ocho | sonrojos

ocho | sonrojos

– ¡Sally!

– ¡Na-chan!

– ¡¿Qué ocurre contigo?!

– ¡Eso debería preguntar yo! –Nana molesta se quitó a Sally de encima y se levantó del suelo.

–No tenía pensado ir de todos modos. –negó Nana cruzándose de brazos, Sally se levantó y se posicionó delante de ella.

– ¡Pero si ya ibas tras él! –Nana no pudo evitar sonrojarse. –Está bien que te guste el capitán y todo, pero, ¿enserio lo acompañarías a que se vista?

–Tch. ¿Tú qué crees? –se dio la vuelta dándole la espalda.

En cuando Law le había dado "luz verde" para que lo acompañase a vestirse Nana no había dudado en ir tras él, Sally saltó sobre ella derribándola en el piso, impidiéndole irse, Law ya no estaba ahí para este entonces.

–Deberías pensar un poco más antes de hacer las cosas, Na-chan, no sabes las consecuencias de tus actos. –negó Sally, Nana suspiró.

–Vale, gracias, supongo que tienes razón. –se giró hacia ella. –Ahora que lo pienso, Traffy no me dejaría seguirle así porque sí, debe ser una broma. –puso su mano en su barbilla y miró hacia otro lado simulando que pensaba.

– ¡Nana-chan! ¡Sally! –ambas miraron hacia el mar en la costa de la isla donde sus nakamas agitaban los brazos. – ¡¿No van a venir?!

– ¡Allá vamos! –respondió Sally, se giró a mirar a Nana. –Si no puedes nadar hasta allá será mejor que traiga algún flotador o... –Nana levantó una mano callándola, sonriendo orgullosa se acercó a ella y la tomó de los brazos. – ¿Na-chan?

– ¡A volar, Sally! –en un simple movimiento la lanzó al mar, Sally gritó asustada.

Justo cuando la rizada creyó que caería al mar sin más se elevó en el aire, al estar cubriéndose la cara por el miedo no logró captarlo hasta unos segundos después, miró a su alrededor aún más asustada que antes y cuando volvió a gritar logró visualizar a Nana arriba de ella en el aire.

– ¡Na-chan! –exclamó asustada, Nana sonrió en grande tranquilizándola.

Nana iba sujeta a un flotador que volaba en el aire, ella estando colgada de él, mientras que Sally volaba literalmente sin nada que pudiese explicarlo. Nana estiró la mano hacia ella y Sally la tomó asustada.

–Tranquila, ya llegamos. –bajó en la arena de la playa y dejó a Sally a su lado, esta se tiró al suelo de rodillas y comenzó a llorar aún asustada. –No fue para tanto.

– ¡Me arrojaste por la borda! –exclamó enojada, Nana rió nerviosa y se disculpó. –Sabía que tenías una habilidad extraña pero no imaginé que harías algo así. –continuó llorando.

–Oigan, chicas, ¿están bien? –preguntó Ryu acercándose rápidamente, su hermana se lanzó a él y lo abrazó.

– ¡Intentó matarme! –Nana volvió a disculparse nerviosa mientras Sally la señalaba y lloraba dramáticamente.

– ¿Eh? –al ver que la escena se volvía divertida luego de que Nana comenzara a llorar igual, Ryu rió. –Vale, ya pasó, ya pasó. –le acarició la cabeza a su hermana y la soltó. –Nana-chan no te dejaría morir.

–Pudo haberme avisado antes. –murmuró Sally con las mejillas infladas.

– ¡Eso fue fantástico, Nana-chan! –exclamó Penguin animado al llegar con ellos.

– ¡Oye! –reclamó Sally enojada.

–Vaya, sabía que Nana-chan era usuaria pero no imaginé que su fruta podía hacerla volar. –habló otro de sus nakamas, ahora todos estaban formando un círculo alrededor de ambas chicas.

–Es cierto, eres genial, Nana-chan. –alagó otro. Nana se sonrojó y comenzó a moverse tímidamente como normalmente lo haría uno de sus preciados nakamas.

–No crean que diciendo eso me harán sentir feliz, cabrones~ –todos rieron.

–Tú igual eres genial, Sally, volaste por los aires, debió sentirse increíble. –Sally se quedó callada, se sonrojó un poco y sonrió de lado.

–Pensándolo así es cierto, se sintió muy bien volar por unos segundos. –Nana saltó a ella y la abrazó notando que ya no estaba molesta. –Pero evita lanzarme así como así. –amenazó.

–Oigan, a todo esto, ¿dónde está el capitán? –todos miraron hacia el submarino.

En ese momento una cortina azul se expandió por todo el lugar, en menos de un segundo Law apareció frente a todos sus nakamas pero esta vez sin sombrero y sin espada, simplemente vistiendo un bañador y cargando una toalla sobre el hombro.

– ¡Capitán! –exclamaron todos sonrientes.

– ¡Traffy! –Nana al verlo así se sonrojó, inmediatamente su nariz comenzó a sangrar y cayó hacia atrás desmayada.

***

–Eso te pasa por pervertida. –Law soltó un golpe en la cabeza de la chica, ella simplemente se sobó el área afectada mientras miraba hacia otra parte aún sonrojada.

Law había atendido a la chica, logró hacer que despertara, le colocó unos papeles en la nariz y le prohibió entrar al agua durante unos minutos para que no colapsara de nuevo.

–Lo siento. –murmuró inflando las mejillas, Law se cruzó de brazos.

– ¿Y así querías acompañarme a mi habitación para vestirme? –preguntó burlón con su sonrisa arrogante, Nana frunció el ceño molesta aún sin mirarle. –Quien sabe qué cosas habrán pasado por tu mente. –negó con la cabeza.

–No es para tanto, Zoro tiene mejor cuerpo que tú. –murmuró enojada volteándole a ver de nuevo, esta vez a los ojos.

–Como digas, espera un par de minutos más hasta que baje el color rojo de tu cara y entra al agua... –se alejó de ella en dirección al mar, se paró y la miró de reojo. –...pero esta vez utiliza un flotador.

Nana apretó la quijada y con ganas de golpear algo se quedó refunfuñando ella sola en la arena, viendo cómo los demás se divertían en el agua, se puso en cuclillas en la arena y comenzó a hacer dibujos en esta utilizando su dedo.

¿Que Zoro tenía mejor cuerpo que Law? Se podría asegurar que sí, pero Nana había visto a Zoro en bañador muchas veces y lo único que pasaba por su cabeza era un alga verde redonda utilizando un bañador.

La diferencia era clara, Law no parecía un marimo. Eso sí, Luffy, Usopp y Sanji tampoco lo parecían.

Aún así Nana supo a que se debía aquello, ni Zoro, ni Luffy, Usopp o Sanji, ninguno de sus nakamas le llamaba la atención tal como Law lograba hacerlo. Su ojeroso era exactamente eso: SU ojeroso.

Su cuerpo lleno de tatuajes lograba darle hemorragias nasales a Nana, cosa que nadie había logrado antes, la cosa iba enserio esta vez.

–Sabía que eras una pervertida pero no creí que fuera para tanto. –habló Ryu llegando a su lado, Nana suspiró. – ¿Ya estás mejor?

–Sí, tampoco fue para tanto. –se quitó ambos papeles de la nariz y los dejó a un lado, levantó un espejo de mano que tenía y miró su rostro. – ¿Crees que el sonrojo ya bajó? –Ryu carcajeó y se sentó a su lado en la arena.

–Un poco. –Nana bajó el espejo y miró a Ryu. – ¿Qué ocurre?

–Solo pensaba. –entrecerró los ojos, Ryu comenzó a ponerse nervioso notando cómo Nana comenzaba a mirarlo de cuerpo completo sin preocupación a que él lo notase. –Ryu.

– ¿S-Sí? –un color carmesí subió a su rostro de repente, Nana lo miró a la cara.

– ¿Podrías hacer algo por mí? –el castaño asintió. –Desnúdate.

– ¡¿Eh?! –exclamó asustado, Nana se puso de pie y él la imitó al instante.

–Sólo será un segundo, necesito comprobar si la hemorragia la causó Traffy, ¿crees que podrías causarme una hemorragia? –Ryu comenzó a agitar los brazos muy nervioso.

– ¡¿C-Cómo?! –Nana se cruzó de brazos.

–Vamos, Ryu, somos amigos, desnúdate. –Ryu terminó por negar con la cabeza al quedarse sin palabras. – ¡¿Por qué no?! –Nana se quiso acercar a él pero Ryu se alejó corriendo. – ¡Espera, sólo quiero que me causes una hemorragia!

La escena frente a todos sus nakamas era algo extraña y divertida a la vez, Nana persiguiendo a Ryu por toda la costa mientras le gritaba que se desnudara, Penguin, Shachi y los demás no pudieron evitar reír a carcajadas, Sally se cubrió la cara avergonzada y Law simplemente negó con la cabeza.

–Ay... –murmuró Sally.

–No aprende. –Law le pidió a Jean Bart si podía sacarlo del agua, ya que iba sentado sobre su hombro, Jean asintió y salió dando un par de pasos.

Law bajó a la arena y justamente cuando Ryu y Nana pasaron corriendo frente a él, logró tomar a la chica del brazo deteniéndola, ella al darse cuenta de que Law la había parado se cubrió la cara con las manos dejando un espacio claramente visible entre sus dedos, por donde podía ver todo.

– ¿Qué ocurre? –preguntó Law a Ryu, este se escondió detrás de la pierna de Jean sonrojado y asustado.

–Nana-chan quiere que me desnude. –Law miró a Nana quien sólo cerró sus dedos para evitar verlo.

– ¿Para qué quieres que se desnude? –preguntó con toda tranquilidad.

–Quería demostrarte que cualquiera puede causarme una hemorragia nasal, así no te sentirás especial. –Law suspiró entre molesto y cansado.

–Madura un poco. –le dio otro golpe en la cabeza. –Discúlpate con Ryu.

–Lo siento. –murmuró Nana con las manos en la nuca donde Law la golpeó, este se puso a su lado y tomó su cabeza bajándola, haciendo que se incline. –Enserio, perdón por perturbarte, no volverá a pasar.

–E-Está bien. –aceptó Ryu poniéndose de pie ante ella, Law soltó a Nana y ella se enderezó con los ojos llorosos. –E-Eh...no llores, Nana-chan, enserio, todo está bien. –sonrió nervioso, Nana se talló los ojos con su antebrazo, se dio la vuelta y salió corriendo en dirección opuesta a todos. – ¡Nana-chan!

–Déjala. –habló Law serio.

–Capitán... –Law se dio la vuelta.

–Siempre exagera las cosas, se le pasará. –comenzó a caminar donde Jean lo esperaba.

Ryu simplemente tragó saliva y se encaminó al mar, sabía lo rara que Nana era así que no le preocupaba mucho, sino más bien lo que lo mantenía inquieto era lo duro que Law actuaba con Nana, constantemente regañándola por todo lo que hacía.

Nana era como una niña pequeña, no hacía falta entenderla, simplemente con seguirle el juego bastaba, terminaría cansándose al final y dejándolo en paz, eso había aprendido de ella en el poco tiempo que la conocía.

Pero Law simplemente tomaba todo lo que ella hacía en broma, incluyendo sus constantes indirectas dichas a la cara, dejando todo eso pasar desapercibido a Nana parecía no importarle, pero sabía que todos esos detalles venían de algo más profundo.

Quizás Nana enserio estaba interesada en Law, y este al estar seguro de sus tonterías y comportamiento para nada serio dejaba todo eso pasar de largo. Quizás Nana en cierta forma se sentía rechazada por él y por eso llamaba tanto su atención.

Law lastimaba a Nana deteriorando poco a poco sus sentimientos por él con esa actitud despreocupada y fría. Pero todo esto se basaba en un quizás, ya que Nana era totalmente impredecible.

La tarde pasó divertida, jugaron partidos de voleibol en el agua, carreras, peleas a caballito, Law estuvo un rato con todos en el agua, siempre sentado sobre el hombro de Jean o en un pequeño flotador solo remojando sus piernas.

Sally se veía animada, hasta Bepo estaba feliz, pero algo había pasado desapercibido, o más bien alguien.

Nana no había entrado al agua en todo el día, no es como si pudiese entrar de todos modos, pero ni siquiera se había acercado al mar, Sally había hablado con ella anteriormente pero Nana la convenció de que se encontraba bien diciendo que prefería entrar luego de que bajara el sol.

Diciendo esa excusa a todos se quedó sentada en la orilla con una sombrilla cubriéndole el sol. Por supuesto, nadie estaba del todo conforme con esa respuesta, pero decidieron no molestarla.

A ciertas horas, cuando el sol estaba más débil Law salió del agua, sin ninguna razón aparente y con la absurda excusa de que quería recuperar energía se sentó a un lado de Nana debajo de la sombrilla.

La peli-verde estaba bastante concentrada en como la marea alcanzaba las puntas de sus pies, sonreía cada que el agua la tocaba y la miraba irse de vuelta. Law frunció el ceño cuando ella se abrazó sus propias piernas y sonrió amargamente.

– ¿Llorarías si yo llego a morir? –esa pregunta sorprendió a Law.

– ¿A qué viene eso? –Nana ni siquiera lo miró.

–No me has respondido. –Law miró al mar donde sus nakamas seguían divirtiéndose.

–No dejaré que mueras. –Nana lo miró esta vez. –Ahora tú responde.

–No lo sé, eso solía preguntarlo mi hermano todo el tiempo. –sonrió de lado. –Decía que dependiendo de la respuesta puedes saber cuánto le importas a una persona. –Law conectó su mirada con la de ella, notando cierta nostalgia en sus ojos.

– ¿Qué le pasó a tu hermano?

–Murió hace algunos años, aunque no me afecta tanto, ¿sabes? No éramos tan unidos. –movió los dedos de sus pies enterrándolos en la arena.

–Ya veo. –Law apoyó su brazo en sus rodillas mientras sus piernas adoptaban la misma posición que las de Nana, puso su otro brazo detrás de su cuerpo apoyando su peso en este, poniéndose más cómodo. – ¿Entonces? –Nana levantó una ceja. – ¿Cuál es la respuesta correcta a la pregunta?

–No hay respuesta correcta, él decía que el significado de la respuesta variaba según la persona. –Law levantó una ceja, Nana sonrió con cierto brillo en su mirada. –No hace falta que lo entiendas, mi hermano era raro.

–Igual que tú. –sonrió él. – ¿Cuál era tu respuesta cuando te lo preguntaba él?

–La misma que la tuya. –se abrazó de nuevo a sus piernas. –Yo estaba dispuesta a enfrentar a cualquiera si él se encontraba en peligro, a eso me refería con mi respuesta, darlo todo por él. –sonrió, Law suspiró sonoramente y con un poco de esfuerzo se levantó.

–Darlo todo por él, ¿no? –Nana lo miró sin entender muy bien. –Mi respuesta tiene un significado distinto...

– ¿Eh? –sin dejar de ver el mar Law sonrió de lado.

–No dejaré que mueras, significa que si alguien trata de alejarte de mí, tendrá que atenerse a las consecuencias. –sorprendida por la respuesta Nana se quedó con la boca ligeramente abierta. –Sé que en menos de dos años volverás con Mugiwara-ya, pero hasta entonces recuerda mis palabras, Nana.

–Traffy... –sintiendo cómo sus ojos se humedecían, Nana sonrió. –Es lo más lindo que ha salido de tu hermosa boca~ –las lágrimas se desbordaron de sus ojos, Law estiró una mano hacia ella.

–Todos te esperan para jugar por allá, levántate. –Nana ni se molestó en tomar su mano, se lanzó directamente a sus brazos y se cargó completamente a su cuerpo, enrollando sus piernas a su alrededor. – ¡Nana!

– ¡Muchas gracias, Traffy! –exclamó emocionada mientras continuaba llorando, Law intentó separarse de ella al sentirse ahogado entre sus pechos pero no lo logró.

Todos a lo lejos veían la escena y reían, Sally comenzó a negar con la cabeza sin borrar su sonrisa, murmurando un "me alegra que esté bien" se dio la vuelta para continuar jugando.

Ryu simplemente sonrió sin poder evitarlo, esos quizás que habían estado rondando en su mente habían desaparecido, y en su lugar había aparecido una nueva duda:

Quizás algo surgiría de aquello, quién podría saberlo. Sintiéndose tranquilo volvió a mirar a sus nakamas para volver a divertirse.

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