dieciséis | law

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–Siguen apareciendo más y más. –habló Nana recargando su espalda en la espalda de Law, él levantó la mano al frente y habló.

Shambles. –las armas de todos los hombres enemigos fueron sustituidas por almohadas que probablemente se encontraban en el barco enemigo.

–Nana-san, entre, es peligroso aquí. –pidió Bepo alterado. –Es a usted a quien buscan, acabaremos con ellos y todo estará bien. –tomó a Nana del brazo sano y jaló de ella, Nana no opuso resistencia, sabía que en cierta manera tenía razón.

–Tengan cuidado, Bepo. –el Mink cerró la puerta que daba a la cubierta y volvió a la pelea.

Nana suspiró, caminó a paso apresurado hasta la sala de doctor de Law, la sangre de su brazo no paraba de salir así que planeaba hacer un torniquete al menos para parar la hemorragia, cuando Law estuviera ahí podría ser curada correctamente.

Terminó de atarse el brazo y pudo soltarse la herida, su mano tenía mucha sangre así que a prisa se lavó; su cuerpo se sentía débil, el Kairoseki dentro de su brazo provocaba ese síntoma, era muy molesto.

Subió a la primera planta una vez limpia y se quedó detrás de la puerta de la cubierta, escuchando el ruido de la pelea, no parecía haber problemas, conociendo a Law y a sus compañeros ganarían fácilmente contra esos enemigos.

El hombre que la buscaba se hacía llamar Hell, un ex-pirata que en sus mejores años tuvo una recompensa de ciento setenta millones de berries, actualmente inactiva puesto que su pista se perdió del Gobierno Mundial hace mucho.

La meta de ese hombre era encontrar cierto tesoro que se rumoreaba, se encontraba en una isla del Nuevo Mundo, no era algo monetario pero sí algo de mucho valor: una akuma no mi muy poderosa, aunque nadie sabe de cuál se trata.

No se sabe en qué isla se encuentra tal fruta, pero según los rumores, el hombre que la escondió era escritor y debió de haber dejado la ubicación escondida en el mensaje que transmitían sus libros.

Sí, ese escritor era Tamiya Jin.

Buscaba a Nana desde que se enteró que esta era hija de tal hombre, y ahora que se encontraba en el Nuevo Mundo no perdería la oportunidad de sacarle información, información que ella no sabía. Esta banda de ex-piratas fueron los que atacaron a Nana justo cuando cayó al mar y fue encontrada por el sub-marino de Law, una gran coincidencia y quizás cosa del destino.

La puerta de la cubierta se abrió, Nana se preocupó por un segundo creyendo que podría ser algún enemigo, pero al notar que se trataba de Ryu sonrió.

–Ellos se fueron, Nana-chan. –avisó sonriente, Nana salió y observó a sus nakamas en el suelo, cansados y exhaustos.

–Chicos. –susurró sorprendida. –Ustedes son...tan tontos...e increíbles. –sonrió sintiendo como se le estrujaba el corazón.

–Huyeron al notar que no estabas sola, Nana-san. –orgulloso, Penguin se levantó del piso.

– ¿En qué piensa, capitán? –preguntó Sally sacudiéndose la tierra de la ropa, ella también había peleado espalda con espalda junto a su hermano.

–No creo que se rindan tan fácil. –murmuró, miró a Nana y luego su herida. –Acompáñame, Nana. Bepo, vigila por si acaso.

–A la orden.

– ¿Por dónde se fueron? –preguntó ella mirando hacia ambos lados. –No logro verlos.

–Parece que alguno de los suyos tiene una habilidad para encerrar cosas en burbujas, no parece ser muy hábil si se trata de batalla cuerpo a cuerpo, pero para esconderse funciona. –informó Ryu.

–Así que de eso se trataba. –mencionó Nana pensando. –Aunque-...

– ¡Capitán! –se escuchó el grito de Sally de la nada, todos voltearon asustados.

Sally fue tomada por el pájaro negro enorme que dejó la rosa marchita anteriormente en el barco, agitaba los brazos tratando de soltarse pero le era imposible, este se elevó en el aire agitando sus alas.

– ¡Sally! –gritó Ryu corriendo hacia ella.

– ¡Sally, sujétate! –gritó Nana saltando sobre la baranda del barco, quedando de pie sobre esta, estiró el brazo sano y esperó a que funcionara. Sally extendió la mano lo más que pudo pero apenas y alcanzó a rozar los dedos de Nana.

– ¡Na-chan! –gritó asustada y con lágrimas en los ojos.

–Room. –la habilidad de Law se extendió pero no logró alcanzar a su nakama, había gastado energía en la pelea y esto le impedía hacer un campo más extenso. –Maldición. –gruñó por lo bajo. – ¡Sally, iremos por ti!

– ¡Ayúdenme! –gritó aterrada, el pájaro a pesar de tener alas y plumas se sumergió de lleno en el océano, llevando a Sally con él.

– ¡Sally! –gritó Nana de nuevo intentando acercarse, sin recordar que estaba en la orilla del submarino, fue tomada rápidamente de la cintura por Bepo impidiendo que cayera.

–Nos confiamos demasiado. –el capitán se quedó callado tras eso analizando todo. –Habrá que seguir el barco, Bepo, activa el submarino, nos sumergiremos. ¡Todos vayan adentro! –avisó caminando hacia la puerta.

–Nana-san, baje de ahí. –pidió Bepo, Nana no respondió, Bepo tuvo que cargarla como a una princesa y llevársela. –Salvaremos a Sally, pero debemos entrar para seguirlos. –Nana gruñó con impotencia cubriendo sus ojos.

–Lo pagarán caro, Bepo, lo harán.

***

–No hagas fuerza en el brazo. –Law tomó unas pinzas y las acercó al brazo de Nana, ella se encontraba sentada sobre la camilla que se encontraba en la sala de doctor, simplemente mirando al piso.

Law planeaba curar a Nana a la manera tradicional, puesto que había gastado energía y no planeaba gastar más hasta no recuperar a Sally. Con las pinzas comenzó a buscar la bala de Kairoseki que había quedado insertada en el brazo de Nana, ella simplemente se mantenía quieta y callada observando el piso, cosa que a Law le preocupó, normalmente se encontraría chillando abrazada a Bepo.

– ¿No te sientes cansado, Traffy? –preguntó ella tranquila, demasiado tranquila como para tener unas pinzas en su brazo.

–Si te refieres a si tengo sueño, un poco. –admitió. –Solo dormí alrededor de tres o cuatro horas, pero por ahora es suficiente. –logró sacar la bala y la dejó a un lado en una bandeja, para después comenzar a curarla de verdad. –Terminé con eso, ¿te dolió?

– ¿Eh? –extrañada miró la bala, su rostro se puso pálido y al instante evitó la mirada. – ¿E-Eso estaba en mi brazo?

–Sí, pero estabas tan atenta al piso que no te diste cuenta cuando la saqué. –Nana hizo una mueca. –Cálmate un poco, rescataremos a Sally.

–Se le notaba realmente asustada, no sé por qué insisten tanto esos tipos. –murmuró enfadada. –Ella no debería estar pasando por eso, en su lugar debería estar yo. –apretó el puño con impotencia y claro enojo.

–Ya basta. –Law tomó su mano y la extendió con cuidado sin soltarla, Nana se estaba tensando mucho y así no podía curarla correctamente. –Nadie debe pasar por eso, esos piratas eligieron mal a sus enemigos.

–Pero yo-... –Law la interrumpió dándole un ligero apretón en la mano, sorprendiendo a Nana por el tacto tan suave que tuvo.

–Tú no quisiste que esto resultara así. –sin soltar su mano tomó una gasa y la dejó cerca, lo mismo hizo con algunas vendas, alcohol y de más; miró a Nana, quien atentamente lo observaba. –Deja de cargar con eso, el asunto estará resuelto más rápido de lo que imaginas. –soltó la mano de Nana con delicadeza y tomó lo necesario para desinfectar la herida.

– ¿Planeas pelear contra ellos? –preguntó con voz preocupada.

–Se metieron con nosotros, si no quieren terminar esto por las buenas será por las malas. –afirmó, Nana agachó la mirada de nuevo, no tenía ánimos para nada, ni siquiera para mirar a su ojeroso.

–Traffy, ¿puedo tomarte la mano otra vez? –preguntó ahora sin levantar la mirada.

–Necesito ambas manos para esto, Nana. –respondió mientras colocaba alcohol en un algodón, Nana apretó los labios y negó con la cabeza repetidas veces.

–Por favor. –Law la miró meditando su comportamiento, Nana se comportaba extraño, algo le estaba afectando mucho y quería saber de qué se trataba. –Necesito tu apoyo. –las palabras de Nana, por más sencillas que sonaran, parecía como si tuviera un significado más allá. Fácilmente podía decirse que Nana solo temía sentir dolor físico al ser curada, pero Law lograba leer entre líneas.

–De verdad necesito ambas manos, pero, sabes que estoy aquí contigo. –se quitó su sombrero y se lo puso a Nana. –Aquí voy, ¿lista? –Nana levantó la mirada para ver a Law, poco le importaba que las lágrimas se estuvieran desbordando por sus ojos.

–Lista. –se limpió el rostro con el antebrazo derecho.

Law se tomó su tiempo para curar a la peli-verde, ella sollozaba cada tanto, aunque probablemente no se tratara del dolor físico, con especial cuidado terminó de vendar el brazo de Nana, le colocó la parte superior del mono que llevaba puesto y como si fuera una muñeca hizo que metiera ambos brazos dentro de este.

– ¿Me contarás ahora por qué lloras? –le acomodó el cuello de la ropa y se sentó en la camilla a su lado. –No has parado de hacerlo desde que comencé a curarte, tienes los sentimientos a flote desde tu recaída. –Nana ni siquiera lo miró. –No aceptaré un "estoy en mis días" esta vez. –bromeó un poco, Nana carcajeó por lo bajo.

–Solo estoy preocupada. –sonrió de lado. –Asusté a Sally antes de lo ocurrido y no pude disculparme correctamente con ella, sé que no me guardaría rencor, mucho menos por algo tan simple, pero me siento realmente mal.

– ¿Sólo se trata de eso? –Nana asintió. –Eres muy buena actriz, no sé si creerte.

–De hecho hay algo más profundo, pero no quiero hablar de eso. –se talló los ojos con los puños y sacudió la cabeza. –Quizás lo haga cuando me encuentre mejor, después de terminar con este problema.

–De acuerdo, pero trata de no preocupar a los demás, si llegamos a pelear necesitamos mantener la mente fresca. –Nana asintió levantándose.

–Law. –llamó ella, el moreno se quedó callado, sorprendido. –Prométeme algo. Cuando estemos frente a esos tipos, déjame pelear contra el líder.

– ¿Nana?

–Promételo, necesito arreglar cuentas con él. –Law suspiró y asintió.

–Lo prometo. –Nana medio sonrió, se quitó el gorro de Law y se lo puso a su dueño, acomodándolo torpemente, y ahora sí, Nana comenzó a andar hacia la puerta, Law la paró una vez más llamándola por su nombre, ella se detuvo en la puerta una vez que esta estuvo abierta y miró al capitán, Law analizó sus ojos, para saber qué clase de sentimiento guardaba en ellos. –No es nada, ya vete.

–Gracias, capitán. –salió de ahí sin más.

Law se quedó sentado en el mismo lugar, recordando cada palabra y cada acción de la chica, no era norma, algo la perturbaba muy en el fondo de su ser, solo esperaba que tras terminar con esos tipos todo volviera a ser igual, que Nana volviera a sonreír y actuar como siempre.

– ¿Por qué...? –Law setalló los ojos cansado. – ¿Por qué me ha llamado por mi nombre?

n/a: todas mis historias son resubidas, la mayoría están terminadas desde el 2016, solamente que esta la dejé a medias por lo que tendrá actualizaciones más lento en lo que continúo con el hilo de la misma, espero no sea una molestia, si tienen alguna sugerencia del rumbo que debería tomar la historia pueden decirme uwu

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