10. Cabos sueltos.

Melanie Cross.

Esta noche ha sido una tragedia para mí pero una victoria para la policía. Finalmente, pudieron atrapar a Frank (muerto), la droga que manejaban y algunos de sus cómplices. Murieron algunos agentes por las explosiones y le harían el funeral que se merecen. Siento mucha pena por sus familiares. Jack había ayudado a tranquilizarme y cuando estaba lista me trajo al departamento federal para terminar el caso. Al menos por esta noche.

Todavía llevo este lindo vestido y me muero de frío mientras espero.

—¿Te sientes mejor? — Eric se acerca. — Ten esto, te ayudará. — me da un vaso con agua y una pastilla.

La bebo.

—Estoy viva, es lo único que sé. — no tengo ánimo alguno. — ¿Dónde está Jack? — indago.

—Está adentro, en una reunión. Están atando hilos. Frank dejó mucha tela que cortar. — puedo comprenderlo. — Tu madre está aquí, ¿quieres verla? — cambia de tema. Volver a ver a Martha, era lo que quería desde mi primera noche en el bar, pero ahora que sé que está aquí, no sé si tenga más fuerzas para enfrentarla a ella también. No después de todo esto.

Respiro hondo.

—Sí, llévame con ella. — debo hacerlo. Si todo terminará esta noche, no dejaré nada para después. Cuando llegamos a su celda, ni siquiera la saludo. Eric nos deja a solas mientras solo la observo y espero por lo que tenga que decir.

—¿Conseguiste lo que querías? — rompo el silencio. — ¿Estás orgullosa? — cruzo los brazos.

—Por supuesto que estoy orgullosa, pero de ti. Todo lo que te enseñé valió la pena. — se acerca a las rejas. — ¿Atraparon a Frank?

—¿Es lo único que te importa? ¿Cómo pudiste ayudar al hombre que abusó de tu hija? — golpeo las rejas.

—No lo ayudé. Hay cosas que no puedo controlar dentro de mí. — se aleja.

—¿Quieres saber dónde está Frank? Está muerto. — le confieso, y parece amedrentarse con la noticia. — Se cortó el cuello delante de mí. — intento controlar el nudo que se forma en mi garganta. — No tienes idea de lo mal que la he pasado desde esa noche. y a ti no parece importarte. — dejo que las lágrimas caigan.

—Por más que te explique lo que realmente pasó, no lograrás entenderme.

—Inténtalo, al menos. Porque la poca fe que tenía en ti está a punto de irse a la mierda. — ladea la cabeza y pasa la mano por su cabello. — Pero digas lo que digas, nada justifica lo que hiciste. Quemaste nuestra casa, abandonaste a tus hijos por una aventura. ¿Qué clase de madre eres?

—¡Yo no lo hice! No lo hice Melanie. Jamás destruiría algo que tanto nos costó tener.

—¿No lo hiciste? — es el colmo que siga negándose. — Estás... loca. — y ahora sé que es cierto. — Al menos contéstame una cosa... ¿es cierto lo de mi padre? — en cuanto lo menciono, su expresión cambia a temor radicalmente.

—¿Qué te dijo sobre él? — está asustada.

—Entonces es cierto. No puedo creerlo. — las lágrimas caen por mis mejillas. — ¿Me ocultaste a mi padre durante 21 años?

—Nada es como te lo pintan, no lo es.

—¡Entonces explícamelo! — le grito, como nunca lo había hecho jamás. — Necesito entender porque si no me volveré loca.

—No lo haré yo. No voy a torturarte más. — no entiendo cómo puede cambiar de pensar a cada rato. — Cuando sepas toda la verdad, que algún día lo harás, desearás no haberla escuchado. Solo te recomiendo que busques la ayuda de tu hermano y manténganse alejados de mí.

—De la última persona que recibiré consejos, es de ti. Siempre fui la hija perfecta, hacía todo lo que me pedías sin cuestionar y así me pagas. Mereces estar donde estás y no volveré a mover un dedo por ti. Me encargaré de que mi hermano tampoco lo haga. — el rencor que le tengo me acompañará durante mucho tiempo.

—Cría cuervos y te sacarán los ojos. Jamás pensé que lo viviría en carne propia.

—Con la diferencia de que te lo has ganado a pulso. ¿No crees que merecía saber quién es mi padre?

—Hice lo que tuve que hacer para mantenernos a salvos.

—¿A salvos de qué? ¿De qué corrías? — necesito saber la verdad, pero solo se queda en un largo silencio. — Si te hicieron algo malo debes decírmelo para que pueda entenderlo. ¿Por qué has hecho todo esto?

—No importa lo que haya hecho, solo importa el porqué. Y esa razón solo ha sido protegerlos. Pero fallé, las voces en mi cabeza ganaron. Lo he perdido todo, los perdí a ustedes. — saca sus manos por las rejas y sujeta las mías. — Busca a tu hermano y construyan una vida sin mí. Aceptaré mi condena y admitiré todos mis delitos pero necesito pedirte una cosa.

—¿Qué cosa?

—Mantente alejada de esta gente. La policía no es de fiar. No puedes confiar en nadie más que en ti misma y en tu hermano, ¿lo entiendes? Ahora que se entere que estoy encerrada querrá buscarte y hará de tu vida un infierno.

—¿Hablas de...mi padre?

—No, hablo de su enemigo, para quien Frank trabajaba. Si tu padre tiene un poco de corazón cuidará de ti pero aun así, es mejor que te alejes. — intento entender pero no lo logro. — Debes ser fuerte y astuta, como te he enseñado a lo largo de estos años. Hay una cantidad considerable de dinero en el banco, puedes sacarlo y comprar lo que necesiten.

—Te necesitábamos a ti, madre. — era la primera vez que le llamaba así después de tantos años. Y creo que logra tocar una fibra sensible en su interior. — Pero a pesar de todo vine hasta aquí con la esperanza de que me dijeras toda la verdad, y lo único que has hecho es recordarme la clase de mala madre que me tocó tener. — seca la única lágrima que ha salido de su rostro. — Así que ya no tengo nada más que hacer aquí, hasta nunca, Martha. — es lo último que digo antes de irme lejos de su presencia.

—Melanie, ¿te encuentras bien? — pregunta la señora Adams, alcanzándome por los pasillos.

—Sí, solo tuve una... plática intensa con la que dice ser mi madre. — me seco las lágrimas. — ¿Todo bien? Eric me dijo que tenían una reunión.

—Sí, todo bien, dentro de lo que cabe. Estos casos nunca son tan sencillos de cerrar pero...fuiste muy valiente. Agradecemos mucho tu ayuda.

—No ha sido nada, era mi vida o la suya. No podía dejarlo escapar.

—Si me permites darte un consejo sería que, si quieres dejar todo esto atrás y empezar una nueva vida, debes saber a quienes tener a tu alrededor. Personas como tu madre es mejor tenerlas lejos. Solo te causarán sufrimiento.

—Sí, lo sé. Es lo que pretendo hacer. Gracias por toda su ayuda, ha sido muy amable conmigo desde el primer día.

—No te preocupes, no hay nada que agradecer. Solo hago mi trabajo. — es muy simpática, aunque a veces muy misteriosa. — El ministro te facilitará un apartamento pequeño con todo lo necesario hasta que puedas retomar las riendas de tu vida cotidiana. No podrás salir del país o de la ciudad durante algunos meses hasta que nos aseguremos de que la muerte de Frank no traiga más sorpresas. Y asegúrate de seguir con las citas psicológicas hasta que te sientas completamente bien. Sé que esto es agotador.

—Lo haré, no se preocupe. Muchas gracias, nuevamente.

—Sí, los abogados te lo explicarán con más detalles. — casi pienso que se va pero se detiene. — Ya que estamos aquí, me gustaría hablarte de otra cosa.

—Sí, lo que quiera, solo dígame.

—Es sobre Jack. El agente Connor como lo conoces tú. — escuchar su nombre encoje mi corazón. — Sé que su cercanía y...esa sensación de protección puede confundirte pero debes saber que Jack es un agente muy importante en esta ciudad y estar con él implica mucho peligro, más para ti.

— Oh, no, pero él y yo no...

—Sé que no, no aun pero solo quiero que recuerdes que los hombres como él, son muy peligrosos para ti.

—¿Más peligroso que tener una madre como la mía? No lo creo. Y no sé qué piensa que sabe de nosotros, pero no es nada que marque un antes y un después en su vida. Él seguirá siendo Jack Connor sin importar las decisiones que tome. — parece sorprendida con mi respuesta. — No siento nada más que agradecimiento por él.

—Solo digo que no puedes confiar en personas que no conoces del todo y créeme que sé por qué te lo digo.

—¿Y cuál es ese por qué? — cruzo los brazos.

—Jack es un hombre que tiene muchas prioridades y en ninguna de ellas está amar a una mujer. Te va a tirar cuando más lo necesites y cuando eso pase, estarás completamente sola.

—Sigo sin entender por qué me dice estas cosas pero le repito: no existe nada entre el agente Connor y yo. Su vida privada no me interesa y con todo respeto, creo que a usted tampoco. — le aclaro. — Y por si aún no se ha dado cuenta, siempre he estado sola. La única persona en la que confiaba era la que me trajo al mundo y mire lo que nos pasó. Sigo viva, y eso es lo único que me interesa ahora.

—Bien, puedo comprenderlo. — me quedo en silencio. — Entonces...que tengas buenas noches. — dice y se retira. ¿Por qué habla de la vida de Jack con tanto derecho? ¿Acaso hubo algo más entre ellos? Siento que mi cabeza estallará en cualquier momento, sigo sintiéndome mal.

Intento calmarme.

Ahora, a pesar de que sé que tengo muchas cosas que investigar sobre mi familia, lo que más me importa es descansar y retomar las riendas de mi vida. Buscaré a mi hermano y viviré en ese departamento que la señora Adams me comentó. Quizás tenía que pasar todo esto para darme cuenta de que Junior tenía razón. Siempre me advirtió sobre ella pero nunca pude escucharlo, no a tiempo.

—Melanie Cross. — un agente me llama. — Necesito que firme algunos papeles para que pueda irse a descansar. — dice y asiento, descansar es lo único que quiero en este momento. 

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