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La chica de cabellos rubios estaba nerviosa esperando a que el adulto del mismo color de cabellos y ojos a ella apareciera para hablar. Quedaron el día anterior, después de que TN fuera a hablar con el en la cafetería debajo de la estación de detectives de Kogoro, por lo que estaba sentada en una de las mesas del bar el de piel morena esperando a que su turno terminara dentro de pocos minutos.

La espera la estaba desesperando, sentía la mirada de Amuro sobre ella desde que llego a la cafetería, sentía también otra mirada, no hacia ella, de alguien que estaba entre las mesas un poco más apartado de ellos, pero, sin apartar la mirada de ellos dos.

Había pedido un licuado de vainilla y una porción de torta de frutillas esperando a que el adulto se desocupara pudo ver que, donde sentía los ojos de esa otra persona, que era Conan quien la había seguido desde que salió de la casa del profesor Agasa. Pensando en el adulto toco de manera inconsciente el medallón con la imagen del adulto que no conocía pero, que se parecía mucho a ella y a Amuro.

Levanto la mirada al escuchar al adulto joven despedirse de su compañera de trabajo y sentarse enfrente suyo, se había hecho una tasa de café y dos medialunas saladas, el adulto la saludo con la cabeza mientras que ella misma hacía otro tanto. Se sumieron en el silencio por unos minutos, los dos analizándose, ella no quería hablar por que no sabía en si lo que le diría y Amuro estaba buscando las palabras para hablar con la chica.

Amuro: ...- suspiro una vez que se decidió a hablar, la adolescente levanto la mirada mirándolo fijamente para prestar atención- quiero hablar contigo sobre algo que he notado y quiero confirmar- su expresión seria combinaba con la de la chica.

Los que miraban a ambos se extrañaban por la expresiones de ambos y lo serios que estaban, no era un lugar como para hacer una reunión seria como lo estaban la dupla. Algunos pensaban que eran un padre reprendiendo a su hija por algo que hizo.

TN: cuéntame- se apoyo mejor en la silla mirando al adulto con atención- prefiero que lo que me digas sea de una y no con rodeos- sentencio la chica, el adulto asintió mientras que una sonrisa aparecía en sus labios, era una sonrisa melancólica, como el que recuerda algo.

Amuro: eres igual a tu padre- ese comentario hizo tensar a la chica, el adulto al notarlo relajo un poco más su expresión- conocí a tu padre y abuelos. Soy tu tío, hermano de tu padre.

La chica había pedido que fuera directo y sin rodeos, pero, no se esperaba eso de golpe. Se hacia una idea que el conoció a sus padres, pero, no esperaba que fuera un familiar suyo. Se quedo quieta y con los ojos abiertos sin reaccionar, no sabía como tomarse esa noticia.

El rubio estaba prestando atención a todo lo que hacía la chica, no quería que tuviera una mala impresión o que entrara en un ataque de nervios. Vio como la chica parpadeo varias veces llevando su licuado de vainilla a sus labios tomando de a pocos tragos la bebida, consiguió relajarse, no le iba a pasar nada a la chica.

TN: ¿Cómo estas tan seguro?- no estaba en negación, pero, antes de ilusionarse de que tiene familia quería confirmarlo.

Amuro: además de tener el mismo color de cabello y ojos- dijo lo obvio, la chica asintió dándole la razón- tienes el mismo medallón que le regale a mi hermano cuando cumplió veinte años, en la parte posterior están las iniciales de su nombre y los tuyos.

Ella, pese a que seguía desconfiando, confirmó que eso era cierto, después de todo, muchas veces vio esas letras sin saber a que se referían, ahora que lo sabe, una sonrisa no pudo ser disfrazada.

TN: ... entonces, ¿eres mi pariente?- sabia la respuesta, pero, como todavía no entraba del todo la información a su cabeza formulo la pregunta. El adulto asintió tomando un sorbo de su café.

Amuro: tengo muchas cosas que decirte- comenzó a decir, dejando la tasa en la mesa y viendo a la chica con seriedad, pero amablemente- algunas cosas te lo podre decir ahora y otras tendrás que esperar un poco. Por precaución más que otra cosa.

Empezó a contarle sobre su hermano, el padre de TN, sus padres y, al llegar sobre la mujer que era su madre se podía ver lo tenso y disgustado que se encontraba al hablar de ella. Hay lo supo la rubia, la relación de ella con su padre no era querido por nadie de la familia de Amuro, también era evidente que nadie de ese lado de la familia se le presentaría en ningún momento de su vida y, si llegaran a verse en la calle, seguramente la adulta desviaría sus ojos de ella.

Después le mostro fotografías de su padre, sus abuelos y una fotografía, algo arrugada y rota, de la mujer que, parecía, ser su madre; noto que solo heredo el tono de piel de ella y, la figura de la cara, las demás. En cambio, era la versión femenina de su padre y de su tío Amuro, el mismo color de ojos, pelo y, al parecer, la actitud era igual que el adulto.

TN: ¿y de que trabajaba?- la curiosidad estaba empezando a aparecer en su ser, el adulto sonrió más tranquilo al ver con la tranquilidad que estaba llevando la chica por el momento.

Amuro: era deportista, corredor más concretamente- busco en su bolso de trabajo una hoja de periódico extendiéndoselo- este es de los últimos torneos que participo, no ganó, pero, fue el que dio la vuelta más rápido en la maratón, por lo que tuvo un reconocimiento.

La chica de ojos celeste miraba la hoja con la fotografía en blanco y negro de un hombre sonriendo sosteniendo una especie de diploma en sus manos. Pudo distinguir que era igual al hombre que tenía en el medallero, pero, unos años mayor; sonrió suavemente al ver la información detallada de ese hombre quedando detenida en el apellido.

TN: ¿Furuya? ¿usted no es Amuro?- pregunto extrañada mirando una y otra vez la hoja y al adulto frente a sus ojos, este suspiro algo contrariado, parecía que estaba retrasando esa parte de la información.

Amuro: mi verdadero nombre es Rei Furuya, estoy utilizando el nombre de Tooru Amuro por una cuestión de trabajo que, cuando estemos en un lugar más privado, te contaré con detalles.

Su expresión se volvió aun más seria que hasta ahora, parecía como si lo que estaba escondiendo fuera de vida o muerte. La chica asintió y le prometió que no le pediría respuesta a priori, esperaría a que el adulto le dijera todo lo que esconde su familia.

Terminado el café y el licuado, el adulto dejo a su sobrina en la casa del profesor siendo seguidos por Conan, aunque ambos lo sabían, la dejo y se fue dejando en sus manos una tarjeta con su numero telefónico para que lo llamara si necesitaba algo o si estaba en algún problema.

También le dejo otra tarjeta más disimuladamente, para que el chico encogido no lo viera. En esta decía donde se encontraba si no estaba en la cafetería ciertos días en la semana, la chica pudo leer claramente: "Furuya Rei, Agente de la policía Japonesa" haciendo que la chica comprendiera muchas cosas y a la vez, que se sorprendiera al leer un corto mensaje que decía: "no se lo digas a nadie".

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