Ilpyundanshim Mindlae

Los dientes de león son mágicos. Es una flor tomada como un símbolo de la pureza, la inocencia y la libertad. Llegan a ser tan hermosos para una persona hasta convertirse en algo valioso. Ellos pueden ir a dónde sea y llegar con quién sea. Son mensajeros silenciosos que al soplarles se van volando a todas direcciones. Llevándose las promesas secretas de cada persona o cada amante, cada anhelo, cada deseo, hasta recorrer todo el mundo. Hasta que puedan cumplirse.

YeonJun amaba ver en la cima de esa colina como todos los niños del orfanato tomaban un diente de león y los soplaban al aire, viendo enseguida como varios de ellos inundaban el cielo de la tarde.

"Hyung" dijo un niño de siete años. Con una pequeña abertura en los dientes frontales que le daban ternura al hombre quien con una cálida sonrisa le prestó atención al llamado.

"¿Sí?"

"La niña nueva pregunta porqué siempre soplamos los dientes de león todos los días" emocionado lo miró "Le dije lo que usted nos dijo, que por cada diente de león que se va, un niño encuentra un hogar lleno de amor y cariño. Porque en cada diente de león que se lleva el aire, un deseo se cumple y una promesa se hace realidad"

"¿Sabes porqué siempre pedimos eso?"

"¡Para que todos los niños del mundo sean felices!"

YeonJun asintió. "Sí, para que todos ellos puedan ser felices"

El orfanato Thursday Child's era una casa que fue construida con la finalidad de recibir a aquellos niños de las calles. Aquellos que no tenían un techo, un hogar donde pasar las noches o siquiera algo de pan para comer. Fundada por el abuelo de YeonJun, un hombre que decidió usar su fortuna para invertirla en esta casa hogar donde era YeonJun responsable de manejarla con ayuda de Beomgyu. Su amigo.

"YeonJun, ya volví. ¿Los niños ya se han ido a la cama?"

"Ellos ya lo han hecho. Están dormidos en este momento después de una canción para dormir" rió muy breve, mirando por la ventana la brillante luna. Pasó sus manos suavemente por el piano que tenía enfrente y que antes estaba tocando "La luna hoy está hermosa, ¿no?" Dijo con los ojos sobre el satélite que se reflejaba en sus pupilas.

Beomgyu asintió. Avanzó hasta YeonJun, sentándose a su lado frente al instrumento, él deslizó sus ojos por los delgados dedos del rubio. Viendo que no llevaba la argolla de plata en su cuarto dedo.

"No lo traes..." susurró. YeonJun escondió sus dedos en sus vestiduras, sin dejar de sonreír hacía la vista nocturna tras la ventana "YeonJun"

"Lo intento, pero esto no funciona, Beomgyu" sus ojos vieron a los de la persona a su lado. Una sonrisa melancólica se colocó en la comisura de su boca, las ganas de llorar venían y con ella los recuerdos "Yo todavía lo amo"

"Puedo esperar. Te esperaré lo que sea" tomó sus manos pero YeonJun solamente las deslizó de regreso a él "YeonJun..."

"Ese es el problema. Yo no quiero que me esperes" Sus ojos brillaron, llenos de lágrimas pero con una sincera sonrisa en los labios.

Aquella que había enamorado a Beomgyu hace ya tiempo y sabía que no le pertenecería. Pero seguía con la esperanza de que cambiaría alguna vez.

"Puedo esperar" insistió. Aguantando la respiración pero fallando cuando YeonJun negó con la cabeza "Hyung"

"Mereces a alguien que te ame, Beomgyu" lo miró fijamente pero en los ojos del rubio no hubo ningún otro sentimiento que no fuera agradecimiento y tristeza. Eso dolió al hombre que lo escuchaba, atónito como para hablar o pensar "alguien te espera, pero ese alguien no soy yo"

Siempre creyó que ese mirar podría cambiar hacía él algún día. Pero nunca lo hizo, tal vez, YeonJun solamente estaba siendo amable con él todo ese tiempo. Él era así.

Nunca significó algo para él y en cambio para Beomgyu lo fue todo.

"¿Nunca seré como él, verdad?" Rió, con amargura y claro dolor que era difícil de ocultar "jamás me verás como a él..."

Beomgyu reunió valor para decir. Como un último intento desesperado. Tomó entre sus manos la de YeonJun. Apretándolas.

"Puedo ser mejor que él, puedo darte más de lo que él pudo, yo puedo..." Buscó la mirada de YeonJun pero este mantenía sus ojos sin vida. Su voz se mantuvo firme "Permíteme ser tu último amor, YeonJun"

YeonJun no quería romper el corazón de Beomgyu. El hombre había estado allí a su lado. Dándole su hombro para apoyarse y su consuelo. Era un buen hombre, Beomgyu dejaba a un lado sus deberes del trabajo para venir con él a altas horas de la noche cuando no podía dormir por sus ataques de ansiedad. Le daba de su compañía. Beomgyu le daba sonrisas sinceras y la mano siempre. Le debía tanto, era consciente de que corresponderle podría pagar todas sus deudas con él, y sin embargo, YeonJun solamente amaba a alguien más. Era culpable. ¿Porqué se sentía tan mal pensando en todo lo que hacía Beomgyu por él? ¿Acaso era la culpa de no poder amarlo de vuelta?

¿Qué debía hacer? Su corazón estaba en manos de alguien más. Todo su amor ya le pertenecía a alguien más.

Quería estar con alguien más. Ese alguien no era el hombre que le suplicaba con la mirada, tampoco era quien se llevaba todo su aliento. No, no era Beomgyu a quien YeonJun quería darle toda su vida y se sentía terrible por eso.

Pero si había una verdad aquí entre ellos es que si ambos se casan serían infelices. Yeonjun no sería capaz de engañar al corazón sincero de Beomgyu por el resto de sus días.

"No puedo Beomgyu. Me siento honrado de que el próximo abogado de la familia Choi se haya fijado en mí y quiera mi mano, pero no puedo hacerlo. Yo no puedo casarme contigo porque mi mano, ya se la dí a alguien más y prometí esperarlo, lo que sea, el tiempo que sea"

"Mi hermano está muerto, YeonJun"

YeonJun tuvo un nudo en la garganta pero no borró su sonrisa. A Beomgyu le dolía tener que usar esas crueles palabras con la persona a quien más quería pero era ya hora de hacerle ver la realidad.

En lo profundo de su corazón, Beomgyu sabía que todos los sentimientos de YeonJun estaban en Soobin. Y duele, porque sabe que nunca ganará esta guerra.

Las palabras de YeonJun lo dicen.

"Él sigue vivo todavía para mí"

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Una tradición que consistía en soplar dientes de león y a cambio, habías de pedir un deseo desde el fondo de tu corazón. Como si fuera un deseo divino, se te concedería si solamente lo pedías con muchas fuerzas.

En cada diente de león que se va con el aire, un deseo se cumple y una promesa se hace realidad.

Era eso lo que Soobin una vez le dijo a YeonJun.

Era eso lo que ahora YeonJun le decía a los niños del orfanato con tal de que aquella bella tradición no se muriera, porque mientras siguieran esa costumbre. El querido fundador de tal maravillosa tradición también seguiría viviendo. Su único amor seguiría viviendo.

Hasta que su deseo, su promesa, se cumpliera.


"Seré tuyo hasta mi final"

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SOOJUN FANFICTION.

Drama/Angst/Despedida/Tragedia/Aceptación de las cosas/Amor imposible/ En otra vida.

Lectura que contiene escenas sensibles. Se requiere mantener el respeto y la discreción. Por otro lado si no le gusta el tipo de contenido que está a punto de leer, le invito de la forma más cordial a abandonar la lectura y continuar navegando en la plataforma con otras historias que podrían ser de su agrado.

Disfruta de este escrito en el que puse todo mi corazón. Puede contener errores ortográficos pero me aseguraré de repararlos cuanto antes para no estropear el desarrollo de la historia.

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Dedicada a la persona que me enseñó que todo es posible mientras lo desees con fuerzas y ganas. Mi preciada abuelita Rebeca Madero. Te amo mucho abue. Gracias por siempre estar para mí.

-SongJae_Choi.

(Historia resubida con algunos cambios)

Gracias por leer 💫

«Diente de león, símbolo del amor eterno.»

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