Harry corrió todo el camino hasta llegar junto a sus amigos.

Tomó una respiración profunda y entro.

- lo escucharon todo -, aseguro Harry.

- ¡Es increíble todo lo que dijo lady magia, las existencias de las cosas han Sido construidas por muchas mentiras... Estoy desconcertado, me da miedo lo que los del concilio decidan hacer!-. Expresó el pelirrojo.

- yo.... No sé que pensar, ni como sentirme, ¿Qué debo hacer?- expresó la castaña.

- por ahora solo observaremos lo ellos van a hacer- dijo el de ojos verdes.

Durante esa noche ninguno de los miembros del concilió y el trío de oro pudieron dormir, pensando en cómo iban a actuar al otro día.

En la mañana todos los estudiantes estaban en el gran comedor iniciando la jornada escolar, cuando entro Draco Malfoy acompañado no solo de su grupo, sino de otro chico verde y plata que jamás habían visto, también los acompañaban Cedric y Luna....

Todos estaban en Shock, no entendían que estaba pasando para que todos esos jóvenes llegarán juntos.

El come caramelos se puso de pie para hablar, pero antes de que pudiera emitir algún sonido una luz plateada deslumbró todo el lugar...

Al despejarse todo la luz, un cuadro gigantesco apareció en la mitad del salón.

- mucho gusto jóvenes... Veo que el nivel educativo a bajado muchusimo-  dijo un hombre alto de cabello platinado, ojos grises, piel blanca, rostro de porcelana, cuerpo de infarto, vestido con una túnica antigua pero elegante que realza su belleza.

Todos miraban con asombró al joven del retrato, era casi idéntico a Malfoy, no solo físicamente, ambos tenían un porte elegante y una sensualidad natural que a muchos dejaba embobado y a otros les daba envidia.

- ¿Quién es usted?- pregunto la jefa de las águilas.

-¡ Que descortecía la mía.... Soy Salazar Slytherin, fundador de la casa de las serpientes, líder del primer concilió, mago elemental, primer guardian de la biblioteca, hablante de todos los dialectos mágicos, hijo de lady magia  y por último el primer Malfoy de la historia -.

Después de botar tremenda bomba todo el salón comedor quedó en un silencio sepulcral.