Seis.

Felix gimió cuando sintió la lengua de Chan recorrer toda su clavícula izquierda, y luego sujetó su mano en su pecho, apretándolo más. Cerró sus ojos, y suspiró. Una mirada a él, tan concentrado en seguir lamiendo, y él menor volvió a gemir al volver a sentirlo apretar su pecho, con toda su palma.

El sonido sordo en su habitación donde solo escuchan sus apenados sonidos, la fricción de sus ropas, y su propia respiración irregular. Felix sintió que se sonrojó cuando sintió los dedos de Chan desabotonar su camisa por completo, y la deslizó por completo por sus hombros, haciéndolo mostrar un poco. Sus brazos apenados subieron a cubrirlos, pero escuchó a él pelinegro lanzar una risita, volviéndolo a besar.

— No tengas pena, sólo yo estoy viendo esto.

— Es porque eres tú, tonto.

— Felix, ya nos hemos visto desnudos.

Él menor evitó su mirada, volteando a su cesto de basura.

— Pero no para tener intimidad — Chan se alejó, frunciendo su boca.

— Está bien, no quieres hacer nada, lo entiendo.

Acomodó su blusa, se paró, y camino hasta su mochila, tomándolo para irse —. Cuando estés realmente seguro empiezas a decir tus tonterías de apresurar las cosas.

— No, Chan, ven — una mano en el pecho de él otro, impidiéndole salir de su habitación. Felix realmente no quería que su amigo saliera de su habitación, quería que lo siguiera tocando de esa forma —. Es sólo que tengo pena, ¿Y si no te gusta? ¿No te gusta mi cuerpo, mis gemidos, no te gusta... Estar dentro de mi?

Chan frunció su ceño, volviendo a tirar su mochila por ahí y volver a acostar a su menor en la cama por completo, quitándose su camisa del uniforme por completo. Lo tomó del rostro, obligándole a verlo.

— Yo igual estoy preocupado por ti, Felix, ¿Si te lastimo, no te gustó, te sentiste incómodo?, pero lo único que quiero hacer es cuidarte de todos y que a ti no te pase nada malo, sé que soy bruto, pero realmente me enojaría conmigo mismo si te hago algún daño — una mano pasando por su hombro, su falda deslizándose por sus muslos, y una sonrisa encantadora de Felix, una tierna, atreviéndose a besarla.

— Ahora sabemos que los dos nos preocupamos por lo que va a pasar ahora.

— ¿Ahora? — Chan pregunta, sintiendo las piernas de el menor enredarse en su cadera, presionando sus cuerpos.

— Ahora — sus labios terminándose de mover y después, se besaron, moviendo sus labios de una manera rápida. Eso prendió a Felix.

El sentir las manos de Chan recorrer su cuerpo como jamás lo imaginó, sentirlo presionar sus pechos sobre su bralette, apretar su cintura, apretar sus muslos, todo. Sus manos bajaban de una manera atrevida por todo su cuerpo hasta su trasero, dando un pequeño brinquito por la sorpresa, sacando una risita a su mayor.

— Tan tierno — otro beso, profundizado por los brazos de él menor que obligaron a él pelinegro a volver a acercarse a su cuerpo, generando más calor.

Sus manos subiendo por su cuerpo a sus pechos, donde retiró el bralette por completo, viéndolos. Chan tragó saliva y Felix se dio cuenta de algo; chan lo deseaba. Sus dedos ágiles fueron hasta el abdomen de él pelinegro, acariciándolos.

— Se sienten más duros que antes — un bulto en su falda le avisó que sus abdominales no eran lo unico duro de él.

Dedos subiendo hasta los pechos de él contrario, pequeños. Parpadeó un par de veces, alzando una sonrisa. Estaba pasando. Un gemido desprevenido salió de sus labios al mismo tiempo que sintió que unos iban dirigidos a sus pezones, apretándolos levemente. Una lengua acariciar uno, y después esos dientes apretarlos levemente, casi jugando. Las manos de Chan volvieron a subir al momento que sus labios abandonaron levemente ese pezón izquierdo, pero ambos fueron consolados.

Sus dos manos apretando levemente sus dos pechos, su falo rozando con su entrepierna, él pelinegro relamiendo sus labios resecos cada cierto tiempo. Sus barbilla temblando, sus ojos llenos de deseo, y su pecho mostrando una respiración irregular. Felix se preguntó si Chan se pondría así con cualquier chico que él mayor viera desnudo, y él otro le tenía una respuesta para eso; no, pero ninguno se atrevería a decirlo.

Sintió que su mayor comenzó a repartir besos desde sus pechos a su abdomen, llegando hasta su short. Una sonrisa, y sus manos viajaron hasta ese shorts, dejando los pechos de Felix solos y a él con un puchero.

Quitó la tela con cuidado, encontrándose con ese short que él menor siempre se ponía bajo, y sonrió, quitándolo con cuidado también.

Llegó hasta sus boxers, blancos, sin ninguna decoración, y llevó su nariz a ellos, rozándolo con el clítoris de él menor y con consecuencia, haciéndolo gemir inesperadamente.

Felix no era de masturbarse, jamás se atrevió a bajar sus manos a su intimidad porque su mamá le advertía tanto de eso, su abuela le decía que tendría un castigo divino si lo hacía y su padre evitaba hablar con el sobre cosas de la cara para abajo, así que él menor no tenía a nadie con quien hablar, hasta que conoció a Chan. Pero tampoco había mucho de qué hablar.

El pelinegro apartó esos boxers, tirándolos por ahí, y después llevó su lengua hasta el clítoris de él menor, ambos temblando. Chan tampoco era un experto en el tema del sexo, solo había tenido una vez y hace tiempo, así que era prácticamente era virgen. No sabía qué hacer.

No iba a llevar a cabo algo que había visto en el porno, tampoco iba a llevar a cabo algo a ciegas. Volvió a acariciar el clítoris de Felix con la punta de su lengua, ejerciendo un poco de fuerza, y lo escuchó gemir, indicándole a Chan que de seguro algo estaba haciendo bien. Volvió a hacer lo mismo, y el gemido más fuerte de Felix se encargó de ponerlo más duro, tanto que dolía.

Ahora solo estaba pensando en cómo complacer a él menor.

Más tarde otros dos caps,
volveré a estar más activa.

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