♡ 18 ♡
ღ Al aire libre ღ
La brisa fresca del atardecer se colaba entre los árboles, removiendo las hojas con suavidad. El aire olía a pino y a tierra húmeda, mientras el lago reflejaba los colores cálidos del cielo. Alrededor de la fogata, las risas y las conversaciones se mezclaban con el chisporroteo de la leña.
Era uno de esos momentos donde todo parecía estar bien.
El campamento anual era una tradición que Sonic, Amy, Tails y Knuckles habían mantenido desde que eran niños, aunque eventualmente incluyeron a otras personas. Se trataba de una escapada a las montañas en la que se reunían para desconectar de la rutina, explorar la naturaleza y fortalecer su amistad. Durante el día, solían hacer caminatas por los senderos cercanos para explorar, nadar en el lago o incluso organizar pequeñas competencias deportivas entre ellos. Por la noche, se sentaban alrededor de la fogata a contar historias, cantar y asar malvaviscos. Era un evento especial para todos, un respiro de la vida cotidiana.
No habían enemigos, ni responsabilidades. Solo ellos, la naturaleza y el cielo infinito.
Amy miraba a su alrededor, sintiéndose contenta. Le encantaba pasar tiempo con sus amigos, pero el campamento este año tenía algo especial: Shadow estaba allí, por primera vez. Le había costado convencerlo, pero al final había aceptado. Aunque él seguía siendo tan serio como siempre, estaba segura de que terminaría disfrutándolo.
Ella realmente deseaba que se sintiera que formaba parte del grupo, no solo por ser su novio, sino porque todos eran amigos. Quería que pudiera relajarse, disfrutar del momento y olvidarse de cualquier preocupación mientras se divertía.
Shadow, sentado en uno de los troncos que rodeaban la fogata, observaba la escena con los brazos cruzados. No estaba acostumbrado a este tipo de reuniones, tanto ruido y alboroto no eran parte de su rutina. Sin embargo, ver a su novia tan feliz hacía que la situación no le pareciera tan molesta como debería. Desde su sitio, veía a Sonic contar una historia exagerada sobre una de sus aventuras, Knuckles y Tails riendo a carcajadas. A su lado, Cream abrazaba a Cheese con ternura, escuchando con atención las hazañas del erizo cobalto.
La eriza rosa se acercó al mayor con una sonrisa juguetona y le tendió un palo con un malvavisco.
—Vamos, al menos prueba uno —insistió, tomando asiento a su lado.
Shadow rodó los ojos y sostuvo la golosina sobre las llamas. Amy le dio un suave empujón con el hombro, divertida.
—No entiendo qué tiene de especial quemar la comida antes de comerla, Rose...
—Es parte del encanto del campamento —explicó la ojiverde con emoción.— Si deseas otro solo dímelo.
—¿Qué pasa, Shadow? ¿Comer un malvavisco es demasiado para ti? —bromeó Sonic con una sonrisa burlona y un guiño.
El erizo de vetas rojas soltó un suspiro, ignorándolo. Recordó la conversación que había tenido con Amy antes del viaje, cuando ella le pidió que tratara de llevarse bien con los demás. No le entusiasmaba la idea de socializar con su rival azul, pero le había prometido a ella que al menos lo intentaría. Así que, en lugar de responder a la provocación, centró su atención en el fuego.
—No le hagas caso, solo está bromeando.— comentó con suavidad, apoyándose ligeramente en su hombro, sintiendo la calidez del momento
Shadow la miró de reojo y, bajo la luz del fuego, su expresión se suavizó. No dijo nada, pero dejó que una pequeña sonrisa se asomara en sus labios.
Realmente disfrutaba esos momentos con ella.
De repente Sonic, haciendo uso de su velocidad, se metió en medio de los otros dos erizos con un salto, rodeándolos con sus brazos y esbozando una sonrisa traviesa.
—¡Bien, tortolitos! Es hora de jugar a algo —anunció con entusiasmo, haciendo que Amy soltara una risita y Shadow le gruñera de exasperación por haber arruinado el momento.
El equidna alzó una ceja, interesado.
—¿A qué tipo de juego te refieres? —preguntó, acercándose más a ellos.
—¡Verdad o reto! —exclamó la conejita con emoción, mientras Tails aplaudía suavemente a su lado, apoyando la idea.
—¡Oh, eso suena divertido! —dijo la ojiverde, mirando al Shadow con curiosidad para ver su reacción.
El erizo negro entrecerró los ojos y suspiró, pero al ver la mirada ilusionada de los más pequeños, simplemente asintió con un leve encogimiento de hombros.
—¡Genial! —exclamó el famoso héroe azul, frotándose las manos—. Vamos a hacer un círculo más cerca del fuego para empezar.
Todos se acomodaron alrededor de la fogata. El zorro de dos colas tomó una botella vacía de una de las mochilas y la colocó en el centro.
—Las reglas son simples —explicó—. Giramos la botella y la persona en la que apunte debe elegir entre verdad o reto.
—Vamos a ver quién tiene el valor de aceptar cualquier desafío que le ponga—comentó el equidna con una sonrisa desafiante.
Tails giró la botella con un movimiento ágil y todos observaron cómo daba vueltas hasta que finalmente se detuvo, señalando a Sonic.
—¡Oh, esto será interesante! —se burló la eriza con picardía—. Vamos, Sonic, elige.
El mencionado alzó su pulgar con una sonrisa confiada.
—¡Reto, por supuesto!
El zorrito intercambió una mirada cómplice con Cream, como si compartieran alguna especie de plan malvado.
—De acuerdo, tu reto es... ¡cantar una canción romántica a la persona que elijas!
Todos los demás soltaron una exclamación y Sonic fingió horror.
—¡Eso no es un reto, es una tortura! —se quejó, pero luego carraspeó y se puso de pie, buscando a quién dedicarle la canción.
—¡Vamos, señor Sonic! No hay escapatoria —dijo Cream entre risas.
Después de una breve pausa, Sonic sonrió de lado y, para sorpresa de todos, se giró hacia Shadow. Este último sintió una mezcla de vergüenza e indignación al ver esa expresión en el rostro de su rival.
—Bien, si tengo que sufrir, ¡Shadow también sufrirá! —bromeó antes de empezar a cantar de manera exagerada y dramática.
—¡Detente, bastardo! —gruñó, mirando a Sonic con una furia asesina mientras este seguía con su espectáculo, completamente inmune a la indignación del erizo negro.
—¡No puedo detener el llamado del amor, Shadow! —exclamó el de mirada esmeral, llevándose una mano a la frente, antes de lanzarle una mirada cómplice—. Pero si prefieres, puedo cantarle a Amy en su lugar...
La chica dejó de reír de golpe y frunció el ceño, poniéndose en pie con los brazos en la cintura.
—¡Ni se te ocurra, Sonic The Hedgehog! —exclamó con teatral indignación, apuntándolo con un dedo acusador—. ¡Primero intentas robarme a mi novio y ahora quieres coquetear conmigo! ¡Qué descaro!
El grupo estalló en risas por la mala actuación de los erizos azul y rosa. Knuckles tuvo que apoyarse en un tronco para no caerse al suelo, mientras Tails jadeaba, tratando de recuperar el aliento y la pequeña Cream tapó su boca con ambas manos, tratando de contener su risa sin éxito.
Shadow, por su parte, deseó en ese momento desaparecer del campamento. Si la escena anterior ya lo había avergonzado, el "reclamo" de Amy lo llevó al límite. Sintió que todo su cuerpo ardía y, con el ceño fruncido, se cubrió el rostro con una mano.
—Juro por el Caos que no volveré a venir a uno de estos campamentos... —masculló, con una expresión pura de humillación.
La eriza sonrió con picardía y le dio un besito en la mejilla con dulzura.
—Claro, claro, lo que digas~ —canturreó, acariciando las púas de su novio.
Shadow entrecerró los ojos y suspiró, consciente de la realidad: estaba atrapado. Por mucho que renegara, sabía perfectamente que terminaría volviendo. Después de todo, esa parecía ser su condena por el resto de su vida.
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JAJAJAJAJA LA INSPIRACIÓN VINO DE AQUÍ:
https://youtu.be/_OD2_L8SjC4
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