♡ 15.1 ♡
ღ Pelea PT.1ღ
Silver aterrizó apresuradamente en el departamento del Team Dark, tal como Rouge le había pedido por teléfono unos minutos antes.
"Es una situación crítica", le había dicho ella con desesperación.
Apenas cruzó la entrada, se encontró con la joven murciélago, quien lo recibió con evidente alivio, exhalando un profundo suspiro.
—Lamento la demora, Rouge. ¿Cuál es la emergencia? —preguntó Silver, intentando calmar su respiración agitada, pues había llevado sus poderes al límite para llegar a tiempo.
Sin decir una palabra, Rouge lo agarró del brazo y lo arrastró hacia el pequeño corredor del departamento. La urgencia en su actitud dejó confundido al erizo plateado, mas no opuso resistencia.
—¿La emergencia es aquí?—inquirió el de ojos ámbar, frunciendo el ceño mientras observaba todo el entorno con cierta inquietud.
La mayor no respondió de inmediato. Señaló la puerta de una de las habitaciones y lo empujó suavemente para que entrara. Silver, intrigado y un poco nervioso por tanto misterio, dio un paso adelante, pero cuando sus ojos recorrieron el interior, sintió un escalofrío apoderarse de su cuerpo.
El lugar era un completo desastre. Papeles arrugados y latas vacías estaban esparcidas por todo el suelo. Las cortinas permanecían cerradas, sumiendo la habitación en una penumbra opresiva. Sin embargo, lo que más captó la atención del erizo albino fue la figura de Shadow The Hedgehog luciendo miserable.
El erizo azabache estaba sentado al borde de la cama, con los codos apoyados sobre las rodillas y la mirada perdida en un punto inexistente. Su tez lucía más pálida de lo habitual, y aquella actitud imponente que lo caracterizaba parecía haberse desmoronado por completo.
Él no era el tipo que mostrara debilidad, y mucho menos de una forma tan evidente. Si había llegado a ese estado, algo realmente grave debía haber sucedido.
—¿Shadow? — susurró Silver, incrédulo.
Rouge resopló y se cruzó de brazos.
—Esta es la emergencia —dijo con seriedad.
El de ojos ámbar tragó saliva, todavía intentando procesar lo que veía. Dio un paso más hacia la cama, pero de inmediato desvió la mirada hacia Rouge, haciéndole un gesto con la cabeza para que salieran al pasillo y pudieran hablar en privado.
—¿Qué pasó? ¿Por qué está así?—preguntó en voz baja.
—No lo sé, lleva tres días comportándose raro. He intentado hablar con él, pero no me dice nada y no puedo manejar esto sola —confesó la mayor, recargándose en una pared—. Por eso te llamé.
El erizo la miró, desconcertado, y se señaló a sí mismo con una expresión de incredulidad.
—¿A mí? ¿Por qué yo?
Rouge resopló, como si la respuesta fuera obvia, y tomó al erizo albino por los brazos con impaciencia.
—Porque ya lo has motivado en otras ocasiones —explicó, con un toque de exasperación—. Pensé que podrías hacerlo de nuevo.
Hizo una pausa, suavizando ligeramente su tono antes de continuar.
—Además... después de Omega y yo, tú eres el amigo más cercano que tiene. No te lo dirá nunca en la cara, pero te respeta más de lo que crees. Y por eso sé que, si alguien puede sacarlo de este agujero, eres tú.
Esas palabras impactaron a Silver como un rayo. El erizo del futuro nunca se había considerado tan cercano a Shadow, pero si Rouge lo afirmaba, debía haber algo de verdad en ello.
—De acuerdo, intentaré hablar con él —dijo el albino, aunque no estaba del todo seguro de cómo hacerlo.
Rouge esbozó una pequeña sonrisa triunfadora y le dio una palmadita en el hombro antes de abandonar la habitación, dejándolos a solas. El erizo tomó aire profundamente, calmando sus nervios, y se acercó con cuidado, midiendo cada paso.
El de vetas rojas no levantó la mirada, ni reaccionó a su presencia. Permaneció inmóvil, atrapado en lo que parecía ser un abismo insondable, uno del que no sabía (o tal vez no quería) encontrar la salida.
—Shadow... ¿qué está pasando? Esto no es propio de ti.—preguntó con suavidad, temiendo decir algo que empeorara las cosas.— ¿Hay algo que pueda hacer?
No hubo respuesta.
Silver dejó escapar un suspiro, llevándose una mano a la frente. Sabía que lograr que Shadow hablara sería como intentar mover una montaña, pero ya estaba allí, y no pensaba retirarse.
—Escucha, no voy a dejarte así... —insistió con voz firme—, Dime qué pasó. ¿Qué pudo haber hecho que la "forma de vida definitiva" acabara en este estado?
El azabache alzó la mirada, mostrando un destello de molestia en sus ojos escalata.
—Déjame en paz, Silver. Esto no tiene nada que ver contigo —gruñó, pero su voz carecía del filo habitual, y aquello solo preocupó más al erizo del futuro.
—No, ya te dije que no voy a dejarte en medio de este desastre. Mírate, Shadow. Sea lo que sea que te pasó, tienes que enfrentarlo. Habla conmigo y dime cómo te dejaste vencer de esta manera.
Shadow cerró los ojos y se dejó caer hacia atrás en la cama, apoyando la cabeza en las manos. Parecía un gesto desesperado para no enfrentar la realidad.
—Eres terco, ¿lo sabías? —murmuró resignado.
—Lo aprendí del mejor —respondió Silver, esbozando una sonrisa que se desvaneció casi de inmediato—. Ahora, dime qué pasó. Tiene que haber sido algo serio para que luzcas tan patético.
Shadow lo fulminó con la mirada, indignado por el insulto.
—Incluso así, podría noquearte de un solo golpe. No olvides con quién estás hablando, Silver.
El erizo del futuro no se inmutó. Cruzó los brazos y levantó una ceja, escéptico, casi como si estuviera evaluando la seriedad de la amenaza.
—¿De verdad? ¿Eso es lo mejor que tienes? —respondió con calma, inclinándose ligeramente hacia él—. Deja de hacerte el misterioso conmigo. Si quieres intimidarme, no va a funcionar. Así que mejor habla de una vez.
—¿No puedes simplemente largarte de aquí?—murmuró con su tono cargado de amargura—. No es como si mis problemas de verdad te interesaran.
Silver dio un paso hacia él, con expresión más seria esta vez.
—Sí me importan y si tengo que quedarme aquí toda la noche peleando contigo para que lo entiendas, lo haré.
Shadow rodó los ojos al escucharlo. El silencio se apoderó de la habitación, volviéndose casi tangible, como un peso invisible que caía entre ambos. Finalmente, el erizo azabache dejó escapar un suspiro profundo antes de romper el hielo.
—Lo arruiné, Silver, eso es lo que pasa.
El mencionado frunció el ceño, desconcertado por la confesión repentina.
—¿Qué quieres decir con eso? No entiendo.
Shadow abrió los ojos, mirando fijamente el techo, como si ahí estuviera escrita la respuesta.
—Le dije a Amy que debíamos terminar.
Silver quedó atónito. Nunca imaginó escuchar algo así. Shadow y Amy compartían una conexión que, aunque inusual, siempre había parecido firme, o al menos esa era la impresión que él tenía desde que se enteró de su noviazgo.
—¿Qué? —logró articular después de un breve silencio—. ¡¿Por qué harías algo así?!
—Pasó en medio de una misión de G.U.N...—murmuró finalmente, sintiendo remordimiento—. Algo que no debió haberse salido de control, pero lo hizo.
Silver lo observó, esperando que explicara con más detalle lo sucedido.
—Habíamos recibido información sobre un grupo que planeaba intercambiar armamento, mi deber era detenerlos. Amy insistió en venir conmigo. Rouge y Omega estaban ocupados en otros asuntos, y ella no quería que lo manejara solo. Aunque dudé, acepté, porque confiaba en que podía cuidarse. Siempre ha demostrado ser fuerte y capaz, es solo que yo...supongo que aún no he superado los traumas del pasado.
Shadow apretó los puños, el recuerdo claramente aún fresco en su mente.
.
.
*Flashback*
El cielo nocturno estaba cubierto de nubes, y un aire frío atravesaba las ruinas de un viejo almacén a las afueras de la ciudad. Shadow avanzaba en silencio, con Amy siguiéndolo de cerca. Sus pasos resonaban levemente en el suelo de concreto, mientras ella sostenía su martillo, lista para enfrentar cualquier amenaza.
—El informe decía que el intercambio sería aquí —murmuró ella, observando a su alrededor con ojos atentos.
Shadow asintió en silencio, analizando el área también, aunque usando un artefacto de espionaje. Sin embargo, algo en su andar era más tenso de lo habitual, como si ya intuyera que algo podría salir mal.
—Mantente alerta —ordenó con voz baja pero firme—. Este lugar no me da buena espina.
—Sí, sí, señor jefe. No es mi primera misión, ¿sabes?
Antes de que Shadow pudiera responder, un estruendo resonó desde el interior del almacén. Ambos corrieron hacia la fuente del ruido, encontrándose con un grupo de figuras encapuchadas rodeando lo que parecía ser un cargamento de armas ilegales. El líder estaba dando instrucciones con voz autoritaria, pero se detuvo al notar la presencia de los intrusos.
—Tenemos compañía, chicos. ¡Acaben con ellos, ahora! —gritó, señalando a la pareja.
Amy no esperó instrucciones. Saltó al frente, su martillo girando en el aire antes de impactar contra el suelo, enviando a cinco enemigos volando en menos de quince segundos. Shadow gruñó, sacando su Chaos Spear para encargarse de otros tres.
El enfrentamiento se intensificó rápidamente. Los enemigos parecían multiplicarse, y pronto ambos se vieron rodeados. Shadow intentaba mantenerse cerca de Amy, pero los movimientos de la eriza eran rápidos y audaces, dejando poco espacio para protegerla.
—¡Rose, cuidado a tu derecha! —gritó Shadow, eliminando a un atacante mientras otro se acercaba a ella.
La ojiverde esquivó con agilidad, pero en ese momento, uno de los enemigos más grandes apuntó directamente a Shadow con un dispositivo extraño que brillaba en rojo. El erizo no lo vio venir; estaba ocupado neutralizando a otro grupo.
—¡Shadow! —Amy gritó su nombre con desesperación.
Sin dudarlo, la chica corrió hacia él, lanzándose frente al ataque. El rayo golpeó el martillo que levantó como escudo, pero la fuerza la hizo retroceder varios metros, hasta caer al suelo.
—¡Amy! —El grito resonó con furia mientras eliminaba a todos los atacantes con un solo golpe de energía caos.
Todos lanzaron un último grito de dolor, y luego no se escuchó nada más.
Él corrió hacie ella y se arrodilló a su lado, su corazón latía con fuerza al verla intentar incorporarse con debilidad.
—Estoy bien, tranquilo—jadeó la rosa, mientras usaba su martillo como soporte—. Solo... no quería que te pasara nada.
Shadow la miró con incredulidad y una mezcla de emociones que luchaban por salir a la superficie, totalmente desbordantes. El alivio de verla consciente chocaba con la ira por lo que acababa de hacer.
—¡¿Estás loca?!—soltó, su voz gélida y cortante como una cuchilla—. ¡¿Qué demonios estabas pensando?!
Amy lo miró, asustada por la dureza de su tono.
—¡Estaba pensando que no iba a dejar que te lastimaran! —replicó, poniéndose frente a él, todavía tambaleante.
—¡Pudiste haber muerto si ese rayo te alcanzaba! —espetó, perdiendo por completo la cabeza—.¡¿Acaso no lo entiendes?! No puedes lanzarte al peligro sin pensar. Ya habíamos hablado de esto antes, por esta misma razón. Lo prometiste y sigues haciendo lo mismo, no aprendiste nada.
—¡¿De verdad?! —ella lo enfrentó, sus ojos brillando con frustración—. ¡Estamos juntos en esto! No iba a quedarme quieta mientras te herían. No podría...
—¡Eso no importa! Te dije que no soportaría que algo malo te pasara. —interrumpió él, dando un paso hacia ella—. Mi trabajo es tomar riesgos, no el tuyo. Tu vida importa más de lo que piensas, Amy. Y cada vez que ignoras eso, te pones en peligro no solo a ti misma, sino a todos los que yo podría...
Se detuvo de golpe, como si las palabras que estaba a punto de decir fueran demasiado pesadas para soltarlas. Amy lo observó con atención, sus ojos verdes parecían cristalizarse al saber exactamente a lo que él se refería.
"Yo podría destruir ", eso era lo iba a decir.
Sus pequeñas manos temblaron ligeramente mientras sujetaba el mango de su martillo con fuerza. Negándose a creer que Shadow siguiera pensando en la venganza como una solución al dolor, no después de todo lo que habían pasado para llegar a donde estaban.
Dolía, dolía mucho como para soportarlo.
—Solo intentaba ayudarte... —dijo ella, apenas en un susurro—. Solo quería estar contigo, apoyarte. ¿Por qué haces que eso parezca algo malo?
Shadow levantó la mirada hacia la eriza, y la expresión en su rostro fue suficiente para que la primera lágrima cayera. Fue como si un cuchillo atravesara su pecho. Había enfrentado incontables batallas, pero ninguna herida había dolido tanto como ver a Amy Rose llorar por su culpa.
"¿Por qué estoy actuando de esta manera?" pensó, al notar que había perdido los papeles debido al miedo de perder a alguien.
No quería que nadie más se sacrificara por él, nunca más...
—Amy, no quise... —murmuró, pero su voz se apagó al ver cómo ella trataba de limpiarse las lágrimas rápidamente, como si no quisiera que él la viera así.
La culpa lo golpeó como una ola. No merecía su amor, ni mucho menos sus lágrimas. Todo en él, todo lo que representaba, era un recordatorio de su naturaleza rota. No podía permitir que alguien tan noble como Amy quedara atrapada en su sombra.
—Esto no puede seguir así, lo siento... —dijo de pronto, su voz más fría de lo que pretendía, pero con un temblor que delataba lo mucho que le costaba decirlo.
La chica lo miró, confundida.
—¿Qué estás diciendo?
Shadow apartó la mirada, incapaz de enfrentar directamente a la hermosa chica que prometió hacer feliz por el resto de sus días. Si lo hacía, sabía que no se atrevería a seguir hablando. Se retractaría, y no podía permitir que sus inseguridades siguieran lastimándola. No podía ser egoísta, no con ella...
—Estoy diciendo que es mejor que terminemos aquí. Tú y yo... no podemos seguir juntos. Es lo mejor para ti.
Las palabras cayeron como una sentencia. Amy dio un paso hacia él, como si intentara aferrarse a algo que se le escapaba.
—No... No puedes decidir eso por mí, Shadow. Yo elegí estar aquí. Yo elegí estar contigo. ¿Por qué estás haciendo esto?
—No soy alguien por quien deberías llorar, Amy— pidió, sintiéndo el aire mucho más pesado— Por favor, para.
Ella negó con la cabeza, incapaz de aceptar lo que estaba oyendo.
—No voy a parar, Shadow —respondió, más decidida que nunca—. Porque estoy enamorada de ti. Y sé que tú sientes lo mismo, por eso estás actuando de esta manera. Hablas de promesas, pero tú también me prometiste que lucharíamos por estar juntos. Que nuestra relación valía la pena. ¿Qué cambió? ¿Por qué estás renunciando ahora?
Por un instante, el silencio entre ellos fue tan pesado que casi parecía poder cortarse con un cuchillo. Finalmente, el de vetas rojas dejó escapar un suspiro profundo, lleno de cansancio y resignación.
No iba a retroceder, no cuando estaba haciendo lo que creía que era lo mejor para ella.
—Entonces ambos rompimos promesas, Amy Rose—dijo, esta vez sin intención de ocultar el dolor en cada palabra pronunciada—. Tú rompiste la tuya al arriesgarte, sabiendo lo que significa para mí perderte. Y yo... yo estoy rompiendo la mía ahora porque me doy cuenta de que nunca debí hacerla en primer lugar.
La eriza rosa cerró los ojos, sintiendo el peso de sus palabras como un golpe en estómago. Su rostro reflejaba una tristeza profunda, y el martillo cayó de sus manos con un ruido seco. El dolor en su pecho era insoportable, mientras los recuerdos de aquellas promesas (ahora rotas) se desvanecían lentamente.
Finalmente, dio un paso atrás, aceptando que era el final.
Amy lo miró una última vez, esperando una señal de que él cambiaría de opinión, de que la alcanzaría y la detendría. Pero no lo hizo. Sin más que decir, se dio la vuelta y comenzó a alejarse sin mirar atrás.
Shadow observó en silencio cómo su esbelta figura se desvanecía entre las sombras, cada paso resonando en el eco del espacio. Cuando finalmente estuvo solo,una lágrima silenciosa recorrió su rostro.
La culpa lo invadió de inmediato, envolviéndolo en un torbellino de arrepentimiento. Cada acción, cada palabra que había dicho, se repetía en su mente como una condena.
Había intentado convencerla, y también a sí mismo, de que era lo correcto, de que estaba protegiéndola y dándole la oportunidad de conocer a alguien mejor. Pero ahora que ella se había ido, todo lo que Shadow podía sentir era desesperación.
No quería dejarla, no quería que su amor terminara de esa manera. La idea de que ella fuera feliz con alguien más lo destrozaba, pero era demasiado tarde.
Esta vez, no veía una forma de reparar lo que acababa de romper.
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Un poco de Angst para no perder la costumbre jsjsjsjsjs
Ya todo estaba yendo muy bonito y la vida no funciona así okno
Mañana en la noche se publicará la continuación de esta parte, así que no tendrán que esperar mucho para el desenlace.
Ya vamos a la mitad de la historia entonces quise hacer algo diferente <3
Psdt: También quise profundizar un poco en la amistad de Shadow y Silver, pues para mí tienen un potencial de amigos tremenda. Alguien contacte a los del IDW para que hagan un arco de ellos juntos jsjsjsjs
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