Tras un curso eterno, llegó verano, mis vacaciones tenían pinta de ser las mejores...
Tenía muchas cosas que cumplir ese verano.

Nada se cumplió.

Me comía la cabeza todas las noches, todos los días y todas las tardes. No estaba haciendo nada.

Hablaba con el, con intenciones de llamar su atención de una manera que no fuese de amistad.
Quería gustarle.

Tuvimos dos llamadas por las noches, una por la tarde.

Hablamos bastante bien, nos desahogamos. Pero yo seguía igual.
Actuando raro.

No era yo.

Un día lo eché todo a la mierda.

Una noche había escrito un mensaje larguísimo, que a día de hoy he borrado, no lo tengo.

En el le confesaba nos sentimientos, y le pedía intentar algo.

Estaba sola.... Eso me asustaba.

Le di unos días para que pensara, y el tenido mensaje llegó.

Terminé de comer ese día, en el pueblo de mi abuela. Mi móvil estaba cargando en el sofá.
Me levanté para ver si carga...
Y lo vi.

Me senté en el sofá y leí esas palabras,que aún recuerdo a la perfección.

" Mira, sobre el mensaje del otro día... Lo siento, pero yo solo te veo como una amiga, no te enfades conmigo por favor pero es que yo no te veo así"

" Espero que podamos seguir siendo amigos"

Estaba en el salón, con mi abuela y hermano comiendo.
Me levanté del sofá con el móvil a medio cargar y les dije que me echaría la siesta.

Con un nudo en la garganta y los ojos cristalizados, escribí la respuesta. Diciendo que aceptaría la respuesta fuese cual fuese, y que no iba a hacer nada malo.
Aceptando una cosa que el me dijo, pero solo para que el estuviera tranquilo.

¿Entonces... Amigos?

Si, amigos

Todo se desmoronó para mí.
Me eché a llorar ahí mismo, en mi cama, en pose fetal. Apagué mi móvil y ahogué mi llanto en la almohada.

Estaba mal, pero eso era el comienzo de mi sufrimiento.

Estuve llorando lo restante del verano. El me seguía escribiendo, yo hablaba con el.

Seguía sintiendo lo mismo