//Segunda Parte//❅Año Nuevo❅
Harry y Marcel en multimedia
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Parte 2
Marcel terminó de perfumarse, quedó de verse con Katelyn en la entrada del Empire D'orde. Por el regreso de Harry, Marcel se había quedado sin el auto y, por lo tanto, ya no tenía como moverse. Así que habría que salir lo más temprano posible para encontrarse con Katelyn.
Harry apareció en la entrada de su cuarto espantándolo por su repentina llegada. Los gemelos se miraron, y Harry no pudo evitar tener una sensación de irritabilidad al ver que que Marcel no traía puestas las gafas, y el cabello revuelto como Harry.
Era mucho el parecido, y era algo que Harry no superaría nunca.
— ¿Se te ofrece algo?—preguntó Marcel.
Harry sacudió la cabeza y recordó porque estaba ahí.
— Quería preguntarte si quieres que te lleve a la fiesta. —ni el mismo Harry se imaginaba ofreciéndose a llevar a Marcel a un lugar.
Marcel arqueó la ceja, inevitablemente confundido de la buena causa de su hermano.
— ¿A qué se debe esto?—sospechó, sobándose la barbilla.
—Mira, rata, si por mi fuera no te llevaría. —aclaró Harry. — Pero mamá no me levanta el castigo aun, y prometió soltarme el coche con la condición de que vayas conmigo. —le explicó. — Así que... ¿Vienes o te quedas? Porque ya me voy.
A Marcel no le dio tiempo para responder cuando Harry ya se había alejado a las escaleras. Marcel se puso rápidamente las gafas y tomo el beanie para ponérselo sobre su cabello. Alcanzó a Harry en la entrada del porche.
— Date prisa, que voy tarde. —lo apuro. Marcel corrió hacia el otro lado para subirse al coche.
Se pusieron en marcha hacia la carretera. El estéreo se encendió automáticamente cuando la música a través bluetooth del celular de Marcel se activó, sonando Blink-182 a todo lo que da. Desde que Katelyn entro a su vida, se había forzado a escuchar otras cosas además de sus clásicos aburridos. Harry frunció el ceño bajando el volumen de inmediato, desconociendo totalmente a la banda.
— ¿En serio? ¿Configuraste tu teléfono?— le reclamó. —Por favor, quita esa música. —le pidió de mala gana.
Marcel desactivó el bluetooth.
—Perdona, dos semanas usando el auto. ¿Crees que no lo iba a hacer?—replicó Marcel guardando el teléfono.
— No, y... ¿Qué es ese horrible olor? — Harry continuó quejándose. Agarro el sobre aromatizante colgado en el espejo retrovisor. —Lirios con miel, ¿En serio, rata?—bajó en cristal para aventar el aromatizante hacia la carretera.
—El auto apestaba, estaba hecho un asco. —respondió comenzando a irritarse. —Encontré un condón usado en la parte trasera.
— Ese no es tu problema, virgen. —lo reprendió.
—¿En serio, con esta cosa atraes a las chicas?
—Cuidado con lo que dices. —advirtió Harry. —Después de todo, sigue siendo mi auto.
—Pues debes cuidarlo más. ¿Sabías que la manera en la que tratas tus cosas, refleja tu personalidad? Eres muy desordenado. —aclaró Marcel.
—Mira, no estoy de humor para tus clases de ética y moral. Ahórrate tus palabras, o te bajo aquí mismo.—Harry apretó más el volante para reprimir su próximo enojo.
Los siguientes minutos fueron de puro silencio, Harry maldecía entre dientes el eterno tráfico que se había formado, mientras que Marcel apoyaba su cabeza en el cristal resoplando, aburrido de lo largo que era el camino, y más cuando no tenía nada de que hablar con el amargado de su hermano gemelo, que sobretodo, lo odiaba.
—Así que... ¿Cómo la pasaste en Irlanda?—empezó la conversación. Harry bufó, sabiendo que no le quedaba de otra que responder.
—Bien, eso creo.
—Me imagino que la tía Dutsy te fastidió todo el tiempo. —comentó Marcel con humor.
—Ni que lo digas. —resopló Harry dejándose caer en el respaldo del asiento.
—¿Conociste a alguien? —Harry abrió los ojos a la pregunta, lo habían tomado desprevenido.
La primera persona que se le vino a la mente fue Victoire Roche, él no podía sacarse de la cabeza a esa ardiente francesa, cada que la recordaba sentía la vergüenza de haberla confundido con Alice al momento de tener relaciones. No era un bonito recuerdo, pero al menos ahí se dio cuenta de lo que sentía por Alice.
—¿Alguna chica?—siguió interrogando, Marcel.
—¿Para que quieres saber eso?— cuestionó, Harry, con cara de pocos amigos.
—Curiosidad. —respondió, apartando su vista a la ventana.
Fue un alivio cuando el tráfico por fin avanzó, Harry se puso en marcha de lo que faltaba del camino, no era mucho.
A Marcel sintió la respiración más pesada cuando le llegó un mensaje de Katelyn.
"Te estoy esperando x. ;)"
No quería llegar, no estaba listo para lo que sea que Katelyn le estaba guardando, quería que solo fueran ideas suyas en la cabeza de que no iba a ser una noche cualquiera, y si así era no tenía idea de como iba a reaccionar, o lo que iba a hacer. Seguía siendo virgen, su primer beso fue hace tres semanas. Era un total polluelo en estos temas sobre relaciones y demás, y su hermano gemelo era todo un experto a juzgar por el condón usando encontrado en la parte trasera de su coche. Tenía que reunir valor para preguntarle a Harry sin que este lo viese de mala forma.
—Harry... —él no lo miró pero espero a que prosiguiera. — ¿Qué hiciste cuando tuviste relaciones sexuales por primera vez? —preguntó directamente.
Harry frenó de golpe en un semáforo rojo, más que nada, sorprendido por la pregunta atrevida.
—¿Para que quieres saber eso?—preguntó por segunda ocasión.
Es más, ¿Qué le dio por preguntar estas cosas?, pensaba Harry.
—Es que... Katelyn, y pues yo ya sabes nunca he...—intentó racionalizar más rojo que nunca.
Harry suspiró y se rasco la nuca buscando una buena explicación para esto. Su hermano gemelo que tanto odiaba, le estaba pidiendo consejos sobre el sexo, y lo peor... Él estaba dispuesto a ayudarlo. Eso sí que era nuevo.
— Nunca creí decir esto, y mucho menos a ti...—comenzó a hablar poniendo en marcha el vehículo cuando semáforo estuvo en verde.—...pero escucha... Mi primera relación fue a los 15 y con Verónica Johnson. —confesó, Marcel hizo una mueca a pesar de saber el hecho de que su hermano había cogido con la chica que le gustaba. — Fue en una piscinada a la que me invitó, creo que en mi vida había estado tan caliente, y más con ese bikini que traía puesto... —se dijo para si mismo al recordar ese momento.
—Aja, y ¿Qué paso?—a Marcel no le importaba saber detalles.
—Bueno, subimos a su cuarto y ya sabrás el resto de la historia, pero el punto aquí es que tienes que dejarte llevar por el momento. —aclaró sonriendo, recordando gran parte de ese día.
—Es todo, ¿No las tratas con cariño o le dices cosas románticas? —cuestionó Marcel.
—¿Alguna vez has visto un vídeo porno?—lo interrumpió, Harry. Marcel asintió con la cabeza algo apenado.— Ahí no hay palabras románticas, ni cariños. Grábate esto... Sexo, es solo sexo, eso es lo que es.
Pero Marcel pensaba lo contrario, quería que su primera vez fuera especial con alguien como Katelyn, él creía en el amor, y lo había visto cuando era un niño, cuando su padre se iba a trabajar y su madre se encargaba de prepararle su café del día y un sándwich de queso fundido, luego en la tarde, llegaba a casa y lo primero que hacía era saludar a su mujer con un ramo de rosas y una bolsa con pan dulce. Marcel creía en los bellos detalles, en pasar un momento a solas con la persona que quieres, estar ahí con ella, ya sea pasando el rato, viendo películas o una cena romántica, él era de esos pocos que seguía creyendo en el amor. Mientras que Harry era todo lo contrario, él nunca ha sabido lo que es amar, lo que es el cariño incondicional, quizás fue porque sus padres tenían cierto favoritismo sobre Marcel,se sentía solo, y quería llenar ese vacío escapándose, yéndose de fiesta por las noches, embriagándose hasta no poder más y llevándose a la cama a cualquier chica.
— Yo no creo eso. —se atrevió a decir Marcel.
—Deja de leer novelas, rata, nada de eso es real. —soltó Harry con despecho.
—Tú no sientes nada, Harry, lo ves de esa manera porque estoy seguro que en tu vida te has enamorado. —lo desafió.
—Cuida tus palabras. —advirtió.
—Me he dado cuenta que siempre me evitas porque crees que por mi culpa nunca te has sentido querido. Buscas ese cariño metiéndote en la cama de alguien más, y no es así, Harry, tú siempre has sido tan cerrado, conmigo, con nuestros padres, y hasta con tus propios amigos. Si sigues así, ten por seguro que nadie nunca te va a tomar en serio.
—Suficiente.
Harry frenó nuevamente de golpe.
—Bájate. —le ordenó.
—¿Estas loco? Falta...
—No me importa, bájate.—vociferó.
Marcel no se quizo quedar a discutir, y se bajo a regañadientes. Harry aceleró haciendo rechinar las llantas. Agradeció que no faltaba mucho para llegar, pues podía ver el edificio del Empire D'orde desde su lugar. Estaba por sacar su celular para mandarle un mensaje a Katelyn de que iba a llegar tarde, pero recordó que se le había olvidado en el asiento del auto al bajarse.
—Oh, mierda. —maldijo antes de ponerse a caminar.
*
Harry estaba completamente dolido por las palabras que le había dicho Marcel, sobretodo porque eran verdad, nunca se había sentido querido. Intentó quitarse las ardidas palabras de su hermano de la cabeza hasta que llegó al lugar donde era la fiesta que a penas comenzaba.
Estaba esperando en la fila del valet parking, hasta que el timbre del teléfono de Marcel sonó en el asiento de copiloto.
Idiota, pensó Harry, ¿Cómo se le pudo olvidar?
Tomo el celular, y leyó en la vista previa los mensajes de la tal Katelyn, los abrió y se sorprendió de la falta de contraseña que este tenía.
De verdad, es tan idiota, repitió en su mente.
"Habitación 035!! x ;)" decía el mensaje.
— Hermano, si por tú culpa yo no fui feliz, tú tampoco lo serás por mi. —sentenció, Harry.
"Te veo ahí, xx", respondió el mensaje, y luego los borro.
***
Me parece que lo terminaré dividiendo en tres.
Ya saben, si quieren el siguiente, voten y comenten qué les pareció. xxx
Un beso, M
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