Capítulo VIII: Después de la Tormenta




Hana se encontraba realmente fastidiada, ella ya tenía la edad suficiente para poder cuidarse sola, pero sus padres no compartían la misma idea que ella. Miró por la ventana para contemplar un poco del paisaje del barrio solo para contemplar el edificio de los estudios Fuji TV, lo cual indicaba que ya se estaban acercando a su destino.

- ¿Por qué tengo que quedarme con el tío Taichi?

- Por qué tu tío Yamato no puede cuidarte debido a su trabajo en la aerolínea – contesto cierto rubio que se encontraba tras el volante.

- Me refiero a que ya tengo la edad suficiente para poder quedarme sola en casa – volvió a comentar la castaña.

- Vamos cariño solo será un fin de semana además ¿no te gustaba visitar a tu tío? – comento esta vez la mujer castaña que estaba sentada del lado del copiloto -. Recuerdo que siempre le pedías que te diera una vuelta en su patrulla y que prendiera la sirena.

- Si, pero cuando era una niña pequeña – replico la pequeña castaña con un puchero.

Reamente no es que no le agradara quedarse con su tío, pero Taichi Yagami no era la persona más responsable que conocía. Siempre que iban a visitarlo tenía un desastre en su departamento. Su mama siempre decía que Tai necesitaba conocer a alguien que pudiera ayudarlo a enderezar su vida.

Ella no entendía el por qué su tío seguía soltero a sus 35 años, pero tampoco era algo que ella pudiera solucionar. Después de todo él está viviendo su vida tal y como quiere.

Después de unos minutos finalmente llegaron al complejo de departamentos donde este vivía. Hana bajo del automóvil seguida de su madre. Tan solo se quedaría un fin de semana con él. así que solo tenía que disfrutar el tiempo que pasara con Tai.

Tocaron a la puerta esperando que el castaño abriera, tal parecía que no se encontraba en casa, pero después de unos minutos de esperar, Tai finalmente abrió la puerta.

- Kari, Hana, Que bueno que ya hayan llegado – comento el castaño al ver a su hermana y sobrina

- Por dios Tai, te vez fatal – exclamo su hermana al ver la condición en la que se veía el castaño.

Llevaba dos días sin dormir. Hace una semana su hermana le había pedido el favor de poder cuidar de Hana, así que se dedicó a hacer horas extras para poder tener todo el fin de semana libre. Además, últimamente había estado trabajando más de la cuenta y era obvio que todo ese esfuerzo ya le estaba cobrando factura.

Además de la obvia falta de sueño el castaño presentaba varios moretones en el rostro, causados por la mayoría de los maleantes que atrapaba. Claramente es la apariencia de un hombre al que la vida no le había tratado bien.

Y no lo culpaba ya que prácticamente desde la muerte de su abuelo la vida del castaño había dad un vuelco de 180°, y por si fuera poco la única persona que siempre estaba para apoyarlo a pesar de todo también se había ido. Todo por una tontería que nunca debió pasar.

Momentos después llego TK con el equipaje de su hija.

- Hola Tai – hablo el rubio mientras colocaba el equipaje de su hija en el piso.

Solo se quedaría por un fin de semana, pero traía el equipaje suficiente como para quedarse todo el mes. Aunque Tai se sorprendió de ver aquella gran maleta al final solo la tomo para meterla a apartamento.

- ¿seguro estarás bien Tai? – volvió a preguntar la castaña

- Tranquilízate, Kari, Hana y yo estaremos bien ¿no es así cariño?

- Supongo – respondió la adolescente encogiendo los hombros

- Muy bien entonces los dejaremos – se agacho a la altura de su hija para darle un beso en la frente -. Cuídate, cariño, y trata de no causarle muchos problemas a tu tío por favor.

- créeme mamá, el los puede causar solo.

La pareja abandono el lugar dejando así solos a Tai y a Hana. En cuanto la pequeña castaña cruzo el umbral de la puerta noto que su tío había limpiado su apartamento de pies a cabeza. Tal parecía que quería que ella se sintiera cómoda ante el desorden al que estaba acostumbrado.

La castaña se acerco a la sala solo para mirar una foto que no había visto antes, en ella se encontraban tanto su tío Taichi como Yamato, algo que era de esperarse pues sabia que ambos eran amigos desde hace tiempo. Pero lo que realmente le llamo la atención era la chica pelirroja que se encontraba en medio de ellos.

Ella conocía a todos los amigos de sus padres y sus tíos, pero jamás la había visto a ella. Le pareció una chica muy hermosa ¿habrá sido la novia de su tío Taichi?

De pronto fue sacada de sus pensamientos por el castaño.

- No tuve tiempo de comprar algo para cenar hoy ¿te parece si pedimos pizza?

- Claro – asintió la castaña emocionada.

Tal parece que la idea de diversión para su tío era el de quedarse un viernes por la noche comiendo pizza y viendo películas. Afortunadamente para ella, Tai le dejo elegir la película que verían que, aunque no era de su agrado quería consentir a su sobrina.

La noche transcurría con normalidad, Hana realmente estaba cómoda estando con su tío, ciertamente no recordaba cuando había sido la ultima vez que los dos hicieron algo juntos. La estaba pasando genial.

Desgraciadamente Hana estaba por aprender que la felicidad tan solo es efímera, ya que una llamada telefónica logro interrumpir aquella convivencia entre ambos.

- Dame un momento Hana que debo contestar – comento el castaño mientras se levantaba del sofá

- Apresúrate, tío que viene la mejor parte

- Tranquila, disfruta la película en lo que vuelvo.

Se dirigió hacia el comedor para poder atender aquella llamada, inmediatamente reconoció el numero del que le llamaban. Le parecía raro que llamaran de la jefatura sabiendo que estaba fuera de servicio.

- ¿Qué sucede Brad? Sabes que es mi día libre así que espero que sea importante.

- Viejo no sé cómo decirte esto, hubo un accidente en la carretera y debes venir de inmediato.

- Por favor, Vickers, estoy cuidando de mi sobrina en estos momentos, estoy seguro de que ustedes solos pueden manejarlo.

- Viejo no lo entiendes, se trata de tu hermana. No hubo sobrevivientes. Realmente lo siento mucho.

En esos momentos Tai sintió como si le arrebataran una parte de su vida. No podía creer lo que estaba escuchando en esos momentos. En su trabajo frecuentemente tenia que estar preparado para dar noticias de ese tipo, pero no se esperaba que ahora él tuviera que recibirlas.

Desvió su mirada por unos instantes hacia donde estaba su sobrina quien aun se encontraba mirando la película. ¿Cómo decirle a una niña preadolescente de 12 años que sus padres acaban de morir?

- Yagami, ¿sigues ahí?

- Gracias por la noticia Vickers, te llamare luego – comento para finalmente colgar el teléfono.

Se derrumbo tras el muro que separaba el comedor de la sala, aun no podía creer aquella noticia, no tenia ni dos horas que se habían marchado de su apartamento. Necesitaba despejar su mente en esos momentos y recobrar la compostura.

Hana estaba en la sala sin idea de lo que acababa de pasar, y necesitara de todo el apoyo y el amor que Tai podía darle para esos momentos.

De pronto fue la misma castaña quien se acercó con su tío, confusa de la forma de actuar que tenia su tío en esos momentos.

- ¿Qué pasa tiito? ¿acaso te dieron malas noticias en el trabajo?

Inmediatamente Tai se acerco a la chica para abrazarla con todas sus fuerzas, era algo que el necesitaba y sabia que Hana necesitaría también.

- Lo siento mucho cariño – comenzó a hablar Tai el cual sentía como se quebraba su voz – Hubo un accidente, tus padres no lo lograron.

En esos momentos la castaña despertó abruptamente de su sueño. Sin darse cuenta se había quedado dormida en el porche de Sora.

A su lado se encontraba Kerry recostado, el cual comenzó a mover juguetonamente la cola al ver que Hana finalmente había despertado. Esta inmediatamente se limpio las lagrimas de sus ojos para después comenzar a juguetear con el cachorro el cual ya se encontraba mucho mejor.

De pronto a lo lejos logra escuchar a su tío trabajando en el estanque de Sora, ya llevaba una semana trabajando en eso. Parecía que este ya estaba comenzando a arrepentirse de no hacerle caso a Sora y realizar el estanque pequeño, ya que le estaba costando mas trabajo del que esperaba y tan solo contaba con dos horas al día para poder progresar antes de ir al trabajo.

Pero a pesar de todo se le veía contento.

Paro por unos instantes para mirar alrededor suyo. Sora se le acercaba con una jarra llena de limonada y tres vasos. Ese día llevaba un vestido corto de tirantes y un sombrero de paja, se veía realmente hermosa con ese conjunto, el sol lograba que luciera aún mejor aquel vestido.

En ese momento Hana se acerco al lado de su tío sin que él se diera cuenta.

- Es realmente hermosa ¿verdad? – comento ella inocentemente.

- Ya lo creo

- Y muy agradable – agrego ella, Tai solo asintió - ¿Por qué no le pides una cita?

- Claro – comento el inconscientemente hasta que finalmente se dio cuenta de lo que dijo su sobrina-. No claro que no Hana, ¿Por qué haría eso?

- He visto como la miras y sé que te gusta, vamos lo peor que puede pasar es que te rechace.

"es mucho peor de lo que crees" pensó el castaño mientras miraba a su sobrina la cual no quitaba aquella sonrisa burlona. Finalmente Sora llego donde ellos.

- Les traje un poco de limonada – dijo Sora – con este calor seguramente la necesitan

Miro por un momento a ambos sabiendo que algo se traían entre manos por la cara roja que traía el castaño en esos momentos y aquella picara sonrisa que se dibujaba en el rostro de su sobrina.

- ¿les sucede algo?

- ¡Nada! – respondió Tai apresuradamente

- Le estaba diciendo a mi tío que...

- Toma Hana – lo interrumpió el castaño, tomo uno de los vasos de la bandeja para entregárselo – Te ves sedienta.

Coloco el vaso en sus manos bruscamente, pero en su urgencia para que no hablara volcó por error la bandeja que Sora traía, lo que provoco que toda la limonada se vertiera encima del vestido de la pelirroja.

Provocando que el castaño pudiera ver mas de lo que pudiera desear.

Avergonzado por lo sucedido Tai se quito la camisa para tratar de secar el vestido. Podía sentir el cuerpo firme de ella.

- Para – le ordeno – estoy perfectamente bien, puedo hacerlo yo. Estas actuando más raro de lo normal Taichi – se agacho para recoger la jarra de limonada que había caído al suelo -. iré por mas limonada, y a cambiarme.

Tai seguía completamente avergonzado ante lo sucedido con Sora, Tai sintió que le costaba respirar con normalidad.

- Hana pensó que tal vez debería pedirte una cita – hablo finalmente.

- Hana pensó que tal vez deberás pedirme una cita – repitió arqueando una ceja, tratando de ocultar con la bandeja lo que se trasparentaba del vestido.

- Bueno no exactamente. Quiero decir que yo también le he estado pensando.

- ¿en serio?

- Si, ¿Qué me dices?

Tai sabia que la cosa no iba bien. No podía entender como a su edad, sus hormonas habían anulado totalmente su cerebro. Así que debería sentirse aliviado al escuchar su respuesta.

Ella se acercó, tanto que su vestido mojado rozaba el pecho desnudo de él. sonrió dulcemente y se acerco lentamente a su oído.

- Ni aunque fueras el ultimo hombre sobre la tierra Taichi Yagami.

Tai esperaba que Hana soltara una carcajada. Pero en su lugar solo se le quedo mirando con una cara de completa desaprobación.

- Es un don – murmuró él, a modo de explicación.

No podía con eso, así que simplemente dio media vuelta para agarrar la pala y comenzar a cavar.

El resto de la tarde se quedo enganchado con aquellas palabras las cuales le hirieron mas de lo que esperaba, y habían venido de Sora.

Cuando el hoyo para el estanque era bastante profundo como para llegar al otro extremo del mundo Hana se le acerco.

- tío – dijo discretamente esperando que Sora no la escuchara – estas un poco oxidado en el tema amoroso. - Él le lanzo una mirada fulminante, pero ella la ignoró y sonrió dulcemente - así que te voy a ayudar, he decidido ser tu asesora amorosa

Estaba a punto de gritarle que lo último que deseaba en ese momento era tener un romance. Sobre todo, con la chica de la que estaba enamorado en el instituto. Pero algo en la expresión de su sobrina le contuvo de ser brusco. Sus ojos brillaban con una luz muy familiar para él, que creyó que ya no volvería a ver nunca más. Era la mirada de su hermana.

Ahora que lo pensaba tras una semana trabajando con Sora en su jardín, tenia un aspecto mucho más saludable. Su rostro estaba mas colorido y parece que había ganado un poco de peso, y ya no usaba esa ropa negra.

Pero lo mejor es que había recuperado la esperanza.

Después de tener sus ojos apagados estos últimos meses, Hana comenzaba a entre ver que el mundo era un lugar hermoso y divertido. Que a pesar de los reveces que da la vida, al final siempre habrá algo por que sonreír. Su sobrina estaba comenzando a creer en milagros, en el amor y quizás también en los cuentos de hadas ¿acaso eso tenia algo de malo?

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