siete | verano
siete | verano
Algunos meses más tarde.
Las cosas habían cambiado un poco en la tripulación, para comenzar Law ahora era Shichibukai, Nana y Sally compartían habitación alejadas de todos sus nakamas, no era tan grande como la de los demás pero era lo suficiente.
La marina sabía que Nana –ex Mugiwara– era ahora parte de la tripulación de los Piratas Heart, ellos aseguraban que como los Mugiwaras seguían desaparecidos tras lo que pasó en Sabaody, Law había rescatado a Nana antes de irse junto con Jean de tal isla, lo que no sabían era que Nana solo estaba en esa tripulación temporalmente, hasta que su capitán y sus nakamas volvieran a zarpar.
Se encontraban ya en el Nuevo Mundo, fuera de lo ya mencionado todo se había vuelto normal, la presencia de Nana en el barco era algo a lo que todos ya estaban acostumbrados. Justo esa mañana Ryu y Nana se encontraban desde temprano en la cocina, como era costumbre, a decir verdad pasaban mucho tiempo juntos gracias a eso.
– ¿Entonces qué será mejor? –Nana hizo una mueca y miró ambos ingredientes frente a ella.
–Yo opino que la carne de Rey Marino es más rica. –Ryu miró a Nana y sonrió.
–Entonces usemos esa. –se disponían a trabajar cuando alguien entró a la cocina. –Buen día, capitán.
– ¡Hola, Traffy! –exclamó Nana feliz, Law saludó neutral y tomó asiento en su silla. –La comida aún no está lista, ¿quieres que te de algo mientras terminamos?
–Un café. –Nana asintió y se puso a prepararlo.
– ¿Por qué está aquí tan temprano? –preguntó Ryu interesado.
–No dormí en toda la noche, me dio hambre, eso es todo. –Ryu asintió.
–No deberías dormir tan poco, Traffy. –murmuró Nana recargándose en el mesón, Law la miró con el ceño fruncido. –Aunque esas ojeras se vean bien en ti, dudo que sean saludables. –se encogió en hombros, Ryu negó con la cabeza con media sonrisa.
Nana siempre era así, sin miedo a decir lo que sea, constantemente soltaba "halagos" hacia el capitán y no de manera amistosa, además de palabras crueles o hirientes, tenía una lengua bastante afilada. Tanto Law como los demás estaban acostumbrados a eso, el peli-negro dejaba pasar los comentarios y no les tomaba importancia.
–Bueno, supongo que estás acostumbrado. –se quedó meditando unos segundos. – ¿No creen que el clima está demasiado caluroso? –sacudió su camisa en busca de más frescura.
–Un poco, aunque nosotros pasamos gran parte del tiempo frente a hornos y estufas, deberíamos estar acostumbrados a eso. –habló Ryu concentrado en la carne que se estaba calentando.
–Pff...qué calor. –recargó su mejilla sobre la palma de su mano volviendo a mirar a Law, quien se mantenía tranquilo leyendo la portada de un periódico que había quedado por ahí. –Traffy, ¿no has pensado en, no lo sé, anclar el submarino un rato para refrescarnos? –Law dejó de leer para mirar a Nana.
– ¿Refrescarse? –Nana asintió, comenzó a preparar el café de Law mientras seguía hablando.
–No caería mal un poco de diversión refrescante aquí, ¿no lo crees, Ryu? –el chico emitió un sonido indicando que estaba de acuerdo.
–Háganlo, igual no hay nada importante que hacer hoy. –Nana chilló emocionada, terminó de servir el café de Law y se acercó a él para entregárselo.
–Sé que tomas café para mantenerte despierto, pero, es demasiado caluroso para tomar café. –se recargó en el mesón, Law le dio un sorbo volviendo su vista al periódico. –Vamos, vamos...al menos quítate la camiseta mientras lo bebes. –susurró, Ryu no pudo evitar contener una carcajada, Law le dio una mirada rápida a Nana, ella se ruborizó un poco y para disimular se dio la vuelta.
–La carne estará lista pronto, Nana-chan, será bueno ir despertando a los demás para que se prepararen para desayunar. –Nana asintió.
– ¡Yo me encargo! –dio un saltito y salió corriendo de la cocina. – ¡Chicos~!
Canturreó caminando por el pasillo fuera de las habitaciones, sus compañeros contestaban no tan animados como ella, con eso se conformó, tocó la puerta de su habitación recibiendo una pequeña contestación.
–Buen día~ –se escuchó la voz somnolienta de Sally desde dentro, Nana sonrió.
–El desayuno estará listo pronto. –tras eso corrió de nuevo a la cocina.
El desayuno pasó normal, todos comían animadamente como siempre, la única diferencia era que Nana no soportaba estar cerca del horno ya que comenzaba a sudar. Todos comenzaron a burlarse de tal cosa, diciendo que cómo un cocinero no puede soportar las temperaturas de la cocina.
Más tarde ese día.
–Oigan, oigan. –llamó Penguin llegando corriendo donde se encontraban Shachi, Jean y los demás. – ¿Dónde están Nana-chan y Sally? –preguntó buscándolas con la mirada.
–Fueron a cambiarse, ¿para qué las buscabas? –esta vez habló Pol, uno de sus nakamas que estaba cerca.
– ¿Cómo que para qué? ¿Acaso no lo han pensado? –hizo una seña y todos los presentes en la cubierta se acercaron haciendo un círculo. –Si pusimos una piscina es porque ellas querrán nadar.
– ¿Eso qué importa? –preguntó uno de por ahí, Penguin sonrió de lado.
–No pueden nadar vestidas con el mono que llevamos todos, tendrán que usar...traje de baño. –tras susurrar eso último, todos los demás entendieron.
– ¡Qué pervertido! –exclamaron, al final habían decido anclar cerca de una pequeña isla, todos estaban vestidos con sus bañadores, preparados para nadar y refrescarse tal y como Nana lo había planeado.
– ¡Bepo! –se escuchó el grito de Nana desde dentro del submarino, todos sus nakamas que se encontraban en la cubierta se asustaron.
–Allá vienen. –todos corrieron y simularon que nunca habían hablado de "eso" antes, aunque no disimulaban del todo bien.
– ¿Nana-san? –preguntó Bepo extrañado tras escuchar su nombre, de pronto, la puerta que daba adentro se abrió de golpe, Nana salió disparada literalmente de ahí saltando directo a los brazos de Bepo, abrazándose a él como un koala.
– ¡Traffy me quiere matar! –lloriqueó asustada abrazada a él.
– ¡Na-chan! –gritó Sally corriendo tras ella, se paró a un lado de Bepo y se agachó poniendo sus manos sobre sus rodillas, recuperando el aire.
– ¿Qué sucede? –preguntó Bepo, de pronto todos voltearon hacia adentro, detrás de ambas chicas venía un peli-negro con un aura asesina dando pasos pesados por todo el submarino.
–Nana. –llamó Law con una voz lenta y aterradora, Nana saltó de los brazos de Bepo y corrió a esconderse tras su espalda.
– ¡Bepo, protégeme! –Bepo no entendía nada, y al parecer los demás tripulantes tampoco.
–C-Capitán, yo no hice nada, Na-chan fue la que... –comenzó a balbucear Sally poniéndose de pie delante de él, Law pasó de ella.
–Room. –la cortina azul alcanzó a cubrir toda la cubierta, Law levantó la mano. –Shambles.
De pronto, Sally cambió de lugar con Nana, quedando esta frente a Law, al haber aparecido ahí de repente cayó sentada al suelo, al notar el aura asesina de Law tan fuerte comenzó a agitar los brazos frente a su cuerpo.
– ¡No me mates, Traffy! ¡Yo te quiero mucho, sólo estaba jugando! –seguía gritando asustada, Law le ordenó guardar silencio.
– ¿Ves esto? –apuntó algo en su pecho, Nana asintió temblando. –Pues "esto" no debería estar ahí.
–P-Pero...
–Tú sola te encargarás de quitarlo, lavarás la camiseta con tus propias manos, y de paso mi ropa sucia también. –Nana abrió la boca sorprendida.
– ¡Eso es abusar! –Law con una mirada hizo que guardara silencio, Nana se arrodilló en el piso y cómicamente se inclinó.
–Perdóneme por faltarle al respeto, Traffy-sama.
La camiseta de Law estaba pintada con quien sabe qué de toda la parte del pecho, dibujitos sin sentido, garabatos y demás. Nana había aprovechado la siesta de unos minutos de Law para rayar su camiseta y de paso dejar su firma también.
–Levántate. –con un aspecto más normal y menos maligno Law caminó hacia el centro de la cubierta.
Nana obedeció, suspiró aliviada secando el sudor de su frente y sonrió orgullosa. Se giró a mirar a los demás quienes batallaban para no reír tras ver la bromita de Nana. Law con el ceño fruncido simplemente se quitó la camiseta y se la arrojó a Nana cubriéndole la cara.
–Podrías empezar ya, tienes mucho que lavar. –se revolvió el cabello de manera despreocupada, Nana iba a reclamarle pero Law la miró con una sonrisa arrogante. – ¿No eras tú la que tenía calor? ¿Qué mejor manera de refrescarte, o no?
Todos comenzaron a reír, Law simplemente se dio la vuelta y se acercó a la baranda del barco, se sentó en el piso y se recargó ahí cerrando los ojos.
Nana apretó los puños y se acercó a él con paso decidido, Sally actuó al instante y se arrojó sobre Nana deteniéndola justo a dos metros del capitán. Law sonrió abriendo un ojo y mirándola, Nana terminó por sacarle la lengua en su inútil intento por ahorcarle.
–Tranquila, Na-chan. –pidió Sally al notar que no podía sostenerla.
–Déjame darle un golpe, Sally. –continuó tratando de acercarse a él, Law volvió a cerrar los ojos sin borrar su sonrisa.
Finalmente y luego de una hora, Nana había terminado de lavar, obligó a Sally a ayudarle para terminar más rápido. Lo peor de la situación fue que tuvieron que lavar la ropa de Law en la cubierta, frente a todos sus nakamas que se divertían jugando y nadando en el agua.
–Los odio. –gruñó Nana sacudiendo una camiseta de Law de manera brusca.
–Bueno, ellos no tienen la culpa de que nos hayan castigado. –murmuró Sally con un aura deprimida envolviéndola.
–Como sea, esto ya está. –sonrió mirando toda la ropa de Law colgada, miró al capitán quien ahora se encontraba recargado en la baranda mirando hacia el mar, donde sus nakamas jugaban. –Maldito Traffy. –gruñó, se cubrió el sol con el brazo y sacó la lengua dramáticamente. –Que calor~
– ¿No hubiera sido mejor quitarnos los uniformes antes de lavar? –murmuró Sally sintiéndose tonta de pronto, Nana ignoró eso y se levantó.
–Yosh~, ¡a divertirse! –salió corriendo, bajó el cierre del mono naranja que llevaba y en un movimiento ágil se lo quitó quedando en un bikini de color blanco con puntos de colores.
– ¡¿Eh?! –exclamaron los demás al verla, la mayoría sonrojados y con una cara de pervertidos.
– ¡Kyah! –saltó directo al agua, cayendo en clavado al mar.
Todos se quedaron igual de sorprendidos, luego de un rato se dieron cuenta de que Nana no salía del agua y que pequeñas burbujas se asomaban a la superficie.
– ¿Nana-chan? –llamó Shachi, Law suspiró y rodó los ojos.
–Es usuaria, ¿lo olvidan? –murmuró con voz tranquila.
Todos sus nakamas gritaron asustados, todos se sumergieron al agua inmediatamente para salvar a Nana, Law negó con la cabeza, tan pronto como todos entraron salieron levantando a Nana en brazos, la arrojaron fuertemente hacia el barco.
Nana cayó en la cubierta, empapada y con los ojos cerrados, Sally se apresuró a correr hacia ella, los demás se quedaron aún en el agua pero guardando silencio esperando noticias sobre su estado.
Law simplemente admiraba todo en silencio.
– ¿Na-chan? –murmuró Sally asustada, se hincó a su lado en el suelo de la cubierta y le tomó la mano. – ¿Estás bien?
–S-Sally... –balbuceó.
– ¿Qué sucede? –asustada, Sally apretó el agarre, Nana abrió los ojos levemente y levantó la mano hacia el aire de manera dramática.
–E-El agua...está...deliciosa. –se dejó caer de nuevo, Sally suspiró y se levantó.
–Ella está bien, chicos. –avisó agitando los brazos, los demás suspiraron tranquilos y volvieron a jugar.
–Exagerada. –habló Law cruzándose de brazos, Nana abrió un ojo al instante y lo miró justo parado frente a ella. –Sabes bien que no puedes nadar y aún así saltas al agua sin ninguna protección. –Nana gruñó y en un movimiento rápido se puso de pie frente a él.
–Casi muero, preocúpate por mí aunque sea una vez, maldito. –con sus puños cerrados y una notable expresión de molestia se acercó a él, Law continuó en la misma posición.
–Me preocuparé por ti cuando en verdad estés en peligro, esto fue otra de tus tonterías despistadas. –se dio la vuelta en dirección al interior del submarino, Nana apretó sus puños aún más y se posicionó delante de él de nuevo.
– ¿Tonterías? ¡Yo solo quería nadar un poco! –exclamó indignada, Law le dio un pequeño zape en la cabeza.
–No puedes nadar, idiota, utiliza aunque sea un flotador antes de saltar al mar, ¿qué sería de ti ahora si no estuviéramos aquí? –se hizo a un lado y siguió su camino, Nana iba a reclamarle pero se dio cuenta de algo.
– ¿Eso significa que sí estabas preocupado? –preguntó ella sonriente, Law sin girarse volvió a hablar.
–Tómalo como quieras. –agitó la mano quitándole importancia al asunto, Nana ensanchó su sonrisa.
–Vale~ –dio un saltito emocionada, cuando iba a girarse para mirar a Sally se detuvo, volvió su vista a Law y lo llamó de nuevo antes de que este entrara. –Oye, Traffy. ¿Saldrás a divertirte con nosotros? –Law giró solo la cabeza y asintió mirándola.
–Solo iré a cambiarme. –Nana se dio cuenta de que aún tenía puestos pantalones y zapatos, así que supuso que Law se pondría un bañador como los demás...o eso esperaba ella.
–Entiendo, entonces... –sonrió. – ¿Puedo acompañarte? –Sally, quien se encontraba cerca tuvo un sobresalto y se sonrojó.
– ¡Na-chan! –exclamó, aunque sabía que Nana lo decía de broma...o algo así. Law sonrió de lado aún sin quitarle la vista a Nana.
–Adelante.
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