«¡Evolución explosiva! Greymon».



Ocho de los niños que participaban en el campamento fueron enviados por lo que Natsumi bautizó como ''dispositivos'' a la Isla File donde viven unas misteriosas criaturas llamadas ''Digimon'', pero al llegar nuestros protagonistas fueron atacados por un digimon maligno con aspecto de insecto llamado Kuwagamon. Sin embargo, gracias a las pequeñas criaturas, que también eran los respectivos compañeros de los niños, digievolucionaron y combatieron contra Kuwagamon y lo vencieron, pero aún así el grupo se encontraba de nuevo con un grave peligro.



Todos gritaban con desesperación mientras que sus cuerpos cortaban el viento que los envolvía por la caída. Por desgracia el suelo se había resquebrajado por el ataque de Kuwagamon, teniendo como resultado la caída de los chicos. Se escuchaba a los digimon gritar por los nombres de sus respectivos compañeros, y intentando ayudarles con sus ataques o habilidades pero no daba resultado.

—¡Sora!— exclamó una asustada Natsumi, la cual le tenía un miedo terrible a las alturas—¡Dame la mano Natsumi!— las dos hermanas se abrazaron, pero Biyomon la cual estaba aguantando su peso no pudo con ellas y cayeron una vez más por la fuerza de la gravedad. Fue un alivio descubrir que no habían caído al agua ya que la habilidad de Gomamon las salvó y junto a ella al resto de los niños. Natsumi y Sora tocaban a los peces que formaban la balsa en la que se encontraban. Eran de aspecto lindo, con grandes ojos y de diversos colores.

—Estamos salvados— dijo Taichi pero no le dio tiempo a respirar cuando se veía como Kuwagamon caía desde el mismo lugar que ellos. Gomamon aumentó la velocidad, y junto a ella unas enormes olas se hizo presente ante el grupo de niños, con suerte llegaron a la orilla y pudieron respirar tranquilos.

—Esta vez si nos salvamos...— dijo Taichi mientras secaba sus lentes— Por favor que no vuelva decir algo así, trae mala suerte—Natsumi lo dijo para sí misma, pero Taichi pudo escucharla y le miró con cara de molestia, Sora rió nerviosamente por el comportamiento entre ambos, siempre estaban así. Por alguna razón era como dos imanes que se repelían.

—¿Acaso no era eso una balsa hecha de peces?— preguntó Joe mientras intentaba guardar la compostura. Gomamon se acercó a él.

—Eso era la marcha de peces, yo tengo la habilidad para controlar los peces a mi voluntad—¡Genial! ¡Muchas gracias por salvarnos Bucamon!—Joe se corrigió— Perdón, ahora eres distinto...—¡Así es! ¡Mi nombres es Gomamon!

—¿Y a ti que te sucedió Tokomon?— pregunto Takeru inocentemente— Ahora soy Patamon.

—Nosotros hemos digievolucionado—dijo Agumon— ¿Digievolucionar? ¿De que hablas?— preguntó Taichi.

—Eso es el cambio. Hay seres vivos que sufren una evolución a lo largo de sus vidas.—Dijo Natsumi mientras tocaba la cabeza de Agumon, parecía que le había caído en estima, no como su compañero humano.

—¿Eh?— pronunció Taichi confundido, Natsumi chasqueó su lengua—Se supone que algunos seres vivos pasan evoluciones físicas cuando pasan por una etapa de cambio de máxima gravedad.— añadió Koshiro a lo que dijo Natsumi, parecían entenderse entre ellos. 

—¡Exactamente!— contestó Tentomon, entonces es cuando los digimon comenzaron a decir sus nuevos nombres.

—Umm... Entonces ahora ¿eres más fuerte que antes, no? ¿Incluso si digievolucionan eso quiere decir que vosotros seguís siendo digimon?— Agumon asintió, pero Natsumi miraba la escena con preocupación, Sora se dio cuenta de ello y al mismo tiempo Koshiro la observaba.

—¿Que sucede Natsumi?— preguntó Sora preocupada— Esto puede traernos problemas, deberíamos mirar la forma de regresar, además si ellos están aquí eso quiere decir que más peligros vendrán. Quiero regresar.

—Tienes razón pero...—Koshiro observó a Taichi y Agumon, Natsumi imitó su acción.

—¡Me alegro de haberte encontrado, si no fuera por ti Tai no hubiese encontrado la manera de digievolucionar! ¡Fue gracias a vosotros!— dijo Agumon con alegría.

—¿Entonces tu también Biyomon?— preguntó Sora mientras se ponía en cuclillas—¡Si!— contestó enérgicamente, Natsumi observaba como todos los digimon sonreían ante las preguntas de sus compañeros. Eso le hizo preguntarse... ¿Porqué era la única que no tenía? Realmente no le interesaba tener un digimon a su lado, ya que eso significaba, posiblemente no regresar a su hogar. La palabra hogar surcaba su mente, pero... ¿Realmente era su hogar? Incluso pasado varios años, ella no lo consideraba como uno. Pero todo era mejor que un mundo en el que posiblemente moriría. Taichi la observó durante un momento, y increíblemente se sintió preocupado.

—¿Y ahora que debemos hacer?— preguntó Yamato— Regresar, eso esta claro, solo hemos de orientarnos.— contestó obvia Natsumi.

—Deberíamos volver al lugar de inicio, debemos esperar a que algún adulto venga en nuestro auxilio— Dudo mucho que eso sea posible...—susurró para sí misma, Koshiro se dio cuenta de ello.

—De todas formas, no podremos llegar a ningún lado si no sabemos donde estamos— Natsumi asintió ante ello— Tienes razón, este lugar no parece ser la zona en la que nos encontrábamos, las plantas tienen aspecto tropical.

—Dudo mucho de que sean tan si quiera tropicales—añadió Natsumi— Eso es cierto.— contestó Joe.

—Como caímos a este lugar tiene que haber un camino de regreso—añadió Joe mientras cruzaba sus brazos.

—Cierto, tal vez si regresamos posiblemente encontremos una pista del porqué estamos aquí— Natsumi observó la situación y calló.

—¡¿Qué?! Pero tal vez, haya más monstruos como el que nos encontramos— gritó Mimi asustada—Digimon— le corrigió Natsumi— Oh, si cierto.

—¿Y qué pasa con los humanos? ¿No hay alguna ciudad o algo por estilo?— preguntó Taichi, Agumon negó con la cabeza—En este lugar solo habitan los digimon, no hay más como vosotros.—Esa respuesta confirmó las dudas de Natsumi.

—Bueno, entonces sigamos adelante. Hace un instante pude ver el mar a lo lejos— dijo Taichi alegremente, mientras comenzaba a caminar— ¡Espera! ¿A donde vas?— preguntó Yamato— Si nos quedamos aquí no haremos nada.

—Bueno eso es cierto— contestó Koshiro— ¿Deberíamos?— le preguntó Yamato a Sora, ella miró a Natsumi la cual comenzó a caminar— Aquí no lograremos nada, vayamos.

—Deberíamos quedarnos aquí...— Joe hablaba solo, se dio cuenta de ello cuando Gomamon lo llamó, ya que el grupo comenzaba a alejarse.

Comenzaron a caminar a la vera de un río, charlando animadamente.

—Esto definitivamente no es Japón— afirmó Joe, Natsumi suspiró—Menudo genio— Taichi soltó una risa ante el comentario, Natsumi chasqueó la lengua.

—Así que monstruos digitales, pero ninguno parece ser una maquina o que tengan relación con la electricidad...— dijo Koshiro mientras se llevaba su mano al mentón— ¿Quieres electricidad? ¡Mira!— dijo Tentomon mientras hacía presencia de su habilidad eléctrica, Natsumi sonrió.

—Oh, has sonreído, pensaba que nunca lo hacías— dijo Mimi alegremente, Natsumi la miró con mala cara y Sora rió nerviosamente.

—¿A ti que te importa?—le dijo con mala cara, Mimi se asustó y Sora la regañó—Ahora que lo pienso...¿Porque Natsumi-san es la única que no tiene un digimon?— todos se detuvieron observándola, Natsumi mantenía una expresión neutra.

—No lo necesito, se cuidarme sola— dijo mientras miraba a Agumon— De todas formas no creo que haya digimon que quiera ser tu compañero si eres tan borde— contestó Taichi cruzando sus brazos y llevandolos a su cabeza, Sora le dió un codazo.

—Pero...ella...— Patamon parecía querer decir algo, pero Gomamon lo interrumpió.

—¡Hey chicos! ¡Veo el mar!— todos alegremente corrieron hacía adelante, cuando escucharon él sonido de teléfonos. Cuando llegaron divisaron cabinas telefónicas las cuales emitían un sonido de llamada. Todos se acercaron a una menos Natsumi, la cual se mantenía precavida.

—¿Tu no vas llamar a casa?— preguntó Agumon, ella le miró— Bueno, vivo con Sora así que ella puede hablar con la tía— ¿Tía? ¿No tu mamá?— preguntó Agumon, ella no contestó—Tampoco tendría nada que decirle, y además esto me parece muy sospechoso.

Al tiempo todos se habían rendido con las cabinas, Natsumi observaba a los alrededores preocupada. Tenía un mal presentimiento. Sora la llamó pero no hizo caso omiso, se sentó en la arena y entonces se dio cuenta de que a lo que ella había llamado ''dispositivo'' estaba agarrado a la tira de su bandolera. Koshiro se acercó.

—¿Que crees que sean?— ella negó con la cabeza—Pienso que es un dispositivo— ¿Porqué?— es lo que me viene a la mente al verlo, no es un móvil, tampoco un GPS...— contestó mientras lo observaba con detenimiento.

—¿Has visto? Tiene unas letras extrañas en el centro...—Koshiro revisó el suyo y asintió.

—Hey Koshiro vayamos por algo de comer— interrumpió Taichi, habían llegado al punto en el que decidieron quedarse a descansar y almorzar. El grupo se reunió y comenzaron a recopilar todos los objetos y alimentos que fueran útiles.

La tierra comenzó a temblar cuando los niños se habían reunido en tranquilidad. Biyomon se levantó de su sitio. 

—¿Que sucede?— preguntó Sora—Se acerca— contestó ella. Entonces agua comenzó a salir con fuerza destruyendo las cabinas. La arena se convirtió en un torbellino y de ella comenzó a verse una concha de gran tamaño.

—¡¿Que es eso?!— preguntó Mimi alterada— ¡Es Shieldmon!— contestó Tentomon

—¡¿Es una especie cangrejo ermitaño?!— preguntó Natsumi—¡Este debe de ser su territorio!— añadió Tentomon.

Shieldmon comenzó a lanzar sus ataques y Joe que se encontraba escalando cayó hacía abajo, su digimon preocupado lo nombró y recibió el mismo trato. Los digimon se reunieron y comenzaron a atacar, pero cuando lo hicieron se dieron cuenta de que sus ataques no tenía potencia alguna.

—¡¿Qué les pasa?!— gritó alterada Mimi— Deben de estar agotados por la última pelea— contestó Natsumi mientras intentaba despertar a Joe— ¡¿Qué?— dijo Sora preocupada.

—¡Sus técnicas no funciona!— exclamó Yamato— Natsumi debe de tener razón, no tiene fuerzas para pelear— afirmó Koshiro.

Taichi animaba a Agumon a pelear y este pudo dañar ligeramente a Shieldmon.

—¿Porqué él puede dañarlo?— preguntó Koshiro—Lo siento, tenemos mucha hambre— Koshiro miró a Natsumi—¡Eso es!— emitieron al mismo tiempo.

—¡Saquen la comida! ¡Es por eso que no tiene fuerzas!—gritó Koshiro.

Taichi de manera poco consciente se uso de señuelo a sí mismo para batallar contra Shieldmon.

—Ese idiota...— pronunció preocupada Natsumi—¡Tai!— exclamó Sora. Taichi fue agarrado por Shieldmon y balanceado por él, estaba apretado sus largo tentáculos en su cuerpo, mientras que Agumon era aplastado por él.

—¡¡Agumon!!— gritó desesperado Taichi—¡¡Tai, resiste!!— entonces es cuando una brillante luz y sonido se hizo presentes.

—¡¿Qué sucede?!— gritó Taichi—Esta digievolucionando...— dijo Natsumi sorprendida, Shieldmon soltó a Taichi y salió en el aire y cayó en el suelo. Se levantó rápidamente, pero uno de los ataques que esquivó Greymon fueron directos hacia Tai. Pero entonces alguien lo salvó, fue Natsumi.

—Gra-gracias...— dijo mientras que la ayudaba a levantarse, ella no contestó. Greymon lanzó una llama de gran tamaño debilitando al otro digimon, cuando lo derrotó, Greymon regresó a ser Agumon. Taichi y Natsumi se acercaron hacia él.

—¡¿Estas bien?!— preguntó Natsumi mientras lo acariciaba— ¡Volviste a ser como antes! ¡¿Te encuentras bien?!— preguntó Taichi— Tai...tengo hambre— ambos sonrieron a Agumon.

Al cabo de un rato, un preocupado Joe se encontraba intentando conseguir comunicación por una de las cabinas destrozadas, los niños hablaban entre si de alejarse del lugar, ya que seguramente Shieldmon no había sido totalmente derrotado. Ya no había razón para quedarse en el lugar. Llegaron a la conclusión de que alguien los había llevado a ese lugar por alguna razón, pensando que eran humanos los culpables de ello decidieron salir en su búsqueda.

—¡Bueno entonces decidido! ¡¡Vamos allá!!— gritó Taichi entusiasmado, todos asintieron y comenzaron a caminar.

—Hey, Natsumi— Agumon se acercó a ella— ¿Qué sucede Agumon?— Gracias por ayudar a Tai— ella se sonrojó ligeramente— No era por él, si no por ti. Estoy segura de que estarías muy triste si algo le llega a pasar— Agumon rió ante su respuesta— Espero que tu compañera te encuentre pronto— contestó él— ¿Qué?— el digimon le había dejado con una gran incógnita. ¿Entonces si tenía un compañero digimon?

¡Y así fue como los ocho niños y los siete digimons comenzaron a caminar en un mundo lleno de aventuras!


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