Capítulo 11 (FINAL)

Eran las 17:19 y todos seguíamos en la playa tan tranquilos. Nathaniel leía una revista bajo la sombrilla, aunque ya el sol se estaba escondiendo y apenas había claridad de la que cubrirse; Armin, Kentin, Kim y yo estabamos echando una pachanga al voleibol, cerca de la orilla ya que quedaban pocas personas en la playa ya; Rosa y Violeta conversaban en el agua pacíficamente, junto con Alexy, y Lyssandro y Leigh estaban sentados bajo la sombrilla y hablando, a la derecha de la rubia.

A estas horas, el lugar comenzaba a despejarse ya que con el viento hacía un poco más de fresco cerca de la costa, pero para nosotros, se estaba perfectamente cómodo.

-¡Toma!- exclamó la morena al marcar un punto para nuestro grupo.-¡Punto de partido, señoritas!- se burló, a lo que reí, pero Kentin frunció levemente el ceño y Armin sonrió con malicia.

-No os confiéis, noobs- rió suavemente mientras seguíamos jugando. Pasaron como quince minutos y seguíamos empatados 27-27.

-¡Chicos, id recogiendo la red! Se está nublando - gritó Nathaniel desde la sombrilla. Le hicimos un poco el vacío y seguimos jugando, sin contestar, realmente estábamos siendo competitivos.

El balón acababa de ser lanzado hacia nuestro campos en el intento del punto 31 ya, que desempataría todo. Pero, cuando me dispuse a golpear el balón, este nunca llegó a mis manos.

-¡Se acabó! ¡Vamos! -frunció su ceño Rosa, agarrando el balón al vuelo y cortando así el juego. Todos protestamos, notablemente desesperados por saber quién ganaría.- ¡No me vengáis con esas! ¡Ya se está nublando,  dijeron que a las seis comenzaría a llover y son y media! - estaba bastante molesta.

-Lo sentimos, Rosa- contestó el moreno, algo en shock por el carácter imponente de la peliblanca.

-Pues mira, yo no veo que esté lloviendo, capitana.- vacilé con una sonrisa, a lo que la de ojos dorados me miró fulminante y volvió a donde la sombrilla, desde nuestro lugar se veía como todos ya recogían las cosas.

-Vaya con la cuñi de Lys- dijo en una risotada el pelinegro, después de ver como de pálido estaba el ojiverde- A Ken se le han puesto los huevos de corbata.- reía ruidosamente, mientras el otro se sonrojaba, avergonzado.

-T-Tampoco eso- soltó con orgullo. La pelinegra miró al cielo y se aproximó a desmontar la red, al ver que este estaba nublado.

-Venga chicos, deberíamos ir desmontando el campamento.- dijo algo seria, mientras se arrodillaba en la arena.

-Pues a mí aún no me ha caído ni una gota.- dije con una sonrisa confiada.- Tal vez no deberíais fiaros tanto del...- No pude acabar pues me cayeron encima varias gotas, a ritmo lento pero que iba aumentando sin necesidad de mucho tiempo- Mierda, ¡Armin mueve el culo!- gruñí, mientras me aproximaba a comenzar a ayudar a Kim.

-----------------------------

-Vaya la que nos ha caído encima- suspiró Leigh al volante, con su cabello húmedo al igual que todos los demás.

-Tú ten mucho cuidado conduciendo, amor.- le pidió Rosa desde la parte de atrás, a lo que el otro asintió con una sonrisa y un sonrojo leve.

-Yo os lo dije, pero bueno...- gruñó Nath con sus brazos cruzados y ceño fruncido, rodando los ojos.

-Ah...- suspiró Armin con pesadez.- ¿Qué seríamos sin tí, Nathaniel, madre nuestra?- rió levemente ante  cómo el otro le miraba molesto. Alexy fingió una reverencia, y las risas entre los hermanos aumentaron, solo ellos dos se entendían, hacían que una sonrisa se me contagiara.

-Nada, en realidad.- respondió con molestia y un chasquido de lengua. Un chasquido de dedos por parte de Kim, llamó mi atención.

-Castiel, ¿Por qué no lo callas como sólo  tú sabes?- sonrió de lado mientras levantaba las cejas. Nathaniel parecía confundido pero yo pillé el comentario de la morena al vuelo, sonriendo con picardía y atrayendo al rubio por el cuello, uniendo nuestros labios en un cariñoso beso. Al principio, el ojiambar vaciló un poco, pero después de unos segundos, me correspondió, rodeando mi cuello con sus manos y profundizando el beso.

A nuestro lado escuchaba como los demás vitoreaban a modo de coña.

-¡Guapos, vivan los novios!- gritó Alexy con un par de risas mientras nos caía un puñado de galletas encima. Nos separamos, Nathaniel avergonzado y yo con una sonrisa con la que me volvía a Kentin.

-Lo siento, tíos, no tengo arroz encima.- le escuché decir entre los aplausos y los vítores.

Lyssandro comenzó a cantar ,o más bien tararear, en voz alta la melodía que el órgano toca al comienzo de la boda, provocándonos a todos unas buenas carcajadas.

-Chicos, la policía, actuad normal.- informó Violeta algo preocupada mientras miraba por la ventanilla y, de repente, todos estábamos sentados corréctamente, con nuestros cinturones puestos y con música suave sonando desde la radio. Aquí no ha pasado nada.

--------------------

Llegamos a casa, ambos chorreando y cargados con cosas. He de decir que el día fue bastante entretenido, pero estábamos reventados.

-Madre mía... y mañana a levantarse temprano.- gruñí mientras salía de la ducha. El rubio terminaba de preparar su mochila para, al día siguiente, afrontar la universidad.

-Ya...- bostezó con aburrimiento. Dejo sus cosas listas y me miró con algo de curiosidad- Oye, Castiel...

-Dime- me lancé al sofá de mala gana, comenzando a secar mi pelo con una toalla.

-Em....nosotros...exáctamente...- comenzaba confuso mientras me miraba con seriedad.-¿ Estamos saliendo?- me quedé en silencio y una enorme sonrisa entusiasta se pintó en mis labios.

-¿¡Lo estamos?!- exclamé emocionado ante la idea. El rubio se sonrojó ampliamente y jugueteó con sus dedos, mirando hacia otro lado.- ¡A mí me parece bien! ¿Qué hay de tí...?

-B-Bueno... no me desagrada la idea...- su sonrojo creció abundantemente mientras una sonrisa nerviosa se posaba en u rostro. Me mordí el labio, bastante feliz. Me levanté con una sonrisa y pasando la toalla al rededor de su cuello, le atraje hasta mí para que nuestros rostros se acercaran.

Contemplé sus hermosos ojos, mientras él hacía lo mismo, y ambos, como bajo los efectos de un perfecto hipnotismo, nos acercamos suavemente, acortando la distancia entre nosotros.

Fue un beso algo casto al principio pero que fue subiendo de intensidad después. Mis manos se situaron en su cintura al separarnos y las suyas sobre mi pecho.

-Entonces, que así sea.- reí entre dientes, contagiándole mi felicidad a mi tierna compañía. Nathaniel besó la punta de mi nariz y me achuchó entre sus brazos, dejando su timidez y orgullo de lado por una vez, a lo que yo le correspondí y levanté un poco del suelo.

-Creo...que ahora voy a ser mucho más feliz que antes...y espero que tú también- dijo con sinceridad y en un tono alegre a mi oído. Se separó de mí y yo, algo sorprendido, sonreí con el corazón revoloteando en mi pecho.

-Voy a intentar que lo seas, al menos. - reí mientras le daba un corto beso en los labios una vez más, que él correspondió.- Y espero que tú también lo intentes, rubia.

-Lo veo difícil.- rió con picardía mientras, se retiraba del cuello la toalla, para colocarla sobre mi pelo, aún goteando.- Conociéndote.- continuó sin borrar esa hermosa y brillante sonrisa de sus labios, mientras precedía a secar mi pelo, alborotándolo levemente.- Y conociéndome a mí.

-Tú descuida- retiré la toalla de mi cabeza y la lancé a alguna parte, dejando al rubio algo confuso. coloqué mis manos en sus hombros y le encaminé suavemente hasta el sofá, recostándolo allí y ganándome una sonrisa sarcástica de mi pareja, pues ya se veía venir en que acabaría esto y, sabiendo cómo es, supuse que no le haría demasiada gracia.- Sólo somos algo diferentes.

-Algo- repitió, haciendo que su sonrisa anterior volviera,para después acercarse a mí y darme un beso en los labios, dando comienzo a aquella noche de celebración.

.

.

.

Eramos, somos y seremos siempre diferentes, pero, en mi opinión esa fue una de las razones más importantes por la cuál fuimos tan unidos y siempre estuvimos ahí para el otro, uniéndonos para crecernos en nuestras virtudes y complementándonos para respaldarnos en nuestras fallas. Ninguno de los dos es perfecto, ni está cerca de ello, pero... gracias a tener corazones imperfectos, los humanos descubrimos el amor, o al menos, eso es lo que yo pienso.

A veces, sólo no se puede continuar, por eso este apoyo es necesario. Una razón, una persona, un sueño, una opinión, un sentimiento, una promesa...Algo que le dé un sentido a tu vida y que te dé una razón a tí mismo para seguir viviendo cada día en busca de la felicidad.

Y...ugh, ya dejen de ponerme sentimental, maldita sea. Todos aquí somos un puñado de raros y personas extrañas, personas diferentes... Para mí, eso es suficiente para hacer una vida como la mía más interesante. Búsquense aquello que les haga feliz y, cuando lo encuentren, les aseguro, que entenderán mi felicidad y forma de pensar actualmente. 

Hasta entonces, adiós. Sé feliz, disfruta y sobretodo, piensa, viste y opina, como te dé la gana, sin importar que tanto se burlen. Cada loco con nuestro tema.

.

.

.

Como Nathaniel lea esto...me va a estar haciendo chantaje por el resto de mi vida...



Fin.

---------------------------

¡SE ACABÓ! Sé que para algunas tal vez no fue un final perfecto, pero yo estuve muy feliz con él :3 Le dió el sentido que quería a la historia y, siento haber tardado tanto en actualizar pero, en realidad, me costó mucho escribir este capítulo ;w; Espero que  haya valido para algo x"D Por cierto, por si alguna lo pide, no voy a continuar con otro lemon -_-  Así se queda y...bueno a lo mejor, más adelante, pienso en algún extra o algo...pero de momento, esta historia se cierra así y con tres corasonsitosh C:

Muchas gracias a todxs y cada unx de vosotrxs, lectores y lectoras :D Esta historia no habría llegado lo lejos que llegó, si no fuera por ustedes. Muchas gracias, me apoyaron y aconsejaron para mejorar todo este tiempo y lo valoro mucho realmente. Espero que les haya gustado y que noh olviden loh lokoh momentoh de mi historia...desde la matanza de Alexy y Su a Debrah con sillas hasta Kentin tirando galletas por todo el maldito auto x"D

¡GRACIAS!

<3 <3 <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top