44. La fuga de Alice

                     Capitulo dedicado a @AbigailGiovanna

Una semana más tarde, Alice recibió el correo de la confirmación de su vuelo, lo imprimió y lo escondió en el cierre de una valija junto a su pasaporte y otros documentos que iba a necesitar. Poco a poco empezaba a empacar su maleta, su vuelo saldría el día de mañana y debía dejar todo en orden para que sus padres no sospechasen, les mintió diciéndoles que había rechazado la entrevista en Harvard.

Mientras tanto, Harry notó a Alice demasiado tensa los últimos días, sus ojos azules ya no mostraban la seguridad de sí misma de antes, no acariciaba el cabello del rizado mientras reía y le contaba divertidas anécdotas de las aventuras con sus amigas y familia. Últimamente, la notaba apagada. Harry se preguntaba de manera profunda, ¿Qué había mal?, aunque en vez de hacerse ideas en la cabeza, Harry pensaba que seguía deprimida por el asunto de Harvard.

—¿Sucede algo? – le preguntó Harry, ambos estaban en la casa de Alice recostados en el sofá. Ella había puesto una especie de barrera sobre ella, tenía la mirada puesta en un punto fijo.

—¿Qué? – reaccionó, Alice parpadeó posando su mirada en él.

—Te he visto triste últimamente, ¿Qué tienes? – aclaró Harry acercándose a ella. Alice abrió la boca, pero lo único que salió de ella fue una bocanada de aire, al mismo tiempo que formulaba una respuesta coherente en su cabeza.

—Solo... he estado pensando algunas cosas – respondió hundiéndose en sus hombros.

—¿Qué cosas? – cuestionó Harry intrigado.

—Sobre Hayley, ya casi cumple nueve años, no sé qué regalarle – Alice contestó sonriendo nerviosa. Harry tuvo el presentimiento que no estaba diciéndole la verdad.

—Está bien – asintió Harry inseguro, se acercó a ella para darle un beso los labios, pero ella volteo chocando contra su mejilla — ¿Estás molesta? – insistió desconcertado.

—No lo estoy – aclaró Alice, pero su tono de voz solo demostró lo contrario. Harry suspiró resignado, se conformó con esa dura respuesta y se apoyó en sus rodillas para levantarse del sofá, se excusó diciéndole que iba al baño. A ese paso solo iba a empeorar las cosas.

Alice se sintió culpable por haber sido tan brusca, Harry solo se estaba preocupando por ella, desquitaba toda su tensión y ansiedad en él. Estaba así por el viaje a Harvard, por las mentiras a sus padres y a Harry.

Minutos después, el rizado salió del baño, observó a Alice en la misma posición sentada de espaldas mientras abrazaba la almohada del sofá. Se acercó cautelosamente a ella y se sentó a su lado posando el mentón en su hombro esperanzado a que ella no lo rechazase, Alice dejó que la abrazara. 

—Perdón – murmuró Alice, Harry quiso pensar que ella no tenía la culpa de nada.

Tomó el mentón de la chica y la besó tiernamente. Ahora las cosas estaban bien entre ellos por el momento, pero Alice siguió con la misma actitud apagada y Harry intentaba deducir la razón mientras acariciaba su cabello.

(...)

El resto de la tarde consistió en cortas pláticas, sushi como almuerzo, besos y caricias entre ellos. Cuando anocheció Harry tenía que irse, pues Alice tenía cosas que hacer con su hermana mayor, o eso era lo que había dicho, pero no resultó ser más que otra mentira de ella para seguir empacando sus cosas y prepararse para el viaje.

—Entonces ¿Nos veremos el lunes en la escuela? – preguntó Harry en el umbral de la puerta.

—Sí, quisiera verte mañana, pero mis padres ya tienen planes– se excusó Alice haciendo una mueca.

—Supongo que no estoy invitado – Harry hizo un tierno puchero, Alice acarició su mejilla y se acercó a besarlo.

—Adiós, Harry – se despidió ella, antes que pudiera cerrar la puerta, Harry metió el brazo.

——Alice... – ella lo miró – Te quiero – dijo Harry sabiendo que quizás no era el momento indicado para expresar sus sentimientos. Alice sonreía sinceramente por primera vez en días.

—Yo también te quiero, Harry – respondió. El rizado tuvo por primera vez una sensación de paz, su cuerpo estremeciéndose ante esas palabras que sabían al cielo. Quizás así era estar enamorado y ser correspondido.

La besó por última vez antes de darse la vuelta y caminar a su auto, Alice no se resistió.

—Harry – lo llamó, él volteó y ella lo abrazó con mucha fuerza.

*

Marcel terminó de sellar la caja de madera después de meter algunos lienzos en este, los tendría que documentar mañana temprano antes de abordar el avión, le servirían para su entrevista en Harvard, se había decidido en estudiar artes en lugar de medicina. De paso, aprovechó acomodar un poco la habitación, no había a casa en días, solo lo hacía para buscar ropa y regresarse con Vee, de ahí en fuera no se detenía para evitar encontrarse a Harry, o saludar a su madre, porque ella estaba todo el día en el restaurante trabajando, y llegaba a casa solo para dormir, ya no veía a sus hijos muy a menudo como antes, por lo tanto, no estaba enterada de los recientes hechos entre los gemelos.

Arregló el escritorio rompiendo algunos trabajos de la escuela de años atrás, y depositando los restos en el cesto de basura, se detuvo cuando se encontró con la caja que hizo enloquecer a Vee una vez. Sus recuerdos con Katelyn.

Marcel dudó en tirarlo con el resto de la basura, pero a pesar de haber terminado con Katelyn de la peor manera, seguía teniéndole aprecio, o por lo menos de eso se quería convencer. La puerta de abajo abriéndose lo sobresaltó provocó que la caja cayera al suelo con las imágenes esparciéndose, lo guardo con prisa dentro de la caja y lo arrastró bajo su cama, colgó la mochila en su hombro, en su brazo sostuvo la caja sellada y con el otro arrastro la valija en el suelo sobre sus rueditas.

Harry entraba a la casa cuando se encontró a su hermano bajando por las escaleras cargando una gran caja de madera y maletas, frunció el ceño confundido, espero en el pie de la escalera a que Marcel bajase.

— ¿A dónde vas? – le preguntó. Marcel revoleó los ojos.

— ¿Te importa, realmente? – ironizó él yendo a la entrada.

—  Quizás yo no, pero mamá sí – respondió, Marcel gruñó soltó la valija y se regresó a Harry, que seguía en el pie de la escalera.

—Saldré de viaje – contestó de mala gana y salió por la puerta principal.

*

Al día siguiente, Alice se despertó a las seis de la mañana en domingo, sus padres seguían dormidos y aprovechó salir con el más profundo cuidado posible para no despertar a nadie, cargaba una bolsa de mano, la valija de ruedas y otra bolsa más. Se iría por una semana, porque además de la entrevista, la universidad prometió hacerle un tour por todas las facultades de Harvard.

Bajo todo con cuidado, y antes de darse por completo la fuga, una voz la sobresaltó.

—¿A dónde crees que vas? —preguntó Allison aún en pijama con los brazos en jarras acercándose a su hermana. Alice quedo estática en su lugar.

—Yo... — no le dio tiempo de responder, cuando Allison la abrazo, Alice ahora estaba confundida.

—Mucha suerte – murmuró Allison – Harvard es tu sueño, persíguelo – alentó ella.

—Gracias, Allison – agradeció Alice casi en lágrimas se aferró a su hermana

—No te preocupes, no diré nada– aseguró Allison separándose de Alice – Cuídate – le regaló un beso en la frente –ahora vete que se hace tarde.

Alice asintió, se secó la lágrima que se escaparon y tomó deprisa sus cosas.

—No llores – le advirtió Allison, hizo reír a su hermana antes de cerrar la puerta.

*

—No se te olvide llamarme cuando estés ahí – le recordó Vee a Marcel, él estaba sacando los documentos de su viaje.

—Sí, no se me olvida – repitió Marcel subiendo el cierre de su mochila.

— Nada de hablar con chicas – advirtió ella, Marcel rio por lo bajo.

—No – prometió.

—Y te voy a extrañar – Vee hizo un puchero, Marcel sonrió con ternura y se inclinó para besarla.

—Te extrañaré también – contestó antes de separarse de ella.

—Te quiero – habló Vee cuando Marcel caminó de entrada al aeropuerto

—Yo también – sonrío, Vee le lanzó un beso cuando Marcel estuvo lejos.

—Y piensa en lo que te he dicho, Vee – habló Marcel recordando la propuesta, ella suspiro nerviosa echando su cabeza hacia atrás.

—Cuando regreses te tendré una respuesta – aseguró ella sonriendo, volvió a besar a su novio antes de dejarlo ir.

Marcel se despidió con la mano y se volteó para cruzar las puertas automáticas, su celular vibró y lo sacó para revisar el mensaje, la pantalla se ilumino mostrando la previa de este, el remitente Vee:

Ya te extrañoL

Él sonrío, volteó para ver a Vee del otro lado con un puchero y el celular en manos. Le lanzó un beso antes de regresarse a su camino.

Caminó por el aeropuerto buscando dónde imprimir el boleto de su avión, se puso detrás de una chica, esperaba porque ella terminará de imprimir el suyo, pero pareció que tenía problemas para hacerlo, así que ella se volteó a pedir ayuda.

—Disculpa, ¿podrías ayudarme? – preguntó ella apenada, pero al ver de quién se trataba, no tardó en arrepentirse. Marcel alzó las cejas sorprendido al reconocerla.

—Hola – la saludó sonriendo nervioso – Eres Alice, ¿no?

—Así es – asintió ella nerviosa – Tú eres... Marcel – recordó mostrando una sonrisa, él también asintió –Ah, necesito algo de ayuda – dijo apenada señalando la caja automática.

—Claro– aceptó Marcel acercándose a la caja.

Alice le entregó la hoja con su número de nuevo, Marcel registró nuevamente el código de barras hasta que la máquina lo acepto imprimiendo el boleto a cambio. Marcel no evito leer el destino de su vuelo. Massachusetts

—Vaya, vas a Harvard también – expresó Marcel, asombrado entregándole el boleto recién impreso. Alice asintió con la cabeza un tanto apenada – ¡Yo también! – exclamó Marcel emocionado – Estudiaré artes, quizás algo relacionado con la arquitectura ¿y tú?

—Historia – respondió Alice.

—¡Genial! ¿Sabías que historia y arte van de la mano juntas? – Alice se sorprendió por la actitud tan despierta de Marcel. Era igual a Harry, pero no se comportaba como él. Se dio cuenta de lo diferentes y opuestos que era, quizás por eso no se llevaban tan bien, aunque era un problema, suponiendo que los opuestos se atraen.

—Claro, tiene mucho que ver – dijo Alice, aunque no sabía cómo responderle – Bueno, iré a documentar mi equipaje, supongo que te veo en el avión o allá en Massachusetts – habló levantando su bolsa de viaje del suelo.

—Seguro, yo imprimiré mi boleto – asintió él señalando la caja automática.

—Hasta luego – se despidió Alice con la mano y alejándose.

(...)

Más tarde, Alice se encontraba en el avión, su lugar tocó a lado de la ventana, justo como ella quería. Apoyó su mejilla en la mano mientras tenía la mirada pérdida en los aviones que avanzaban al otro lado de la pista. Su pierna temblaba nerviosa, miró la hora 9:00 AM. Tal vez, sus padres no tardarán en darse cuenta que no está, y su teléfono explotaría en un sinfín de llamadas y mensajes. Alice estaba esperanzada que Allison cubriera sus espaldas inventando una excusa para protegerla. Sin embargo, le preocupaba Harry, él no tardaría en darse cuenta de su ausencia.

Cerró los ojos respirando profundamente mientras intentaba apagar la ansiedad de sus pensamientos. Un vuelo de seis horas. No quería empezar a arrepentirse en el transcurso.

—Mira, nos tocó a lado – escuchó Alice despertando de su nube de pensamientos.

Volteó y se encontró a Marcel sentándose a su lado sonriendo emocionado, mientras mostraba el número de su asiento. Efectivamente, le tocaba a lado de Alice.

—Ya veo – sonrío Alice cortés.

—Qué envidia, te tocó en la ventana – expresó Marcel con humor.

—Si quieres te cambio...

—No, no nada de eso, estás bien ahí, disfruta la vista – se apresuró en responder.

Alice asintió se hundió de hombros en el asiento, y buscó iniciar de nuevo la conversación con él para evadir sus pensamientos. Los altavoces transmitieron las instrucciones para abrocharse los cinturones, luego los aeromozos hacían una demostración qué hacer en caso de accidentes. Finalmente, el avión comenzó a moverse, su boca soltó un suspiro, llamando la atención del chico.

—¿Te dan miedo los aviones? – quiso saber, Marcel.

—Oh no es eso – respondió Alice jugueteando con sus dedos.

—¿Segura? Te ves muy ansiosa – observó él alzando sus anteojos con el dedo en el tabique de su nariz. Alice rio nerviosa.

—Bueno, es la entrevista...– admitió resignada – Harvard ha sido mi sueño, quizás desde siempre. Me aterra no estar a la altura – expresó preocupada, Marcel la escuchaba con atención.

—Ya veo, es normal, solo no pienses que no estás a la altura que comenzarás a creértelo, y eso es malo... – sugirió animando a la chica de ojos azules – Igual estoy nervioso, pero trató de apaciguarlo no pensando en ello.

—Ojalá fuera fácil como dices – dijo Alice bajando la cabeza.

—¿Harry sabe que estás aquí? – preguntó Marcel, aunque no tuviese ganas de hablar de él, quizás el mencionarlo alegraría el día a Alice. Al contrario, la puso nerviosa pero no le impidió responder.

—Ah sí, de hecho, él me apoyó demasiado en tomar esta decisión de hacer la prueba para Harvard – contestó, a pesar que todo fuese mentira, intento actuar de la manera más natural. Marcel hizo un gesto de aprobación, sin embargo, se le hizo extraño no encontrarlo en el aeropuerto para despedir a su novia.

—Eso es algo nuevo de Harry – comentó Marcel.

—¿Por qué se llevan tan mal? – quiso saber Alice, recordó la tensión esa vez que estuvieron frente a frente los gemelos. Marcel se quedó pensativo, las cosas ahora estaban frías con Harry, pero no había razón de dejarlo mal frente a su novia.

—No lo sé, siempre fue así, desde pequeños, él odiaba que lo confundieran conmigo – explicó Marcel sin darle importancia.

—¿Ahora?

—También – respondió Marcel apretando los labios.

—No sabía que Verónica Jhonson era tu novia – comentó Alice sin disimular una mueca, cambió de tema porque parecía que el tema de Harry incomodaba a Marcel.

—Sé lo que piensas, pero créeme no es tan mala – dijo Marcel no sonando tan convencido. Alice arqueó una ceja – Está intentando cambiar.

—Pero, ¿Cuál es su historia? – preguntó curiosa, pues Alice pensaba que Marcel era muchísimo para una persona como Verónica. Él muchacho abrió la boca sin saber cómo explicarlo.

—Bueno, la conocí en una excursión escolar, íbamos en escuelas diferentes, ella en una de mujeres y yo de hombres. Me gusto porque era bonita, pero en ese entonces solo éramos niños. Tenía trece y antes de finalizar la excursión le di una carta para declararle mi amor. Claro, lo rechazó – recordó Marcel con humor –Años más tarde, me enteré que salía con Harry, y él solo estaba con ella para molestarme – contó Marcel como resumen, Alice abrió los ojos sorprendida – Pero no duraron tanto... — rectificó Marcel para que Alice no se alarmara – intenté acercarme varias veces a ella, pero siempre me ganaba el miedo y no lo hacía – Alice hizo un gesto de ternura, aunque le causaba cierta incomodidad que Verónica sea la protagonista de esa historia de amor.

—Y luego, ¿le hablaste?... — lo animó a que prosiguiera. Marcel se quedó sin palabras para seguir la historia.

" –¿Vas a ordenar algo? –Katelyn Robinson intervino en sus recuerdos, ella esperaba con paciencia a que Marcel le dijera su orden.

—Ah, aún no me decido – dijo, su ritmo cardiaco se había acelerado.

—Entiendo, te puedo recomendar el capuchino de vainilla, es mi favorito – Katelyn susurro lo último cómplice, pero sin perder la alegría. Marcel adoraba su carisma.

—El capuchino no estaría mal – respondió al fin, Katelyn asintió anotando el pedido. "

—Sí, claro años después – respondió Marcel intentando evadir sus recuerdos.

" — ¿Vas a casa? – preguntó Marcel, no quería que la conversación muriera.

—Así es, pero el bus se retrasó – Katelyn contestó asomando la cabeza a la calle en busca de un bus ficticio, luego regreso al chico, lo observo de pies a cabeza – Me gusta tu gorro – comentó.

—¿Te lo quieres poner? – Marcel se retiró la prenda del gorro cuando Katelyn asintió emocionada, luego lo paso por el cabello castaño de ella, Katelyn terminó por acomodárselo y poso el gorro con humor para Marcel.

—¿Cómo me veo? – le preguntó, ambos reían.

Marcel tenía una respuesta para ella:

—Hermosa."

—Debe ser bonito superar tus miedos – comentó Alice, Marcel asintió de acuerdo.

Alice cerró los ojos cuando el avión aceleró para arrancar vuelo, hundió las uñas en el apoyo del asiento respirando profundamente, tragó saliva cuando la presión tapo sus oídos a medida que subían de altura.

—¿Estás bien? – le preguntó Marcel observando la ansiedad de la chica de ojos azules. Ella abrió los ojos asintiendo.

—Solo fue el despegue – se excusó – Pero sígueme contando la historia. – lo animó, Alice debía admitir que era interesante.

—Empezamos a salir...

" —Deberíamos repetirlo – Kate habló cuando Marcel se estacionó fuera de su casa.

—Lo sé, fue muy divertido – estuvo de acuerdo Marcel. Se bajo para abrirle la puerta a la chica.

—Qué caballero – comentó ella impresionada.

—No hay de que – alardeó Marcel en respuesta, luego se quedó mirándola mientras sonreía – Nos vemos, Kate – besó su mejilla.

Katelyn no se sintió completamente satisfecha, acarició la mejilla de Marcel luego pasó las manos por su cabello rizado que tanto le gustaba, prosiguió la acción acercándose y besándolo en los labios por primera vez.

Ese día habían ido a la feria navideña, Marcel nunca olvidaría la descarga de adrenalina al subirse a los juegos mecánicos, y sobre todo por el beso que se dieron esa misma noche."

—Fueron buenos tiempos – Marcel asintió con la cabeza, satisfecho, también resignado que sus recuerdos lo golpearan de repente.

—¿Por qué dices eso? – cuestionó Alice frunciendo el ceño con humor.

—Bueno, Verónica es algo celosa, recuerdo que una vez le tiró café a mi exnovia. De hecho, por eso tuvimos muchos problemas, pero me prometió cambiar – contestó riendo, Alice hizo una mueca, pero tampoco evitó reír.

—Esa chica está loca – comentó Alice sin importarle sin Marcel se sentía ofendido, hasta quizás estuvo de acuerdo

— Creo que eso hace una chica enamorada – dijo Marcel, Alice negó con la cabeza de inmediato.

— Yo no, conozco la reputación de Harry con las chicas, pero solo él sabe si me es infiel o no. No lo perdonaría tan fácil – argumentó ella–Espera, ¿Verónica no es tu primera novia? – reaccionó Alice, Marcel negó con la cabeza.

— Aguarda, te toca contar tu historia con Harry– le pidió Marcel para ser justos, Alice rio, pero no se negó.

Fueron las seis horas más relajantes al menos para ambos, tocaron varios temas de conversación, desde Verónica, Dylan, Harry, hasta de sus carreras y lo emocionados que se sentían de entrar a Harvard. Alice estaba encantada con Marcel, le hizo olvidar la ansiedad que tenía por fugarse de su hogar por perseguir sus sueños.

*

Harry estaba fastidiado el domingo por la tarde, después de salir a comprar un regalo para Alice, se decidió por darle un collar con un avión de papel, su significado le gustó bastante a Harry. "El amor ligero flotando en el aire como un avión de papel", Alice podría usarlo cuando se vaya a Oxford, solo el tiempo decidiría lo que pasase con su relación.

Terminó de admirar el pequeño avión de metal antes de meter nuevamente en la caja. Se recostó en la cama sacando su teléfono, marcó el número de Alice para saber cómo estaba, pero lo mando directo a buzón.

Deje su mensaje

Harry pensó que seguía en los asuntos con sus padres, por lo tanto, no le tomó tanta importancia.

—Hola hermosa, espero que todo esté bien por allá, ya quiero verte mañana, te tengo una sorpresa. Te quiero – grabó el mensaje y colgó, miraba el avión dentro de la cajita.

*

Alice sostuvo temblorosa el celular cuando escuchó el mensaje de voz de Harry. Tuvo ganas de llorar cuando lo escucho decir ese "te quiero", sin embargo, tenía que aguantarse y no hacer una escena frente a Marcel, él estaba ocupado recogiendo las maletas documentadas, recién habían llegado a Massachusetts, fue un proceso largo hasta llegar a sus maletas. Alice escuchó por última vez el mensaje, dudó en responderle, pero al final no lo hizo. Sus piernas temblaron cuando recibió varios mensajes de su padre.

"Alice"

"¿Dónde estás?"

"Estamos preocupados por ti"

"Alice"

Apagó de inmediato el celular, y le quitó el chip para que no pueda ser rastreado, guardo todo en su bolsa de mano y respiró profundamente para calmar sus nervios de punta.

—Ey, Alice – Marcel la llamó sobresaltándola, ella volteó – ¡Llegaron por nosotros! – exclamó emocionado señalando a un señor con un cartel que decía: HARVARD.

Alice Grey

Marcel Styles

Alice comprendió que ya no había marcha atrás, respiró una vez más, peinó sus cabellos salidos de su chongo, tomó sus maletas y caminó con seguridad hasta Marcel donde estaba el señor esperándolos.

Su sueño y su felicidad estaban aquí.

***

Hello, chicks...

Creo que es de los capítulos más largos que he escrito, pero es de mis favoritos.

¿Cuánto tiempo durará el secreto de Alice? ¿A caso Marcel esta arrepintiéndose de ir tan rápido con Vee, o es que uno se enamora de los recuerdos?

Bueno de verdad espero que les haya gustado este capítulo tanto como a mí, se que muchas esperaban ver un momento entre Alice y Marcel.

Busqué la primera versión de diferencias en facebook, pero al parecer creo que borraron la página, de igual manera seguiré buscándola.


#FACTSDELANOVELA

1. Tanto Gabrielle, como Alice y Verónica fueron a la misma escuela de niñas en la secundaria. La cristiana que Gabrielle menciona en el capítulo anterior. Ahí nació el odio que se tienen, pero eso se explica en la historia de Gabrielle y Zayn.

¿Les gustaría más facts así?


No olviden votar y comentar que tal les pareció este capitulo. LOS QUIEROOOOOO

UN BESO, M

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