40. Caos
Harry observaba a Alice a través de la ventana en el exterior. Ella lucía tranquila mientras platicaba con una pequeña niña rubia, la charla parecía animada puesto que ella no dejaba de sonreír. Harry también hizo lo mismo, le encantaba verla feliz, sin preocupaciones, más que los niños que ella cuidaba. No merecía que nadie le hiciese daño. Giró sobre sus talones sin mirar atrás en dirección a su auto. Harry no la merecía, era demasiado para él.
Alice le deseó buenas noches a Marissa, la pequeña sonrío y corrió detrás de los niños que subían a los dormitorios. La sonrisa de Alice desapareció, se asomó a la ventana, y se decepcionó al encontrar la calle vacía. Sus hombros cayeron afligidos. Ella igual tenía el derecho al cansarse de esperar.
*
Katelyn llegó a la casa de los Styles, se acercó temerosa a la puerta. Estaba lista para hablar, soltó un largo suspiro y tocó un par de veces. Segundos más tarde, un chico de cabello rizado y con gafas salió. Se trataba del mismo Marcel, se sorprendió al encontrarse a Katelyn en la entrada de su casa a esa hora de la noche.
—Katelyn, qué sorpresa —expresó Marcel acomodando sus gafas en el tabique de su nariz. Realmente estaba sorprendido. Katelyn notó que sus manos estaban manchadas con pintura.
—Marcel, tenemos que hablar—habló Katelyn bajando la mirada. El corazón de Marcel comenzó a acelerarse.
—Claro, pasa —Marcel asintió, se hizo a un lado de la puerta para que Katelyn pasara.
Ella cruzó el umbral de la puerta, echo un vistazo a la sala y se percató de los lienzos apilados en el pie de la escalera, un caballete con un lienzo a medio pintar frente al televisor y algunos pinceles y oleos esparcidos en la mesa de café. Era extraño que Marcel se atreviera a pintar fuera de su habitación.
—Disculpa el desastre —dijo Marcel apenado limpiando sus manos en un pañuelo húmedo.
—No te preocupes —se apresuró a decir Katelyn.
—Siéntate —le pidió apartando otros lienzos en blanco del sofá —¿Quieres agua, café, algo? —ofreció Marcel, él estaba nervioso al igual que Katelyn.
—No, esto será breve —contestó Katelyn sentándose en el sofá, Marcel imitó su acto.
— ¿Qué sucede?
—Marcel, ¿Me quieres? —cuestionó Katelyn.
—Sí, Katelyn, te quiero, mucho sería poco —respondió él de inmediato. Katelyn bajo la mirada.
—¿Me quieres lo suficiente para perdonarme? —volvió a preguntar con un nudo en la garganta.
—¡Sí!
Las palabras no podían salir tan fácilmente de la boca de Katelyn, ella se llevó una mano en la boca conteniendo los sollozos mientras las lágrimas no tardaron en desbordar sus ojos. Marcel reaccionó en envolverla en un abrazo, al instante Katelyn se separó, estaba cansada de dar tanta lástima.
—Kate... —murmuró Marcel por su acción.
—Te mentí, Marcel —habló finalmente ella.
— ¿De qué hablas?
—Te fui infiel —Marcel se quedó estático —Te fui infiel con Harry —volvió a decir Katelyn.
— ¿Qué? —articuló Marcel.
—Lo que escuchaste y lo peor es —tragó saliva antes de decir —... quedé embarazada de él.
Marcel se levantó de inmediato, se llevó las manos a la cabeza sin creer lo que estaba escuchando. No creía lo bastante grave que era la situación, y que Harry estuviese involucrado... como siempre.
—¿Cómo fue? —se atrevió a preguntar Marcel dándole la espalda. Kate se quedó sin aliento —¡Contesta! —le ordenó él mirándola, ella se sobresaltó y se resignó a contestar.
—En Año Nuevo, él entro al cuarto que había rentado para los dos haciéndose pasar por ti. Luego empezó a tocarme, besarme y yo... no me resistí—Katelyn empezó a sollozar, pero eso no le impidió dejar de hablar —Cuando terminamos, me confesó que era Harry, lo había hecho por celos, porque no podía permitir que tú seas feliz, y yo no podía vivir con la culpa.
—Fue suficiente la culpa cuando una semana después me enteré que estaba embarazada —Katelyn soltó el llanto al llegar a esa parte de la historia
— ¿Por qué no me dijiste nada? —cuestionó Marcel, más como un reclamo.
—Tenía vergüenza, tener un hijo de tu hermano gemelo te iba a destrozar por completo, por eso me fui de la ciudad, quería iniciar una vida lejos de todo, pero, hubo una complicación y tuve un aborto espontáneo. —Marcel abrió los ojos impactado al escuchar lo último.
Marcel se llevó la mano a la barbilla, negando con la cabeza, mientras procesaba las palabras de Katelyn, no evitando soltar lágrimas de impotencia. Harry le había hecho daño a Katelyn y ella tuvo el valor de ocultárselo. Él siempre era el culpable de todas las desgracias en su vida, y este no tenía la suerte de ser la excepción. Arrastró los materiales fuera de la mesa de café, causando un estruendo que sobresalto a Katelyn, ella se levantó asustada advirtiendo aquel violento acto, nunca lo había visto de esa manera. Marcel estaba perdiendo la cordura.
Harry abrió la puerta llegando en un momento inoportuno. Observó a un Marcel frustrado y a Katelyn Robinson sollozando. Algo en su interior supuso lo que estaba pasando. Exactamente lo que le faltaba.
—Tú —refunfuñó Marcel yendo hacia él, lo empujó fuera de la entrada.
Harry cayó sobre sus codos, aturdido sobre lo que Marcel hizo Se levantó de inmediato retrocediendo, miró a los ojos a su hermano gemelo, estaban chispeantes de furia, y por primera vez en su vida sintió miedo de él.
—Ey, tranquilízate —pidió Harry.
—Marcel, no lo hagas —intervino Katelyn.
Marcel, segado por el enojo, hizo caso omiso y se abalanzó sobre él, ambos cayeron al suelo. Marcel comenzó a golpearlo en la cara. Cada golpe significaba algo... Por todas las veces que lo humilló, todas las veces que lo rechazó, por cada pelea, simplemente por existir, por Verónica, por Katelyn. Años de rencor por fin saliendo a flote. Harry trataba de esquivarlos al mismo tiempo que intentaba quitárselo de encima, sintió la sangre brotar de la nariz.
—¿Por qué siempre me hiciste sentir menos? —lamentó Marcel, lanzó otro golpe, a Harry empezó a nublársele la vista.
— ¡Marcel, basta! —gritó Katelyn, no sabía qué hacer para detenerlo. Estaba asustada, Marcel había perdido el control, quizás temía por la vida de Harry — ¡Por favor, detente! ¡Lo vas a matar! —suplico ella tomándolo por la espalda, su toque hizo que Marcel reaccionara.
Marcel quedó estático al percatarse de lo que estaba haciendo, quedó horrorizado con el aspecto de Harry que él mismo había provocado.
— ¿Te sientes mejor, rata? — preguntó Harry, escupió la sangre a un costado, y aprovechó la situación para tirar a Marcel, se puso encima de él y le devolvió un golpe.
— ¡Harry! —chilló Katelyn.
Harry se levantó limpiando la sangre que brotaba del labio inferior, dio un paso y comenzó a tambalearse, estaba aturdido en consecuencia de los golpes. Katelyn se acercó a Marcel, él seguía asustado por lo que acababa de hacer.
—Déjame, Katelyn —le pidió Marcel, se puso de pie —Suficiente me has hecho.
Katelyn se quedó callada, sus palabras fueron un golpe al pecho.
—No te molestes en irte —habló caminando hacia el porche, Katelyn lo siguió
— ¿A dónde vas? —preguntó ella, Marcel no se molestó en responderle, tomó las llaves del auto que estaban colgados en el llavero de madera —Marcel —insistió ella, tomó su brazo para detenerlo, él la miró —Espero que algún día puedas perdonarme —dijo.
Marcel no dijo nada, se subió al auto, arrancó en reversa y aceleró a la carretera perdiéndose en la oscuridad de la noche.
Katelyn regresó a la entrada de la casa, Harry estaba recostado en el sofá aún con la hemorragia nasal. Corrió en su ayuda. Lo levantó a la fuerza sentándolo en el sofá.
—No me toques, Robinson —se quejó Harry, pero estaba demasiado aturdido para detenerla.
—Lo menos que puedes hacer por mí es dejarme ayudarte. Te ves terrible —dijo Katelyn.
Inclinó la cabeza de Harry adelante, y tomó el pañuelo –que Marcel había usado anteriormente– para evitar que la sangre cayera al piso, cuando terminó comprimió la nariz de Harry para bloquear las fosas nasales. Tuvo suerte que no se tratará de una fractura.
—Sostén tu nariz de esta manera –le indicó Katelyn. Harry le hizo caso. — ¿Tienes oximetazolina?
—No tengo idea de lo que es –respondió Harry brusco.
—¿Hielo? —Harry señaló el pasillo que daba a la cocina.
Katelyn corrió ahí, y buscó en el congelador los hielos para Harry, cerró la puerta después de sacar el contenedor, y se quedó mirando una foto de los gemelos cuando eran pequeños. Eran iguales, de eso no cabía duda, al juzgar por la cara molesta de uno, adivinó que se trataba de Harry, al parecer los habían obligado a tomarles aquella fotografía. A pesar de eso, se veían tiernos, aunque las imágenes recientes de la pelea de los gemelos no se le quitaba de la mente. Sacudió la cabeza y regresó con Harry.
—¿Qué haces? Debes refrescar la nariz —preguntó al verlo en el suelo levantando el desastre que había hecho Marcel con sus materiales de arte.
—Ya dejo de sangrar —habló sin darle importancia –Hay que recoger este desastre antes que mi madre vuelva. Suficiente la he hecho enojar toda la vida.
—Harry, Marcel se fue —le avisó Katelyn.
—¿Crees que yo sé dónde está? – ironizó él levantando los lienzos del piso y apilándolos con los demás en la escalera. —Vamos, ayúdame, por favor —pidió Harry.
Katelyn revoleó los ojos, dejó en contenedor en la mesa de café y retiró caballete con el lienzo, siguió a Harry por las escaleras.
*
Marcel apagó el coche y salió rápidamente. Se dirigió a la entrada de la casa y tocó varias veces, de la puerta salió una chica desconcertada por la inesperada visita.
— ¿Marcel? –expresó Vee confundida.
— ¿Puedo pasar? No tengo a dónde ir –dijo Marcel con un nudo en la garganta. Vee asintió con la cabeza y se hizo a un lado para dejarlo pasar.
Marcel entró y fue a sentarse directamente en el sofá encogiéndose de hombros. Vee cerró la puerta, se acercó a Marcel tomando asiento frente a él y notó una izquierda que intentaba esconder bajando la mirada, tomó de su mentón para poder mirarlo mejor, ahogó un suspiro cuando vio hinchada su mejilla izquierda.
— ¿Qué te pasó? –preguntó preocupada. Vee observó sus nudillos, manchados de sangre seca y con algunos rasguños –Marcel háblame –le pidió, Marcel negó con la cabeza. No podía hablar.
Vee comprendió su situación y lo abrazó, Marcel rompió en llanto en sus brazos aferrándose aún más fuerte a ella. —Tranquilo, estoy aquí –susurró ella acariciando los rizos de Marcel. Esperó un rato para que se calmara.
—¿Mejor? –preguntó ella, Marcel asintió con la cabeza, se quitó las gafas para secarse las lágrimas – Esperaré a que estes listo para hablar, mientras iré por un pañuelo para limpiarte los nudillos y curarte el moretón – dijo, nuevamente Marcel asintió con la cabeza de nuevo.
Vee se apoyó sobre sus rodillas para levantarse, se dirigió al pasillo de la cocina, luego desvío su camino a su habitación, recogió los papeles desordenados en su pequeño escritorio, todos sobre la vida de Katelyn, los amontonó todos en un cajón de la mesita de noche. Se aseguró que no quedase nada. Si Marcel lo descubría iba ser un problema.
Regresaba de nuevo a la cocina cuando Marcel la sorprendió por detrás apoyando la espalda de la chica contra la pared. La besó desesperadamente en los labios y sus manos recorrían la piel desnuda de sus muslos alzando más la tela del corto camisón. Vee jadeó ante el caliente toque del muchacho, envolvió sus piernas alrededor de su cuerpo y sin detener el beso se dirigieron al cuarto.
*
—¡Agh! – se quejó Harry.
—Quédate quieto y será más rápido –le ordenó Katelyn.
Después de limpiar todo el desastre, Katelyn terminó por limpiarle las contusiones de la cara a Harry, y retirar la sangre seca, estaba segura que al día siguiente aparecían feos moretones.
—Listo –sentenció Katelyn remojando el pañuelo en un traste con agua.
—Gracias –agradeció Harry de mala gana –No tenías por qué hacerlo, se supone que me odias.
Katelyn no le respondió y se dirigió a la cocina, tiró el agua en el fregadero y se deshizo del pañuelo ensangrentado. No tenía idea en por qué lo había ayudado en primer lugar. Regresó con él, Harry se miraba en un pequeño espejo, pensando en una excusa para explicar sus moretones.
—¿Cómo voy a explicar esto? – expresó dramático.
—No aguantas nada –habló Katelyn poniendo los ojos en blanco pasándole una bolsa con hielo.
—Puedes irte si quieres, ahí está la puerta– respondió Harry grosero poniéndose la bolsa en la mitad de la cara– Lo siento –se disculpó después. Katelyn no se sorprendió, en tan poco tiempo ya conocía los repentinos cambios de humor de Harry. Se dejó caer en el sofá a un lado.
— ¿Sabes? Cuando Alice me habló sobre ti, no creía que fueras tú– comentó Katelyn ladeando la cabeza –No eres tan malo, al menos con ella– Harry soltó un largo suspiro, se quitó la bolsa de la cara la no aguantar el frío.
—Es mi primera novia oficial —respondió antes de volverse a poner la bolsa – Significa mucho para mí – Kate alzó las cejas sorprendida al ver ese lado de Harry– Espero no perderla después de contarle todo.
— Supongo que eso también me involucra a mí– comentó Katelyn encogiéndose de hombros –¿Sabe qué tienes un hermano?
— Sí, pero le dije que vive en Alemania – Katelyn hizo un gesto de desaprobación, luego suspiró, no le sorprendía.
—Dile la verdad, aunque eso signifiqué perderla –sugirió Katelyn.
— ¿Crees que pueda perdonarme? –preguntó Harry preocupado.
— Ella te quiere, sí lo hace, piénsalo, te quitarías un peso de encima, volverías a la normalidad. Listo –respondió Katelyn, se quedó pensativa un momento. ¿Dónde había escuchado eso antes? –Sería como comenzar de nuevo.
— ¿Tú crees? – Katelyn asintió con la cabeza.
Harry le dio la razón, aunque era muy extraño que ambos hablasen tranquilos después de todo. Se quedaron un largo rato callados.
—Mejor me voy – dijo Katelyn poniéndose de pie.
—Katelyn, te debo una disculpa muy grande —habló de repente Harry– Por todo, quizás si me hubiese hecho cargo de la paternidad.
Katelyn no sabía que responder, nunca se imaginó que Harry se disculpará de esa manera, pero por alguna razón, hablar con Marcel con la verdad le había quitado un peso de encima, entre ellos el rencor que le tenía a Harry.
—Eso ya no importa ahora. Las cosas pasan por algo. –dijo ella – Adiós Harry – se despidió antes de salir por la puerta.
—Adiós, Katelyn –susurró Harry masajeando su cara con la bolsa de hielo.
***
Capítulo 40 ¡listo!
Esta vez no me demoré tanto en escribirlo, espero que les haya gustado, les debía que la verdad saliera a la luz.
Ahora solo falta como reaccionará Alice al enterarse. ¿Qué piensan ustedes?
No olviden votar y dejarme un lindo comentario, ¿Qué les pareció el capítulo?
BTW, ¿ya vieron el trailer de Dunkirk?
Un beso, M
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top