45. Búsqueda

Harry despertó con el mejor de los humores el lunes en la mañana. Se aseó y se vistió rápido cuando buscaba el mejor conjunto en su vestimenta. Cuando terminó, miró la caja con el collar dentro, lo cerró antes de meterlo en su bolsillo. Tomó las llaves del BMW y bajó. Para su sorpresa, su madre estaba preparando el desayuno, sus famosos waffles con crema y fresas. Harry aborrecía por completo los waffles, pero fueron días en los que no había visto a su madre como para recibirla con una rabieta.

—Buenos días, mamá – entró Harry a la cocina más radiante que nunca, se acercó a su madre y la besó en la mejilla, ella volteó extrañada de su actitud mañanera.

—¿Por qué tan feliz? – preguntó la señora Styles.

—Solo es un gran día – respondió sentándose en la barra.

Observó que en la barra estaban puestos dos platos, de inmediato Marcel le vino a la cabeza. Ella nunca se enteró del problema que tuvieron y debía pertenecer así, o terminaría enfermándose.

—Ah, mamá, Marcel salió de viaje, no te aviso porque estabas trabajando – explicó él eligiendo las palabras suavemente. La señora Styles volteó incrédula.

—¿A dónde? – preguntó ella apagando la flama de la estufa. Harry alzo los hombros.

—No lo sé. No me quiso decir – respondió empezando a comer los waffles.

—Dios mío, tengo que llamarlo – dijo antes de retirarse el mandil y salir de la cocina.

Harry esperó a que su madre se fuera, dejó los waffles a medio comer en la encimera y se fue a la escuela.

(...)

Al llegar, lo primero que hizo fue saludar a Louis, lo observó un poco decaído por la grave situación con Gabrielle. Ahora, Harry tenía una razón más para odiarla. Sin embargo, seguía siendo la mejor amiga de Alice Grey. Él llegó con la idea verla a lado de Gabrielle o sus demás amigas. Tenía ganas de verla, abrazarla y besarla, sin duda necesitaba de Alice más que nada. Pero ella no estaba, al parecer no asistió a la escuela y no lo iba a hacer. De hecho, se desconcertó por no recibir una respuesta del mensaje voz el día de ayer que llegó a la conclusión que seguía en sus asuntos familiares o algo por el estilo.

Durante el día, Harry sacó el celular, mandó varios mensajes a Alice para saber dónde estaba y si se encontraba bien. La llamó un par de veces, al parecer su número se había desconectado o estaba fuera de servicio. Como sea, nunca contestó y Harry comenzaba a preocuparse de sobremanera.

— ¿Estás bien? – le preguntó Louis al rizado que seguía mirando el teléfono desesperado por una respuesta.

—Alice no llego a la escuela y no contesta el celular– expresó Harry intentando guardar la calma, pero solo pensar que algo le haya pasado, ponía sus nervios de punta.

—Harry no seas paranoico, ella está bien, quizás está con su familia en un lugar sin señal – aseguró Louis queriendo calmar los nervios de su mejor amigo.

—Eso espero – contestó Harry suspirando.

El día finalizo, y Harry salió corriendo del salón de clases, vio el grupo de amigas de Alice fuera de la escuela, se acercó a ellas, las chicas se pusieron tensas al notar a Harry.

—Hola – las saludó Harry, ellas se miraron incomodas.

—¿Qué quieres? – preguntó la rubia brusca. Harry reconoció que era Evelyn.

—¿Saben algo de Alice? – preguntó el rizado—

—Tú deberías saber eres su novio – reprochó Evelyn poniendo a prueba la paciencia del muchacho. Harry la miró mal y quiso comentar algo al respecto.

—Escucha, no sabemos nada – intervino Gabrielle adivinando los pensamientos del muchacho, luego le hizo un ademán a las demás chicas para que la siguieran.

Harry suspiro resignado al no recibir la respuesta que esperaba. Se fue al coche y partió directo a casa de los Grey. Tenía un mal presentimiento, llegar y no encontrarla se convirtió en su mayor temor.

La ansiedad aumentó cuando llegó y vio una patrulla estacionada fuera de la casa de Alice, se le hizo un nudo en el estómago. Harry bajo del coche rápidamente y caminó a la puerta tocando esta varias veces, de inmediato se abrió mostrando a la madre de Alice esperanzada, pero al ver a Harry pareció sobresaltarse, luego lo invitó a pasar.

— ¿Qué sucede? – preguntó Harry ingresando a la sala de estar. Ahí se encontraba el padre de Alice, su hermana Allison, y dos oficiales sentados en el sofá.

— Alice está desaparecida – anunció Allison con una expresión preocupada.

— ¿Qué? – expresó Harry incrédulo.

—Lo que escuchaste, muchacho, Alice no aparece desde el día de ayer – explicó el padre de Alice sentado en el sillón juntando sus manos.

— ¿Tú sabes algo? ¿Qué eres de ella? ¿Cuándo fue la última vez que la viste? – lo interrogó el oficial sin darle espacio para responder.

—Soy su novio, la última vez que la vi fue el sábado por la noche, vine a verla como siempre, estuvimos un rato juntos, luego regresé a mi casa y eso fue todo – respondió Harry asimilando la situación.

—¿Eso es todo? – preguntó el segundo oficial, Harry asintió con la cabeza.

—¿Cómo saben que no fue un secuestro? – cuestionó la madre de Alice ansiosa.

—Su armario está vacío – respondió Allison.

—Entonces escapó – dedujo el señor Grey

—¿No dejo una carta o algo? – preguntó el primer oficial.

—Nada – negó Allison. El primer oficial suspiró fastidiado, parecía haber estado ahí sentado mucho tiempo.

—Bien, escuchen... — se levantó del sofá algo apenado – Deben pasar 72 horas para reportar a una persona como desaparecida, solo en caso de menores de edad. Mientras no podemos hacer nada. – explicó el oficial indignando a los familiares de la chica de ojos azules.

—Pero pudo haberle pasado algo, ¿A caso usted no es padre, oficial? – reclamó el señor Grey.

—Señor, su hija ya es mayor de edad y solo se fue de casa, como cualquier adolescente llegando a la adultez – argumentó el oficial.

—Mejor fuera de mi casa... — se indignó el señor Grey invitándolos a salir de la casa – Si va a hacer su trabajo, hágalo bien. – reprochó.

Los oficiales se levantaron sin protestar nada, se dirigieron fuera de la casa. El segundo oficial pidió disculpas, pero recibió un portazo en la cara como respuesta. El señor Grey regresó a la sala indignado dirigiéndose a su esposa e hija mayor.

—No lo puedo creer – expresó frustrado sentándose en el sofá.

—Alice no pudo haber ido tan lejos – Allison acompañó a su padre acariciando su espalda de manera reconfortante – Quizás fue a Oxford – pensó la chica.

—No lo creo, llamé esta mañana para confirmar la entrevista de Alice, pero me dijeron que ella canceló por cuenta propia – habló la madre de las hermanas.

—Podríamos buscarla por cuenta propia, colgar anuncios por todo Inglaterra, lo que sea. Tenemos que encontrarla – sugirió Allison

—Cuenten conmigo – intervino Harry decidido.

—Gracias por estar aquí, muchacho – dijo el señor Grey levantándose y abrazando a Harry.

—No hay de que, en verdad quiero mucho a su hija – expresó Harry, el padre de Alice hizo un gesto de aprobación.

—¿Seguro no sabes nada de ella? – volvió a preguntar el señor al borde de las lágrimas. A Harry se le partió el alma. Un padre llorando por la pérdida de un hijo.

—No, señor – aseguró Harry. El señor sacó un pañuelo del bolsillo de su saco y secó una lágrima que se había escapado.

—Entonces hay que buscarla hasta encontrarla – sentenció.

(...)

Más tarde, Harry estaba en el auto observando el collar que iba a regalarle a Alice. Estaba totalmente deprimido, no sabía dónde estaba Alice, o si se encontraba bien. Quería verla, abrazarla y preguntarle por qué había desaparecido sin una explicación, o una correcta despedida. Como sea, Harry la hubiese apoyado, o quizás, ido tras ella.

Sacó el collar de la caja y lo puso alrededor de su cuello, no quería perder las esperanzas de encontrarla. Bajó del coche y caminó hasta la entrada del Hogar de la Felicidad, esperaba que la señora Derry supiera algo al respecto. Toco un par de veces la puerta y de esta salió la señora que sonrío al ver al rizado.

—Harry, qué sorpresa – expresó.

—Hola, ¿Puedo pasar?

—Claro, eres bienvenido – respondió la señora Derry de inmediato dejándolo pasar.

—¿Qué te trae por aquí? Mike ya fue adoptado y Alice no vendrá por un tiempo– preguntó, puesto que la única razón por la que Harry iba a ese hogar era por ellos dos.

—Es por Alice – respondió Harry sin disimular su ansiedad. La señora Derry mostró una expresión preocupante.

—¿Pasó algo con ella? – preguntó acomodando sus anteojos en el tabique de su nariz.

—Ella está desaparecida – soltó intentando ser lo más suave.

Era malo dando ese tipo de noticias, la señora Derry ahogó un suspiro, y su corazón comenzó a acelerarse hasta el punto de querer desfallecer ahí mismo. Pues Alice era como una hija para ella, cualquier cosa que le pasase la afectaba de sobremanera.

—Oh por Dios, mi niña – expresó sentándose en un sillón llevando la mano al pecho.

—Perdón por decir la noticia así – se disculpó Harry al ver la reacción de la señora.

—No te preocupes, qué bueno que me dices – se apresuró a decir la señora Derry – ¿Saben algo de ella? – quiso saber, Harry negó apenado.

—Por eso vine, ¿Ella no le dijo nada? ¿La vio nerviosa o algo los últimos días que estuvo aquí? – cuestionó Harry. La señora Derry se quedó un momento pensando.

—Ahora que lo pienso, sí, estaba un poco nerviosa cuando le pregunté la razón por la que se iría, tardó un poco en responderme antes de decirme que era por su hermana Allison – explicó la señora, Harry escuchaba atentamente, luego asintió. Literalmente, no le había dicho nada que le ayudase a completar la búsqueda.

—Muchas gracias, y no se altere por Alice, la encontraremos sé que está bien – aseguró Harry al notar a la señora Derry abrumada por la situación. Ella asintió.

—¿Qué pasó con Alice? – irrumpió una voz en el vestíbulo.

Harry alzó la vista y vio a Katelyn Robinson de pie en el marco de umbral hacia las escaleras, en su rostro mostraba una expresión confundida. La señora Derry volteó a verla, y Harry aprovecho para gruñir de mala gana. ¿No podía meterse en sus asuntos? Se guardó el comentario por respeto a la señora Derry, que además se adelantó a contestar.

—Alice desapareció – anunció levantándose del sofá. Katelyn abrió los ojos incrédula.

—¿Ya avisaron a la policía? – preguntó la castaña aún sin creerlo

—Sí – contestó Harry con fastidio – No nos quisieron ayudar y han pasado más de 72 horas. – Katelyn abrió la boca indignada.

—¿Cómo se atreven? ¿Por qué hacen eso? – cuestionó sin darle espacio de responder al muchacho.

—No se puede decir que está desaparecida, solo escapo de casa, agarro sus cosas y se fue, al ser mayor de edad la policía no puede hacer nada porque no hay una razón para que se encuentre desaparecida – explicó Harry. La señora Derry bajó la cabeza aguantando las lágrimas, era impotente que algo le pasase a Alice y que la policía no quiera hacerse cargo.

—Malditos – espetó Katelyn en voz baja.

—¿Tú sabes algo? – preguntó la señora Derry.

—La última vez que la vi, discutió con Harry, pero no creo que fuera razón para irse así porque sí – respondió Katelyn refiriéndose al rizado, este revoleo los ojos con fastidio – ¿No se te ocurre nada, Harry? – le preguntó, este negó con la cabeza, seguía demasiado ansioso para hacerse más ideas en la cabeza.

Los tres se quedaron un rato en silencio, hasta que la señora Derry se disculpó porque tenía que atender a unos padres que recién llegaron. Entonces, Harry y Katelyn se quedaron en el vestíbulo solo, la castaña estaba un poco pensativa por la situación de la chica de ojos azules.

—Bueno, si no te importa, seguiré buscando por mi cuenta – se levantó Harry del sofá. En eso a Katelyn se le ocurrió una gran idea y corrió tras Harry.

—Espera, puedo ayudarte – le dijo, este gruñó con fastidio.

—¿No tienes nada que hacer?

—Conozco a un amigo de la policía que puede ayudarnos, aunque sea a rastrear su teléfono. Así me entere donde estudiaba Marcel – explicó Katelyn haciendo una mueca, vio que el muchacho no se veía convencido del todo – Oh vamos, Alice es mi amiga también – se defendió aflojando los hombros.

Harry podía haberle dicho que no, pero era necesario y una, ridículamente, buena idea. Suspiró resignado.

—Está bien – respondió. Katelyn chilló emocionada, y tomó su abrigo del perchero adelantándose a la salida.

—¿Qué esperas? ¡Vamos! – exclamó animándolo a avanzar. Harry caminó de mala gana hacia ella— Será como ser detectives.

—Por favor, solo no salgas con ese tipo de comentarios – le pidió Harry frunciendo el ceño mientras retiraba el seguro de su auto – y entiende que esto no nos hará amigos.– decretó él.

—Bien, me callo – dijo Katelyn comportándose y metiéndose al BMW.

Katelyn sonrío para si misma cuando entro al auto, le traía vagos recuerdos con Marcel cuando agarraban el auto a escondidas de Harry y se iban de tour por la ciudad, sin embargo, por más que le doliera, era algo que ella tenía que superar, y ahora a concentrarse en ayudar a Harry a encontrar a su damisela en apuros.

***

Hola chickys. ¡YA CASI 70K LEÍDOS! No saben lo mucho que les agradezco que cada día esta novela crezca muchisimo más, espero que les este gustando esta historia y les pediria de favor que me pongan un lindo comentario sobre Diferencias, puede ser bueno o malo, qué les gusta qué no, o qué les gustaría que pasará, quién es su personaje fav, quién les gustaría que apareciera más. En fin muchassss cosas lo que quieran.

Ahora, parece que Katelyn se ha unido a esta incesable búsqueda. Los padres de Alice sufriendo su desaparición mientras que Allison hace lo posible por mantenerlos al margen y cubrir las espaldas de su hermanita. ¿Cuánto tiempo durará este juego antes de ser descubierta?

Hoy si no les traigo ningún fact que este relacionado con este cap, de cualquier manera...

No olviden votar y comentar que les pareció este capitulo. AMOOO LEER SUS COMENTARIOS ME INSPIRAN A SEGUIR ESCRIBIENDO.


Un beso muy grande, M

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