Capitulo IX: Volver a Querer
Sora en plan de desafío, se había puesto su camisa más vieja y unos shorts gastados. Se inclino sobre la cama y trató de sacar la limonada del vestido. Afortunadamente para ella el limón era un blanqueador natural. así que no tenía por qué preocuparse.
Se cuestionaba por ponerse ese estúpido vestido. Lo había comprado por capricho hace un año, porque creía que le daba un aspecto sexy, sin pensar en que no tenía ninguna razón para parecer sexy.
Pero después de que Tai la hubiera visto en su pijama poco sexy, ella había decidido que le mostraría detalladamente la nueva y mejorada Sora. Salvo que había terminado mostrándole mucho más de lo que había planeado. ¿Qué había pasado con su decisión de deshacerse rápidamente de él?
Ya había jugado demasiado con él y con ella misma. El pasado quedaba atrás, y ella sólo se pondría en ridículo intentando cambiar una impresión que se había formado hace quince años.
¿le había pedido una cita porque su sobrina había pensado que era buena idea? Lo cierto es que había estado a punto de acceder. Pero aceptar esa cita sería el de encadenarse aún más con él.
Sacudió la cabeza y siguió concentrándose en su vestido.
- ¿Sora? – se oyó la voz de Hana detrás de la puerta.
- Estoy aquí – respondió, aunque en esos momentos solo quería esconderse.
La castaña entro en la habitación, examino el vestido solo para sentarse en la cama.
- ¿vas a poder arreglarlo?
"el vestido o mi vida" se decía a si misma la pelirroja sin apartar la mirada del vestido.
- No te preocupes linda, el limón es un blanqueador natural.
Hana que hasta en esos momentos había sido una esponja de recibir información, no pareció interesada en el tema del limón.
- ¿sabes? – comenzó con tristeza -. Nunca pensé en decir esto, pero, compadezco a mi tío.
Sora sabía que Hana estaba planeando algo, trato de no morder el anzuelo, pero realmente vio la mirada de la castaña y estaba sinceramente preocupada.
- ¿Qué sucede Hana?
- Desde que papá y mamá murieron...
Su voz se cortó por un momento, sentía como se le quebraba la voz por la emoción. Sora inmediatamente dejo el vestido para sentarse a su lado.
- Tranquilo cariño, si no quieres hablar de eso no es necesario.
- No se trata de eso – continuo Hana -. Desde entonces él es muy diferente. Antes cuando venía a vernos o nosotros lo visitábamos, era tremendamente divertido. Siempre estaba riendo y bromeando. Pero ahora siempre está sombrío. Solo sale cuando va a ver al tío Yamato o a su trabajo y no he visto que salga nunca con nadie, y eso que sé que lo llaman muchas mujeres.
¿Por qué el saber que lo llamaban muchas mujeres la hizo sentir mal?
- Creo que le asusta ser feliz. A mí también me pasa.
Era una apreciación muy profunda para alguien tan joven, Sora solo sintió como se le hacia un nudo en la garganta.
- Cuando me regalo el cachorro. Fue como si algo en mi interior dijera "de acuerdo, voy a intentar preocuparme por alguien una vez más" Y entonces Kerry enfermó...
- Oh, mi niña – susurro Sora.
- Pero mira como esta Kerry ahora ¿lo viste perseguir su propia cola esta mañana, correr entres las rosas? Ha merecido la pena intentarlo.
- Me alegra que lo veas así.
- Creo que mi tío te invito a salir por lo mismo que yo acepte a Kerry. Es como si él estuviera apostando por darle una nueva oportunidad a la vida.
- ¡pero ni siquiera ha sido idea suya! – replico la pelirroja
- ¿eso crees? Deberías saber que mi tío es muy obstinado y no deja que nadie le diga que hacer. créeme le he dicho miles de sugerencias. Pedí pintar mi habitación de azul y lo pinto de rosa, le dije que comprara Froot loops para desayunar ¿y sabes que trajo? All Bran. Si te pidió una cita es porque quería pedírtela.
- Bueno ya te entendí – agrego Sora – Pero aun así no creo que sea una buena idea, no soy su tipo
- ¿eso crees? Por qué en su repisa tiene una foto tuya
- ¿tiene una foto mía? – exclamo sorprendida y un poco avergonzada.
- Bueno no exactamente una foto tuya, sales con él y el tío Yamato. La verdad no sabía que eras tu hasta ahora.
No sabía cómo reaccionar al hecho de que Hana le dijera que Tai aún conservaba una foto con ella, realmente no debería importarle ese hecho, aunque por lo comentado por Hana ella ya sabe de que foto se trata, fue a ultima foto que se tomaron los tres juntos antes de que el abuelo e Tai muriera.
Dejando todo es a un lado tal vez podría aceptar tener solo una cita con el castaño. Solo para agradecerle el hecho de que se estuviera esforzando tanto en su estanque.
¿pero que estaba pensando? Ella no había tenía una cita en más de quince años y tener a Tai más cerca de lo que debería no es una buena idea que digamos.
- Sora – volvió a hablar la castaña – el tío Tai solo te ha pedid una cita no que te cases con él, ¿no crees que a menos podrías darle una oportunidad?
- Podría dársela, pero creo que tener una cita no arreglara nada de lo que le preocupa a tu tío Hana.
- Es ovio que no se va a arreglar en una sola cita. Pero ¿no crees que es un buen comienzo para él? ¿un decirle "si" a la felicidad?
- Supongo que si – admitió la pelirroja
- ¿podrías ir a decirle que cambiaste de idea? – rogo Hana -. por favor...
Era una locura y ella lo sabía. Pero había algo irresistible en los ojos de la adolescente: "luz y esperanza". Tal parecía que había heredado las dos cualidades de su padre, aunque también tenía un poco el carácter del tío. Y además quería contribuir un poco en devolverle la felicidad a Tai. Así que solo suspiro.
- Bueno, está bien – dijo finalmente.
Hana Sonrio y la abrazó durante un largo rato. Solo por ese gesto ya casi merecía la pena. Aunque no sintió lo mismo cuando atravesó el jardín con sus shorts desgastados, su pelo rebelde danzando por su cabeza y ni una pisca de maquillaje.
Se detuvo a poca distancia de donde estaría el estanque algún día. Por el momento, había un horrible desorden de tierra amontonada. Tai estaba en el fondo del agujero.
- ¿vas a hacer un estanque o una piscina? – pregunto ella, eludiendo porque había id ahí.
- Es un túnel a la zona oscura – comento él sombríamente -. Estoy escapando de las mujeres, es la triste historia de mi vida.
Tal parece que su rechazo le había afectado más de lo que esperaba, ¿será por qué fue ella quien lo rechazo o solo fue el rechazo en sí?
- Si lo que quieres es escapar de las mujeres, entonces no deberías tener fotos mías en tu estudio.
- No tengo fotos tuyas en mi estudio. Caray Hana tiene una boca muy grande.
- Yo diría que es de familia – comento la pelirroja con una sonrisa.
- Bueno te alegrará saber que hoy logre avanzar más de lo que esperaba, así que pronto estará listo el estanque.
- ¿sabes? – dijo rápidamente –. He cambiado de idea
Las furiosas paladas se detuvieron. Tai se quedó quieto. Descansó las manos en el extremo de la pala, apoyo su barbilla sobre sus manos y la miro con unos ojos profundos.
- Bueno, supongo que podríamos tener una cita – respondió el fríamente
Durante unos instantes, Sora pensó que ahora sería el quien la rechazaría como venganza por lo de hace unos momentos.
- De acuerdo – dijo finalmente después de una larga pausa solo para continuar con su trabajo.
- De acuerdo – murmuro ella.
Lo contemplo fijamente por unos momentos, solo para dar media vuelta y marcharse del lugar.
Esa misma noche el castaño se encontraba en un bar tomando un trago con cierto hombre rubio. Debido al trabajo de ambos era muy difícil que los dos se reunieran. Pero cuando podían se reunían sin dudarlo.
El rubio solo se encontraba burlándose a carcajadas de la historia que Tai le estaba contando.
- ¿enserio le tiraste la jarra encima? – pregunto el rubio sin dejar de reírse.
- No le veo el chiste Matt
- Lo siento viejo, pero debes admitir que fue algo gracioso.
La verdad es que Tai tenía un círculo social muy pequeño, pero si sabía que había alguien con quien pudiera hablar de sus penas y desahogarse, era con Yamato Ishida el otro tío de Hana.
Se podría decir que alguna vez fue el rival de amores de Tai puesto que ambos en el instituto eran unas bombas para las chicas. Pero al final los dos iban detrás de la misma pelirroja.
- Estoy algo nervioso Matt, no estoy seguro de que hacer – comento el castaño mientras le daba un sorbo al trago que tenía en frente.
- ¿Qué esperabas? Le rompiste el corazón y quince años después te apareces como si nada.
- Sabes que no fue culpa mía, Mimi fue la que se me abalanzo hacia mí.
- Bueno ahora tienes la oportunidad de enmendar las cosas.
- ¿a qué te refieres matt? – pregunto el castaño arqueando una ceja.
- Dime ¿aun la amas?
El castaño no contesto a la pregunta de su amigo, ya que era más que obvio que aun sentía algo por la pelirroja. Se quedo mirando por unos instantes el vaso de whiskey que tenía frente suyo. El rubio al ver la reacción de su amigo simplemente esbozo una semisonrisa para luego darle un último trago a su bebida.
- Hana se ha encariñado mucho con Sora, así que trata de no echarlo a perder esta vez Tai.
El rubio tomo su billetera para sacar su parte de la cuenta y ponerla sobre la mesa.
- Tengo un vuelo de Tokio hasta Los ángeles mañana, así que debo irme viejo. Pero después me tomare unos días libres así que me gustaría pasar a saludar a Hana.
- De acuerdo Matt, entonces nos veremos luego.
- Tu no te mortifiques con la cita Tai, solamente se tú mismo y veras como todo sale bien.
Fue lo último que le comento el rubio antes de salir de aquel bar dejando al castaño con que pensar. ¿acaso la vida le está dando una segunda oportunidad para ser feliz?
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