Capítulo VI: Mi Tempestad


Matt se había adentrado hasta las entrañas del bosque en la espalda de Garurumon, Kari y Tk también estaban con él, pero no habían tenido suerte, se estaba haciendo más tarde y tenían que regresar antes de que el Sol se ocultara, Matt iba de regreso resignado cuando la castaña logra ver algo

- Oigan, miren en el suelo – dijo señalando una banda tirada en el suelo. Garurumon se dirigió a ese lugar haciendo que la castaña bajara de inmediato – Es de mi hermano la reconocería donde fuera

- ¿pero dónde está Tai? – pregunto el mayor de los rubios

- No debería estar lejos de aquí, hasta ahora es la única pista que tenemos

- ¿crees que puedas seguir su rastro Garurumon?

- Creo que si Matt, pero se está haciendo tarde, será difícil seguir un rastro en la oscuridad – Respondió un cansado Garurumon

- Que les parece si descansamos aquí, así mañana podríamos seguir el rastro de Tai – sugirió la gata y aunque la mayoría estaba de acuerdo Matt prefería seguir buscando a su amigo, pero sabía que su compañero necesitaba descansar.

- Iré a buscar leña para prender una fogata – respondió finalmente el rubio – recuerden que estamos en una zona del Digimundo totalmente desconocida, así que tendremos que tener cuidado por cualquier cosa

Matt se adentró en el bosque dejando a Garurumon al cuidado de ambos adolescentes, Takeru solo volteo a mirar a Hikari la cual no paraba de soltar lágrimas, era más que obvio que estaba completamente preocupada por su hermano, lo único que este pudo hacer por ella en esos momentos fue acercarse para darle un cálido abrazo.

- Solo espero que podamos encontrar a mi hermano lo antes posible – comento la castaña entre varios sollozos

- Tranquilízate, Kari – comento el ojiazul mientras acariciaba el castaño cabello de la chica – Tai es alguien demasiado fuerte como para ser vencido tan fácil por el enemigo, estoy seguro que donde sea que se encuentre estará bien

- Gracias TK, sé que siempre puedo confiar en ti

- Te prometo que todo estará bien.

Hikari no dejaba de abrazar a Takeru, se sentía protegida estando en los brazos del rubio. Sentía que nada le podía pasar estando a su lado. TK simplemente acaricio el rostro de la castaña para limpiar sus lágrimas quedando ambos mirándose fijamente por unos segundos, el rubio se fue acercando lentamente hacia el rostro de la joven castaña levantando un poco su mentón. Esta solamente cerro los ojos y envolvió sus brazos alrededor de su cuello hasta que ambos se fundieron en un beso.

A lo lejos, el mayor de los rubios los observaba mientras una pequeña semi sonrisa se dibujó en su rostro, no quería estropear aquel momento, así que simplemente decidió mantener su distancia entre la joven pareja.

- Me alegro que por lo menos ustedes dos puedan ser felices – susurro mientras se alejaba del lugar

Mientras tanto el castaño intentaba descansar siguiendo las peticiones de Quironmon, pero un sueño lo estaba perturbando en esos momentos. Él se encontraba tirado en medio de lo que parecía un campo de batalla, intentaba levantarse, pero una gran herida en medio de su pecho impedía que pudiera hacer cualquier movimiento, su vista era prácticamente nula, pero a lo lejos logro distinguir la silueta de cierta chica, la cual corría hacia su dirección con el rostro completamente lleno de lágrimas, al enfocar más su vista logro distinguir los anaranjados cabellos de Sora. Inmediatamente la pelirroja coloco sus ambas manos sobre la herida del castaño mientras las lágrimas que salían de esos ojos color miel comenzaban a caer sobre el cuerpo de Tai.

- No llores, – comento el castaño con las pocas fuerzas que tenía –no es nada, es solo una simple cicatriz – volvió a comentar el castaño en un intento de tranquilizar a su amada, pero ella no paraba de llorar, el solo observaba la borrosa figura de Sora, ella parecía estar hablándole al castaño desconsolada, pero este no lograba escuchar lo que la pelirroja decía – parece que... no puedo distinguir bien – el castaño logro levantar su mano para acariciar el rostro de Sora y así poder limpiar las lágrimas que brotaban de sus ojos - Ya no llores por favor Sora, jure que te protegería de todo aunque fuera a costa de mi vida, por favor, no llores.

Levanto un poco la mirada para quedar frente a los ojos color avellana de la pelirroja, solo para que segundos después este fuera cerrando los ojos poco a poco, siendo esa la última imagen que tendría de su amada.

- ¡Sora! – exclamo el castaño despertando de golpe, inmediatamente llevo su mano hacia su pecho en el lugar donde tenía aquella herida de muerte – menos mal, tan solo fue un sueño – susurro con alivio

- ¡Tai! – Exclamo Agumon al escuchar la reacción de su amigo – ¿te encuentras bien?

- Tranquilo amiguito, tan solo fue una pesadilla – Tai intento de levantarse, aunque aún sentía dolor por sus heridas ya le era más sencillo moverse – necesito tomar un poco de aire fresco

El castaño salió de la habitación donde se encontraba descansando, inmediatamente su atención se centró en todas las inscripciones que se encontraban grabadas dentro de las paredes del templo, recordó lo sucedido hace un rato, así como las palabras que Quironmon le había dicho.

"Eres la reencarnación de Raziel"

Volvió a colocar su mano sobre el muro esperando encontrar algunas respuestas, pero esta vez nada sucedió, este simplemente esbozo una semisonrisa mientras una leve risa salió de él.

- Debo estar comenzando a perder la cabeza. – susurro el castaño sin apartar la mirada de aquellos grabados – Ojalá Izzi estuviera aquí, estaría encantado con todo este lugar.

En esos momentos se había dado cuenta, sin pensarlo dos veces fue tras Astamon sin decirle a nadie. Seguramente ninguno de sus amigos sabia donde se encontraba él y mucho menos Sora, era muy probable estén buscándolos por todas partes. Lamentablemente no tenía forma alguna de poder comunicarse con ellos, lo único que podía hacer era esperar a que sus heridas se curaran y seguir el entrenamiento que Quironmon le dará. Esa era la única opción que tenía si quería recuperar a Sora.

- Kari debe estar muy preocupada por mí. – comento mientras pensaba en su pequeña hermana, de pronto una extraña sensación se apodero del castaño – Tengo un mal presentimiento, solo espero que todos ellos se encuentren bien.

A medida que la noche iba transcurriendo, cierto rubio se encontraba frente a una fogata. TK y Kari se encontraban durmiendo al lado de sus digimon mientras este se encontraba haciendo guardia. Gabumon también estaba durmiendo, por lo cual él era el único despierto por si cualquier cosa sucedía.

La fogata estaba perdiendo fuerza, así que decidió levantarse para intentar avivarla cuando nota que algo cae de la chaqueta que traía puesta. No se había dado cuenta por toda la conmoción de la situación, pero este había tomado la chaqueta del castaño sin darse cuenta.

Le dio curiosidad de ver lo que había dentro de esa pequeña caja, pero sus ojos se abrieron de par en par al ver el anillo que este pensaba regalarle a Sora. Ahora entendía el extraño comportamiento de su amigo. La culpa comenzó a apoderarse del rubio, después de todo él fue la causa de la infelicidad de su amigo, y ahora que podía tener un momento de tranquilidad tenía que suceder todo esto. Pero ahora no era momento para sentirse así, tenía que encontrarle lo antes posible. Trato de dejar el asunto a un lado regresando el anillo a su lugar.

Al meter su mano en el bolsillo de la chaqueta logro encontrar una cajetilla de cigarrillos que guardaba él castaño.

- Eres un maldito Tramposo Yagami – comento el rubio para luego sacar un cigarrillo de la cajetilla.

Después de la muerte de su abuelo, el castaño había comenzado a fumar. Por su parte el también comenzó debido a ciertas influencias que tuvo con antiguos compañeros de su banda. Prácticamente fue Sora quien confronto a ambos chicos para rogarles que dejaran el cigarro, le tomo tiempo, pero ambos chicos finalmente accedieron a las peticiones de la pelirroja. Pero tal parece que Tai aún conservaba una cajetilla. De pronto alguien se acercó al lado del rubio sacándolo de sus pensamientos

- Pensé que habías dejado de fumar – comento TK sentándose al lado de su hermano

- Lo hice – respondió mientras prendía el cigarrillo – pero necesitaba uno en estos momentos

El silencio se apodero entre ambos hermanos, Matt solo se limitaba a mirar el cielo mientras poco a poco se consumía el cigarrillo y expulsaba el humo por su boca, TK solamente le observaba con un poco de preocupación. En parte entendía a su hermano, las dos personas más importantes para él se encontraban desaparecidas. Finalmente fue el mayor quien decidió romper aquel silencio.

- Sabes TK, soy el peor de los amigos – comento el mayor de los rubios con una voz quebradiza

- ¿de que estas hablando hermano? – pregunto TK, sorprendido ante el comentario de Matt

- Tai ha sido mi mejor amigo desde que nos conocimos, me ha apoyado y acompañado en todo momento – comenzó a contar mientras una sonrisa amarga comenzaba a formarse en su rostro - ¿y cómo le pago? Robándole al amor de su vida

Un recuerdo comenzó a manifestarse dentro de la mente del rubio. Días después de que él y Sora habían formalizado su relación, él y Tai estaban teniendo una conversación, era uno de los muchos intentos del rubio para que Tai se uniera a su banda.

- Por favor Tai, necesitó un guitarrista – suplico el rubio – y tú eres el mejor que conozco.

- Créeme, mi idea de fin de semana no es el de estar encerrado en un garaje con tres chicos mientras discutimos quien es el que tiene más fans, sabes que ganaría yo – respondió el castaño – además, eso interferiría con mis entrenamientos.

- Es una lástima, en verdad no conozco mejor guitarrista que tu – comento Matt desanimado – en fin, creo que es hora de irme, le prometí a Sora que comeríamos juntos

Las palabras del rubio provocaron un cambio de actitud repentina sobre su amigo, y no era de sorprenderse, después de todo el mejor que nadie sabía los sentimientos que Tai tiene hacia Sora. Y a pesar todo ahí se encontraban ambos, hablando como si nada pasara, pero sabía que el castaño estaba ocultando todo ese dolor que sentía.

- Creo que es hora de hablar sobre el elefante en la habitación – hablo el rubio, pero Tai solo trato de evadir el tema.

- No tenemos nada de qué hablar Matt, ella tomo ya tomo su decisión y lo respeto – respondió el castaño, después de todo el mismo fue quien le dio el valor a la pelirroja de dar el primer paso.

- Me alegra que estés tomando todo este tema con madurez, pero este no eres tu Tai, yo sé que en estos momentos sientes un gran dolor dentro de ti, y yo soy la causa del mismo.

- No es tu culpa Matt, esto no hubiera pasado si no fuera un cobarde incapaz de revelar mis sentimientos – una sonrisa amarga se dibujó en el rostro del castaño, pero sin dejar al lado esa mirada de tristeza

- Viejo, no quiero que te sientas así, aún estoy a tiempo de hablar con ella y termi...

Antes de que el rubio pudiera terminar de hablar, Tai se acercó hacia al rubio para tomarlo bruscamente de su chaqueta, tal parecía que finalmente comenzaba a sacar la ira que tenía dentro de él.

- Si te atreves a romperle el corazón, te juro que te mato – exclamo el castaño, parece que Matt finalmente había logrado que Tai sacara esa ira que tenía dentro.

- Tranquilízate, te prometo que no haré nada que le haga daño a Sora.

El castaño miro por unos momentos a su amigo para luego soltarlo, este solo comenzó a tomar aire, pensaba que Tai enserio le propinaría una golpiza en esos momentos.

- ¿te puedo pedir un favor? – pregunto un poco más tranquilo, aunque su voz se comenzó a escuchar más quebradiza de lo normal, el rubio simplemente asintió – Te entrego mi tesoro más preciado, así que cuídala mucho Matt, promete que la protegerás de todo – hablo el castaño dejando completamente sorprendido a su amigo

- ¿estás hablando en serio viejo?

- Promételo

- Tranquilo Tai, prometo que la cuidare – dijo finalmente

Esas palabras dejaron completamente sorprendido al rubio, ¿en verdad Tai estaba dejando ir al amor de su vida?

Poco después de eso el abuelo de Tai falleció, provocando así un cambio de 180 grados en la personalidad del castaño, aunque tratara de aparentar cuando se encontraba con sus amigos, ya no era ese Tai tan jovial y enérgico de siempre, ahora su mirada reflejaba tristeza y solamente la pelirroja podía sacarlo de repente de aquella oscuridad.

- Soy realmente una basura – se seguía culpando el rubio mientras le daba una última bocanada al cigarro

- ¿es por eso que te empeñas en encontrarlos?

- Es lo menos que puedo hacer por él – contesto Matt – Si conozco bien a ese idiota, no descansará hasta encontrar a Sora, así que debo ayudarle a toda costa.

- Kari también está muy preocupada por él, jamás la había visto de esa forma – comento mientras miraba como dormía la castaña al lado de Patamon y Gatomon.

- Amenos ella siempre tendrá a su caballero de brillante armadura para reconfortarla – Agrego el rubio mayor lanzándole una sonrisa pícara a su joven hermano.

- Así que nos viste – comento un poco avergonzado

- Cuando volvía con la leña – dijo mientras comenzaba a revolverle el cabello a TK – Mi pequeño hermano está creciendo

- Llevamos ya una semana saliendo, la verdad siempre hubo algo entre nosotros, pero recién lo formalizamos

- Ya quisiera ver la cara de Tai cuando se entere – comento el mayor de los rubios mientras comenzaba a imaginar las reacciones del castaño

- De hecho, Hikari siempre le cuenta todo a su hermano, así que fue el primero en enterarse, te quería contar a ti también, pero estabas demasiado ocupado con tu banda que no logre encontrar el momento – respondió un apenado TK.

- Lo comprendo, al parecer no solo soy un pésimo amigo, también soy un pésimo hermano – dijo mientras volvía a esbozar esa sonrisa culposa - ¿y qué tal lo tomo?

- Bueno, la verdad estaba esperando una paliza por parte de él – comenzó a explicar el joven rubio encogiéndose de hombros – pero lo único que recibí fue la aprobación de Tai y las palabras que cito y lo repito "si le partes el corazón, te parto la cara"

- ¿estás seguro que dijo eso? ese no parece el Tai sobreprotector que conozco – comento en tono de burla, aunque fueron las mismas palabras que el castaño le había dicho

Los dos hermanos continuaron charlando frente a la fogata sin darse cuenta que la castaña se despertó súbitamente despertando también a los Digimon que dormían a su lado.

- ¿te encuentras bien Kari? – pregunto la gata blanca, pero esta no obtuvo respuesta de su amiga

Al darse cuenta, ambos rubios fueron inmediatamente donde ella al notando que tenía los ojos completamente perdidos.

- Maldición, reconozco ese estado – comento TK

- Algo me está llamando – fue lo único que dijo la castaña para comenzar a adentrarse más en el bosque.

Los rubios junto con sus compañeros Digimon comenzaron a seguir a la castaña esperando que no se tratara de alguna trampa del enemigo, no saben cuánto tiempo habían caminado, pero llegaron a las puertas de un templo en ruinas quedando completamente confundidos. De pronto en el pecho de la castaña comenzó a manifestarse el brillo de su emblema dejando realmente sorprendido a los presentes, después de todo ellos habían sacrificado el poder de sus respectivos emblemas por el bien del mundo digital hace varios años.

- Debemos entrar – volvió a comentar la castaña adentrándose al templo siendo seguida por sus amigos los cuales aún estaban conmocionados por lo sucedido.

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