42. Alice
Alice tenía un nudo en el estómago, que nada ni nadie podía quitarle aquella nauseabunda sensación. Quizás había dos razonables soluciones... Una posible reconciliación con Harry o la respuesta de su carta a Harvard. Como sea, quería vomitar. Sacudió la cabeza y continuó arrastrando su dedo en el puntero del portátil, hizo clic en la entrada de su correo, la página comenzó a refrescarse recibiendo los correos pendientes, algunas de Facebook, Tumblr, y promociones de descuento en algunas tiendas de ropa. Siguió bajando y sus ojos azules se abrieron expectantes al leer el remitente del correo que tanto esperaba.
HARVARD
"Estimada Alice Alessandra Grey:
Su solicitud de admisión ha sido procesada con éxito, tenemos el honor de comunicarle por este medio lo siguiente.
La Facultad de Historia ha decidido otorgarle una beca del 50% por sus altas notas académicas al egresar de la preparatoria, por ende, le programaremos una entrevista en nuestras instalaciones ajustándonos de acuerdo a su itinerario personal, cuyos costos de viaje y estadía estarán cubiertos por nosotros, por lo tanto, requerimos de una confirmación pronta en los siguientes tres días.
Saludos,
Departamento de Programas Estudiantiles de Harvard."
Alice ahogó un chillido de emoción. ¡La aceptaron!, no sabía a quién contarle primero, si a Gabe, o Harry, pero luego recordó que ambos estaban ocupados con sus vidas, Gabe sufriendo crisis emocional y Harry mintiéndole en todo. Leyó la fecha, ayer recibió el correo, por lo tanto, le quedaban dos días para responder. Ahora solo faltaba convencer a su padre que la dejará ir, aunque sea a la entrevista. "No, Alice, no estudiarás una carrera mediocre para morirte de hambre" Recordaba ella, ¿por qué su padre pensaba de esa manera? Soltó un largo suspiro y hundió su rostro en las manos.
— ¡Alice! —escuchó a su madre llamarla desde el pasillo.
Ella reaccionó y miró el portátil aun con el correo abierto. Lo cerró de golpe, luego se tiró a la cama fingiendo estar en el teléfono, entonces su madre entro a la habitación.
—Oh, ahí estas —sonrío su madre desde la puerta ingresando todo su cuerpo. Alice también sonrío.
— ¿Qué pasó? —preguntó Alice mirando la pantalla de su celular fingiendo estar distraída.
—Cariño, tu tía acaba de enviarme unas fotos... – respondió – así que necesito usar tu computadora – Alice se levantó automáticamente, pero era demasiado tarde, su madre estaba sentada en el escritorio alzando la pantalla, esta se iluminó con el correo abierto. El escudo de Harvard en grande.
—Mamá, no... — quiso detenerla.
— ¿Qué es esto? –preguntó su madre leyendo el contenido del texto, frunció el ceño.
—No es lo que crees –intentó explicarse Alice.
— ¿Harvard te aceptó? –preguntó mirando a su hija, ella asintió con cabeza —¿Tu padre sabe? –Alice negó con la cabeza, su madre hizo un gesto de desaprobación –Hija, ya hemos hablado de esto, vas a estudiar negocios e irás a OXFORD, donde nos conocimos tu padre y yo –sentenció ella levantándose del asiento y caminando a la puerta.
— ¡Mamá, no quiero estudiar negocios! –protestó Alice– No me pueden obligar– su madre se regresó a ella.
—Eso hubieras pensado antes de romper tu relación con Dylan Brasi –le reclamó.
— ¡Mamá, me fue infiel! – Alice alzó la voz indignada.
—No me contestes –advirtió su madre.
—No me hagan esto –habló Alice casi en suplica.
—Ya está decidido –sentencio nuevamente
—Pero...
—Basta —la interrumpió – Ahora arréglate para la cena, tu padre y Allison no tardan en llegar – ordenó antes de cerrar la puerta y dejar a una Alice frustrada.
Toda felicidad se había esfumado gracia a esa discusión con su madre, fue remplazado por la frustración y el enojo. Alice ha hecho todo por ser la hija perfecta de sus padres, siempre obedeciendo y haciendo lo que ellos quieran con su vida, pero esta ocasión, ella no lo iba a permitir.
Años atrás
Alice, a veces recordaba amargamente la secundaria, en primer lugar, porque la escuela a la que asistía era solo de niñas, y en ese entonces los chicos no rondaban en su cabeza como en el de sus demás compañeras. Recuerda escuchar hablar a Gabrielle y Evelyn, cuando en las noches escapaban de casa para aventurarse en los barrios más peligrosos y prendidos de Londres, donde conocían chicos y pasaban de incógnitas en los clubes nocturnos, en ocasiones las acompañaban Marie o Madison. A la edad de los dieciséis años ellas ya habían experimentado parte del libertinaje, mientras que Alice nunca se animó, solo se preocupaba por ser la hija perfecta.
—Entonces me besó, y mi cara era de: "Amigo, estás borracho" –hablaba Evelyn simulando una cara de asco al haber recordado ese momento.
—Él y también tú, tuvimos que irnos temprano porque si no acabarías cayéndote y llorando –intervino Gabrielle con humor, todas en la mesa se rieron, excepto Evelyn.
—Bueno, quizás un poco –admitió Evelyn –Pero no tanto como la vez que Madison estaba bailando sobre la mesa.
—¡Oye! —protestó Madison riendo.
—Es cierto, casi nos sacan de ahí– recordó Marie sin parar de reírse.
Alice solo sonrío al darse cuenta que era la que sobraba en la plática, no tenía nada nuevo para contarle a sus mejores amigas, sus fines de semana eran quedarse en casa y cuidar a Hayley.
—¡Tenemos que salir este fin de semana! –Evelyn alzo la voz entusiasmada. Todas las demás asintieron, pero Alice se quedó callada.
—Alice ¿Por qué no vienes? Es tu cumpleaños –le preguntó Gabrielle.
—No creo que mis padres estén de acuerdo –respondió apenada, todas soltaron un suspiro de frustración.
—Amiga cumples dieciséis años y nunca has ido a un club nocturno– habló Evelyn.
—No tengo identificación –se excusó Alice, todas comenzaron a reírse de su inocencia.
—No lo necesitas —dijo Gabrielle cesando la risa por su amiga.
—Exacto, maquillaje, un atrevido escote, un vestido más corto que esta falda y ya le hiciste. Gabe y yo lo hacemos todo el tiempo –explico Evelyn refiriéndose al uniforme de la escuela, Alice trago saliva asustada.
—Tonta, no la espantes –Marie regaño a la rubia en broma a juzgar por la cara de Alice.
—¿Te animas? –le preguntó Gabrielle posando su mano en el hombro de la chica de ojos azules. Ella lo pensó más de dos veces.
—Estaría bien– respondió insegura, sus amigas chillaron como modo de celebración —Pero ¿Qué le diré a mis padres?
—De eso nos encargamos nosotras – sentenció Evelyn.
Alice se encogió de hombros preparándose mentalmente para la locura que iba a hacer.
Hoy
Terminó de aplicarse una ligera base de rímel en las pestañas, metió el cepillo en el pequeño bote y lo dejo en la bolsa con el resto de sus cosméticos, se miró al espejo suspirando. Su hermana llegaba de Estados Unidos, ella si había tenido la suerte de irse lejos. Su regreso podía ser una oportunidad para que sus padres reflexionaran y la dejasen ir.
Regresó al escritorio y se sentó alzando la pantalla de su portátil con el correo aun abierto. Lo pensó varias veces, mientras se arreglaba, mientras se maquillaba, mientras está sentada frente al computador. Entonces arrastró el puntero a "Responder", comenzó escribiendo una respuesta en el que expresaba que estaba agradecida por la oportunidad y cuando estaba disponible para la entrevista. Reprimió en su cabeza las posibles consecuencias de sus actos y entonces hizo clic en "Enviar".
Ya estaba hecho, no hay vuelta atrás.
Años atrás
—No hay vuelta atrás... –le advirtió su amiga la rubia, Evelyn – Una vez que entramos, no salimos a las 12 de la noche, esto no es cenicienta – Alice asintió.
—No seas tan dura, Evy, es un club nocturno, no la guerra – intervino Gabrielle separando a Alice de Evelyn.
Ambas se alejaron y caminaron fuera de la rosa habitación de la rubia. Alice estaba visiblemente nerviosa, sus amigas le habían montado una obra de teatro a sus padres para que la dejaran pasar el día de su cumpleaños fuera de casa en una inocente pijamada en casa de Evelyn. Impresionantemente sus padres les creyeron.
—Alice, si no te sientes cómoda haciendo esto, solo dilo, es tu cumpleaños. Tú decides – habló Gabrielle.
—Sí quiero – se apresuró en responder Alice.
—Bueno, cualquier cosa, si te quieres ir temprano, también solo dilo. Es tu cumpleaños, tú decides – repitió Gabrielle esbozando una sonrisa.
—Gracias, Gabe – la abrazó.
—Un consejo, no lo pienses mucho, solo diviértete – sugirió cuando se separaron. Ambas rieron y regresaron a la habitación rosada para esperar a las demás.
Hoy
—Allison, al fin regresaste – Alice saludó a su hermana mayor con un fuerte abrazo – Te extrañé.
—Yo también a ti – respondió Allison, ella y Alice no se parecían demasiado. Allison era más alta, heredo los ojos castaños y el cabello color oscuro de su padre –Has crecido, Alice, te ves más delgada y hermosa, como yo – le dijo Allison haciéndola reír.
— ¡Allison! —chilló Hayley corriendo hacia ella.
—Pero miren quién está aquí –Allison la recibió cargándola y dándole vueltas – ¡Tú sí que creciste! —expresó al bajar a la pequeña.
—Te fuiste cuatro años —habló Alice intentando no sonar como reproche — Te vas a quedar, ¿verdad? – preguntó esperanzada. Allison no respondió, en ese momento llegó su madre a interrumpirlas.
— ¡A comer! – avisó, las hermanas se miraron y caminaron juntas hasta el comedor.
Años atrás
Entrar al Ministry Of Sound fue demasiado sencillo para ellas, sobretodo porque Evelyn conocía al hijo del dueño, con el cual salía en ese tiempo, por lo tanto, podían entrar las veces que quieran sin tener que esperar en la larga fila.
Alice quedó expectante al entrar a un mundo de luces y colores, la música del momento sonaba fuertemente a través de los altavoces, una ola de adrenalina se soltó por todo su cuerpo.
—Lo siento – se disculpó Alice con un chico que había tropezado con ella. Este volteo dispuesto a reclamar, pero al ver que se trataba de una chica sus gestos se suavizaron en una sonrisa divertida. No hablaba, solo la miraba tambaleándose suavemente en su lugar. Alice se dio cuenta de lo borracho que estaba.
— ¡Harry camina! – le ordenó el chico que estaba detrás de él, empujándolo para que avanzara. Un Harry más joven, se giró a su amigo.
—Sé moverme solo, Liam – reprochó olvidando a la muchacha y siguiendo su camino.
— ¡Alice, no te alejes! – dijo Gabrielle tirando de su brazo para no perderla de vista.
Estaban caminando entre el bullicio hacia su mesa reservada, pero era casi imposible abrirse paso entre los cuerpos intoxicados. Llegaron con las demás que ya estaban sentadas y una botella de alcohol en el centro rodeado por cinco vasos pequeños.
—¡Comencemos! – gritó Evelyn sobre la música, tomó la botella y empezó a servir en los pequeños vasos.
Hoy
Alice observó a su madre servirle un poco de vino en la copa a Allison, su hermana agradeció, cuando su madre terminó regresó a sentarse a un lado de su padre.
—Gracias, mamá, pero todo esto no era necesario – dijo Allison refiriéndose a la extravagante cena.
— ¿De qué hablas, hija? Tu regreso es importante para nosotros, cuatro años lejos es demasiado. Esta cena es lo menos que podemos hacer por ti – respondió su padre desde la cabecera de la mesa – Sobre todo para felicitarte por tu título – dijo alzando la copa de vino y bebiendo de ella.
—Creo que me desacostumbre a la elegancia de este lugar – comentó Allison alzando los hombros.
— ¿Cómo es América? – preguntó Hayley sentada a un lado de su madre.
—Es agitante a comparación de Londres, Nueva York es muy interesante y grande, pero la gente tiene un ligero problema con el acento británico – comentó Allison envolviendo el tenedor con la pasta – La primera semana querían que dijera ciertas palabras como "agua" –sus padres y Alice rieron con la graciosa anécdota.
—Debe ser genial – habló Alice probando un poco de la pasta.
—Alice, ¿Tú que estudiarás? – le preguntó Allison. Alice terminó de tragar preparada para contestar.
—Ella estudiará negocios en Oxford, como lo habíamos acordado, ¿cierto, Alice? – respondió su padre limpiándose los restos de su comida con una servilleta. Alice no respondió, bajo la mirada a su platillo.
— En serio ¿Por qué no me lo dice ella? – cuestionó Allison seria – Alice – se dirigió a su hermana. Ella seguía callada, debajo la mesa su pierna temblaba nerviosa, reunió valor y alzó la mirada.
—Yo...
Entonces el timbre hizo eco por toda la casa interrumpiendo el tenso ambiente.
—¿Esperan a alguien más? – preguntó Allison confundida. Alice reaccionó y se levantó de inmediato.
—Yo voy – dijo saliendo disparada a la entrada. Sus padres la miraron desconcertados.
Alice abrió la puerta y se sorprendió encontrarse un gran ramo de rosas tapando el rostro de su emisor. Aquel gesto le robó el aliento, Harry hizo a un lado las rosas para mostrar un rostro con golpes menos visibles, y arrepentido.
— ¿Qué haces aquí? –reaccionó Alice.
—Vine a la cena –respondió un Harry compungido. –... a verte y solucionar las cosas – Alice reprimió una sonrisa y aun así no pudo negarse.
— Llegas tarde – contestó, Harry sonrió y abrazó a su chica.
Años atrás
Alice se había quedado sola en la mesa mientras las demás se habían perdido bailando entre el bullicio, consiguiendo algún ligue para pasar la noche o simplemente socializando y divirtiéndose. Alice no terminaba de consumir el vaso preparado que le habían traído, quizás ella misma tenía la sensación de no estar ahí.
— ¿Por qué tan sola? – escuchó a alguien sentarse a un lado de ella, por su acento, supuso que esa persona no era de ahí.
Alice trago saliva y dudo un momento en girar para ver de quién se trataba su nuevo acompañante, entonces volteo y se encontró a un chico rubio, tenía ojos claros, pero por la distorsión de colores en el lugar no adivinó el color, él le sonreía de manera amigable.
—Parece que mis amigas desaparecieron – contestó conteniendo los nervios. En su vida había entablado una conversación con un chico.
—Eso veo —dijo el chico – Por cierto... me llamo Dyllono Brasi – se presentó.
— ¿Dyllono? – repitió Alice, nunca había escuchado ese nombre – No eres de aquí ¿cierto? – supuso ella, el chico rio y negó con la cabeza.
—Soy de Italia, pero puedes llamarme Dylan – respondió él.
—Soy Alice – se presentó ella sonriendo encantada con el chico.
Hoy
—Disculpa que no este puesto tu plato, no contábamos con una visita más – hablaba la madre de Alice con Harry mientras acomodaba un plato frente de él – Es un gusto conocerte, por cierto – dijo antes de regresarse a sentar.
—El gusto también es mío – respondió Harry.
—Alice nos había dicho que no vendrías ¿Por qué? – comentó el señor Grey observando al muchacho.
—Papá – protestó Alice.
—Ah, estaba entrenando soccer, y creí que no llegaría – mintió Harry – Pero mejor tarde que nunca. – dijo con humor. El señor Grey rio cortésmente.
—¿A qué te dedicas? – preguntó. Harry dudo un poco en responder, no sabía cómo impresionar a su suegro.
—Por el momento solo estudio, y me dedico a entrenar soccer, pienso estudiar negocios en la universidad, de hecho, mi mamá tiene un restaurante, quizás pueda ayudarle un poco – respondió mostrándose completamente natural y decidido. El padre de Alice asintió con aprobación.
—Harry ¿Tienes hambre? Hay pasta y filete – lo interrumpió Alice.
—Un poco de pasta está bien, por favor – respondió Harry alzando los hombros.
—Veo que tienes metas claras, muchacho, me alegra que mi hija haya encontrado a un buen chico – comentó el señor haciendo sonreír a Harry.
—Espero Alice piense de la misma manera y estudié una buena carrera como negocios – habló su madre — ¿Sabía que le llegó un correo de Harvard donde la admitían en la facultad de Historia? – se dirigió al señor Grey, la pasta que Alice sostenía en la cuchara casi cae sobre los pantalones de Harry, dejó la cuchara y la olla en el centro de la mesa y miró a su madre.
—Mamá, pero qué... —reclamó.
—¿¡Harvard!? Increíble – expresó Allison – Debes aceptar – le ordenó señalándola con el tenedor. Harry miró a Alice confundido, ¿Por qué no sabía nada?
—No me admitieron, me ofrecieron una entrevista – rectificó Alice.
—La rechazaste, ¿cierto? – preguntó el señor Grey severamente.
— ¿Rechazarla? ¿Bromeas? Es la universidad más prestigiosa del mundo — intervino Allison.
—No lo creo, ira a Oxford – sentenció el señor Grey.
—¿En serio? No crees qué es decisión de ella a dónde ir – la defendió Allison.
—Historia es una carrera mediocre, mi hija no estudiara eso – argumento el señor Grey, Allison suspiró indignada.
—No la puedes controlar, es su vida.
—Soy su padre.
Allison se quedó corta al observar a su hermana levantarse de la mesa y salir de allí.
—Alice, ¿Dónde vas? – le preguntó, pero ella no se molestó en responder.
Harry observó incomodo la situación, se disculpó con los padres y la hermana de Alice antes de ir tras ella. La había visto subir las escaleras a su habitación, él siguió el paso y caminó por el pasillo hasta llegar a la puerta, suspiro un momento antes de tocar.
—No ahora, Allison – escuchó la voz rota de la chica en el otro lado.
—Soy Harry – habló él.
Alice se levantó de la cama y fue a abrirle. Harry sintió una punzada en el pecho al verla con los ojos cristalizado y la nariz rojiza.
—Lamento que hayas presenciado esa discusión – se disculpó Alice – Puede irte si quieres, no te obligaré a quedarte – Alice se quedó corta cuando Harry se metió a la habitación y la abrazo fuertemente.
—No te dejare sola —le dijo, tomó su mano y la dirigió a la cama – Cuéntame, Alice, no sabía que querías Harvard – le pidió sentándose él frente a ella.
—Nadie sabe, Harry, mis padres insisten que vaya a Oxford, aun así, envíe mi solicitud a Harvard y la aceptaron –explicó Alice un poco calmada.
—Eso es genial, mi amor –comentó Harry limpiando sus lágrimas. Alice tragó saliva, preparada a lo que iba a decir.
—Pero tuve que rechazarla, por la misma razón –mintió, Alice sollozó y tapo su rostro dejando las lágrimas salir.
Harry no sabía que decir, no tenía idea que la situación con sus padres era difícil, se dio cuenta de las diferentes situaciones que vivían, él lidiaba con la envidia y odio interno hacia su hermano gemelo, y Alice tener la libertad de decidir sobre su vida. La abrazó esperando transmitirle su apoyo, por otro lado, Alice se sintió culpable de haber mentido de esa manera, pero al mismo tiempo, no quería involucrar a Harry en lo que estaba por hacer.
***
FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO A USTEDES MIS BELLOS LECTORES, ESPERO TENER SU APOYO EN ESTE 2017, Y QUE ESTA HISTORIA CREZCA MUCHO MÁS GRACIAS A USTEDES.
Se supone que debí publicarlo ayer, pero no estaba terminado, quise enfocarme más en la vida de Alice, en su pasado y parte del presente, que entiendan parte de su personalidad, espero que les haya gustado.
No olviden votar y comentar qué les pareció este capítulo del personaje más cotizada de la historia, Alice Grey
Un beso muy grande, M
¡FELIZ 2017!
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