, fue la encargada de hacer un pequeño vendaje en la cabeza de Nene que sirviera para detener el sangrado.

     Zero volvió a tomar a la chica en brazos para subirla a la camioneta blindada que abordó junto con CC para volver a la mansión Ashford. Al volver, poco le importó seguir usando el traje azul de Zero al entrar a grandes zancadas y dirigirse a la habitación de Nene. Se aseguró de ver por la ventana a Sayoko y Nunally dando un paseo por los jardines. Se dirigió entonces a su propia habitación para cambiar sus ropas. Se sorprendió al ver su reflejo. Jamás creyó que en su rostro pudiera reflejarse tanta angustia, tanta desesperación. Su corazón latía con fiereza, en realidad estaba aterrado y le preocupaba bastante el bienestar de la chica. Tomó un profundo respiro y salió corriendo en busca de Sayoko.

     Nunally se angustió bastante cuando escuchó la voz trémula de su hermano. El chico explicó una alterada versión de los hechos en la Ashford Academy. Dijo que Nene y él estaban con Milly y los demás, que estaban planificando un evento para el colegio cuando Zero y los Caballeros Negros llegaron a luchar contra los Gloucester de Cornelia, que tuvieron que salir corriendo para ponerse a salvo cuando Nene fue víctima del impacto de una explosión. Cuando Sayoko comentó que debían llevarla a un hospital, Lelouch se negó alegando que Nene era japonesa y podría correr peligro. Sayoko entonces se decidió a actuar y acompañó a Lelouch a la habitación donde yacía la chica.

     Nunally tuvo que esperar con CC en el pasillo mientras Sayoko se encargaba de atender a Nene lo mejor que podía. Lelouch no dejaba de pasearse por la habitación a paso acelerado, Sayoko entraba y salía con bandejas de agua y algunas vendas blancas enrolladas. Sparrowmon y Mervamon tuvieron que quedarse dentro del Xros Loader para evitar que Sayoko los viera, estaban iguales o más angustiados que Lelouch.

     Una hora pasó antes de que Sayoko terminara con lo suyo. Cuando Nunally pudo entrar a ver a Nene, le pidió a CC que le describiera lo que veía.

     Nene estaba inconsciente en la cama, su cabeza tenía un pequeño vendaje y aparentemente la sangre ya había dejado de emanar. Tenía también rasguños en los brazos y en las piernas, un par de ellos tuvieron que ser cubiertos con las vendas al ser demasiado profundos. Su respiración era acompasada y el único movimiento que hacía su cuerpo era el lento subir y bajar de su pecho. Nunally esbozó una mueca de tristeza y echó a andar su silla para adentrarse más en la habitación.

     —Hermano —llamó y Lelouch se fijó entonces en ella.

     El muchacho se acercó a ella y se colocó en cuclillas frente a la silla para tomar la mano de su hermana, CC fue a sentarse en un sofá de color marrón y miraba la escena con indiferencia.

     — ¿Está bien?  —preguntó Nunally en voz baja.

     —Está bien —aseguró Lelouch y se enjugó un par de lágrimas con el dorso de la mano que tenía libre.

     — ¿Tú estás bien?  —siguió diciendo Nunally sin mudar su tono angustiado.

     —Sí, estoy bien —respondió él.

     —Has llorado —dijo Nunally sorprendida—. Se escucha en tu voz.

     Lelouch se limitó a besar la cabeza de su hermana y la condujo al exterior de la habitación. CC lo miraba como si no diera crédito a lo que veía. Miró entonces a Nene y esbozó una indiferente mueca de disgusto. Se levantó y dejó sola a la joven Idol para seguir a Lelouch y poner una mano sobre su hombro. Él la miró confundido y CC se limitó a transmitirle su apoyo con esos brillantes ojos amarillos. El muchacho asintió y le dedicó una sonrisa que CC devolvió.

     Tres días pasó Nene inconsciente en cama. La primera noche, Mervamon, Sparrowmon, Beelzebumon y el grupo de Monitormons salieron del Xros Loader para verla. Se sorprendieron al ver a Lelouch sentado junto a la cama en una silla tallada en caoba. Estaba dormido. Los Digimons intercambiaron una mirada y Beelzebumon buscó en el armario una manta de color azul que colocó sobre los hombros del muchacho para cubrirlo. Mervamon acarició la cabeza de Nene y Sparrowmon le besó la mejilla.

     —Espero que te des cuenta —acusó Mervamon a Beelzebumon con un enfurecido susurro.

     —No sé de qué hablas —respondió Beelzebumon distraídamente.

     Hablaban en voz baja para evitar despertar a los dos chicos que dormían.

     —Tú no confiabas en Lelouch —siguió reclamando Mervamon—. Y ahí lo tienes, está aquí esperando a que Nene despierte.

     —Mervamon tiene razón —intervino Sparrowmon—. Después de todo, no estaríamos en ésta posición si Yuu no hubiera intentado asesinar a Lelouch.

     —Guarden silencio —dijo entonces la voz amortiguada de Lelouch, el muchacho hablaba sin abrir los ojos—. Van a despertarla y necesita dormir.

     Los Digimons asintieron y permanecieron en silencio. Beelzebumon se preguntó entonces si Lelouch Lamperouge era realmente una persona de fiar. Aunque tenía sus dudas aún: ¿cómo podía fiarse de alguien que luchaba en contra del Xros Heart?

     Milly y Shirley fueron a buscar a Lelouch a la mansión el tercer día. El chico dejó de asistir a la escuela para no separarse de Nene. Cuando Sayoko informó de la visita, Lelouch ordenó que les dijera a sus dos amigas que no quería recibir visitas y que quería estar solo. Rivalz y Nina lo intentaron un par de horas después pero tampoco tuvieron éxito. El chico pasaba el día entero en la habitación con Nene.

     Fue aquella noche.

     Lelouch cabeceaba en su asiento y sostenía con fuerza la mano de Nene, como lo había hecho durante los días anteriores. Ella no había despertado en ningún momento pero movía de vez en cuando su cabeza y emitía uno que otro quejido cuando había demasiadas voces en la habitación.

     Sayoko entró en la habitación cargando con un par de almohadas para darle al muchacho y que la silla pudiera ser más cómoda. Al verlo en esa posición, dejó las almohadas sobre una mesa y se acercó al chico para ponerle las manos sobre los hombros. El chico se sobresaltó y Sayoko le dijo en un susurro que se dirigiera a su habitación para dormir en cama. Lelouch asintió y se levantó con el cuerpo engarrotado. Sayoko le sonrió y se retiró de la habitación llevándose consigo las almohadas. Lelouch giró el cuello y estiró los brazos mientras avanzaba hacia la puerta. Se detuvo entonces y miró de nuevo a Nene. La chica yacía en la cama con los ojos cerrados, su pecho subía y bajaba lentamente.

     El muchacho suspiró y, creyéndola dormida, dijo lo siguiente:

     —Cuando inicié con esto, lo único que quería era vencer en la guerra contra Britannia. ¿Ganar o perder? Lo único que quería era ganar, no creí que dentro de mí pudieran existir otros sentimientos distintos hasta que te conocí… La rebelión ya no es mi prioridad, sólo sé que… Sólo sé que no te quiero perder.

     Se giró para retirarse cuando escuchó a Nene moviéndose en la cama y su voz amortiguada le respondió:

     —Nunca me perderás… Sin importar lo que pase, yo siempre estaré contigo.

     Lelouch se giró sorprendido y vio los ojos entreabiertos de la chica. Esbozó una sonrisa y ella la devolvió. Aquél momento abrió un nuevo puente entre ellos.

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