2. Las razones de Harry


Al día siguiente Harry se despertó para ir a la escuela, ya iban a dar las 7:00 de la mañana, la hora de entrada. Alterado, se levantó y se puso lo primero que vio. Cuando bajo se dio cuenta que no había nadie en la casa, fue a la cocina para salir al porche, pero se distrajo al ver una bandeja tapada, la descubrió, era un sándwich de atún. No tenía tiempo de enojarse de que luego le iba a apestar la boca a pescado, así que lo tomo y se lo fue comiendo en el camino.

Para su mala suerte, el aparcamiento del colegio estaba totalmente lleno. Se maldijo así mismo por quedarse dormido, luego dio una vuelta hasta que al fin pudo dar con uno, pero no podría estar peor cuando un Ferrari lujoso se metió antes que él. Aquel chico del Ferrari, era el mismo de ayer que había besado a la chica de ojos azules.

Harry estaba más que furioso, el chico se bajó, lo miró detrás de sus lentes de sol y le sonrío descaradamente. En ese mismo instante Harry deseo haber podido atropellarlo, puesto que cruzo frente al auto, se contuvo y prefirió seguir buscando otro lugar. Después de varios minutos lo encontró, para ese entonces había perdido la primera clase.

Llegó al pasillo de su casillero, era el colmo que Zayn Malik llegará y con intenciones de molestarlo.

— Buenos días, bello durmiente—lo saludo.
— Déjame en paz, Zayn, que tiene de buenos—espetó entre dientes.
— Parece que alguien se levantó con el pie izquierdo—se burló Zayn.

Harry no dijo nada y cerró su casillero cuando saco el libro de Historia Universal.

—No creerás lo que pasó esta mañana...—comenzó a decir Zayn.
— Acabo de llegar, Zayn ¿Cómo crees que lo voy a saber?—dijo Harry sarcástico.
—  Metimos en el casillero de Marcel un globo lleno de leche cortada, le cayó encima de los pantalones y ahora apesta a vaca muerta— rio Zayn con ganas ignorando la actitud de Harry.

Aunque no le hizo gracia, un poco de humillación para Marcel le había alegrado, a duras penas, el día.

Mientras Zayn seguía riendo sobre la broma pesada de Marcel, Harry observó a la chica de ojos azules a lo lejos pero abrazada del chico Ferrari. O así lo identificaba Harry.

— Oye, Zayn ¿Sabes quién es él?—le preguntó señalando con la barbilla al rubio. Zayn también lo observó y entrecerró los ojos para recordar su nombre.
— Él es... Dylan Brasi, rico, italiano, encantador de chicas, aunque no muy bueno en sus materias— lo describió— es como tú Harry, pero digamos que tú tienes sentimientos a su lado— le palmeó la espalda para luego retirarse dejando a Harry con sus pensamientos.

Lo observo por un rato más, pero decidió quitar la vista cuando Dylan tomo a la chica de ojos azules y la besó.

Comenzó a caminar por el pasillo en busca de algo mejor que hacer antes de entrar a Historia Universal. Louis estaba ahí sentado esperándolo. Harry se acerco y chocaron las manos en forma de saludo.

— ¿Estuviste con Verónica Johnson?—le preguntó Louis burlándose de lo despeinado que estaba Harry.
— No, me quede dormido y acabo de llegar— contestó Harry, su amigo intentó aguantar la risa puesto que ha habido días en los que se veía mejor después de estar con Verónica Johnson en el baño de chicas.
— No te ves bien—admitió Louis.
— Gracias, necesitaba tu opinión—dijo de mala forma.
— Bueno solo decía, para que te arregles un poco...—se acercó más a él—Ahí viene tu chica.—le susurro.

En ese entonces, la chica de ojos azules entraba al salón de clases junto con su amiga la rubia. Harry se le quedo mirando a la castaña, esperando a que ella fuera hacer lo mismo, pero la única respuesta que él recibió fue que pasará de largo y tomara asiento detrás de él.

— ¿Qué fue eso?—se preguntó así mismo Harry en voz alta.
— Se llama rechazo—replico Louis.
— Ni siquiera me miró, Louis—reprochó y se recostó en la mesa, visiblemente deprimido.

Su amigo Louis volteo discretamente para ver a las dos chicas hablando entre sí, entonces se le vino algo a la mente.

—Harry—le hablo a su amigo, haciendo que se levantara. —Necesito que le pidas la libreta a tu chica—pidió en voz baja.
— ¿Por qué yo?—reclamo Harry.
—Vamos, viejo, necesito completar las actividades. ¿Quieres que se fije en ti o no?–le replico. Entonces Harry suspiro y juntó valor para pedirle la libreta a la chica de ojos azules.

Por primera vez en su vida se puso nervioso por algo tan insignificante.

Vamos Harry, es solo una chica, no te hará nada malo. Se dijo a sí mismo. Respiro una vez más y se giró para mirarla.

— Hola—la saludo Harry ocultando sus nervios.
— Hola—sonrío ella. A Harry comenzaban a sudarle las manos.
— Me preguntaba si tú pudieras prestarme tu libreta para copiar algunos ejercicios que me hacen falta—al final le dedicó una sonrisa nerviosa.
— Por supuesto—y le dio la libreta en sus manos.
— Gracias, me haces un gran favor—le guiño el ojo, al fin Harry se había recuperado de su ataque de nerviosismo.

Harry le pasó la librera a Louis para que comenzara a copiar las actividades que según él le hacían falta.

De reojo leyó en el borde de la libreta: Alice Grey. Su nombre, pensó Harry de inmediato. Volteo a ver sobre su hombro y la vio hablando con su amiga la rubia. Entonces Alice se dio cuenta de que Harry la miraba.

— ¿Hola?—dudo Alice poniéndose nerviosa de la mirada del castaño.
— ¿Qué tal?—Harry no supo que decir, de nuevo se puso nervioso.

Fueron interrumpidos, pues el profesor Graham entro al aula exigiendo el silencio absoluto para dar la clase. Harry regresó su vista hacia Alice, pero ya había perdido toda su atención, por un instante se deprimió.

...

Marcel regresó a casa después de lo que fue el peor día de su vida. Le habían hecho la peor broma pesada. Metieron un globo lleno de leche cortada en el casillero, y al abrirlo se le reventó encima.

Por supuesto, todos se rieron de él y Marcel tuvo que andar por los pasillos apestando a vomito. Pudo haberse puesto a llorar del coraje, sin embargo no lo hizo, o perdería lo poco que le quedaba de dignidad.

Se dio una larga ducha para quitarse el horrible olor a vómito, y al bajar saludó a su madre que cocinaba lasaña.

— Perdón por no saludarte al llegar. —se disculpó Marcel dándole un sonoro beso en la mejilla a su madre.
— ¿Te sientes bien?—le preguntó directamente su madre al mirarlo. Marcel asintió y sonrío a medias.

La señora Styles no estaba realmente convencida de su respuesta, aun así no le quiso insistir.

Ambos se sentaron a comer la lasaña, poco después entro Harry por la puerta del porche en la cocina, no se detuvo a saludar, ni siquiera a servirse un poco de lasaña para comer.  Solo subió las escaleras y se encerró en la habitación. Para ese entonces Marcel supo que el almuerzo estaría tranquilo.

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Me he dado cuenta que los capitulo estan exageradamente largos. Como les comente, tendre que dividirlos.

Una disculpa por no subir, por lo tanto subire el capítulo completo hoy.

Así que, el siguiente--->

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