20. K Robinson
Dedicado a todas las #TeamKatelyn
— ¡Por favor, no! —imploró en voz alta cuando miro el repugnante contenido en el inodoro.
Jalo la llave para que el contenido salga disparado hacia el desagüe. Se limpió las lágrimas.
—¡Katelyn, ya sal, llevas una hora ahí encerrada!—le gritó su hermano Jasper desde afuera.— Todos tenemos necesidades. —le reprochó.
Katelyn gruñó, se lavó los dientes y salió del baño para encontrarse a su pequeño hermano de pie agitándose en su lugar.
—Ya entra, tonto. —habló ella alejándose por el pasillo.
—¿Estas bien, Kate?—observó su hermano.
Katelyn se sobresaltó, pues la pregunta la tomo por sorpresa.
—Sí. —asintió mostrándole una sonrisa, Jasper la miró convencido de que algo le pasaba a su hermana.— Estoy bien.
*DOS AÑOS ANTES*
—Estoy bien. — suspiró ella, temblorosa.
Era obvio que no estaba bien.
—Venga, K, te hace falta un buen cigarro y una cerveza fría. —le sugirió Mark.— Nos pueden conseguir más.
—Basta, Mark, te he dicho que ya no quiero más. —espetó apartándose de
Mark. —Debo dejarlo. —murmuro.
—¿Desde cuándo has decidido hacerte la santa?—vociferó Mark, alertando a Katelyn.
—¡No me hables así!—lo desafió ella.
Su novio gruñó antes de arrinconarla contra la pared, Katelyn ahogo un suspiro al sentir la agresividad de su novio.
—Te hablo como yo quiera.
—¡Me estás haciendo daño! —dijo en un hilo de voz ante su fuerte agarre en las muñecas.
Mark suavizo sus facciones antes de soltarla. Kate se sobó las muñecas magulladas por el posesivo de su novio, luego se sintió mal.
—Perdón, Mark, por reaccionar así. Tienes razón, quizás necesito algo de cigarro. —se disculpó aunque en realidad no había razón para hacerlo, Mark lo había empezado todo, pero llevaban un mes de relación, y Katelyn no quería perderlo tan fácilmente. En ese entonces ella hacía todo lo posible para estar a su lado.
Siempre tan ciega, siempre tomando las peores decisiones.
Mark se regresó a ella pasando su mano por la mandíbula.
—Olvídalo, K, no tiene caso. —respondió. —Igual no creo conseguirte más hierba.—Katelyn se alarmó al escuchar esto último.
—¿Qué? ¡Dijiste que sí!—le recordó alarmada.
—No hemos pagado la anterior y Gerard se está poniendo muy exigente.—explicó Mark.
Katelyn estaba hecha un río de ansiedad, su boca se secaba, y la cabeza muy pronto le explotaría si no recibía un poco de su dosis peligrosa.
—Debe haber una forma, pídele dinero a tus padres...—sugirió Katelyn. Mark se rió por lo bajo.
—Hace mucho que mis papás juraron no volverme a dar un centavo. No desde que mi tienda de herramientas quebró.—explicó Mark con desdén.
—No iba a funcionar, hasta yo te lo dije. —se atrevió a decir Katelyn.
Mark se limitó a mirarla, no podía evitar darle la razón, ella se lo había advertido desde que decidió comprar el local creyendo que iba a ser cosa fácil, pero no puedes abrir un negocio si no sabes lo que vendes, y Mark no estudiaba, no tenía idea de como funcionaba la estructura, quebró al cabo de un mes, cuando recibió quejas de que las herramientas que vendía eran de mala calidad.
He aquí, sufriendo de deudas por gastos innecesarios. No estaba seguro si podía seguir pagando la renta de su apartamento.
—Al menos estás aquí conmigo. —asimiló él acercándose a Katelyn que estaba sentada en la cama.
Se sentó a su lado acariciándole el mentón, la besó tiernamente.
*HOY*
—Dean, necesitó que me hagas un favor. —se asomo Katelyn a la habitación de su hermano.
—¿Qué pasó?—se reincorporó Dean en su cama, sentándose.
—¿Puedes ir a la farmacia a comprar una prueba de embarazo?—murmuró Katelyn.
Dean reaccionó abriendo los ojos más de lo normal, se levantó de inmediato quedando frente a su hermana.
—¿¡Qué hiciste, Katelyn!? Explícame, ahora. —le ordenó.
Katelyn se quedó en la puerta aguantándose las ganas de llorar. No sabía como explicarlo.
—No estoy segura, Dean, tengo ciertos síntomas pero aún así necesitó la prueba. —intentó calmarlo.
—¿Quién es el padre?—Dean se llevó la mano al tabique de su nariz, simulando frustración.
—No es Marcel. —confesó al borde del llanto.
—¿Y crees que un desconocido se hará cargo de lo que llevas haya dentro?—la regañó señalándole el vientre.
—No es un desconocido, es el hermano gemelo de Marcel. —Dean se inmutó aún más.
—Es el colmo, ¿Qué le vas a decir a Marcel cuando se entere? Qué te cogiste a su hermano por accidente, qué no podías aguantar más la hormona. Katelyn. Ni siquiera tienes estudios, o un buen trabajo para mantenerlo, ¿¡Por qué no pensaste las cosas!? Creí que a estas alturas ya no eras como antes. Que Marcel te había cambiado para bien, me he equivocado. Tú siempre tan ciega, siempre tomando las peores decisiones.
Katelyn empezó a sollozar al escuchar las hirientes palabras de su hermano.
—Dean, lo siento. —logró decir entre sollozos.
—Con un 'lo siento' no solucionas nada, Kate. —suspiró Dean.
A él se le ablandó el corazón al verla llorar, quizás no había medido muy bien sus palabras.
—Te había prometido cambiar pero solo estoy para decepcionarte. —lloró.
Dean se acercó a abrazar a su hermana menor, era su niña, y a pesar de todo, haría lo que sea para protegerla.
*DOS AÑOS ANTES*
Los gemidos y el placer envolvían la habitación, había sido otro divertido sábado por la noche. Cuando Katelyn tenía 17 años, y era una rebelde sin remedio que se escapaba de su casa a media noche para disfrutar un apasionante rato junto a su novio Mark.
—¡Oh, Mark! —gimió ella cuando él salió de ella.
Jadeante se recostó a su lado abrazándola mientras le acariciaba el cabello.
—Fue genial. —dijo Katelyn recuperando el aire.
—¿Un segundo round?—sugirió Mark con una sonrisa viciosa. Katelyn rió, estaba dispuesta pero ya eran las dos de la mañana y tenía que regresar a su casa.
—Ya es tarde, tengo que regresar a mi casa. —se sentó Katelyn en la cama.
Mark le mostró un puchero, pidiendo que se quedara un rato más.
—Vamos. —la animó.
—Mark...—desistió ella, Mark la regresó hacia él de un ágil movimiento.
—Venga, K, no podemos dejar para mañana lo que podemos hacer hoy. —le acarició los hombros desnudos apartando la sabana que le cubría el pecho.
Katelyn se mordió el labio convencida antes de montarse en él.
*
Una hora más tarde, Mark ayudaba a Katelyn a escalar la barda de su casa para escurrirse por la ventana que daba a su habitación. Se despidió de él estando ya arriba para caer al otro lado.
Katelyn entro por la ventana de su habitación. Suspiró y se quito la chaqueta antes de encender la luz y encontrar a Dean sentado en la cama esperándola. Ahogó un grito si no quisiera levantar a sus padres.
—¡Dean! Casi me matas de un susto. —se quejó en voz baja.
—¿Dónde estabas, Kate?—la interrogó de inmediato.
—Dime K. —aclaró ella.
—Katelyn es tu nombre. —rectificó Dean haciéndole frente a su hermana.—Ahora, dime la verdad ¿Estás acostándote con el imbecil de Mark?—le pidió directamente sin pena.
—No le digas, él...—saltó a defenderlo.
—Es un bueno para nada. —terminó Dean. —Escucha, estoy preocupado por ti, desapareces últimamente, te escapas a media noche, no asistes a clases, tus calificaciones van de mal en peor. Papá y mamá no saben nada de tu empeorada conducta. ¿Qué te ocurre?
—No me sermonees, Dean. —lo ignoró Katelyn.
—Ves a lo que me refiero, no te importa. ¿Qué le pasó a mi hermana?—dijo más dolido que decepcionado. —La extraño...
Dean se fue de la habitación al ver que Katelyn no mostraba interés, pero lo cierto era que se sentía fatal por lo que su hermano le había dicho. Lo último que había querido hacer era decepcionarlo.
***
Algo corto, pero espero que les haya gustado.
Es solo una parte de la vida de Katelyn, así que dividí el capítulo en dos.
¿QUÉ OPINAN DE LA NUEVA PORTADA?
Un beso, M
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