Capítulo 3: Amigos.

Maratón 1/3.

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3 años atrás.

Renesmee Cullen ya no era una niña, y eso sus padres lo sabían. De hecho, todos lo sabían. La híbrida, ahora con apariencia de una niña de 17 años, salía del instituto al que rogó que la enviarán, al aburrirse de estudiar a en casa. Y pese a que sus padres se negaban, por lo prometido de mantenerla oculta de los humanos, la joven de 4 años y mente de 17, fue muy insistente y logró que la anotarán en una pequeña escuela. Solo habían 3 mil estudiantes, y era el instituto con menos personas que habían encontrado.

Al salir, se despidió de su nueva compañera y amiga, Katherine Cameron, y se dirigió al auto rojo en el que Jacob la esperaba, como todos los días. Vale decir que, al ser un pequeño establecimiento, se habían creado rumores respecto a la Cullen y el chico del auto, quien parecía estar en sus 20 y algo, pero ninguno de los dos les había prestado atención. Se subió al auto, dejando su mochila en el asiento trasero para saludar a su amigo con un fuerte abrazo.

-¿Cómo te fue hoy?. -Preguntó el lobo, al separarse.-¿Nadie te molestó?.

La cuidaba tanto que, aquel pequeño detalle, hizo que la híbrida se riera levemente y negara con su cabeza.

-Nadie te molesta cuando Katherine es tu amiga.-Dijo Renesmee, mirando al lobo, con diversión.

-Sí, Jared siempre dijo que su hermana era algo... peculiar.-Dijo Jacob, con una mueca, causando otra risa de la de cabello cobrizo.

-¿Qué haremos hoy?. -Preguntó Renesmee, poniéndose el cinturón de seguridad.

-Te acompañare a cazar, y luego, podemos ir al cine a ver la película de Harry Potter que tanto quería ver.-Dijo Jacob, arrancando el auto y saliendo del estacionamiento.

-¡Gracias, Jake!. -Chilló la joven, aplaudiendo de forma entusiasmada.

El lobo sonrió ante la alegría de la chica y condujo en dirección a la residencia Cullen. El camino estuvo lleno de suposiciones de la chica al respecto de la película, mientras se escuchaban canciones viejas en la radio del auto. En cuanto llegaron, Renesmee bajó del auto de un salto y se adentró a la casa en compañía de su amigo. Subieron las escaleras hasta la cocina, donde Francisca Miller y Esme cocinaban un rico estofado para la humana, la híbrida y el lobo.

-¿Cómo te ha ido hoy, Ness?. -Preguntó Francisca, al verla llegar.

La humana se había acoplado a la familia unos meses después de su llegada a Inglaterra. Jacob les había contado la situación a los vampiros, y comenzaron a cuidarla desde las sombras, hasta que un vampiro, Rabastan, ex conocido de Carlisle por los Vulturis, intentó atentar contra la vida de la humana por una venganza. Desde entonces, Francisca estaba con los Cullen y Jacob, y aunque en un principio fue algo estresante para la híbrida por su control, logró adaptarse con la humana en su casa.

-Muy bien, Tía. -dijo Renesmee.-De hecho, me saqué un 100 en la prueba de historia. El abuelo estará orgulloso de saber que sus clases no fueron en vano.

-Tu abuelo siempre está orgulloso de ti, Ness.-Dijo Esme, con la cuchara de madera en la olla.

-Lo sé. -Murmuró la castaña cobrizo, sonrojada.

Luego del almuerzo, Jacob se llevó a Renesmee al bosque, donde Alice y Emmett estaban entrenando. Ella los saludó con su habitual sonrisa y luego corrió por el bosque junto al lobo rojizo, cazando algunos venados y un león de montaña. En un principio, a la híbrida le daba asco el cazar, prefería que su padre o alguno de sus tíos cazaran por ella, pero un día escuchó decir a Jacob que ella era una niña y que necesitaban que lo hagan por ella. Y eso le molestó, ya que ella no se consideraba una niña.

-¿Viste como ataqué al venado?. El tío Jasper debe saber que sus clases están funcionando.-Dijo la híbrida, mientras regresaban a casa.

El lobo, aún en su forma lobuna, dio un asentamiento de cabeza y siguió a la joven. Quizás eran ideas suyas, pero notaba que algo en ella estaba cambiando, y no sabía qué era. Y aunque no le preocupó de momento, sabía que, tarde o temprano, ese cambio le traería problemas.

Renesmee salía del cine con un enorme bote de palomitas en sus brazos mientras sonreía como niña pequeña. Jacob, quien iba a su lado con dos vasos de refrescos, la observaba murmurar cosas como: "Bendita sea la mente de J.K.". Ahora estaban de regreso a casa, en el auto de Jacob, cuando el carro paró de golpe en medio de la carretera.

-¡Le dije a Emmett que le pusiera gasolina!. -Gruñó el lobo, mientras bajaba del auto, molesto.

La híbrida ya se había acostumbrado al rápido cambio de humor de Jacob, ya que casi siempre su tío Emmett lograba sacarlo de sus casillas. Si no fuera por su padre o Jasper, Jacob le habría arrancado la cabeza al fortachon. Renesmee bajó del auto y caminó hasta quedar junto a Jacob, quien hablaba molesto por teléfono.

-Sí, Edward.-Dijo el lobo, entre dientes.-Si no fuera porque...-Las palabras quedaron en el aire cuando él olisqueo. Renesmee, confundida, le imitó, sintiendo el típico aroma de vampiros.-Edward, creo que deberías venir. Hay alguien aquí. Nessie y yo estamos en la carretera catorce. De acuerdo.

Colgó la llamada rápidamente y tiró su teléfono al capo del auto. Renesmee lo miró fijamente y luego miró hacia el bosque. Sintió una repentina sensación de que la estaban observando, y eso no la dejó tranquila.

-Jake...-Murmuró Renesmee, mirando de reojo al lobo.

-Lo sé.. No te apartes de mí. -Le pidió el lobo.

Todo pasó tan rápido, que ni Renesmee con sus reflejos vampíricos supo ver al vampiro que saltaba sobra Jacob, y uno saltaba sobre ella. La híbrida, aturdida, logró entender que se trataban de los Wunter, los vampiros que habían acechado a Francisca tiempo atrás. Como pudo, tomó el brazo del inmortal y lo lanzó con todas sus fuerzas, ser mitad vampiro apestaba en esos momentos.

Rápidamente, miró al lobo que luchaba a diestra y siniestra contra el otro vampiro, para luego ver al que la había atacado acercarse a ella. Rogó que sus entrenamientos con Jasper no hayan sido pérdida de tiempo y se preparó para el próximo combate. Se levantó del suelo y esperó a que el vampiro estuviera lo suficientemente cerca para lanzarse contra él, derribandolo y comenzando a pelear. Puños por aquí, patadas por allá. Sintió que su contrincante comenzaba a tener más fuerza y ella se cansaba. Ser mitad humana, realmente apestaba. De repente, el vampiro la lanzó contra el auto, haciendo que cayera en el parabrisas y se incrustara los vidrios de este en su espalda.

Gimió. Eso dolió.

Antes de que su contrincante pudiera volver a atacar, sus padres y tíos habían llegado. Emmett, Alice y Rosalie lograron ayudar a Jacob con el vampiro, que al parecer, tenía el don de una fuerza descomunal, mucho más fuerte que Emmett. Su padre, Jasper y su madre se encargaron del otro, quien no poseía un don, pero era lo bastante ágil como para lograr que el ex-soldado se molestara de verdad.

Cuando finalmente los enemigos estaban descuartizados y siendo quemados a un lado de la carretera oscura, Renesmee fue ayudada por Alice y Bella. Se quejó, gimió y hasta lloró cuando le quitaban los cristales que estaban en su espalda. Jacob estaba a un lado, siendo observado con preocupación por Edward, quien insistió en revisarle por si tenía alguna herida grave, pero el lobo era testarudo y quería saber de antemano que su impronta estaba bien.

-No deja de sangrar.-Dijo Alice, alarmando al lobo.-Debemos llevarla con Carlisle.

Edward asintió y rápidamente fue hacia su hija, tomándola con cuidado entre sus brazos y se fue lo más rápido que pudo a la casa, siendo seguido por el lobo rojizo, Bella y Alice. Rosalie, Emmett y Jasper se quedaron allí. Rosalie reparaba el auto con ayuda de Emmett, mientras Jasper vigilaba la zona y se encargaba de que los cuerpos fueran cenizas.

Al llegar a la casa, Carlisle rápidamente dijo que llevarán a la híbrida a su estudio. Edward no chisto, y la llevó rápidamente. La dejaron recostada bocabajo y Carlisle jadeó al verle la espalda a su nieta.

-Dejará marcas.-Advirtió Carlisle, mientras comenzaba a sacar los vidrios con unas pinzas delgadas.

-Haga lo que sea, pero no deje que se desangre.-Dijo Jacob, en una orden.

-No dejaré que eso pase.-Dijo Carlisle, continuando con su trabajo.

La noche fue larga, pero nadie en aquel estudio debía dormir, y Jacob no quería hacerlo. Cuando Carlisle terminó, y saturo las heridas más grandes, miró a todos.

-Ella está bien.-Dijo Carlisle, para la tranquilidad de todos.-Ahora necesita dormir. Mañana podrán hablar. Ahora, todos fuera.

-Yo me quedaré. -Dijo Bella, acercándose a su hija.

-Bella...-Dijo Edward, logrando tomar a su esposa del brazo cuando Jacob gruñó. -Cuando una impronta es herida, el lobo se vuelve muy protector.

-Es mi hija.-Remarcó Bella, mirando de reojo al lobo.

-También mía, pero Nessie necesita a Jacob para curarse rápido. -Le dijo Edward.-Mañana hablaremos con ambos, ahora dejémoslo así.

Quizás Edward era, de ambos padres, el más comprensible con respecto a Jacob y su unión con su hija. Quizás se deba a que él sabía lo que era ver a la persona que quieres proteger siendo lastimada. Quizás porque entendía que Jacob no le haría daño a su niña, y que ella estaba segura con él que con alguien más.

Edward, pese a que un principio no lo acepto, era quien entendió que su hija le pertenecía tanto a Jacob como a ellos. Y en cierto punto, a él le agradaba.















































🔹🔹🔹🔹🔹

Francisca es la madre de Ariadna, y tía de Marlene.

Los Wunter son los vampiros que daban vueltas en la reserva. Pese a que fueron erradicados allí, no significa que lo fueron en todos lados. Es el aquelarre de vampiros más grande, incluso más que los Vulturis, por eso hicieron alianzas con ellos.

¿Opiniones?.

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