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Ha pasado un año desde la amistad que sostenían la niña de seis años, apenas cumplidos unos días atrás, y el profesor Agasa.

TN pasaba todas las tardes junto a él para poder esquivar a los adultos, quienes querían que ayudara a los menores en sus deberes como "castigo" por sacar buenas notas. El profesor, a su vez, gozaba de la compañía de la infante en conversaciones profundas y de interés de la menor asiendo que ambos se entretuvieran durante esas largas horas.

Por decisión del adulto, le dio a la menor una copia de la llave para que ella ingresara en cualquier momento que quiera en su casa. TN decidió dejar la llave en un lugar estratégico para que nadie pudiera dar con ella y poder seguir con esas visitas sin la incomodidad de tener que pasar por la encargada o los otros tutores.

La llave cabía perfectamente en un agujero en la pared del profesor con el tamaño justo para que una mano de un niño entrara en esta sin dificultad. Le dijo al profesor Agasa del escondite de la llave y este se mostró de acuerdo prometiendo que nunca lo taparía para que ella pudiera seguir con ese escondite tranquilamente.

La relación entre los del orfanato y la casi rubia no mejoraba, es más empeoraba día a día. TN al decidir no ayudar a los menores y a Sora a mejorar en los estudios la han llegado a amenazar de que si no presenta los libros apenas ingresa al orfanato, el castigo será peor para ella.

Utilizo una treta junto al profesor. Este tendría sus libros y cuadernos, una vez que terminara los ejercicios en su casa, y después iría a la mansión con unas trabajos que no estaban del todo bien, así los que la copiaban no iban a sacar una puntuación perfecto y ella misma se salvaba de algún posible golpe o no cenar nada.

Los visitadores sociales también están ciegos o pagados, pensaba la niña después de una de sus, rutinarias, visitas. Si es que los adultos la castigaban delante suyo y sus compañeros no se quedaban atrás, y ellos hacían la vista gorda.

TN ya no soportaba esta injusticia, sentía como día a día la fastidiaban, le tomaban el pelo, sus profesores no entendían como una chica de siete años sea tan antisocial como era TN. Inclusos sus "hermanos" se terminaban alejando de ella. Ellos no sabían que los menores se alejaban porque no querían estar junto a ella, cosa que TN sabia y se callaba.

Ese día era uno de los más tranquilos, TN estaba terminando de hacer la tarea y el profesor estaba empezando a realizar un nuevo prototipo, una bicicleta que funcionaba con la luz solar, si esta funcionaba podría abrirse en este nuevo mercado que más y más científicos estaban haciendo hincapié.

El adulto miraba de vez en cuando a la menor. La niña seguía sin sonreír y su único "amigo" era un profesor de treinta y siete años que no ha estado a cargo de un niño desde hace muchos años. Pero, con TN era otra cosa. Quería que la menor se alegrara un poco, que pudiera conversar con niños de su edad o que haga lo que quiera.

Llevaba un par de meses pensando en lo mismo. La podía ver como a una hija. La quería como su hija. Pero, como siempre los hay, no creía que le dieran la custodia de esta. Desde hace unos años salió una nueva norma en Japón, solo los matrimonios podrán adoptar a los niños.

Esto se debió a una serie de irregularidades que tuvieron los padres solteros al momento de cuidar a  los menores, los accidentes iban de cortes leve, extravíos, quemaduras y otros tantos que el adulto no presto atención. Por lo que veía difícil el poder adoptar a esa niña, pero, no se va a rendir.

Agasa: TN-chan- la llamo, esta levanta la cabeza mirándolo con interés, este sonrió como lo hacen los padres a sus hijos- ¿te gusta estar conmigo?

TN: si profesor Agasa-san- las formalidades es lo único que no se acostumbro a dejar la menor- me siento cómoda con usted. Además, me gustan todos sus libros- la menor, por un momento, sonrió sinceramente asiendo al profesor hacer lo mismo.

Agasa: ¿me preguntaba si quisieras vivir conmigo?- la menor dejo de prestar atención en lo que hacia para volver a ver al profesor con un notorio asombro en sus ojos- ¿Qué dices?

TN: me encantaría- sonrió amplia mente, era la primera vez que alguien, en tantos años, veía a la menor hacerlo. El adulto sonrió a su vez que se acercaba a esta para abrazarla y ser correspondida por esta- ¿esta seguro? hay mejores niñas que yo- su expresión se entristeció un poco, los adultos siempre le decían que nunca seria adoptada por tener sus características.

Agasa: pero ninguna de ellas eres tu- seco las escasas lagrimas que salían de los ojos de la niña, puso una expresión más seria, sin esconder su sonrisa tranquilizadora- no se si podre, realmente, adoptarte, pero, casi estoy seguro que conseguiré tu tutoría.

TN: cualquier cosa que me aparte un poco de ellos esta bien- dijo la menor, el profesor frunció el ceño ante la rápida petición. Sabia que no la trataban bien, pero, ¿tanto como para querer irse?

A la menor le costo esconder su sonrisa cuando tuvo que volver a la mansión, los adultos notaron esto como una posible amenaza hacia su persona. Cosa ilógica si pensamos que la niña en cuestión tiene apenas seis años. Le entrego los deberes a cada chico y subió a su habitación, no quería que se dieran cuenta que (por una vez desde hace años) estaba feliz.

El día siguiente, domingo, era el único día de descanso para la mayoría de los niños. No era el caso de TN, quien es la única que hacia ciertos trabajos en la casa, barrer, por lo que empezó desde la ultima planta para seguir bajando hasta el patio el cual regó y corto algunas yuyos malos.

Corto al medio día para almorzar con todos siendo sus alimentos una poción de arroz y dos fetas de carne de cerdo, siendo que los demás tenían de cinco a diez y los adultos ni que se diga. Al terminar volvió donde dejo todo y siguió como si nada.

A eso de las cinco de la tarde se vieron dos personas en la entrada de esta una de ellas era un señor regordete de baja estatura, al igual que su cabello, y con una bata, junto a él una señora de uno treinta años vestida de manera formal con el pelo recogido y anteojos. Tocaron el timbre de la casa y esperaban con paciencia a que se les abrieran esta misma.

Cuando lo hicieron, desde la parte de adentro se pudo ver a la dueña del establecimiento, Ima, quien al ver a la dupla delante de sus ojos les dejo entrar, pensaba y aseguraba, que se desharía a uno o dos de los niños por la presencia que hacían esas dos personas.

Amaterasu: buenas tardes señorita Akishama, soy la abogada del señor Agasa, Amaterasu Sakura. Mi cliente se a mostrado interesado en adoptar a una de sus niñas.

Ima: buenas tarde a ustedes también- hizo una reverencia, al igual que los otros dos- tengo que preguntar si el señor esta casado, si no lo esta no puedo hacer nada con ello.

Amaterasu: eso lo sabemos, el señor Agasa desea, si no es posible hacerlo, ser el tutor de la niña en cuestión. Ella seguiría viviendo con ustedes como si nada, pero, tendrá beneficios como mejor educación, salud y otras cosas que disponga el presunto tutor.

Ima: no veo el porque no- después de todo, era un plato de comida menor y una matricula de estudio menor. Por fuera estaba tranquila, pero por dentro festejaba de lo lindo- ¿puedo saber cual es la niña en cuestión?

Agasa: la niña de seis años de nombre Akishama TN- sonrió alegremente y aun más cuando vio temblar la sonrisa de superioridad de la encargada de ese lugar que causa tantos males a la menor que quería que formara parte en su vida.

Ima hizo llamar a TN para que conversara con los dos adultos. Esta, al pisar la sala de reuniones sintió la irritación de Ima y la alegría del profesor Agasa. Se acerco a ellos y puso su expresión de extrañeza para que la adulta no supiera el porque estaba allí. Después de años de engañar a todos, una vez más no será la excepción.

Ima: TN-chan, este hombre quiere que formes parte de su familia como su hija, pero, aun estando en este establecimiento. ¿Qué te parece la idea?- se notaba que ella quería que se negara, no quería que su "ayudante voluntaria" la dejara.

TN: ¿esta seguro que quiere adoptarme, señor Agasa?- su expresión era de indecisión, esta le dijo que le siguiera el juego en ese momento. El adulto sonrió y asintió eufórica mente- si, quiero que seas mi padre.

Llenaron los papeles que permitían que el profesor y TN sean "padre e hija" con un rango menor. La adulta firmo los papeles que le daban el permiso, muy a su pesar y a regaña dientes, aun le podía hacer la vida imposible de otras maneras.

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