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ღ Deportes ღ

El coliseo de hielo era frío y brillante, igual que siempre. Las luces colgaban del techo, iluminando la superficie congelada mientras los patinadores se deslizaban con precisión. Se escuchaban las cuchillas contra el hielo y el murmullo de los entrenadores corrigiendo a sus alumnos con severidad.

Desde las gradas, Shadow The Hedgehog tenía la mirada fija en Amy Rose. 

Había llegado unos minutos antes del final de su entrenamiento para las Olimpiadas, tal como habían acordado horas antes. La eriza rosa patinaba con seguridad, girando y saltando con movimientos fluidos. Su traje rosa destacaba su esbelta figura, y cada giro, cada pose que realizaba, parecía más perfecta que el anterior. Cuando terminó una pirueta, levantó la vista y lo encontró. Sus ojos esmeralda brillaron con emoción y le sonrió, saludándolo con la mano. El mayor apenas inclinó la cabeza en respuesta, pero eso fue suficiente para ella.

La joven bajó la mirada y notó algo que le causó una ligera punzada en el pecho. 

Al parecer, no era la única que miraba a Shadow. 

Un grupo de chicas, también patinadoras, susurraban entre ellas, mientras otras lo observaban sin disimulo desde el otro extremo de la pista. No era ninguna sorpresa; después de todo, el erizo de vetas rojas siempre llamaba la atención sin siquiera intentarlo. Amy sonrió para sí misma. No era celosa, ni mucho menos, pero tampoco iba a perder la oportunidad de presumir que aquel erizo tan atractivo y misterioso era su novio.

Se deslizó con naturalidad hasta donde él estaba y apoyó los brazos en la barrera de la pista, inclinándose ligeramente hacia adelante.

—Shadow, ¿podrías patinar conmigo?

Él parpadeó, sorprendido por la petición de su novia. No esperaba algo así, y menos en ese momento. 

—¿Por qué?— cuestionó, levantándose de su asiento para acercárse a la barra donde ella estaba apoyada. 

—Quiero practicar patinaje en pareja para las Olimpiadas—explicó sin rodeos—. Y tú sabes patinar bastante bien, así que podrías ayudarme.

Aquello tenía sentido. El erizo comprendía lo importante que era para Amy destacar en su presentación. Admiraba su dedicación y esfuerzo incansable, y sabía que ella había puesto su corazón en cada entrenamiento, y ahora estaba confiando en él para perfeccionar sus habilidades.

—Hn. Está bien —aceptó finalmente, encogiéndose de hombros—, pero que sea rápido. No podemos llegar tarde a la película.

La rosada parpadeó, sorprendida.

—¿Película? ¿Cuál Película?

Shadow suspiró con exasperación, como si fuera obvio.

—Tenemos boletos para Luna de Sangre , la segunda parte de Brillando al Sol, tu película de vampiros favorita—dijo con seriedad, intentando recordarle el importante acontecimiento que la había emocionado durante toda la semana pasada—. Dijiste que no podíamos perdernos el estreno.

La chica se quedó en blanco por un segundo antes de dar un pequeño salto de emoción. ¡No podía creer que él lo recordara! Brillando al Sol era su película de romance sobrenatural favorita en el mundo. Había esperado con ansias la segunda parte y, aunque Shadow apenas comprendía la historia de los personajes cuando ella se la contó, no solo aceptó acompañarla a verla, sino que, para su sorpresa y alegría, se aseguró de no olvidarlo.

—¡Eres el mejor! —exclamó riendo, sintiendo un calor inesperado en sus mejillas.

—Lo sé —respondió él con su característica arrogancia, aunque en sus labios se dibujó una leve sonrisa.

Amy sonrió y tomó su mano, entrelazando sus dedos con los de él antes de deslizarse hacia el centro de la pista. 

Las demás patinadoras y entrenadores se apartaron ligeramente para darles espacio, observando con curiosidad cómo la pareja de héroes se preparaba para su improvisada presentación. 

—Bien, empezaremos con lo básico. ¿Recuerdas cómo hacer un giro en pareja? —preguntó ella con una sonrisa luminosa.

El contrario asintió con seguridad.

—Solo dime qué hacer y lo haré —respondió con simpleza.

La ojoverse soltó una risita suave.

—Eso suena tan a ti —murmuró, antes de colocarse en posición.

Con un agarre más firme, comenzó a deslizarse hacia atrás, guiándolo en un movimiento circular. Shadow captó el ritmo enseguida, moviéndose con una fluidez sorprendente. Poco a poco, aumentaron la velocidad, girando en perfecta sincronía. La brisa helada acariciaba sus rostros, el sonido rítmico de las cuchillas sobre el hielo marcaba el compás, y la presencia cálida del otro los envolvía en una burbuja donde solo existían ellos dos.

Amy quiso llevarlo un poco más lejos.

—Voy a saltar. Asegúrate de darme el impulso correcto, ¿vale? —dijo, mirándolo con absoluta confianza.

Shadow asintió, sus ojos rojos reflejando la seguridad en su propia destreza. Con un movimiento preciso, la sostuvo por la cintura y, en el momento exacto, la impulsó con fuerza. Amy giró en el aire, su vestido esparciendo destellos de luz mientras flotaba con gracia, antes de aterrizar con precisión impecable.

—¡Lo hicimos perfecto! —exclamó la menor con alegría, tomando ambas manos del contrario y girando con emoción.— Entonces... ¿Crees que lo haga bien en la competencia? 

—No hay duda —afirmó sin atisbo de duda—. Vas a ganar el oro, Rose. No solo porque eres talentosa, sino porque tienes una determinación que nadie puede igualar.

Amy sintió su pecho llenarse de calidez ante sus palabras. Sonrió, sintiendo que podía conquistar cualquier obstáculo con Shadow a su lado.

—Gracias, prometo que daré lo mejor de mí —susurró.

Él la observó en silecio, pues verla así: radiante y libre, hacía que todo valiera la pena.

Finalmente, decidieron que la práctica había terminado. La heroína seacercó a la barrera y se quitó los patines con rapidez, volviendo la vista hacia su novio con entusiasmo mientras se colocaba su abrigo. 

—¡Vamos, tenemos una película que ver! 

—Hn. No querrás llegar tarde —murmuró con tranquilidad, pero una leve sonrisa suavizó sus rasgos.— Estoy seguro que podremos conseguir alguna de esas camisetas de la película que tanto querías si nos damos prisa.

 —¡Y compraremos un combo grande de palomitas!

 —Sí, un combo grande de palomitas...

Amy apretó su mano con cariño y asintió mientras salían del coliseo, dejando atrás la pista de hielo. 

Afuera, la brisa nocturna los envolvió con su frescura, pero ninguno de los dos pareció darle importancia. Estaban juntos, y eso bastaba para hacer que incluso la noche más fría se sintiera un poco más cálida. Sin soltar sus manos, compartieron una mirada que lo decía todo, como si en ese instante no hiciera falta nada más que la compañía del otro.

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JAJAJAJA BRILLANDO AL SOL es el "Crepúsculo" de este universo, y Amy es fanática de esta historia jajajaja.

Por cierto, esta historia también está ambientada en el mismo universo que mi One-Shot "Awakened", solo como curiosidad jsjsjsjs <3

Gracias por leer <3



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