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ღ Pesadillas ღ

El reloj marcaba las 2:17 de la madrugada. Amy Rose estaba sentada en el borde de su cama, abrazando sus rodillas mientras trataba de controlar su respiración entrecortada. La tenue luz de la lámpara daba a la habitación una atmósfera cálida pero opresiva al mismo tiempo, como si el espacio se hubiera encogido tras la intensa misión que había compartido con sus amigos ese día.

Habían enfrentado un ataque sorpresa de Badniks en un pueblo remoto. Los habitantes, simples agricultores, habían quedado atrapados en el caos, y aunque el Team Sonic logró evacuar a la mayoría, no fue suficiente para evitar daños materiales en las casas o cultivos. Amy recordaba los rostros de los aldeanos, los gritos desesperados y la mirada de agradecimiento rota de aquellos que lo habían perdido todo en cuestión de minutos. 

Las escenas se entrelazaban con los recuerdos de su propio pueblo siendo atacado hace muchos años atrás.

Un profundo suspiro escapó de sus labios. Era inútil intentar dormir, no cuando su mente la arrastraba una y otra vez al mismo escenario oscuro de su infancia.

Cuando Amy pasaba la noche en casa de Cream y las pesadillas la acechaban, siempre despertaba sobresaltada, con el corazón desbocado y manos temblorosas. Sin embargo, al llegar a la cocina, encontraba a Vanilla esperándola, como si pudiera percibir su angustia incluso antes de que saliera de la cama. 

Ahí estaba ella, con una taza de té con miel entre las manos.

Vanilla transformaba el frío de la noche en un refugio cálido. Apenas hablaba y se limitaba a escuchar con atención, pero su presencia lo decía todo.

"Estoy aquí para ti"

Ella no solo le ofrecía té, sino también la certeza de que alguien veía su dolor e intentaba aliviarlo. Ese simple gesto, tan cargado de cariño, se había grabado en su memoria como un símbolo de consuelo, un rincón de paz al que su corazón volvía cada vez que el miedo la sobrepasaba.

Pero Vanilla no estaba cerca en ese momento.

Amy suspiró profundamente, apartando las mantas con un movimiento brusco. 

"Al menos puedo prepararme el té" se animó a sí misma antes de salir de la habitación. 

Caminó hacia la pequeña cocina de la base, sus pasos resonando suavemente en el pasillo desierto. Mas para su sorpresa, la luz de la cocina ya estaba encendida.

Al asomarse, vio a Shadow de pie junto a la ventana. Miraba fijamente al exterior, con los hombros tensos y la mirada perdida. 

Amy se quedó quieta un momento, indecisa. Shadow rara vez mostraba susceptibilidad, y aunque solía mantenerse a distancia, esa noche parecía diferente en su actuar. Algo en su postura le hizo entender que no era la única que cargaba emocionalmente con el peso de la misión.

—¿No puedes dormir? —preguntó suavemente, rompiendo el silencio.

Shadow apenas giró la cabeza al escuchar su voz. 

—No es asunto tuyo, Rose.

—¿Tienes pesadillas?— se arriesgó a continuar la conversación.

Amy avanzó unos pasos más con dirección al estante, eligiendo ignorar el tono frío y cortante que él había empleado. No tenía ánimo para entrar en discusiones, así que prefirió concentrarse en preparar su té por unos minutos.

Aunque realmente quería hablar sobre eso, así que...¿Por qué no hacerlo?

—Yo tuve una. —admitió finalmente la eriza rosa, en un murmullo casi inaudible. La cuchara tintineó al rozar la taza, pero ella no dejó de revolver—. La misión de hoy... me hizo rememorar cosas que creía haber superado.

El erizo de mirada carmesí mantuvo la mirada fija en la ventana, aunque su atención parecía haberse desviado hacia Amy. Guardó silencio por un momento, como si las palabras le resultaran difíciles de pronunciar. Cuando finalmente habló, su voz estuvo cargada de un dolor que la ojiverde no pudo ignorar.

—Los gritos de los aldeanos... —hizo una breve pausa, y su tono se quebró apenas—. Me recordaron a lo que pasó en la Colonia ese día.

La chica se detuvo, sorprendida por su repentina sinceridad. Había oído historias sobre el pasado del erizo negro, pero jamás lo había escuchado mencionarlo directamente.

—Es...difícil, ¿verdad? —dijo Amy, suavizando su tono mientras lo observaba de reojo—. Cuando cosas que creías superadas regresan de golpe.

Shadow asintió apenas, esta vez girándose por completo hacia ella.

—A veces pienso que nunca se irán.

La heroína vertió agua caliente en su taza con calma, dejando que el silencio fluyera entre ellos. Tomó otra taza, llenándola sin preguntar si él quería, y la ofreció con un gesto tranquilo. El de vetas rojas dudó un instante, pero finalmente la aceptó con un leve movimiento de cabeza.

—Vanilla siempre me prepara té con miel cuando tengo pesadillas —comentó con una sonrisa nostálgica, mientras envolvía su propia taza entre las manos—. Dice que un poco de dulzura puede calmar hasta los peores miedos.

Shadow permaneció en silencio, sosteniendo el objeto como si fuera algo extraño. Su mirada se ablandó ligeramente, perdiendo parte de la dureza que siempre llevaba consigo.

—¿Y... realmente ayuda? —preguntó el más alto después de un largo momento.

Amy asintió, sus ojos brillando con emoción. 

—Tal vez no borra lo que sentimos, pero hace que el peso sea un poco más llevadero.

Shadow la miró fijamente, su expresión era difícil de descifrar. Tras unos instantes de duda, finalmente se sentó a su lado, sosteniendo la taza como si el simple acto de tenerla le ofreciera algo de estabilidad.

—¿Por qué haces esto por mí? — cuestionó repentinamente, con un tono que mezclaba curiosidad y algo más, una emoción que Amy no lograba entender del todo.

Ella soltó una pequeña risita, mientras acomodaba sus despeinadas púas hacia atrás. 

—Lo hago porque somos amigos, Shadow. Me importa verte bien, aunque no lo creas.

Shadow bajó la mirada hacia su bebida, pensativo. Finalmente, asintió con un movimiento casi imperceptible y dio un generoso sorbo, como si se estuviera dando valor para debatir lo dicho por la eriza rosa.

—¿Y por qué estás tan segura de que nosotros somos amigos? —preguntó, levantando la vista hacia ella. Su tono, aunque calmado, tenía una pizca de curiosidad auténtica—. Apenas y nos hemos visto un par de ocasiones, Rose.

Amy sonrió con diversión, inclinando la cabeza para mirarlo a los ojos. 

—Eso no importa. Los amigos no se definen por la cantidad de tiempo que pasan juntos, sino por lo que están dispuestos a hacer el uno por el otro. Y tú...siempre me has ayudado cuando lo necesitaba, por eso estoy agradecida.

El erizo arqueó una ceja, todavía escéptico, pero no la interrumpió.

—Eres mi amigo porque me preocupo por ti, porque creo en ti, incluso cuando tú no lo haces. Y porque, aunque a veces actúes como si no te importara nadie, siempre terminas demostrando que te importamos más de lo que admites. Lo demuestras con tus acciones, y te juro que yo soy una chica muy observadora.

Shadow la observó en silencio y sus labios se movieron ligeramente, como si intentara responder, pero en lugar de hablar, simplemente tomó otro sorbo de su té con algo de torpeza.

"¿Acaso se puso nervioso?" pensó la eriza rosa con un ligero rubor.

Aunque de inmediato desechó la idea. Shadow The Hedgehog no era el tipo que se alteraría por algo tan simple como una conversación sincera.

—Supongo que es difícil discutir con ese argumento. —murmuró finalmente el de ojos rojos, su tono seguía neutral, pero con un leve matiz de aceptación.

Amy rió nuevamente, con una ligereza despreocupada pero habitual en ella. El silencio que siguió fue cálido y cómodo, como si entre ellos ya no quedaran más palabras por decir, solo un entendimiento tácito que no requería explicación.

Todo entre ellos parecía ser tan sencilllo, y les gustaba...

.

A la mañana siguiente, Rouge los encontró. Estaba de pie en el umbral de la cocina, observando la inesperada escena que se desarrollaba frente a ella: Amy estaba recostada contra el hombro de Shadow, con mechones rosados cayendo alrededor de su rostro, mientras que el erizo ébano había inclinado la cabeza sobre la de ella, descansando con una expresión inusualmente tranquila. 

El té, olvidado sobre la mesa, estaba completamente frío, y la atmósfera de la habitación parecía suspendida en un silencio apacible, roto solo por la respiración acompasada de ambos erizos.

—Bueno, esto sí que es una sorpresa —murmuró para sí misma, cruzándose de brazos mientras inclinaba la cabeza ligeramente—. ¿Desde cuándo estos dos se volvieron tan cercanos? Claramente me perdí de algo aquí.

Con cuidado de no hacer ruido, sacó su comunicador y tomó una foto rápida, asegurándose de capturar cada detalle.

"Oh, esto será útil más tarde".

.

.

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JAJAJAJAJAJ BUENAS MADRUGADAS, HOY NO TENGO MUCHO QUE DECIR MÁS QUE GRACIAS POR LEER <3

Bueno, en realidad volví a hacer trampa y cambié "Hacer un fuerte" por Pesadillas porque no me daba la inspiración con el primer tema sjsjsjsjs en cambio aquí intenté plasmar los inicios del Shadamy en este universo, así que ese cambio era un evento canónico. 

Psdt: No puedo creer que ya llegamos al capítulo 10 jajaja nunca pensé que llegaría tan lejos XD. Pero se celebraaaaaaaaaaaaaa :D

Nos leemos pronto y que viva el Shadamy, amén.


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