☆꧁༒Uno༒꧂☆
La alarma resonó por toda la habitación, aún la claridad del amanecer no se hacía visible a los ojos del castaño recostado en la cama, así que pensó que cerrar sus ojos por cinco minutos más no estaría nada mal.
Desactivó la alarma.
Grave error.
Esos cinco minutos de más se convirtieron en media hora, la luz del sol se colaba por una pequeña rendija en la ventana, lo suficiente para que la oscuridad en la habitación ya no fuera tan espesa como el castaño creyó que estaría.
—SeokJin...— Escuchó entre sueños, sin embargo no despertaba. Sino hasta que sintió el viento frío golpearlo.
Abrió los ojos, encontrándose con su madre, quien de golpe había retirado las cobijas con las que se cubría hace tan solo un instante. Encojiendose por instinto ante el frío repentino.
Estaba apunto de quejarse, pero miró la habitación más clara.
"¿E-es... Es el sol?"
Divagó en su mente, giró de golpe a su teléfono celular, observando que había perdido ya media hora para arreglarse.
—Levántate rápido, las vacaciones han terminado— la voz de su madre lo sacó del shock que tenía y rápidamente salió de la cama, directo hacia el baño para darse una ducha.
La ducha más corta de su vida. Pensó.
Al terminar secó su cuerpo y cabello, mirándose al espejo mientras acomodaba los últimos detalles de su uniforme escolar. Notando un pequeño detalle.
Se acercó al espejo, tomando entre sus dedos el mechón de cabello blanco que caía por su frente, mismo que ya no tenía suficiente colorante como para cubrirlo.
Maldijo por lo bajo.
El mechón blanco caía justamente en medio de su frente, y aunque quisiera peinarlo de lado, este aún así se notaba en demasía.
Buscó desesperado por su cajón del baño, soltando un grito cuando encontró una lata de tinte en spray que hace tiempo había olvidado allí.
Solo esperaba que no hubiera perdido el tono justo.
Grande fué su sorpresa cuando al rociarlo de manera insegura sobre su cabello este apenas se notaba, era el tono exacto.
Sin perder más el tiempo termino colorando el mechón albino desde la raíz, además de colocar un poco de maquillaje en la piel de su frente que se notaba más clara.
A pesar de que no era tan notable esta despigmentación en su piel, él la maquillaba en caso de que alguien por mera casualidad tocará su cabello. Cómo había pasado en una ocasión anterior.
Terminó de arreglarse y bajó a gran velocidad las escaleras, su madre sabía que ya era muy tarde para que siquiera tomara algo como desayuno. Así que simplemente ella ya estaba en la entrada esperándolo, junto con su mochila en la mano y un almuerzo que preparo a sabiendas de que su hijo probablemente tuviera hambre al llegar a la escuela.
—Eres todo un caso SeokJin— se quejó mientras él tomaba sus cosas y colgaba su mochila sobre su hombro.
—Solo quería cinco minutos de sueño— renegó mientras abultaba sus labios como si de un niño pequeño se tratara.
Aquel gesto hizo que la mayor dejara de fruncir el seño y despidiera a su hijo con un beso en la mejilla mientras le deseaba suerte en su día.
Hoy era el primer día en su quinto semestre del instituto*
Estaba a tan solo unos meses de terminar su último ciclo escolar. Con ese pensamiento en mente, piensa en lo mucho que tiene que disfrutar este último año en su colegio.
Ya que una vez que ingresé a la universidad no será nada fácil.
Aún había la posibilidad de que alguno de sus amigos asistiera a la misma universidad que él, aunque no era nada seguro todavía, aquello lo hacía sentir un poco mejor; no estaría solo.
Claro si es que tiene suerte de pasar el Suneung**
No, aún no debía de pensar en eso y estresarse de más. Ya tendrá tiempo para estudiar.
—Hey despierta— escucha una voz ronca a su lado a la vez que un golpe es dado en su brazo.
—Ah, maldito bruto—
—Si si lo que digas niña, ¿En qué tanto pensabas?— cuestiona el pelinegro a su lado.
—En lo malo que eres, quedamos que me llamarías temprano, YoonGi— se quejó con el más bajo mientras ambos tomaban asiento en la parada del bus.
—Ah eso— sonrió ladino —No soy alarma SeokJin, además olvidé poner la mía y apenas desperté a tiempo para arreglarme y toparte en la calle—
—Bueno ya somos dos, con la diferencia de que yo si la escuché...—
—Y te seguiste durmiendo— miró al más alto, quien solo asintió con un puchero en sus labios, sonrió, lo conocía tan bien.
Ambos abordaron el autobús una vez que este se detuvo por completo frente a ellos, tomaron asiento juntos. Mientras el pelinegro tomó auriculares para ponerselos, SeokJin aprovecho los diez minutos de camino para tomar un poco del almuerzo que su madre le había preparado.
Podría ser muy respetuoso y todo, pero el hambre no le impediría comer en el transporte público.
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—Hey SeokJin espera—.
Estaban a punto de ingresar a su nueva aula de clases, pero el pelinegro detuvo a su compañero que lo miró interrogante.
—¿Qué?—
—Agachate— demandó con voz ronca, a lo que el más alto solo acato la orden— Sudaste, se ve tu raíz blanca— murmuró.
—No jodas YoonGi, no tengo el spray— renegó teniendo cuidado de que los demás alumnos que se encontraban en el pasillo no lo vieran o escucharán.
—Ven, creo que tengo uno en mi casillero—
Aún faltaban diez minutos para que empezará su primera clase, así que corrieron hacia el casillero del pelinegro en el que convenientemente si contaban con un tinte en spray, uno que YoonGi guardaba para su amigo si se llegaba a presentar un contratiempo como este.
Con ayuda de YoonGi, SeokJin tiñó nuevamente su cabello en el baño. Corriendo de nuevo al salón cuando se aseguraron que nada de su cabello albino saltaba a la vista.
—De verdad te debo una, YoonGi—
—Para eso están los amigos, ¿No?—
Entraron al salón justo unos segundos antes de que su profesor lo hiciera, sin embargo este venía acompañado.
Un joven alto, de piel morena y que portaba el mismo uniforme que ellos.
SeokJin perdió su mirada en los hoyuelos que se marcaban en las mejillas del nuevo al momento de sonreír.
Verdaderamente encantador.
—Muy buenos días clase, me alegra poder trabajar con ustedes en este nuevo ciclo escolar— sonrió hacia el grupo de jóvenes —pero en esta ocasión tengo el placer de presentarles a un nuevo compañero, los acompañará en este último ciclo, NamJoon— cedió la palabra al joven.
—Mucho gusto, soy Kim NamJoon—
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—Agh, sé que no se vieron en mitad de las vacaciones... ¿Pero podrían comportarse?—
SeokJin miró con asco el beso que compartía su mejor amigo YoonGi con su actual novio.
—Ah, pero que amargado hyung— JiMin regañó a su mayor quien solo bufó ante la actitud de su menor.
—Es mi JiMin y puedo hacerle lo que yo quiera— sonrió ladino YoonGi mientras de manera juguetona bajaba una de sus manos al trasero del menor que se encontraba sentado a su lado y apretarlo.
—Ya, me voy, con ustedes juntos no se puede hablar— Jin hizo el ademán de recojer su teléfono de la mesa e irse de ahí.
—Ya hyung lo lamento— dijo el rubio.
—Te haces el más santo SeokJin, como si no me hubiera dado cuenta de cómo te comías con la mirada al nuevo—
—¡Yoongi! Que cosas dices, por supuesto que no—. El mencionado rió.
—YoonGi, amor —habló de manera empalagosa el menor— ¿Me irías a comprar una hamburguesa? Tengo mucha hambre— el pelinegro estuvo apunto de renegar, pero con el puchero en los labios regordetes de su novio era imposible y terminó llendo a comprar— Suelta la sopa, Jin— dijo una vez que estaban solos.
El mencionado soltó un suspiro sonoro.
—A nuestro curso entró un chico nuevo. No está nada mal, lo admito pero...—
—Te gustó— dictó.
—Joder, si— cubrió su rostro sonrojado—
Su amigo sonrió divertido con la situación de su mayor.
Y no es que no tuviera algo de malo en que le gustará alguien, por supuesto que no.
Pero él no era de tener relaciones, si que estuvo con alguien en el pasado. Pero no fue de las mejores experiencias, no quería repetir lo mismo.
Todo por su estúpida condición, como la llamaba él cuando el momento más incómodo de su vida ocurrió.
Mucho menos quería toparse con algo similar una vez que estaba en un momento crucial en su vida. Pronto aplicaría el exámen de acceso a la universidad, no debía distraerse. Para nada, solo debía de estudiar, hasta que estuviera seguro de que lo lograría.
NamJoon, bonito nombre. Pensó.
Joder, si que le será difícil.
Aprovecharé que está historia la desarrollaré en un ambiente escolar para informarlos sobre cómo es la vida escolar ( o general) en Corea del Sur ya que de verdad es muy interesante y diferente a lo que pensamos.
* El sistema escolar es un poco diferente, aquí decidí llamarlo instituto, pero en la realidad el nivel en el que se encuentran es high school.
** El Suneung (Test de Aptitud Escolar Universitaria) es el examen de acceso a la universidad, es un maratón de ocho horas de pruebas consecutivas que no solo determina si los estudiantes accederán o no a la educación superior, sino que puede afectar sus perspectivas laborales, sus ingresos, dónde vivirán e incluso futuras relaciones.
Literalmente se preparan toda su vida para esto, la ciudad se paraliza. (En todos los sentidos)
Espero les haya gustado y apoyen este proyecto.
Gracias por leer ✨
—Akira.
Editado.
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