Capitulo XVI: Tu amor me da valor + Epilogo.

Una hora después. Tai, Sora, Matt y Mimi habían estado buscando en cada rincón del aquella estación y Hana no estaba ahí. Estaban comenzando a pensar lo peor.

Sora podía sentir la gran preocupación y angustia que Tai estaba sintiendo en esos momentos. Finalmente estaba percibiendo la verdad despejando al fin todas las dudas que ella tenía. Y la volvió a ver mientras lo acompaño a sacar varias fotocopias de la foto de Hana que llevaba en su cartera, o cuando fue preguntándole a cada persona que vio si la habían visto. Vio su ternura y su determinación mientras le entregaba una foto a cada guardia de la estación, la verdad era tan evidente que la verdad es que ya no necesitaba palabras.

Y ahí se encontraban los cuatro, dentro de la camioneta del castaño directo hacia la comisaría donde trabajaba. Necesitaban llenar un reporte de desaparición para que puedan ayudar en la búsqueda en caso de que haya logrado salir de la ciudad.

– ¿y si llamamos a sus amigos? – Sugirió Mimi sacando su celular.

– Sería mejor ir a sus casas, puede que por teléfono nos dijeran que no están con ellos – Respondió el rubio ante la respuesta de mimi.

– Es verdad, los podría interrogar, también a los padres. No creo que puedan mentirme a mí – Hablo Tai sin apartar la mirada del camino.

Sora pudo sentir la gran tención que todos tenían en ese momento. Realmente estaban preocupados por Hana, volteo a ver por unos instantes a Mimi, la cual tenía los ojos cristalinos, a punto de llorar.

– ¿te encuentras bien Mimi?

– No – Dijo la castaña entre sollozos – Yo solo quería poder arreglar las cosas entre tu y Tai, quería disculparme contigo por todo lo que paso. Tus eras mi mejor amiga y por una tontería te aleje de mi vida, y peor aún te aleje de la vida de Tai. Y ahora por mi culpa Hana ahora esta desaparecida.

Ahora Sora entendía que era lo que Mimi había tratado de decirle todo ese tiempo, solo quería disculparse con ella. Y por culpa de sus malditas inseguridades había malinterpretado las cosas. Así como Hana lo había hecho. Pero ahora ya no tenía ninguna duda. Cuando mucho tiempo atrás, Tai y Mimi la decepcionaron había perdido la habilidad de confiar.

Pero ahora en ese momento comprendía que la confianza y el amor iban unidos de la mano y no podían separarse. Así que como ahora ella confiaba en Tai también debía hacerlo con Mimi. Y más importante confiar en ella misma.

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– Tranquila Mimi, La encontraremos – Hablo dulcemente mientras tomaba a la castaña de las manos.

– Sora perdóname por favor, jamás fue mi intención hacerte daño.

– Tranquila Mimi, todo esta perdonado – Comento solo para voltear a ver al castaño –. Pero no entiendo por qué nunca me dijiste que Mimi vendría de visita.

Ella esperaba la respuesta de Tai, pero este no parecía tratar de huir de la misma, esta vez parecía aliviado.

– Sora, tu más que nadie sabe que toda mi vida he tenido el Don de echar a perder las cosas y decepcionar a la gente. Especialmente a la gente importante para mí. Yo quería hacerte feliz. Y pensé que anunciándote la repentina visita de la amiga que te había traicionado no iba a ayudar en ello.

– ¡Oye! – replico la castaña cruzada de brazos –. Suena feo cuando lo dices así.

– Bueno creo que tenemos un poco de tiempo. ¿Qué tal si esta vez me cuentan ambos la versión de los hechos? – Sugirió ella.

Y así, mientras recorrían la ciudad en búsqueda de Hana. Tai y Mimi comenzaron a hablarle de lo sucedido aquel día y de las consecuencias que ambos tuvieron que pagar por esa tontería, especialmente Tai.

– Al final trate de refugiarme para no volver a lastimar a alguien que amo – Termino él –. Me refugie en el soccer, en mi motocicleta, en mi trabajo. Me refugie en un mundo donde pudiera cometer errores sin lastimar a nadie. Y después de eso sucedió lo de Hikari.

Todos en el carro guardaron silencio cuando Tai menciono el accidente de su hermana y TK. Aún era un recuerdo muy duro para los cuatro.

Tomo aire profundamente.

– Nunca fui bueno con las palabras, y siempre se me ha dificultado decir "lo siento" o "cometí un error".

– Anoche también Mimi comento que le habías propuesto matrimonio a ella tiempo atrás ¿Por qué no me hablas también de eso?

Volvió a respirar hondo y esta vez detuvo la camioneta. Se volteo para mirar a Sora directamente a los ojos.

– La universidad fue la época más difícil para mí. Prácticamente Mimi era la única persona con la que tenía contacto en ese tiempo y decidimos intentarlo. Y claro que le propuse matrimonio, pero al final ella fue la que me rechazo.

– Me seguía sintiendo culpable – continuo Mimi –. Claro que siempre quise estar con Tai, pero él no era el mismo de antes. Yo sabía que el muy en el fondo aún seguía enamorado de ti, aunque intentara negarlo, así que no podía permitir que el siguiera engañándose a sí mismo. Por lo que terminé con él y decidí regresar a Estados Unidos para terminar mis estudios.

– Es cierto, me he muerto en soledad desde el día que te perdí. Y buscaba como llenar ese vacío en los lugares equivocados. Siempre trate de localizarte en todo este tiempo y quería hablar contigo. Pero ni siquiera tu madre sabia donde habías ido. Así que finalmente me di por vencido y decidí no abrirle mi corazón a nadie. Pero ahora estas nuevamente aquí y lamento tanto todo el daño que te hice, lamento tanto que por mi culpa te hayas alejado de todo lo que querías y conocías. Y desde luego lamento tanto no haberte dicho nada de mis sentimientos en todo este tiempo.

Sora miro la fuerza y la sinceridad en la disculpa de Tai y de Mimi. Así que Felizmente respondió.

– Disculpa aceptada Tai, y también tu Mimi. Y yo también quiero disculparme por no haber confiado desde el principio en ti Tai. Desde que te conozco siempre había sabido el tipo de persona que eras, pero al final elegí creer otra cosa basándome en mis inseguridades. Y Se puede decir que también me refugie de todo eso con mi jardín.

Y así finalmente después de quince años podía perdonarlos a ambos, era una sensación tan cálida y reconfortante que hace mucho no había sentido, era el poder de su propio don, era el poder del amor, puro, poderoso y capaz de hacer milagros y curar cualquier herida. Era el Don que siempre ella había tenido.

Hasta el momento al igual que Tai ella siempre se había refugiado dentro de su jardín, era un santuario para ella alejado de todo lo que alguna vez había conocido que de alguna forma le ayudaba a escapar de ese dolor que tenía. Al igual que Hana lo había hecho actualmente para escapar de su dolor.

Entonces lo tenía. Supo inmediatamente la respuesta hacia aquel enigma en el cual se estaban enfrentando. Ya habría tiempo después de reconciliarse con Mimi y apartar todas las dudas finalmente. Ya que el mayor enemigo del amor era el miedo. Pero ahora sabia dónde encontrar a la pequeña castaña.

– Hana ha ido a casa – Exclamo ella súbitamente –. Esta en mi casa.

– ¿Cómo lo sabes? – Pregunto Matt confuso.

– Porque la conozco, fue a su refugio.

– ¿y como ha llegado allá? – Pregunto esta vez Tai –. Tu casa está alejada de la ciudad y no llega ningún autobús.

– Esta allí, confía en mi – Afirmo ella mientras miraba a Tai a los ojos.

– Muy bien te creo – Dijo finalmente el –. Es probable que mientras recorríamos la ciudad haya llegado por su cuenta.

Y a toda marcha Tai condujo de regreso a la casa de Sora.

Cuando llegaron ahí ya era de Noche, el jardín estaba demasiado silencioso y se veía nada. Pero dentro de la casa de Sora se veía una luz encendida. Inmediatamente los cuatro bajaron de la camioneta para ingresar al cuarto. Pero estaba vacío.

– No está aquí – Dijo Tai desanimado.

Sora había acertado en algo. Hana se encontraba ahí pero tal parece que no se quedó mucho tiempo. Miro detenidamente el cuarto que se había convertido en el de Hana inspeccionando que es lo que faltaba.

– ¡Kerry! – exclamo ella – ¿Dónde está Kerry?

– Sora ya habrá tiempo de que escuches a Kansas, ahora debemos encontrar a Hana – Comento Mimi.

– No ese Kerry Mimi, hablo del cachorro, Hana debió habérselo llevado.

De pronto escucharon ladrar a Kerry en el jardín. Todos salieron por la parte trasera de la casa donde vieron al cachorro sentado frente al cobertizo de Sora. Lo intentaron llamar, pero ese hacia caso omiso, solo se mantenía en su puesto. Finalmente, Tai pudo lanzar un suspiro de alivio.

– Hana está ahí dentro, probablemente no quería entrar con Kerry para no revelar su ubicación.

– Pero Kerry es un cachorro muy fiel y jamás dejaría a Hana sola – agrego Sora con una sonrisa

Los cuatro finalmente pudieron relajarse y sentir un gran alivio de encontrar a la pequeña castaña, pero aun tenían que confrontarla. Sintieron como el sol brillaba en su interior a pesar de que la luna estuviese brillando en el cielo.

– ¿Qué piensas hacer viejo? – Pregunto el rubio mientras miraba a su amigo

– ¿no es obvio? La castigare hasta que cumpla quince. Mientras tanto dejemos que pase la noche ahí, probablemente quiera estar sola.

– No puedes castigarla solo por parecerte a ti – agrego Sora.

– ¿por parecerse a mí? Yo nunca me escape de casa a los trece ni me escondía en los cobertizos.

– Habla del dolor que está sintiendo ahora tonto – Hablo esta vez Mimi.

– Mimi tiene razón Tai, ella escapa de las cosas que la hacen sufrir. Al ver el beso entre ustedes dos le dolió y se asustó.

– Siempre me reprocharas eso ¿verdad? –

– Yo ya te he perdonado, pero aun debes hablar con alguien más – dijo con una dulce sonrisa en el rostro

Comenzó a rascarse la cabeza al tiempo que miraba directamente a Sora a los ojos, luego lanzo un suspiro para después devolverle la sonrisa.

– De acuerdo hablare con ella. Siempre logras sacar lo mejor de mi ¿sabes?

Fue caminando directo hacia el cobertizo donde Sora guardaba normalmente los costales de tierra y sus herramientas de jardinería, al abrir la puerta pudo ver como Hana estaba echa un ovillo en una de las esquinas, con las rodillas pegadas al pecho llorando silenciosamente. Sora nunca había visto a alguien que deseara más ser encontrado.

Así, Tai ingreso dentro del cobertizo agachándose a la altura de Hana, la rodeo entre sus brazos para acunarla dulcemente.

Cualquier pequeña duda que aún le quedara a Sora sobre cómo era él, se evaporo por completo con aquella escena. Ella también entro al cobertizo, y apoyando la cabeza sobre el hombro de Tai acaricio a Hana en el cabello. Kerry también entro y después de lamerle las lágrimas a Hana, apoyo su cabeza en el regazo de Sora.

Ninguno dijo ni una sola palabra, no las necesitaban para sentir aquella profunda gratitud. Aquel amor puro.

– Siento haberlos preocupado de esta manera.

– No te preocupes – dijo Tai –. Me saldrán algunas canas antes de tiempo, pero nada que un tinte no pueda resolver – Comento causando la risa de su sobrina.

– Dime cariño, ¿Por qué escapaste de esa manera?

– La tía Mimi es alguien muy superficial y caprichosa y no me gustaría tener una madre así.

Mimi escucho lo dicho por la castaña, pero era tanto el alivio de haberla encontrado que no le importo aquel comentario.

– No puedo evitarlo tío, mi mamá siempre fue alguien muy dulce y gentil conmigo al igual que papá. Pero nunca tenían tiempo para mí debido a su trabajo al igual que el tío Yamato. Por eso siempre me gustaba pasar el tiempo contigo. Y me gustaba pasar más el tiempo contigo que con mis padres que me sentía culpable. Y quería odiarte por eso.

– Oh, Cariño.

– Siempre se la pasaban trabajando y casi no tenían tiempo para mí. Es verdad que me consentían en todo, pero de que servía si no me ponían mucha atención. No les importaba que llegara tarde, que comiera lo que quisiera, o la ropa que utilizara. Ellos me permitían hacer prácticamente todo y eso no me gustaba. Y entonces comencé a vivir contigo, y tu ponías todas esas reglas estúpidas e interrogabas a las madres de mis amigos. Y siempre me tratabas bien, aunque yo me portara grosera contigo. Incluso cuando me teñí el pelo de negro nunca me dijiste que era feo, pero me reprochaste por teñírmelo sin permiso. Pero siempre estabas al pendiente de mi sin importar lo que pasara y me castigabas si era necesario. Quiero decir, cuando te diga que he llegado hasta aquí pidiendo aventón a varios desconocidos estoy segura de que me castigaras por un mes ¿verdad?

– ¿un mes? Más bien estarás castigada hasta que termines la universidad – exclamo él –. ¿en verdad pediste aventón hasta aquí.

– ¿lo ves? Te importo – dijo Hana con satisfacción, y soltó una risita –. La hermana mayor de Kanao me trajo hasta aquí.

– Tienes mucha suerte – dijo el con severidad.

– Pero si te casas con la tía Mimi estoy segura de que dejaras de ponerme atención a mí. La quiero mucho pero no quiero que sea mi madre.

Escondió su cara entre el pecho de castaño y nuevamente comenzó a llorar. Mimi inmediatamente entro al cobertizo y comenzó a acariciar su cabeza.

– Siento mucho que te sientas así Hana, pero tu tío Taichi y yo no vamos a casarnos.

– No me mientan, ya no soy una niña, los espié en el centro comercial y vi como conversaban y miraban anillos, y luego los vi besándose. Después de eso te vi salir de la joyería con una bolsita. Puedo saber lo que estaba pasando.

– Cariño malinterpretaste las cosas. Tu tío y yo solo estábamos hablando y el me dio una noticia que me emociono bastante. Solo lo acompañe a la joyería para ayudarle a decidir "el regalo que iba a comprar" – Comento la castaña haciendo cierto énfasis en lo último.

– Es verdad, lo que compre no es para tu tía Mimi ¿quieres verlo? Me gustaría tener tu aprobación antes de todo.

– ¿es para mí?

– No, pero quiero que le des tu aprobación.

Tai volteo hacia mimi dándole una señal de que necesitaba distraer a Sora, este entendió inmediatamente y tomo a la pelirroja del brazo.

– Amiga, mientras Tai habla con Hana ¿Por qué no nos sirves otra copa de tu delicioso licor? Estoy segura de que a Matt le encantara.

En el fondo Sora ya sabía lo que el castaño tenía que enseñarle a Hana, pero sabía que él aun no estaba listo y primero tenía que hablarlo con su sobrina. Solo se limitó a cruzar una mirada con Tai y disfruto de aquel momento de felicidad completa.

Su turno pronto se acercaba. El amor le estaba brindando una segunda oportunidad y esta vez iba a tomarla.

Espero a que todos entraran a la casa y llevo a Hana directo a la camioneta, abrió la guantera y saco aquella bolsita de la joyeria.

– Ábrela – le dijo

Ella lo miro sin entender nada, pero abrió la bolsita y se quedo perpleja al ver la caja de terciopelo. Sus ojos se abrieron aún más cuando abrió la caja. Toco el anillo con la yema de sus dedos y frunció el ceño.

– Pensé que habías dicho que no era un anillo de compromiso.

– No. Dije que no era para Mimi.

Una ligera y encantadora sonrisa se dibujó en los labios de Hana. Levanto la vista al cielo y cerró los ojos con fuerza, como una niña pidiendo un deseo, o tal vez agradeciéndole a alguien por atender sus plegarias. Después abrió los ojos y contemplo de nuevo el anillo.

– Ya lo he entendido tío Taichi – dijo en un susurro –. No es el tipo de anillo que le gustaría a la tía Mimi para nada. Se exactamente a quien le gustaría un anillo así.

Ella lo abrazo por la cintura. Él se inclinó un poco para abrazarla a su vez y, contemplando las estrellas, se dio cuenta de que llevaba mucho tiempo en el proceso de ser mejor hombre. Y en algún momento de ese camino, se había convertido en un hombre merecedor de la confianza de una adolescente.

Un hombre merecedor del amor de una mujer como Sora Takenouchi.

– Voy a necesitar un poco de ayuda – Comento él.

– Dímelo, lo que sea.

En aquel momento supo exactamente lo que debía hacer. Siempre lo había sabido, desde que la vio por primera vez en aquel parque en Hikarigaoka, llorando por estar sola y él se le acercó para jugar con ella. Solo quería hacerla feliz y protegerla de todo como siempre lo había hecho.

– ¿Puedes ir adentro por tu tío Yamato? Tengo que regresar a la ciudad por unas cosas y necesitare de su ayuda, mientras requiero que mantengas a Sora distraída.

– ¿y cómo voy a lograr eso? – Pregunto confusa.

– Por qué no le pides que te explique de Soccer.

– ¿acaso crees que ella sabrá algo de deportes?

– créeme, te sorprenderías si la vieras jugar.

Su sobrina había mostrado un interés y un entusiasmo inusitados por ese deporte. Probablemente por influencias suyas. Pero esperaba que eso fuera más que suficiente para distraerla ya que preparar todo lo tomaría más tiempo de lo que pensaba.

Al mirar su reloj vio que pasaban de la medianoche. "Una hora extraña para una declaración" pensó el mientras preparaba los últimos arreglos con ayuda de Matt.

Ambos trajeron agua directo del rio lo cual les llevo varios viajes. Ya estaban exhaustos, pero Tai miro unos momentos su trabajo y vio que todo había valido la pena.

– ¿estas listo Tai? – Pregunto el rubio mientras recuperaba un poco de aire.

– Nunca en mi vida había estado tan listo.

Tomo aire para armarse de valor y lentamente camino hacia la entrada trasera de la casa de Sora, la que daba directo a la cocina donde probablemente estarían las tres hablando. Llamo a la puerta y abrió Hana.

– ¡Te digo que el Bayern es mejor equipo que el Madrid! – Exclamo la pequeña castaña al tiempo que abría la puerta, tal parece que se habían tomado muy enserio la platica –. Hola, tío ¿Qué has hecho?

Al mirar hacia el estanque Hana se quedo completamente maravillada de lo hermoso que había quedado.

– Oh por dios tío Tai, es Increíble ¡Sora!

Sora se asomo desde el interior de la casa un poco tímida, Tai solo le extendió la mano.

– ¿harías el honor de acompañarme Ma cherrie?

Sin dudarlo Sora lo tomo de la mano e inmediatamente Tai la condujo directo hacia el jardín. Hana suspiro por unos instantes, los miro y entro a la casa con Mimi para dejarlos solos.

Con la mano de Sora entre las suyas, Tai miro nuevamente su trabajo de una forma totalmente nueva.

había colocado varias velas sobe el agua del estanque recién estrenado y había distribuido otras entres las flores que lo rodeaban mientras se podía observar dos pequeños peses Koi nadando dentro del mismo. La oscuridad se iluminaba con aquellas suaves luces, igual que la oscuridad de su alma se iluminaba con la luz de Sora.

Ella se había quedado sin palabras. Contemplaba todo con los ojos llenos de lágrimas.

– Tai, es tan hermoso...– dijo finalmente ella

– Shh – dijo el colocando su dedo sobre sus labios para callarla –, o me olvidare de lo que quiero decirte.

Tai tenia todo preparado, un discurso y todo, pero en cuanto se arrodillo frente a ella y vio sus lagrimas brillantes bajo la luz de las velas, se olvidó de todo igualmente.

– Deberías haberlo escrito – murmuro con una pequeña risa.

La miro nuevamente a los ojos y supo que decir, no era el discurso que tanto había preparado, pero dejaría que las palabras salieran del corazón.

– Sora, te conocí cuando apenas teníamos ocho años y desde ese entonces me había hecho la promesa de quererte y protegerte de todo sin importar nada. Se que tuvimos ciertos tropiezos en la vida, pero al final tu siempre fuiste mi más grande tesoro.

Saco la pequeña caja de terciopelo guardada en su bolsa, la abrió y se lo mostro a ella.

– Esto es un símbolo de mi amor por ti – dijo con voz ronca por la emoción – Sora Takenouchi ¿serias mi esposa?

Ella tomo la cajita, pero no observo el anillo, en lugar de eso observo a Tai, mirándolo fijamente y analizando su interior.

– Si – respondió en un susurro casi imperceptible, pero él lo había escuchado.

– ¿Qué has dicho?

– Nada – bromeo ella – Olvida todo lo que he dicho por favor, no debería haberlo hecho. Siempre hecho a perder las cosas dañando a las personas que me importan ... Es la historia de mi vida.

¿ella estaba jugando con él en el momento más importante de su vida?

– ¿vas a ser así de irritable el resto de nuestra vida?

– ¿nuestra vida? Aun no te he dicho que si Yagami.

Por la forma en que lo dijo, no había duda de que primero lo haría sufrir un poco. Cuidadosamente coloco el anillo sobre el banco. La levanto en brazos ignorando sus protestas y se metió en el estanque amenazándola con soltarla.

– Di que si – ordeno él.

Ella acomodo su cabeza sobre su hombro riendo.

– No tiene las agallas Yagami.

– Di que si – le advirtió.

De pronto la puerta se abrió de golpe mientras Hana, Matt y Mimi se asomaban.

– ¿te lo ha pedido ya? – pregunto Hana a gritos.

– Si – le respondió ella también a gritos.

– ¿y que le has contestado? – esta vez pregunto Mimi.

– ¡Le he dicho que si!

– Aun no lo has hecho – replico Tai, tratando de hacerse oír entre los gritos de las chicas –. Estas jugando conmigo. Seguramente ibas a tenerme esperando una respuesta hasta el amanecer.

– He esperado quince años para tener una segunda oportunidad. Creo que tu puedes esperar un poco más.

– ¿entonces es un sí?

– Si – Dijo finalmente ella.

El se puso a reír y comenzó a dar vueltas con ella en brazos hasta que estuvieron completamente mojados. Y la beso hasta que el mundo parecía girar a su alrededor.

El cachorro fue corriendo directo hacia ellos seguidos de Matt y Mimi. Kerry de la emoción se metió al estanque chocando con el castaño provocando que este callera. Pero sus labios no se separaron.

Poco después llego Hana junto a Matt y Mimi, contemplo la escena emocionada, y empujado a Matt y a Mimi, los tres cayeron también dentro del agua. Al momento siguiente todos solo jugueteaban salpicándose riéndose a carcajadas.

– Dime Matt ¿serias mi padrino?

– Por su puesto viejo, lo que sea por ti.

Sora miro directo hacia donde estaba Mimi, ella sabia que finalmente las cosas entre ambas se habían resuelto, ya no había razón para seguir recordando el pasado.

– Mimi, seria un honor que tu fueras mi dama de Honor.

Al escuchar eso, Mimi comenzó a soltar varias lágrimas y se lanzó emocionada hacia Sora con un abrazo.

– Por su puesto que si amiga, será un gran honor para mí.

Una hora después los cinco ya se encontraban fuera del estanque, aun riendo y disfrutando el momento.

– Nunca seremos una familia norma ¿verdad? – pregunto Hana feliz, envuelta sobre una manta y bebiendo chocolate caliente.

La verdad es que ninguno de ellos sabia el significado exacto de "normal" pero si eso implicaba la infelicidad de todos entonces preferían no ser normales.

Finalmente, Hana entro a la cama mientras que Matt se ofreció a llevar a Mimi a su hotel. Después de aquel día tan excitante, la castaña callo rendida casi en el instante del beso de buenas noches. Tai y Sora se quedaron unos minutos contemplando abrazados como dormía con el cachorro a su lado.

– Tai – susurro ella.

– ¿sí?

– Te amo locamente.

– Lo se.

– Voy a casarme contigo.

– Gracias a dios.

– Y tendremos muchos hijos.

– Espero que hereden tu belleza y tu carácter o de lo contrario seria fatal – bromeo él.

Ella lo tomo de la mano y lo saco de la habitación. Una vez fuera el rodeo con sus brazos, maravillado con la sensación de estar en su casa.

La besó y supo que finalmente había roto su maldición, finalmente podía ser feliz con la mujer de la que siempre estuvo enamorado y tener una familia. Como su hermana siempre lo había querido.

– Te tardaste demasiado en juntar el valor para declararte Tai.

– Tu amor es el que me da valor.

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Epilogo

Seis meses habían pasado en un abrir y cerrar de ojos, el gran día finalmente había llegado. En todo ese tiempo Tai y Hana se mudaron a la casa de Sora donde podían ser una gran familia. La vida de los tres había cambiado drásticamente en un abrir y cerrar de ojos.

Tai a pesar de continuar trabajando en la comisaria decidió hacer solamente trabajos de escritorio para no preocupar más a Hana ni a Sora.

Por su parte Sora aun se dedicaba a su jardín, pero esta vez tenia ayuda de sobra y los pedidos que tenia dentro de la ciudad eran cada vez más. El pequeño labrador finalmente había crecido y le encantaba correr y revolcarse entre el jardín. Algo que a Tai no le gustaba puesto que siempre era un problema perseguirlo y atraparle para darle un baño.

La fecha se había fijado para ese día. Ambos decidieron que no querían una boda grande ni lujosa. No, se casarían ahí mismo en el jardín solamente con sus amigos más cercanos como invitados. Ambos realmente estaban nerviosos ese día, pero realmente estaban esperando a que llegara.

Mimi se encontraba con Sora ayudándole con su vestido y el maquillaje, después de todo ella era una experta en el tema.

Y finalmente ahí se encontraban ambos, frente al jardín donde los girasoles que planto Hana finalmente habían florecido. Ambos tomados de la mano, Tai se encontraba usando un traje negro mientras que Sora solo usaba un sencillo vestido blanco con una corona de girasoles que Hana y Mimi habían hecho personalmente.

En frente de ellos se encontraba un sacerdote, elevando sus manos por encima de sus cabezas mientras recitaba los textos matrimoniales.

Al lado de ellos se encontraban Matt y Mimi como testigos de aquella unión que sabían que debió ser desde un principio, cada uno sosteniendo una foto de Hikari y Takeru, una forma de que ambos estuvieran presentes para ese día tan especial, aunque fuera solo en espíritu. Al lado de ellos estaba Hana con un hermoso vestido color vino que Mimi le había comprado especialmente para ese día.

Finalmente, el Sacerdote realizo la proclamación.

– Taichi Yagami, aceptas a Sora Takenouchi en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe.

– Acepto.

– Y tu Sora Takenouchi, aceptas a Taichi Yagami como tu esposo.

– Acepto.

– Entonces los declaro marido y mujer.

Y finalmente había pasado, los presentes en la boda se levantaron de sus asientos silbando y aplaudiendo por la feliz pareja.

Matt no pudo evitar voltear a ver por unos momentos a Mimi y al ver como está la respondió con una sonrisa no pudo evitar ruborizarse. Algo que fue notado por Hana inmediatamente.

– Es realmente hermosa ¿verdad? – comento la pequeña castaña inocentemente

– Si, en verdad hermosa.

– ¿Por qué no le pides una cita tío Matt?

– Oye ¿Qué estas planeando niña?

– Nada, solo quiero que todos seamos una familia Feliz – Comento con una gran sonrisa de oreja a oreja.

Y así, Taichi Yagami y Sora Takenouchi compartieron su primer beso como marido y mujer.

FIN.

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