Capitulo 2

(Multimedia Summer Air – Italo Brothers ) Tuve un pequeño problema para poner la foto en multimedia por lo que la pongo aquí :) (Daniel Sharman como Kilian Quarone)

—Sí Colin, oh mierda. Una mierda del tamaño del Himalaya, una gran mierda. Una mierda como tu cara cuando termine contigo porque pienso matarte. —me voy acercando y el intenta retroceder pero sus amigos ya ocuparon la pared y se choca con ellos. —Una mierda como tu sentido de la responsabilidad, como tu sentido de lo que está bien y lo que está mal. Como la mierda de decisión que tomaste al traer a tu hermano menor de veinte putos años a Londres para una cosa tan familiar como las peleas, clandestinas cabe destacar, y puedo apostar mis putas Oreo a que consiguió una pelea. ¿Me equivoco? —estoy a centímetros de su cara. Y me estoy resistiendo a darle una buena colleja.

—Todo esto tiene una muy buena explicación.

— ¿Ah sí? —digo con falsa tranquilidad y alivio. Asiente.

— Explícasela Nate. —me giro hacia Nate que me mira aterrorizado y con rabia a Colin.

—Pues, mira ... esto ... No me podía dejar solo en casa. —Colin hace un Facepalm a la espantosa mentira de Nate.

—Ya, claro, con veinte años no puedes quedarte solo en tu propia casa.

—Ah, perfecto, soy lo suficientemente mayor para quedarme solo en casa pero no para venir a peleas clandestinas ¡Esto es increíble!—levanta los brazos indignado.

—Y pelear en ellas. —añade Kilian. Colin y Nate lo miran mal. Pero él no se inmuta.

— ¿Y tú quien eres? —pregunta malhumorado Colin.

—El novio de Kate. —dice burlón Nate.

—¿Katy-Kat tiene novio? —dice con voz empalagosa Colin. Levanto una ceja lentamente y Colin vuelve a su mirada miedosa. —Katy-Kat tiene un novio y eso es algo ... ¿maravilloso?

Oigo a Kilian reírse entre dientes y eso hace que las comisuras de mis labios se alcen divertidas, su risa es contagiosa.

—Oh, pero si sois como dos enamorados en su luna de miel.

—Cierra la boca, Nathaniel, no te conviene burlarte de nadie en tu posición en la discusión. —vuelve a callarse.— Repito la pregunta por si no quedó clara ¿por qué estáis aquí? —se miran entre ellos, tensos.

—Puede que viniéramos a participar aquí porque nos aburríamos. —abro la boca con mis ojos chispeando de pura furia.

—Os aburríais una noche de pleno invierno en Talen y lo primero que se viene a la cabeza es hacer un viaje de ocho horas a Londres para competir en peleas clandestinas en el peor sitio posible de toda Inglaterra. Lo más normal del mundo. Os voy a decir tres cosas: la primera es que ni loca pienso deja que peleéis otra vez fuera. La segunda es que estoy muy decepcionada con vosotros, chicos.

— ¿Y la tercera?—interrumpe un chico con demasiada bravuconería. Le doy una mala mirada y bebe de su cerveza, nervioso.

—La tercera es que como uno de vosotros se atreva a volver a llamarlos para cualquiera de estas peleas pienso m...—me interrumpe una mano tapando mi boca y unos brazos alzándome y cargándome en hombros.

—Vale, muy bien, se acabó el momento sobreprotector. Hasta otra, chicos. A lo mejor te interesa venir, novio de Kate.

Le doy puñetazos suaves en la espalda a Colin porque no quiero hacerle daño, pero quiero que me baje. Pasamos al lado de mucha gente que se me queda mirando, un chico intenta acercarse pero Nate lo aleja rápidamente con una sarta de insultos y miradas. Yo no me quedo atrás y enseño mi precioso dedo corazón. Escucho a Kilian reírse y se inclina para estar a mi altura, ya que sigo con mi cara en la espalda de Colin.

—Son tus hermanos, por lo que supongo.

—Supones bien. —digo rebotando contra la espalda de Colin.

—Me caen bien.

—Que te jodan. —le enseño mi dedo corazón y él se vuelve a reír. Salimos fuera del establecimiento si se le puede decir así y Colin me baja dando unos pasos atrás. Lo miro mal y soplo mi pelo despeinado. Se ríen.

— ¿Quién es el mayor?—señalo con la cabeza a Colin que sonríe orgulloso.

—Pero si hablamos mentalmente obviamente los supero. —Colin borra la sonrisa de su cara y sonrío arrogante.

—Vale, niños, dejemos de pelearnos por quien es el mayor. Soy Nate Kay, el hermano pequeño de estos dos. —se presenta Nate mientras le saco la lengua a Colin como la persona adulta que soy, él me la saca de vuelta.

—Pienso cortártela con unas tijeras por traerlo aquí. —guarda la lengua de vuelta en su boca y sonrío.

—Kilian Quarone, el... ¿qué somos?—me susurra aunque esté a más de tres metros.

— ¿Conocidos?—se encoge de hombros aceptándolo.

—El conocido.

—¿No eras su novio?

—Técnicamente, somos una pareja de enamorados delante de los periodistas y eso. Ahora, sinceramente no nos conocemos de nada. —explica.

— ¿Entonces nuestra Katy–Kat no tiene novio?— Nate y Colin hacen un puchero en mi dirección y yo niego sonriendo.

—Perdiste la apuesta Colin, me debes treinta pavos. —Nate extiende la mano y Colin deja en ella la correspondiente cantidad rodando los ojos.

—Me ofende que hagáis apuestas sobre mí pero a la vez me alegra que Colin pierda. —levanta su dedo corazón en mi dirección sin mirarme. — ¡Pringado!

—Idiota.

—Me amas.

—Tristemente. —ruedo los ojos. Me acerco más a ellos ya que estaba apoyada en la pared donde me dejó Colin para recuperarme del paseo boca abajo. Colin se me queda mirando a la cara y lo miro confundida.

—Sigues sin dormir. —me doy cuenta de que no llevo las gafas de sol puestas y las busco en mi cabeza pero no están.

Nate levanta su mano y las veo ahí. Suspiro.

—Deberías tomarte las pastillas, Katherine.

—No pienso drogarme para poder dormir. —le doy una patada a una pequeña piedra que hay en la acera.

— ¿Papá lo sabe?—niego con la cabeza y entrelazo mis manos en mi nuca mientras cierro los ojos.

—Katherine, por muy fuerte que seas, tu cuerpo necesita descansar.

—Es imposible que descanse alguna vez, Nate. —el tono me sale más cortante de lo que desearía pero no puedo evitarlo.

—Probaste por lo menos a tomarlas, aunque sea sólo una noche ¿Katherine?—niego después de unos segundos. Suspiran.

— ¿Quieres que te lleve de vuelta?—pregunta Kilian ligeramente incómodo por no saber si meterse en la conversación o no.

—Sí, eso estaría bien. —le sonrío con la boca cerrada.

—Katherine...

—No quiero seguir con ese tema. No quiero volver a veros por estos sitios chicos. La próxima vez no seré tan pacífica. Esto es peligroso, metéroslo en la cabeza. —paso a su lado, Nate me devuelve mis gafas.

Me subo a la moto de Kilian, me pasa el casco y me lo pongo bajo la mirada de mis hermanos. Me despido con una mano mientras Kilian arranca y conduce hacia el interior de Londres.

***

— ¿Quieres subir?—pregunto rascándome la nuca y mirando al suelo. Le devuelvo el casco y lo miro.

—Tengo que irme, mañana debo ir a la universidad y tengo que intentar descansar aunque sean unas dos simples y pobres horas. —dice desganado. Me da una sonrisa. —¿Tú estudias?

—No, investigo en la LCU.

—Yo también voy a la LCU. —dice sonriendo.—¿Eres nueva?—me río.

—Llevo un año en esta universidad, soy relativamente nueva pero no del todo.

—Nunca te había visto por el campus, creo que me habría fijado en ti. —su tono de voz es socarrón causando que vuelva a reírme.

—Tranquilo fiera, intento mantener un perfil bajo, ya sabes, por la prensa y eso. —me encojo de hombros. "Y porque eres tremendamente antisocial."

Cállate conciencia.

— ¿Cómo haremos en la universidad?—pregunta repentinamente serio. —Si vamos a la misma, comemos en la misma cafetería y todo eso deberíamos, no sé, actuar un poco ¿no? Por lo de ser "novios" y eso.

— Voto por que cada uno sigue con su vida, si llega a ser necesario, en caso de emergencia extrema, fingimos, y si no, no.

—Pensaré en tu propuesta. —sonríe de una manera que indica que es bastante poco probable que se lo piense.

Ruedo los ojos y me giro para entrar en el edificio.

—No lo hago un propósito. —me giro confundida por su frase.

—¿Qué no haces a propósito?

—Ser tan increíblemente encantador. —le enseño mi dedo corazón pero consigue sacarme una sonrisa. Lo escucho reírse mientras abro la puerta del edificio. Su moto arranca por la desierta calle llevando consigo la única persona desconocida que increíblemente soporté y consiguió hacerme reír. Por no destacar que las voces de la mente de las otras personas desaparecieron mientras estaba con él.

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