Llevaba dos semanas de clases, y Marcel ya no podía con su vida. Desde que Katelyn se marchó no había peor caos que el llegar a su casa, ver como las tareas se acumulaban en su escritorio, pelearse con Harry cada vez que se encontraban y evadir a su madre.

Marcel no era así, pero cuando alguien te rompe el corazón, te pierdes como persona, dejas de creer, de confiar en ti mismo, y eso era por lo que estaba pasando.

—Marcel Styles. –lo llamó el profesor Loockwood al escritorio cuando la clase había dado su fin.

—¿Qué sucede, profesor? –preguntó con su irremediable tono seco de voz, el profesor suspiró.

—La pregunta es... ¿Qué sucede contigo, muchacho? No has entregado los ensayos que he dejado de tarea. –le recordó quitándose los anteojos. –Es solo la segunda semana, muy mal para comenzar el semestre. Que yo recuerde, ¿No eras tú el que entregaba las tareas días antes de que las marcará? –Marcel exhaló y emitió una sonrisa nerviosa

—El lunes. –prometió él, no obstante, sabiendo que no lo iba a hacer.

—Eso espero.

Marcel se fue de ahí, su siguiente clase iba a comenzar en breve y él estaba en una disputa mental entre entrar o no a esa clase.

*

Harry terminó de contestar el corto cuestionario que el profesor Graham les había dejado como trabajo de clase. Se levantó de su asiento con el fin de dejar la tarea sobre el escritorio en modo triunfante, pero alguien le había ganado el puesto.

—Damas primero. –canturreó Alice pasando por su lado depositando el cuaderno en el escritorio.

Harry arqueó una ceja a esa actitud competitiva. Cuando Alice se regresó para volver a su asiento, le guiñó un ojo, desconcertándolo aún más.

La clase terminó luego de otros diez largos minutos, salió de la clase junto a Louis que seguía contándole acerca de la solicitud que había enviado en la Universidad de Oxford para estudiar derecho.

—¿Creí que querías algo relacionado al deporte?—mencionó Harry, en medio de su discurso.

—Sí, yo también, pero mi padre quiere que ocupe su lugar en el consejo del Gran Londres. –le explicó haciendo un ademán de asombro. —¿Te imaginas? Qué me den un título de Lord... El gran Lord Louis Tomlinson. –alardeó con humor.

—Ya quiero ver eso. –bromeó Harry proporcionándole un leve golpe en el hombro.

Harry se detuvo al ver a Alice sola en su casillero.

—Tengo que hacer algo. –le dijo a Louis, y se dio cuenta de las intenciones de su amigo.

—Pensé que ya no te gustaba, creí que Victoire había llenado ese vacío. –le recordó.

Harry lo ignoró y camino hacia la chica, era su oportunidad, más estando soltera, lo que tanto había esperado.

Hasta que dejó a ese imbécil, pensó al enterarse.

*

Alice cerró su casillero pero la siguiente imagen que vio no fue de su gusto.

Su exnovio Dylan Brasi besándose con Ashley, su peor enemiga de la secundaria, no solo de ella, si no de Gabrielle, su mejor amiga. Les había hecho tantas cosas a Alice, que era el colmo que se quedara con su novio, hasta parecía que lo hacían a propósito.

— Créeme, es un idiota—Harry la sobresaltó, cuando volteó se encontró con sus ojos verdes.

— Harry—susurro su nombre y bajo la mirada, visiblemente deprimida — ¿Se te ofrece algo?— le preguntó forzándose a sonreír.

—No era mi intención asustarte. –se disculpó.

—No te preocupes, me distraigo muy fácilmente. –se excusó ella.

— ¿Cómo estás? –Harry preguntó cambiando el tema.

—He estado bien. –vaciló un momento en responder.

Él la miró a los ojos, descubriendo la tristeza en ellos. Sus ojos eran azules, un azul tan profundo que al verlos te perdías en ellos, pensó Harry, le sostuvo la mirada a la chica y dijo:

—Tus ojos son hermosos. Azules. El azul es mi color favorito. — Alice ruborizó pero intentó guardarse la sonrisa nerviosa. Se separó de él.

— Eso fue lindo—admitió ella. — ¿Se lo dices a todas?—Harry rio por lo bajo.

— Eres la primera.

— Y no espero ser la última.

Entonces Alice se dio la vuelta con la intención de dejarlo. Si algo se habría propuesto, era no dejarse caer por un chico nuevamente. Sin embargo, Harry no se rendiría tan fácilmente. La alcanzó tomándola suavemente del brazo.

—Espera,.. –Alice se detuvo. —¿Te invito a comer? Hay unas malteadas muy ricas en Meat&Grill — ella sonrío nerviosa, y apartó la mano del muchacho.

—Se oye muy tentativo, pero tengo que cuidar a Hayley. –respondió haciendo una mueca.
—Hay zona de juegos para niños. –insistió Harry.

Alice negó con una sonrisa.

—Hoy no, Harry. –sentenció antes de irse y dejar al castaño solo.

Harry bufó, e inevitablemente se decepcionó de qué Alice lo haya rechazado indirectamente. Antes, no le hubiese importado, porque nunca antes alguien lo había hecho, pero siempre hay una primera vez para todo. Aunque como habíamos dicho en un principio, Harry no se rendiría fácilmente.

Dejó de pensar en aquello y caminó a su siguiente clase, no quería perderse Matemáticas.

*

Marcel había terminado de pintar otro lienzo, ni siquiera sabía lo que había pintado, se sintió frustrado, no era lo que quería. Tiró el bote de pintura sobre el lienzo mientras emitía un grito lleno de frustración.

Ahora parecía un rostro desfigurado con una gran mancha roja, no hay modo de repararlo.

No había forma de reparar el daño que Marcel tenía en el pecho.

Cayó sentado al suelo cubierto con papel periódico mientras abrazaba sus rodillas, estaba por ponerse a llorar cuando su madre entro a la habitación, que se había alarmado al oírlo gritar.

—¿Qué pasó, mi niño?—lo consoló, Marcel negó con la cabeza mientras miraba a la pintura.

La señora Styles se tapó la boca al ver el desastre que había hecho su hijo.

— Lo siento, mamá, lo limpiaré luego. –habló Marcel, antes de que su madre pudiera decir algo. –Todo está bien. –agregó para no preocuparla.

— No, Marcel, no lo está, siento que te estoy perdiendo. –se exaltó la señora Styles.

Marcel ignoró lo que había dicho y recogió del suelo los periódicos que habían sido afectados por el ataque de la pintura roja de un pintor frustrado. Su madre, desconcertada por aquella ignorada que le dio Marcel, se dirigió seriamente a él.

—No te vas a dejar caer por una chica que no supo valorarte. –habló severamente.

—Mamá, ahora no, por favor. –pidió Marcel pasivamente.

—Es la verdad, lo único que hizo fue darte lástima para que le des dinero. Entiéndelo, Marcel. Ella te uso. –espetó la señora Styles.

—¡Ya basta! —explotó Marcel en un grito. –No digas eso, porque no fue así...—respiró controlando el enojo.

—¿No fue así? Vendiste tus pinturas por ella, le diste dinero para que luego te deje. Explícame eso. –exigió su madre.

—Mamá, no quiero pelear contigo. –se rindió Marcel, no buscó una buena explicación.

A fin y al cabo, las especulaciones de su madre parecían tener lógica. Katelyn entró a su vida cuando su familia estaba pasando por una crisis económica, y Marcel se había dado la molestia de vender sus pinturas y darle el dinero, pero ¿Lo había hecho por una buena causa o por qué era Katelyn?

La señora Styles dejó escapar un suspiro, y decidió dejar a Marcel solo para que reflexionará.

Harry, que estaba afuera, había escuchado toda la conversación, su madre se sobresaltó al verlo.

—¿Qué pasó ahí? –preguntó fingiendo preocupación.

—Marcel, sigue mal por esa chica. Kathryn. –respondió su madre sobándose el tabique de la nariz.

—Katelyn. –corrigió Harry.

—Ella. –asintió.

—Qué mal por Marcel, parecía que al fin alguien apareció en su vida, y ahora sufre las consecuencias por dejarse llevar. –dijo con una notable lástima fingida en su voz.

La señora Styles lo observó por un momento.

—¿Por qué siento que tú tuviste algo que ver con esto? –sospechó, tomándolo por sorpresa.

—Mamá, de verdad crees que soy capaz de meterme con las novias de tu hijo. – Harry simuló indignación, como si lo hubiesen ofendido.

—Es tu hermano. –rectificó. –Y si lo creo capaz, no olvido esa vez cuando decía que era mejor que él no hubiese nacido. –le recordó la señora Styles con cierta tristeza.

—Mamá, basta, eso fue hace tiempo. –Harry la tomó de los hombros intentando calmarla.

—¿Por qué de repente muestras tanto interés por él?—cuestionó con la voz quebrada. Harry luchó por no enojarse.

—Sé que estás así por Marcel, pero no es razón para desquitarte conmigo. –dijo Harry demasiado pasivo. La señora Styles reaccionó y suavizó sus facciones.

—Perdón, solo que estoy muy preocupada por él. –se calmó respirando hondo.

—No te preocupes, verás que pronto se pondrá bien, es solo un corazón roto. –afirmó Harry para terminar abrazando a su madre.

—Eso espero. –dijo la señora Styles en un largo suspiro.

Era irónico la forma en que los gemelos habían invertido sus papeles, a Marcel le había dejado de importar la escuela, evitaba al mundo, y preferiría estar encerrado en su habitación pintando que comer. Mientras que Harry se había hecho más responsable en la escuela, ya no peleaba con su madre, y estaba casi todo el tiempo en la casa.

La señora Styles no había dejado pasar desapercibido este notable cambio, a menudo pasaba por la habitación de Marcel, intentando animarlo por el asunto de Katelyn, pero él la evadía mintiéndole que todo estaba en orden. Harry, a pesar de no mostrar interés por el estado de ánimo de su hermano gemelo, se acercaba su habitación y en una de esas, escuchó la conversación entre él y su madre acerca de Katelyn.

—No me explicó las razones, solo dijo que era lo mejor no estar conmigo, y se fue. No sé qué hice mal, pero sé que no debí dejarla ir.

Había dicho Marcel con profundo dolor en su voz. Harry recuerda haberse reído internamente, él había sido la razón, justo como su madre sospechaba, y parecía que Katelyn no iba a vivir con la culpa de que habían tenido relaciones. Harry no sentía culpa en absoluta, creía que se lo merecía por bocón, Marcel no sería feliz, y ahora ella era un recordatorio de lo miserable que era su vida.

No obstante, alguien alguna vez dijo: "Siembras lo que cosechas"

***

Chicks, aquí esta el capítulo

Pronto subiré el siguiente, comenten que les pareció y no olviden votar, pls

Jaja, y por favor no odien a Harry, creanme tiene corazón, tal vez ahorita no pero ya verán.

Otra cosa, ¿Les parece una sección de Q&A?

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Gracias por leer.

Un beso, M