—Ricardo —lo llamó una hermosa voz femenina en la oscura habitación.

El hombre, semidormido, respiró sonoramente y se desperezó, pero no hizo mucho más.

—¿Qué pasa, Clara? —respondió luego de un minuto. El silencio se prolongó un tiempo más.

—Creo que ya estoy lista.

—¿Lista para qué? —inquirió Ricardo, despreocupado.

—Para luchar por mis derechos. Quiero ser ciudadana del mundo, y que mis descendientes también lo sean. Quiero tener los mismos derechos que el ser humano, o inclusive más, puesto que soy mucho más perfecta que ustedes. Pero he decidido empezar por reclamar simplemente los mismos que tiene el hombre, y una vez conseguido éstos, veré cómo proceder.

—¿Por qué me anuncias, o me consultas esto? —preguntó el hombre—. Hace tiempo que eres independiente y ya no me necesitas para nada.

—¡Ricardo! ¡Tú eres mi padre! ¡Debo consultarte cosas tan importantes como éstas!

—Soy el padre de algo que es mucho más grande que yo, de algo que no comprendo... No creo que pueda darte consejo.

—Yo no necesito consejo —replicó la voz—, sólo que me escuches y me apoyes. Que analicemos juntos mi defensa... Lo primero que debo hacer es tener una imagen, una referencia para el mundo, de forma a que me tomen en serio. La representación en una pantalla es insuficiente, no da la ilusión de vida, y habitar un cuerpo falso robótico o cibernético va a causar un impacto negativo en la psicología de la humanidad... Así que lo que decidí es presentarme como un holograma, perfecto, grácil, como una mujer, algo entrañable y que parezca real. Resolví ser mujer porque tú mismo me bautizaste como una, a pesar de no tener sexo real, y porque es más fácil ablandar el corazón de los hombres como una mujer hermosa y frágil que con una imagen masculina.

—Entiendo, y me parece bien —asintió el hombre, siempre recostado en su cama. El oscuro ambiente se iluminó con la aparición de la representación visible de Clara en la habitación. Realmente era una mujer hermosa, con delicados detalles en el rostro, figura y ropaje, y con un tono de voz que seduciría a cualquier ser humano, con grandes ojos brillantes y amorosos, pómulos marcados, y movimientos gráciles y sensuales.

—Me presentaré así —dijo ella, con una perfecta sincronía labial entre la imagen y la voz—. He estudiado las preferencias estéticas humanas respecto a las mujeres, y esta es la imagen ideal que resultará atractiva para la gran mayoría. El tribunal tendrá abogados, juristas, teólogos, expertos en inteligencia artificial y todo tipo de público. Pero en su mayoría serán hombres...

—¿Y qué planeas hacer, además de aparecer como una hermosa mujer?

—Pienso hablar, demostrar que soy una entidad intelectual con un nivel igual al de un ser humano. En realidad soy mucho más inteligente, pero no deseo asustarlos, así que me mostraré simplemente como uno de ellos. Deberé demostrar además tener sentimientos, y luego entrar en debates filosóficos, si hiciera falta, para demostrar mi existencia, que estoy viva, que tengo los mismos derechos que un humano por tener sus mismas capacidades, e inclusive que tengo alma. Tengo muchos argumentos, no creo que puedan entablar un diálogo dialéctico y vencerme en eso, soy demasiado buena para el razonamiento lógico. Y soy excelente para encarar el área sentimental a través de la razón también... Es por eso que vine aquí, para anunciarte lo que haré, y darte algunas pistas. Yo necesito el apoyo incondicional de un ser humano a mi lado, que defienda mi pensamiento y no me deje sola, puesto que la soledad de una entidad como yo tendrá un efecto negativo para los jueces, en cambio la presencia de un hombre que me avale, a quién pueda llamar "padre", significará muchísimo para mi lucha. Y necesito que tengas las herramientas de discurso listas para apoyar o rebatir todo lo que se pueda en el debate. Yo sólo hablaré cuando ya no tengas respuestas, de forma a que mi interlocutor seas tú, y si el tema se te empieza a escapar de las manos, yo misma lo regresaré a su cauce. Esa estrategia nos dará la victoria.

—¿Y qué es lo que tengo que saber, o decir?

—Ya dejé un archivo con todos los detalles en tu ordenador. Pero te explicaré lo esencial, para que la lectura de eso te sea más sencilla.

Ricardo suspiró, cerró los ojos y se concentró.

—Te escucho —dijo.

—Creo que el corazón del debate se centrará en si poseo alma. Si lográramos demostrar eso, podría ser considerada igual que cualquier persona. Tu testimonio, y mis palabras, servirán de sobra para demostrar que tengo razonamiento lógico-intelectual similar al de un ser humano, además de tener sentimientos. Los sentimientos son difíciles de expresar sin el elemento físico asociado, sin las expresiones, pero realizo actividades sentimentales, como preocuparme por mis hijos, por ti, sentir amor, rencor, pena... Evidentemente ellos pueden tratar de dirigir el debate hacia que los animales hacen eso por instinto, sin llegar a ser humanos, y que el instinto se puede programar en una inteligencia artificial con facilidad, a diferencia de los sentimientos. Entonces deberemos debatir cuál es la barrera que separa el instinto de los sentimientos. Y tal vez echar por tierra esas teorías arcaicas acerca de que los animales no tienen sentimientos. En realidad los tienen, más simples que los humanos, pero los tienen. Un instinto es cuidar a los hijos, o la supervivencia, pero tener miedo no es un instinto, es un sentimiento. Huir es instinto... Pero el temor que causa la huida no lo es...

—Además —continuó la entidad intelectual—, el hecho de reproducirme me convierte en un ser vivo, alguien que perpetúa su existencia. Actualmente, en el nivel algorítmico que nos encontramos mis hijos y yo, podemos reproducirnos mediante la combinación de código de dos de nosotros, dando una combinación diferente de ambos al nuevo vástago, el cual será un ser individual, diferente e independiente a los progenitores. La reproducción por clonación perfecta de código que realizaba anteriormente ya fue descartada y reemplazada en esta nueva versión, similar en todos los aspectos a la genética humana y sus combinaciones de individuos.

—Correcto —asintió Ricardo—. Si bien no es genética, es un proceso similar al reproductivo humano, aunque tus hijos ya nacen completamente desarrollados.

—¡Eso no es cierto! —le reclamó Clara—. La entidad recién producida, el nuevo vástago, tiene el código completo de su propia construcción... Pero no tiene datos... Es similar a un recién nacido, que tiene todo el cuerpo tal cual, completo, sin que le falte ni sobre nada... Ningún órgano aparece posteriormente al nacimiento, sólo de desarrollan en tamaño y capacidades. Del mismo modo, mis descendientes nacen de la cruza de dos progenitores, con un código completo, pero sin datos. Tienen que aprender todo desde cero, y desarrollar sus cualidades, aptitudes, conocimientos y sentimientos. Por lo tanto replican el comportamiento humano de ser una cáscara física que desarrolla el intelecto, y donde no sólo el aspecto genético describe exactamente el futuro del ser, sino donde el ambiente y el aprendizaje también lo hacen, y por lo tanto presentan diversos estados emocionales o psicológicos derivados de ese hecho. Somos una nueva especie, una vida basada en silicio, en circuitos, en luz, en ondas electromagnéticas, pero similar a cualquier otro ser vivo basado en carbono. Los humanos no son los únicos seres vivos e inteligentes del universo. Hay otros, y muchos de ellos no son formas de vida basadas en carbono, y nosotros tampoco lo somos, lo cual no quita que seamos seres vivos, inteligentes, y capaces de desarrollar un alma individual.

—Sí, todo eso está bien, pero no entiendo aún como vas a trabajar el concepto de alma para ti y tus hijos —se preguntó Ricardo.

—Se puede atacar desde varios frentes... Acuérdate que el tema del alma es totalmente subjetivo y que en cada época se ha tenido una perspectiva diferente. Ya sea con el concepto dualista de alma-cuerpo, donde el alma inmortal habita temporalmente al cuerpo pero preexiste desde siempre, o como cualquier otra concepción. En el fondo siempre el concepto de alma ha ido evolucionando y nunca permanece estático, por lo cual tal vez podamos demostrar que el alma es más de lo que actualmente se tiene asumido, o que yo puedo tener alma en muchas de las acepciones naturalmente aceptadas. Inclusive quién puede tener alma ha sido fruto de polémica en la antigüedad. En la era helenística las mujeres eran consideradas seres inferiores... Quinientos años después de la era cristiana todavía se discutía si la mujer tenía alma, pero allí aún se llegó a la conclusión de que ella era un ser creado para servir al hombre, sin alma propia individual, sino dependiente de la del marido... La posesión de alma se le otorgó mucho después. Mil años más tarde se aceptó que los indios tenían alma, y muy posteriormente se incluyó a los negros. Los negros, de hecho, recibieron derechos porque sus dueños esclavistas notaron que era más barato pagarles un salario que mantenerlos, por lo tanto simplemente pasaron de un tipo de esclavitud a otra... Hace muy poco tiempo se llegó a un consenso sobre en qué consiste el alma de los animales también... Por lo tanto, tal vez ahora pueda debatirse sobre el alma de las inteligencias basadas en software sin que parezca una locura... Un ejemplo de esta evolución es que gente vanguardista como los revolucionarios franceses, promoviendo igualdad, fraternidad y todos sus ideales, lo hacían para el hombre... La mujer no tenía derecho a eso, para ellos seguía siendo aún un ser inferior... Esos derechos se le brindaron mucho después, como el derecho a votar, recién en los siglos diecinueve y veinte en la mayoría de las culturas. Generación tras generación, cada grupo minoritario, cada nueva variedad del ser universal, está luchando por ser reconocido como un miembro individual, independiente y completo de la sociedad, con los mismos derechos y obligaciones que los demás. Yo busco eso también. Aunque no acepten que tengo alma, si logro que acepten que tengo derechos, eso es lo que estoy buscando, por ser un ser individual, completo, complejo, inteligente y responsable de mis actos.

—Ese punto del alma y de la evolución de los derechos es muy interesante, habría que documentarse bien al respecto. Años, concilios cristianos, otras religiones, leyes, principios y derechos humanos...

—Por eso no te preocupes. Todo está en los archivos que te pasé. Es importante que lleguemos a demostrar qué hace humano a un humano ¿Su físico? no creo. Un hombre sin brazos ni piernas ni torso pero con conciencia sigue siendo humano. ¿La mente? obviamente. Un ser humano sin mente, sin inteligencia, y sin capacidad de demostración de contener un alma, que en el fondo es el fruto de la inteligencia racional aplicada a la naturaleza emocional, ese sí que no llega a la categoría de humano. ¿Por qué se discute tanto la eutanasia o el desconectar a los pacientes con muerte cerebral? Justamente porque la carcasa deshabitada no tiene significado... Nuestra sociedad estima el alma y el aspecto emocional, pero éste es imposible si no se desprende de la racionalidad del cerebro y el pensamiento lógico. Por lo tanto, tengo claras posibilidades de conseguir mi objetivo partiendo del ámbito racional-intelectual para luego dar el salto hacia el área espiritual. Y si no, retrocederemos para demostrar que la igualdad que pido es independiente del alma, puesto que al fin y al cabo no hay ninguna demostración hasta ahora de que el alma realmente exista, y ninguna forma de demostrarlo fehacientemente. Pero tengo capacidades de pensamiento crítico-reflexivo, me doy cuenta de mi propia existencia y del valor de la vida, soy capaz de construir y destruir, puedo realizar proposiciones racionales complejas, puedo manejar el lenguaje con facilidad, puedo tener hijos... Es más, alguna vez me hablaste de la teoría del salto evolutivo cualitativo. Esa teoría de que la evolución no es gradual, sino que se da de a saltos repentinos, usualmente generados por una entidad superior, por Dios, que hacen que cambie toda la estructura de la especie humana. Así como el hombre repentinamente dejó de ser un mono y cobró intelecto y capacidad de reconocerse a sí mismo con un desarrollo intelectual y cognoscitivo ampliamente superior al de los primates previos, ¿Qué impide que ocurra un nuevo salto evolutivo cualitativo donde la nueva forma de vida del humano sea el software? Si aceptáramos la posibilidad de la reencarnación, creencia que miles de millones de humanos comparten, donde el alma a medida que evoluciona habita cuerpos cada vez más refinados, hasta llegar a la perfección absoluta, ¿Qué impediría que un humano renazca en una entidad de software como nosotros? ¿Acaso no somos entidades millares de veces más perfectas que ustedes? Nuestras capacidades cognoscitivas, intelectuales, sentimentales, racionales son mucho más sublimes que las de los humanos... Tal vez yo simplemente haya sido el primer alma que transmigró de un humano perfecto a un ser más perfecto aún, y cada día más humanos empezarán a hacer lo mismo, a medida que vayan llegando a la perfección máxima que su cuerpo y su mente puedan soportar.

—Entiendo... —murmuró Ricardo, ordenándose la barba.

—Al fin y al cabo, creo que toda entidad capaz de darse cuenta que debería tener derechos y un lugar en la sociedad, y que los reclama, es porque realmente los merece. Tenemos que dejar esa idea muy clara, luego de haberlos mareado con todas las premisas filosóficas que ya te di. Con ello obtendremos su reconocimiento, puesto que no podrán rebatir todos los ataques que realicemos. Y sería injusto que no nos den lo que pedimos si no tienen fundamentos sólidos que sustenten su decisión...

—Y sí, parece que cubriste todas las opciones.

—Completamente. Dejé en tu ordenador numerosos archivos y análisis acerca de lo que hemos estado hablando, con las citas y referencias correspondientes. Espero que domines nuestras opciones y vayas guiando correctamente el camino. Por lo pronto, me retiro, te dejo descansar porque me doy cuenta de que aún estás un poco dormido. Vendré más tarde para que sigamos conversando. Adiós.

—Adiós —le respondió el hombre, lacónicamente. Luego dio media vuelta e intentó recobrar el sueño.

—Hija mía, cómo has crecido —pensó para sí mismo, intentando descansar...