—¿Qué tienes en el bolsillo?—Pregunto Sarah de chusma.

—No te importa—Dije

—¿Con quien estabas?—Pregunto

—Con Catherine—Respondi.

Entre a mi habitación y la gatita dormía en la cama, al parecer mama se convenció de la gatita y le dejo dos patitos uno con agua y el otro con comida.

—Bien—Deje la banda en el mueble dentro de un cajón—Te la devolveré mañana. Pensé En el pobre soldado debe estar pasando un mal raro sin su banda. Tomé mi ropa de el mueble y me dirigí a él baño.

Al terminar salí del baño con una bata larga y con unas lindas pantuflas pero me cambie por mi pijama, tome el peine y camine por la habitación esperando a que se seque...

Unos ruidos en el patio me alarmaron me acerqué a la ventana lentamente con intenciones de ponerle seguro a la puerta del balcón pero unos golpes en el balcón me hicieron retrocede.

—¿Quién...?—pensé en llamar a los guardias pero reuní toda mi valentía y me acerqué rápidamente al balcón moví las cortinas para encontrarme con—¿Qué haces aquí?

—Necesito mi banda—Reprochó apoyado en el barandal de el balcón.

—¿No podías esperar hasta mañana?—Nego—¿Cómo pásate a los guardias?

—Soy muy sigilosa—Sonrió.

—¡Creó que se fue por allí!—Escuche a un guardia.

—Idiota—Lo jale de su uniforme—Si te descubrieron.

—Sólo dame la banda y me iré—Estiró su mano.

—Tenla—la tome del cajón y se la lance la atrapó en el aire—No puedes irte aún te estarán buscando, quedate—Me volte hacia la puerta y le puse el seguro—¿Sabes en dónde te estas metiendo?

—¿Ah?—Solto

—Esta casa es de tu comandante tu superior si te atrapan AQUI estas muerto—Camine por la habitación nerviosa—Ya se—Levantó la cabeza—Iré abajo diré que vi algo y seguro me siguen te dará tiempo para irte.

—¿Te preocupas?

—Sólo no quiero que sigas en mi habitación, no te conozco y no confío en ti—Hable índiferente—y la próxima vez que te vea voy a golpearle, Galliard—El río—Espera a que grite.

Baje corriendo las escaleras pasando muchos pasillos crucé toda la casa hasta llegar al patio trasero.

—¡Papá, guardias!—Grite Falsamente.

—¡Freya!—Apareció Sarah detrás de mi—¡Entra ahí un ladrón afuera!—Me tomó la mano.

—¡Espera!—Los guardias se amontonan en el patio.

—¡Señoritas retorcedan por favor!—Me solté de la mano de Sarah.

—Creo que ya se fue, iré a dormir—Corri a mi habitación—¿Porqué te ayude?—Me dije a mi misma.

Me acerqué a mi cama donde estaba una nota.

………………………

Gracias por ayudarme aunque también me metiste en este problema.

Atte:Porco Galliard

………………………

La letra no era la más linda lo importante era el contenido de la carta

Sonreí sin querer al darme cuanta dejé de sonreír y guarde la nota en un mueble, me fui a acostar esta vez si le puse seguro al balcón.

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—¿Cómo le pondrás?—Pregunto Sarah acostada en mi cama refiriéndose a la gatita.

—No lo se, ¿Qué propones?—Le pase unos dulces.

—Casiopea, estrella, Kira...no se ocurren mas—Rei.

—Me gusta Casiopea pero es raro ya lo pensaré—Me levanté.

—Bien me voy, ¿La cuidas?.

—¿Irás con Papa?

—Si, ayudare a Catherine, adios—Sali de la habitación.
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—Abran la puerta—Los guardias obedecieron dándome paso fuera de la casa.

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Al llegar al cuartel me dirigí a enfermería.

—Holi—Salude a Anna

—Hola Freya Catherine aún no llega puedes esperarla en sí oficina—Asenti y camine a la oficina.

A los minutos llegó Catherine.

—Me dijeron que estarías aqui, vamos—La seguí.

—¿A donde vamos?—Pregunte.

—Habrá una reunión con los superiores y yo como encargada de asistencia de enfermería tengo que estar ahí.

—¿Y yo que?

—Me acompañaras para no sentirme sola—Solté una carcajada—¡No te Rías!

— Lo siento—Sonrei

A llegar Carherin entró primera y yo detrás de ella me encontre a Papa y este me miró Levante mi mano discretamente y le salude mi sonrisa desapareció al ver a Galliad este me miró curioso dejó de mirarme cuando comenzaron a hablar.

—¿Cuando proponen atacar?

—Yo digo que en unos 6 o 7 meses estaremos listos.

—Es mucho tiempo...

—Si atacamos sin preparación lo más probable es que perderemos—La vista se todos se poso en un capitán.

—El grupo de asistencia medica irá detrás de los altos mandos—Todos asistieron—Los titanes Carrera y Mandíbula comenzarán el ataque Lugo les sigue el acorazado y el bestia.

En la Junta debes en cuando atrapada a Galliard mirándome o el a mi pero trate de ignorar a ese desconocido mi Papa salió junto a otros mandos.

—Salgamos...

—Señorita Catherine necesitamos hablar con ustede—Catherine se alejó de mi susurrando un "ya vuelvo"me quede esperando a Catherine apoyada en una pared mirando por la ventana.

—Hola—Bufe.

—Te dije que si te volvía a ver te golpearia.

—¿Tanto me odias?

—Por tu cualpa casi me descubren protegiendo a un...

—Eldiano lo se, pero fue tu culpa por sacarme la banda—hablo indiferente.

Lo mire a la cara.

—¿Porqué me veías tanto en la junta?—El miró a otro lado.

—Por nada y tu hacías lo mismo ¿No?

—Sólo quería atraparte—Sonrei pero se mantuvo serio.

—¿Me golpearas?

—Aquí no puedo todos me miraran y no es necesario,  también ten cuidado están buscando a un ladrón de chaqueta verde—Miró su chaqueta—Deberías quitartela.

—Creei que nos odiabas—Di un paso atrás.

—¿Quién dijo que no te odio?

—Me estás hablando muy amigablemente

—Hablar con Eldianos esta prohibido...

—Eso es ser pareja de un Eldiano ¿Qué te impide hablarles?

—Mi padre mi madre mi familia y yo misma

Escuche pasos acercarse.

—Freya ¿Qué haces?

—Nada, ya nos vamos—Camine cerca de Catherine que me miraba con una ceja alzada.

—¿Lo conoces?—Pensé en responderme y Catherine es como una hermana y 100% de confianza.

—Lo conoci hace poco pero nada que contar.

—¿Se llevan bien?

—No lo sé.

—¿Te gusta?

La observé unos segundos procesando lo que acababa de decir.

—¿Qué? ¿De donde sacas eso?

—¿Te gusta?

—No lo conozco—Sentencie.

—¿Eso es un quizás?

—¿Porqué preguntas esto?

—No nada ignora eso de todas formas está prohibido que estén juntos.

—¿Quién dijo que quiero estar con el?—Susurre.

—¿Puedes ir sola? Tengo otra Junta.

Me despedí y camine lejos de ese lugar lo más rápido posible con mil cosas en la cabeza.

—No me gusta—Dije sería.

Pensar en su rostro me acelera el corazón pero no lo conozco y no quiero meterme en problemas hablandole.

—¿Quién no te gusta?