16. Una nueva oportunidad.

Nos hemos despertado temprano para irnos a trabajar. Él a la policía, yo al bar. Le he preparado su café y por suerte, siempre lleva un traje de repuesto en su jeep. Podría acostumbrarme a esta rutina con él.

—¿Nos veremos más tarde? — le pregunto. Ya estoy lista para irme.

—Por supuesto. Eso hacen las parejas, ¿no? — sonríe y me da un beso. Esto es demasiado lindo para ser real. — Vámonos, te dejaré en el trabajo.

—No hace falta, puedo tomar un taxi.

—Si puedo llevarte no es necesario que vayas en taxi.

—Es que pensé que no querías que nos vieran juntos, al menos por un tiempo. — frunce el ceño. — Lo digo por tu trabajo. Se verá algo...inmoral que estés saliendo con la chica de la que aún no cierran un caso. No quiero causarte problemas.

—No pienso esconderte de nadie. No soy un niño para jugar esos juegos.

—No es un juego, es solo...para que estemos tranquilos. Puedes llevarme al trabajo, pero al menos delante de Adams, Simmons y todos en el edificio, no es bueno que lo sepan todavía.

—Si eso te hace sentir más cómoda, está bien. Pero no por mí. Será como tú quieras.

—Ok.

—Ok. — sonreímos.

Salimos, subimos a su Cherokee y conduce hasta dejarme en el bar. Solo que esta vez, encontramos a Lisa y Maicol afuera. Ella parece estar gritándole a alguien dentro y Maicol sigue entrando más cajas (como siempre).

—¿Bajarás? — le pregunto al ver que abre la puerta.

—Sí. Lisa también es mi amiga. — no creo que eso sea muy del todo cierto, sé que baja del coche por otra razón.

—¡Melanie! — Lisa me abraza. — ¿Cómo estás?

—Muy bien. — su alegría se convierte en espanto cuando ve a Jack a mi lado.

—Hola, Lisa. — la saluda desde la distancia.

—Hola, Jack. — ¿no que eran muy...amigos? Lisa me frunce el ceño pero ya le daré más detalles después.

—¡Melanie! — Maicol se acerca pero se detiene cuando ve a Jack.

¿Por qué todos parecen tenerle miedo?

—¡Maicol! Te pondrás muy fuerte cargando todas estas cajas a diario.

—Sí. Me sirve de ejercicio. — no lo noto con la misma energía de siempre, ¿será por la presencia de Jack?

—¿Buscas a Judith? — Lisa le pregunta a Jack.

—No, solo vine a dejar a Melanie. — se acerca y me toma de la cintura. — Ya me voy. Nos vemos luego. — me da un beso delante de todos. Está claro que no le importa lo que piensen, pero a mí sí.

—¡Parece que tienes mucho que contarme! — Lisa está contenta.

—Sí, ya sé. Te contaré después. El deber nos llama. — entramos.

—El deber puede esperar. Está claro que entre Connor y tú pasa algo y necesito saber qué es.

—Creo que lo ha dejado bastante claro hace unos segundos. — me refiero al beso.

—No puedo creerlo. Jack y tú. — parece estar más alarmada que yo.

—¿No crees que es un poco...viejo para ti? Me refiero a la experiencia. — Maicol se nos une.

—¿Viejo? Jack apenas tiene 26 años. ¿A eso le llamas viejo? — Lisa lo regaña.

—Bueno, yo tengo 21. No es que nos llevemos mucho. Además es justo como busco un hombre. Que tenga experiencia y que sea lo suficientemente maduro para que no juegue conmigo.

—Si pero viene aquí casi todas las noches, ¿no? Lo he visto algunas veces.

—Ya no volverá. Si va enserio contigo, no creo que ponga un pie aquí, a menos que sea por ti. — Lisa responde.

—Eso espero. Manténmelo vigilado. De todos modos aceptaré el trabajo con el forense y no me verán mucho por aquí.

—¿Cómo? ¿Te irás? — Maicol pregunta.

—Necesito aprovechar las buenas oportunidades. No me olvidaré de ustedes, siempre nos podemos reunir cuando quieran.

—Esa es una gran noticia, deberíamos celebrarlo. No porque te vayas sino porque...vienen cosas mejores para ti. — Maicol me dice.

—¿A dónde podríamos ir?

—Conozco una disco, el ambiente es muy bueno.

—¿Una disco? Suena aterrador.

—La pasarás genial, ya verás. Ahora sí, a trabajar. Hay muchas cosas que hacer hoy. — Lisa dice y nos ponemos en función. Cada quien haciendo el trabajo que le corresponde. Quizás divertirme un poco ahora que estoy fuera de la vigilancia de la policía y de la manipulación de mi madre no sea tan descabellado después de todo.

7pm.

He invitado a Lisa a mi apartamento después de salir del trabajo. Su compañía me hace bien. Tener a una amiga con quien hablar de mis cosas o por lo menos de la gran mayoría, es reconfortante. Me hace sentir menos sola. Mi hermano me llamó hace unas horas y le conté todo lo que sé del trastorno de Martha y la existencia de mi padre, así que quedamos en ir pronto a verla por última vez para hablar del tema. A fin de cuentas, es nuestra madre y si es cierto todo lo que dicen, la ayudaremos a tratar o al menos controlar, lo que sea que padezca. Siento que se lo debemos.

—Muy bien, entonces dime, ¿cómo empezó todo esto con Jack? Es que todavía no me lo creo. — pregunta mientras comemos algo.

—¿Por qué te cuesta tanto creerlo?

—Es el mismísimo Jack Connor y lo único que conocía de su lado amoroso es exactamente eso: que no tiene. Que no tenía, por lo que veo.

—Anoche me invitó a cenar. Me regaló un montón de cosas, me llevó a un lujoso restaurante y...

—¿Y qué pasó después? — me da esa mirada sugestiva.

—Hicimos el amor. — lo digo con un poco de timidez.

—¡Ay por Dios! ¡Melanie! — me empuja el hombro levemente.

—Ni siquiera sé cómo empezó. Ha sido todo tan rápido que no me cabe en la cabeza. Toda mi vida cambió como en 30 segundos.

—Entonces no intentes encontrarle lógica a todo lo que pasa. Créeme que jamás serás feliz. Me deja más tranquila saber que es él y no alguien más. Sé que te cuidará mucho, aún después de saber por todo lo que has pasado.

—Sí. Me siento muy segura cuando lo tengo cerca pero también veo un misterio al final de sus ojos. Como si detrás de ellos hubiera mucho más que una simple placa y una pistola.

—Todos tenemos secretos. Quizás hay temas de los que todavía no se siente cómodo para hablar. Apenas están comenzando así que no lo presiones tanto.

—No, no lo haré. Dejaré que todo fluya. — nos quedamos en silencio por algunos segundos.

— No me quiero meter demasiado, pero ¿sientes que es real? ¿Que de verdad se están enamorando o...solo es sexo? — mucho tardó para hacer el papel de amiga preocupada y experta en temas emocionales.

—No sabría cómo responderte esa pregunta. Pero de mi parte, empiezo a quererlo bastante. Y tengo miedo ¿sabes? Todos los que llegan a mi vida terminan mintiéndome y manipulándome. Me aterra que él termine siendo igual. — no me molesta hablar de estos temas con ella.

—¿Cómo has llevado eso de tu madre y tu padre? ¿Te has sentido bien?

—No, aunque aparente ser fuerte y no muestre debilidad, estoy muy rota por dentro. Es mi madre, Lisa. Me duele que a pesar de todo tenga este final.

—Y no te sientas mal, es comprensible. ¿Y qué hay de tu padre? ¿No lo buscarás?

—No. Seguirá muerto para mí. — toda pisca de alegría desparece en mí.

—¿Dijiste que era un criminal, no? — Lisa frunce el ceño y asiento con la cabeza. — ¿Y no crees que la policía siga usándote para llegar hasta él? — su pregunta me hace dudar.

—Honestamente no lo sé, pero no creo que hagan algo sin consultármelo primero. Es la ley. — intento convencerme a mí misma.

—Perdóname, no es por meterte cosas en la cabeza pero...este acercamiento tan repentino de todos ellos hacia ti empezó por una razón: Frank. ¿No crees que ahora que saben que tu padre es otro gran criminal de Estados Unidos no van a aprovecharse de tu gentileza?

—Todo es posible, pero si lo atrapan o no, no me interesa.

—Ese no es el problema. El problema es que Jack trabaja para ellos. ¿Qué crees que pasaría si le dan a elegir entre su deber y tú? — me quedo en silencio, porque la verdad es que no lo sé. — Solo...no me gustaría que salieras más lastimada. Te has convertido en la única amiga que tengo y sé que es poco tiempo pero...me has enseñado a quererte mucho. — sujeta mis manos con dulzura.

—Gracias Lisa, eres muy linda. Tú también a mí. — la abrazo. Es muy cálido estar y hablar con ella. — Y sobre lo que me dijiste, tienes razón. Me molestaría mucho que actúen a mis espaldas pero si me lo piden, no seré un obstáculo para que le den a ese señor lo que merece. Sin importar que sea mi padre o no.

—Está bien. Estarás bien. Ojalá que te adaptes con James, quiero verte fuera del bar, ese lugar ya no es muy seguro para ti. No es lo que buscas.

—¿Por qué piensas tan mal del lugar donde trabajas y al que le llamas hogar?

—No pienso mal, pero sabes que no es tu lugar. Terminé allí por culpa de mis padres. Siempre he sido un alma libre y ellos querían obligarme a estudiar y odio estudiar. Apenas terminé la secundaria. Hicieron todo lo que estuvo en sus manos para pagarme una buena universidad. Querían que estudiara medicina y cuando no tuve de otra, escapé. Aunque ya lo aceptaron, siguen pensando que soy una fracasada. Y tal vez lo soy, pero me encanta serlo. Esta es la clase de vida que amo.

—No eres ninguna fracasada. Solo lo dicen porque quizás no quieren que tengas la oportunidad que ellos no pudieron tener.

—¿Qué es...?

—Escoger su futuro. — se queda pensativa por unos segundos.

Su teléfono suena.

—Es James. — abre la llamada. — ¿Hola? Sí, soy yo. Muy bien ¿y usted? ¿La necesitará pronto? De acuerdo, comprendo. Yo le digo. Bye. — dice tras pausas.

—¿Qué pasó?

—Es James. Dice que te necesitará mañana mismo en la morgue. Parecen que están matando mucho en la ciudad y el trabajo se le está complicando. ¿Ya has pensado en hablar con Judith?

—Me da miedo hablar con ella. Parece que está de malas todo el tiempo.

—Judith siempre es así, no te preocupes. Si quieres puedo decirle yo por ti.

—¿Correrías ese riesgo?

—Ella me adora. Soy como su mano derecha, seguro que me entenderá.

—Bien entonces, te dejaré a ti esa responsabilidad. — sonrío. — Dile que de todos modos seguiré ayudándole a pagar todas las multas que tuvo después del incidente.

—¿Entonces es un hecho que empezarás mañana?

—Si James así lo quiere, sí. — Lisa salta de alegría y vuelve a abrazarme.

—Entonces tendremos que apresurar nuestra celebración. — marca algo en su teléfono.

—No es necesario, de verdad.

—Sí es necesario. Le diré a Maicol que nos iremos esta misma noche. — ir a una disco suena divertido pero me da miedo beber demasiado y perder el control. Si Maicol irá entonces tendremos a alguien decente que cuide de nosotras, al menos.

9pm.

Me he puesto un lindo vestido crema, lleno de brillos y con un escote muy pronunciado. Apenas me cubre los pezones y es muy corto. Un movimiento en falso y me verán todo. Recalcando que solo traigo unas tangas muy finas. Me coloco unos tacones parecidos al vestido y me maquillo más de lo habitual, con un intenso labial rojo mate. Ya estoy lista. Jack no me ha llamado en todo el día. Ni siquiera un mensaje y justo cuando estoy por llamarlo y avisarle que no estaré en el apartamento esta noche, Lisa llega tocando bocinas como loca desde el coche, así que salgo corriendo para no hacerla esperar. Es hora de celebrar.

Jack Connor.

Ha sido un largo día de trabajo. Después de leer meticulosamente el testamento de Williams Connor, firmé. Recibiré todo esto solo por mi madre. Finalmente recuperará todo lo que le perteneció. Lo que me parece extraño es la propiedad que tiene en esta ciudad. ¿Por qué mi padre tendría una casa tan grande aquí? De todos modos, tendré que echarle un vistazo pronto.

Nueve de la noche y estoy en mi apartamento. Después de darme una relajante ducha, me preparo un sándwich y un poco de jugo verde que tenía en el refrigerador. La carpeta roja que Simmons me había dado seguía sobre la mesa. Mientras voy comiendo la observo sin saber si de verdad quiero ver lo que hay dentro. Por otro lado, me han entregado una caja con pertenencias de las herencias de mi padre. Escojo abrir esto primero, aunque tampoco me interese. Dentro, hay muchas llaves, tarjetas de débito, más documentos y el mundo mediano que siempre tenía en su escritorio como adorno. Era su favorito, y recordar la manera en la que se fue, me pone sensible.

Lo ubico en el estante donde tengo otros trofeos y distinciones por la policía.

Hay otra caja dentro de la caja, donde hay una laptop vieja, muy maltratada protegida por contraseña. ¿Qué contendrá? Me pregunto. Esté sería trabajo para Jimmy. Dejo todo en su lugar y antes de apagar las luces, la carpeta roja sigue intrigándome. Creo que es hora acabar con este suspenso.

Me siento en la mesa y abro la carpeta.

"Caso Richard", es lo primero que leo...

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